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Alexander von Humboldt: „Geografia de las plantas. Prospecto“, in: ders., Sämtliche Schriften digital, herausgegeben von Oliver Lubrich und Thomas Nehrlich, Universität Bern 2021. URL: <https://humboldt.unibe.ch/text/1809-Geografia_de_las-6-neu> [abgerufen am 26.04.2024].

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https://humboldt.unibe.ch/text/1809-Geografia_de_las-6-neu
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Titel Geografia de las plantas. Prospecto
Jahr 1849
Ort Paris
Nachweis
in: Francisco José de Caldas, Semanario de la Nueva Granada. Miscelanea de Ciencias, Literatura, Artes é Industria, Paris: Librería Castellana 1849, S. 249–373. [Vorwort von de Caldas: S. 245–248.]
Sprache Spanisch
Typografischer Befund Antiqua; Auszeichnung: Kursivierung; Fußnoten mit Ziffern; Tabellensatz; Formelsatz; Besonderes: mathematische Sonderzeichen.
Identifikation
Textnummer Druckausgabe: II.72
Dateiname: 1809-Geografia_de_las-6-neu
Statistiken
Seitenanzahl: 91
Zeichenanzahl: 207755

Weitere Fassungen
Geografía de las Plantas (Bogotá, 1809, Spanisch)
[Geografía de las Plantas] (Frankfurt am Main, 1809, Deutsch)
Ideen zu einer Geographie der Pflanzen (Wien, 1811, Deutsch)
Die Pflanzenwelt der Tropenländer (Brünn, 1819, Deutsch)
Zur geographischen Botanik (Zürich, 1847, Deutsch)
Geografia de las plantas. Prospecto (Paris, 1849, Spanisch)
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GEOGRAFIA DE LAS PLANTAS.


PROSPECTO.

Las indagaciones de los botánicos se han dirigido por lo gene-ral hácia objetos que solo abrazan una parte muy pequeña de labotánica. Casi exclusivamente se ocupan en el descubrimientode nuevas especies de plantas, y en su diagnosis fundada en laestructura externa de los caracteres que las distinguen y de lasanalogias que las unen en clases ó familias. Si este conocimien-to de las formas en que se presentan los entes organizados es enextremo importante para la historia natural descriptiva; si esla base indispensable de todas las ciencias que tratan de la uti-lidad medical ó técnica de los vegetales; si es susceptible de con-siderarse bajo puntos de vista muy filosóficos, no es ménosimportante el fijar la atencion en la Geografía de las plantas, ciencia sublime, de la cual apénas conocemos hasta ahora elnombre, sin embargo de ser una parte integrante de la física delmundo. Ella es la que considera las plantas bajo la relacion de su aso-ciacion local en todos los climas. Tan vasta como el objeto queabraza, pinta con rasgos majestuosos la inmensa extension queocupan los vegetales, desde la region de las nieves perpetuashasta el fondo del Océano y el interior del globo, donde en oscu-ras grutas vegetan algunos criptógamos, tan poco conocidos co-mo los insectos á quienes sirven de pasto. El límite superior dela vegetacion varía como el de las nieves, segun la elevacion delpolo, ó segun la oblicuidad de los rayos del sol, é ignoramoshasta donde se extiende el límite inferior. Pero varias observa-ciones exactas, hechas sobre la vegetacion subterránea en losdos hemisferios, prueban que lo interior del globo se halla ani-mado donde quiera que los gérmenes orgánicos han hallado va-cío para estenderse y un alimento análogo á su organizacion. |250| Las rocas empinadas cubiertas de hielo que distinguimos apé-nas entre las nubes, no nos ofrecen otras plantas que algunosmusgos y otros criptógamos análogos á los que entapizan lasbóvedas de las minas y de las cavernas. Así los dos límites opues-tos de la vegetacion, presentan seres de estructura semejante ycuya fisiología nos es desconocida. La Geografía de las plantas no se ocupa solamente en clasificarlos vegetales segun las zonas y diferentes alturas en que se ha-llan, no se contenta con considerarlos segun los grados de pre-sion atmosférica, de temperatura, de humedad, y segun las mo-dificaciones de la carga eléctrica bajo las cuales viven; sino quetambien distingue entre ellos, como entre los animales, dos cla-ses, que tienen un modo de vivir, y se puede decir, hábitos muydiferentes. Los unos crecen aislados y esparcidos; tales son, en Europa,el solanum dulcamara, el lychnis dioica, el poligonum bistorta, el anthericum liliago, el cratœgus aria, el weissia paludosa, el poly-trichum piliferum, el fucus saccharinus, el clavaria pistillaris, el agaricus procerus; bajo los trópicos, el theophrasta americana, el lysianthus longifolius, las cinchona y hevea. Otras plantas (almodo de las hormigas y de las abejas) reunidas en sociedad, cu-bren terrenos inmensos, tales son las fresas (fragaria vesca), losmyrtos (vaccinium myrtillus), el polygonum aviculare, el cyperusfuscus, el aira canescens, el pinus sylvestris, el sesuvium portula-castrum, el rhizophora mangle, el croton argenteum, el convolvu-lus brasiliensis, el brathis juniperina, el escallonia myrtilloides, el bromelia karatas, el sphagnum palustre, el polytrichum commune, el fucus natans, el sphœria digitata, el lichen hœmatomma, el cladonia paschalis, el thelefora hirsuta. Las plantas asociadas son mas comunes en las zonas templa-das que entre los trópicos, en donde la vegetacion por ser mé-nos uniforme es mas pintoresca. Desde las márjenes del Orinocohasta las del Amazonas y del Ucayale, en una extension de masde quinientas leguas, la tierra se presenta cubierta de selvastan espesas, que si los rios no las cruzaran por donde quiera,los monos, habitantes casi esclusivos de estas soledades, po-drian lanzándose de rama en rama pasar del hemisferio borealal hemisferio austral. — Mas estos inmensos bosques no presen- |251| tan el monótono espectáculo que ofrecen las plantas sociales;por el contrario se observan en cada region formas diversas.— En unas partes se ven las mimosas psychotria ó melástomas,en otras laureles, cesalpínias, ficus, carolinea y hevea, que entre-lazan sus ramas, y en ninguna se observa el predominio esclu-sivo de un vegetal sobre los otros. No sucede así en la regiontropical vecina del Nuevo Méjico y del Canadá. — Desde el 17° al22° de latitud, en todo el pais de Anahuac, cuyas planicies va-rían de mil quinientos á tres mil metros de elevacion sobre elnivel del mar, no se ven sino encinas y una especie de pinosemejante al pinus strobus. En los valles de Jalapa, situados enel declivio oriental de la cordillera, se halla una selva conside-rable de liquidambares. Allí la tierra, el clima y la vegetacionadquieren el carácter de las regiones de la zona templada, cir-cunstancia que no se observa en ninguna region de la Américameridional á la misma altura. La anchura del continente Ame-ricano cerca del polo boreal y su prolongacion hácia el mismo,mayor que la del continente Europeo, son sin duda las causas deeste fenómeno. — Por esto el clima de Méjico es mas frio que loque deberia suponerse atendiendo solo á su latitud y á su ele-vacion sobre el nivel del mar. — Las plantas del Canadá y lasde las regiones mas setentrionales se han difundido al sur, demodo que las montañas volcánicas de Méjico estan cubiertas dela misma especie de pinos que vegeta en las fuentes del Gila ydel Misouri. En Europa, por el contrario, la gran catástrofe que abrió elestrecho de Gibraltar y formó el lecho del Mediterráneo impidióque las plantas de Africa pasaran á la Europa austral, y por lomismo muy pocas de ellas se observan al norte de los Pirineos;en tanto que las encinas que coronan las alturas del valle deTenochtitlan son especies idénticas con las que existen por los45°; y el pintor que, con el fin de estudiar el carácter de la vege-tacion, quisiera recorrer estas regiones tropicales, no hallariani la hermosura ni la variedad de formas que presentan lasplantas equinocciales, y veria en el paralelo de la Jamaica bosquesde encinas, de pinos, de cupressus disticha y de arbutus madronno, con el mismo carácter de uniformidad que las plantas socialesdel Canadá, de la Europa y del Asia boreal. Muy interesante |252| seria el marcar en un mapa botánico, los terrenos en donde cre-cen estos grupos de vegetales de la misma especie. — Entoncesse veria que ellos se presentan en largas fajas que, extendién-dose de un modo irresistible, disminuyen la poblacion de losEstados, separan las naciones vecinas y oponen á su comercioobstáculos mas insuperables que las montañas y los mares. —Los brezos (bruyères), esta asociacion de la Erica vulgaris, dela Erica tetralix, del liquen icmadophila y hœmatomma, se di-funden desde la extremidad mas setentrional de Jutlandia, por elHolstein y el Luneburgo, hasta los 52° de latitud. — De allí sedirigen hácia el occidente, por los arenales graníticos de Munstery de Breda, hasta las costas del Océano. — Hace muchos siglosque estos vegetales esterilizan la tierra y ejercen un imperioabsoluto en aquellas regiones; á pesar de todos los esfuerzosdel hombre apenas se les han podido cercenar algunos terrenospara la cultura. Pero estos campos cultivados, estas conquistasde la industria, las únicas provechosas para la humanidad, soloforman pequeños islotes en medio de los brezos, y recuerdan alviajero los oasis de la Libia, en los cuales la fresca verdura sirvede contraste á las arenas del desierto. Un musgo comun á los pantános de los trópicos y á los deEuropa, el sphagnum palustre, cubria en otro tiempo mucha partede la Alemania y hacia que muchos terrenos fueran inhabita-bles para los pueblos nómades cuyas costumbres nos ha tras-mitido Tácito. — En apoyo de este fenómeno puede citarse unhecho geológico. — Los depósitos de turba mas antiguos, esdecir, en los que se hallan el hidroclorato de sosa y conchasmarítimas, provienen de las ulvas y de los fucus, miéntras quepor el contrario los mas comunes y mas recientes son restos de sphanum y mnium serpillifolium, y su existencia manifiesta cuanabundantes eran en otro tiempo estos criptógamos. — Des-truyendo los bosques, los pueblos agrícolas han disminuido lahumedad de los climas; desecados los cenagales, los vegetalesútiles se propagaron en las llanuras que ocupaban esclusiva-mente los criptógamos tan contrarios á la cultura de las tierras. Aunque es cierto que el fenómeno de las plantas sociales seobserva principalmente en las zonas templadas, tambien lostrópicos nos ofrecen algunos ejemplos. — En las planicies ele- |253| vadas de los Andes, á tres mil metros de altura sobre el Océano,crecen reunidos el brathis juniperina, el jarava (género de gra-míneas inmediato al papporophorum), la escallonia myrtilloides, muchas especies de molina y sobre todo la tourrettia, cuya mé-dula sirve de alimento al Indio indigente, comida que á menudole disputan los osos. — En los llanos que separan el rio de lasAmazonas del Chinchipe, se ven reuniones de croton argenteum,bougainvillea y godoya, y en las sabanas del Orinoco las palme-ras mauritia, algunas sensitivas y las kyllingias. — En el reinode la Nueva Granada, las bambusas y heliconias presentan igual-mente fajas uniformes que ningun otro vegetal interrumpemas estas asociaciones de plantas de la misma especie, no sonni tan extensas ni tan comunes como en los climas de la zonatemplada. La geología examina detenidamente la estructura análoga delas costas, los bajíos del Océano, y la identidad de los animalesque habitan dos continentes vecinos para calcular si estuvieron óno reunidos. La geógrafia de las plantas suministra materialespreciosos para este género de indagaciones, porque puede hacerreconocer hasta cierto punto, las islas que, reunidas en otrotiempo, se han separado despues, y anuncia que la separaciondel Africa y de la América meridional se hizo antes del desarrollode los seres organizados. — Esta misma ciencia manifiesta cualesson las plantas comunes al Asia Oriental y á las costas de Méjicoy de la California, y si hay algunas que existen en todas las zonas yá todas las alturas sobre el nivel del mar. Auxiliados por la Geogra-fía de las plantas podemos retroceder con alguna certeza hastael primer estado físico de la tierra, y decidir si, despues de haber-se retirado las aguas, cuya presencia, abundancia y oscilacionesse descubren en las rocas conchíferas, toda la superficie de latierra se cubrió de vegetales diversos, ó si, conforme á las tra-diciones de todos los pueblos, el globo terrestre, restituido á suestado tranquilo, no produjo plantas sino en una sola region, dedonde con el trascurso de los siglos y ayudadas por las cor-rientes del mar, han pasado con marcha progresiva hácia laszonas mas remotas de su comun y primitiva situacion. Ella averi-gua si en la inmensa variedad de vegetales se halla arbitrio paradescubrir algunas formas primitivas, y si su diversidad especí- |254| fica puede ser efecto de la degeneracion del prototipo original,en la cual las variedades casuales se han convertido en cons-tantes. Si yo me atreviera á deducir consecuencias generales de losfenómenos que he observado en los dos hemisferios, diria quelos gérmenes de los criptógamos son los únicos que la naturalezadesarrolla espontáneamente en todos los climas. — El dieranumscoparium y el polytrichum commune, la verrucaria sanguinea y la verrucaria limitata de Scopoli, crecen en todas las latitudes, enEuropa como en el ecuador, y no solamente sobre las mas altascadenas de montañas, sino tambien al nivel del mar, siempreque puedan disfrutar de sombra y de humedad. En las márgenes del Magdalena, entre Honda y la Egipciaca, enun terreno llano en donde el termómetro se sostiene casi cons-tantemente en 28° á 30°, al pié de los macrocnemum y de los ochroma, los musgos forman una pelusa tan verde y tan hermo-sa como la que presentan en Noruega. — Si otros viajeros hanasegurado que los criptógamos son muy raros entre los trópi-cos, puede explicarse el hecho por la circunstancia de no habervisitado sino costas áridas é islotes cultivados, sin penetrar sufi-cientemente en el interior de los continentes. A todas latitudesse encuentran liquenes de la misma especie, su forma parecetan independiente de la influencia de los climas como la natu-raleza de las rocas sobre las cuales viven, miéntras que todavíano conocemos ninguna planta fanerogama cuyos órganos seanbastante flexibles para acomodarse á todas las zonas y á todaslas alturas, y no es cierto que la alsina media, la fragaria vesca y el solanum nigrum gocen de esta ventaja que hasta aquí soloparece reservada al hombre y á algunos mamíferos que le ro-dean. — La fresa de los Estados Unidos y la del Canadá, difierende la de Europa. — Mr. Bonpland y yo creimos haber visto deestas últimas en el paso de Quindio sobre la cordillera central delos Andes entre el Magdalena y el Cauca. — En medio de estasselvas solitarias compuestas de stirax, de pasifloras arbóreas yde las palmeras que producen la cera, no es posible sospecharque la mano del hombre ó las aves hayan podido diseminar alliestas plantas, mas quizá, si hubiéramos logrado ver las flores,habríamos reconocido que eran tan especificamente diferentes |255| del fragaria vesca como el fragaria elatior difiere del fragaria vir-giniana por caracteres apenas perceptibles. — Una cosa podemosafirmar, y es, que en los cinco años en que hemos herborizadoen los dos hemisferios, no hemos recogido ninguna planta eu-ropea espontáneamente producida por la tierra en la Américameridional. Sin embargo, nuestro conocimiento de lo interiorde los continentes es todavía tan imperfecto, que la prudencianos aconseja abstenernos de toda consecuencia general, de mie-do de incurrir en el error de los geólogos que construyen el glo-bo entero tomando por modelo las colinas que de mas cercalos rodean. Para decidir el gran problema de la traslacion de los vegetales,desciende la Geografía de las plantas á lo interior del globo,con el fin de consultar allí los monumentos antiguos que nospresenta la naturaleza en las petrificaciones, en las maderas fó-siles, y en las capas de carbon de tierra, que son el sepulcro dela primitiva vegetacion de nuestro planeta. Descubriendo frutospetrificados, palmas, helechos arbóreos, scitamineas y la gua-dua (bambou) 1 de los trópicos sepultados en las tierras heladasdel Norte, considera si estas producciones de las Indias, lo mis-
1 La guadua, esta preciosa produccion de los trópicos, que representa conlas gramíneas el mismo papel que el elefante respecto de los cuadrúpedos, es-ta planta colosal y majestuosa, sobre la cual se ha escrito tanto, ha sido hastahoy absolutamente desconocida de los botánicos. El célebre Mutis, á pesar dehaber residido largo tiempo en las selvas ardientes de Mariquita, y á pesar delos esfuerzos que hizo por conocer su fructificacion, no la vió hasta 1805. Enesta época, por una feliz casualidad, la hallé florida en el valle de Neiva, áorillas del Magdalena. La describí, la diseñé y formé esqueletos completos deesta grama. Sobre estos materiales se delineó la grandiosa lámina que debeenriquecer la Flora de Bogotá. Este botánico experimentado y sabio, la reco-noció por un género nuevo, y la separó del tabaxir, mambú, arundo, etc., áque se creyó pertenecer. La nombró bambusa de la palabra bambou, bajo decuyo nombre se conocia. En nuestras excursiones botánicas, creemos haberreconocido tres especies diferentes en el nuevo género bambusa, y ahora pre-sentamos el carácter genérico y específico, reservando una amplia descrip-cion y la historia de esta planta preciosa para el primer fascículo de la Florade Bogotá. BAMBUSA. Flor. Bogot. Gluma 0.Calix bi-valvis, valvis muticus, inæqualibus persistentibus: exterior carina-ta, acuta, interiori pauce longior: interior fornicata, seu calceoli formamæmulans.Stamina 6, hypogyna: filamenta capillaria, calice longiora, debiles: anthe-ræ incumbentes, basi et apice bifurcæ.Germen oblongum, basi squamulis tribus conspicuis, germine maioribus
|256| mo que los huesos de elefante, tapir (danta) y cocodrilo halla-dos con frecuencia en Europa, pudieron ser trasportados á losclimas templados por la fuerza de las corrientes en un mundoanegado, ó si en otro tiempo estos mismos climas alimentaronaquellos habitantes de los trópicos: pero puede admitirse queha habido grandes variaciones en la temperatura del aire, sinrecurrir á mudanzas en el lugar de los astros, ó á movimientosque son poco verosímiles en el eje de la tierra. Si los fenóme-nos mas patentes de la geología nos indican claramente quetoda la corteza de nuestro planeta fué primitivamente líquida;si la estratificacion y la diferencia de las rocas nos manifiestanque la formacion de las montañas y la cristalisacion de las ma-yores masas en torno de un núcleo comun, no se efectuó almismo tiempo sobre toda la superficie del globo; no podrá tam-poco negarse que la transicion del estado líquido al estado sóli-do ha debido necesariamente dejar en libertad una inmensacantidad de calórico y aumentar por cierto tiempo la tempera-tura de una region sin que en ello haya tenido parte alguna elcalor del sol; ¿mas podrá acaso admitirse que este crecimientolocal de temperatura ha durado el tiempo suficiente para quepuedan haberse verificado los fenómenos que de esta manera sepretenden explicar?
Las variaciones observadas en la luz de los astros han podidoautorizar la sospecha de que el que ocupa el centro de nuestrosistema ha experimentado tambien variaciones análogas, y deque el aumento de intensidad de los rayos solares haya sido su-ficiente en determinadas épocas para elevar la temperatura de
cinctum: styli 3, aut stylus profunde 3 fidus: stigmata plumosa, longitudinecalicis.Semen unicum, valva calicis intima tectum.Culmus procer, 6-8 policum diametri, 45-60 pedes altus, erectus, cylindri-cus, fistulosus, articulatus: coma pyramidalis, apice nutans: è quovis articu-lo stipulam ovatam, culmum cingentem, coriaceam, desciduam profert. Rami,in articulis superioribus, alterni, articulati. Folia alterna, in singulo culminodo, simplicia, vaginantia, et vagina fissili. Flores spicati. Spicæ lineares,geminati, terminales.Habitat in N. R. Granatensis humidis, calidioribus, et temperatis. Bambusa inermis: Culmus cylindricus inermis. Bambusa aculeata: Culmus aculearus. Bambusa lineata: Culmus lineis longitudinalibus luteis, viridibusque pul-chre variegatus.
|257| las zonas polares, hasta la que actualmente tiene la zona tórri-da. Estas variaciones que harian de la Laponia un pais habita-ble para las plantas equinocciales, para los elefantes y los tapi-res, ¿son por ventura periódicas? ó son efecto de causas pasajerasperturbadoras de nuestro sistema planetario? Así es que la Geo-grafía de las plantas lleva su antorcha luminosa hácia la historiadel globo primitivo, sirve de base á la geología, y ofrece á la ima-ginacion del hombre un espectáculo tan interesante como rico.
Los vegetales, tan análogos á los animales por la irritabilidadde sus fibras y por los estimulantes que las excitan, se diferen-cian esencialmente de ellos por su movilidad. La mayor parte delos animales no dejan á su madre hasta que son adultos, mién-tras que las plantas, fijadas al suelo desde el momento de sudesarrollo, solo pueden viajar cuando estan contenidas en elhuevo, cuya estructura favorece estos movimientos. Las cor-rientes, los vientos y las aves, no son los únicos agentes que sir-ven para la propagacion de los vegetales en la superficie de nues-tro planeta: el hombre es el que principalmente se ocupa en esto.Luego que sale de la vida vagabunda, reune al rededor de sí losanimales y las plantas mas útiles para su alimento y para suvestuario. Esta transicion de la vida errante á la agricultura estardía en los pueblos del norte. En las regiones equinocciales,entre el Orinoco y el Amazonas, lo cerrado de las selvas dificultala cacería y obliga á los salvajes para subsistir á cultivar algu-nas plantas de jatropha, de plátano y de solanum. La pesca, losfrutos de ciertas palmeras y estos pequeños campos cultivados(si merecen tal nombre las reuniones de un corto número de ve-getales), forman la base del alimento de muchos Indios de la América meridional. — En donde quiera la naturaleza del climay del suelo que pisa modifican los hábitos del hombre, y sinestas modificaciones seria imposible distinguir los primeros ha-bitantes de la Grecia de los Beduinos pastores, y estos de losIndios del Canadá. — Algunas plantas, que son el objeto de lajardinería y agricultura, acompañan al hombre desde un extre-mo al otro de la tierra. Así, en Europa, ha seguido la viña á losGriegos, el trigo á los Romanos, el algodon á los Arabes; y en América, el maiz acompañó á los Astecas, las patatas 1 á los Pe-
1 Son las papas del Perú, y las turmas del Nuevo Reino de Granada.
|258| ruanos, y la quinoa á los habitantes de la antigua Cundinamarca.
La traslacion de estas plantas es evidente, pero su primerapatria es tan desconocida como la de las diferentes razas dehombres que hallamos ya habitando todas las porciones del glo-bo en las mas remotas épocas de que la tradicion nos conservala memoria. — Al oriente y al sur del mar Caspio, en las orillasdel Oxo, en la antigua Cólchida, y principalmente en la provin-cia de Curdistan, cuyas altas montañas se mantienen perpetua-mente cubiertas de nieve (lo que supone mas de tres mil metrosde elevacion), la tierra produce limones, granadas, cerezas, pe-ras y los demas frutos de los árboles frutales que cultivamos ennuestros jardines. — Ignoramos si esta fué su cuna, ó si, cultiva-dos en remotos tiempos, se han hecho silvestres con el trascur-so de las edades y su existencia solo prueba en favor de la an-tigüedad de la agricultura en aquellas regiones. — Estas fértilescomarcas, situadas entre el mar Caspio, el Ponto Euxino y el gol-fo Pérsico, son las que han dotado á la Europa de productosmas preciosos. — El nogal nos vino de la Persia junto con el du-razno; el albaricoque de la Armenia; el Asia menor nos envióla higuera, el peral, el granado, el olivo, el ciruelo y la more-ra. — Los Romanos del tiempo de Caton no conocian todavía nilas cerezas, ni los duraznos, ni las moras. — Hesíodo y Homero mencionan ya el olivo cultivado en Grecia y en las islas del Ar-chipiélago. — Bajo el reinado de Tarquinio el Viejo, no se cono-cia sin embargo todavía este árbol ni en Italia, ni en España, nien Africa. En el consulado de Apio Claudio, el aceite era muyescaso en Roma, y ya en tiempo de Plinio el olivo habia pasadoá Francia y á España. — La viña que hoy cultivamos con tantaextension, tampoco es originaria de la Europa: se cria espontá-neamente en las riberas del mar Caspio, en Armenia y en Cara-mania. — Del Asia fué trasplantada á Grecia y de allí á Sicilia.— Los Foceos la llevaron á la Francia meridional, y los Ro-manos la sembraron en las orillas del Rin. — Las especies de vitis que se hallan silvestres en la América setentrional y quedieron su nombre (winenland) á la primera parte del Nuevo Con-tinente que los Europeos descubrieron, son muy diferentes denuestra vitis vinifera. En uno de los carros que adornaban el triunfo de Lúculo, se |259| veia un cerezo cargado de fruta, y fué el primero de esta espe-cie que llegó á Italia. — El dictador habia mandado arrancarloen la provincia del Ponto, despues de su victoria sobre Mitrida-tes. — En ménos de un siglo despues, ya el cerezo se habia pro-pagado en Francia, Alemania é Inglaterra. — De esta maneraes que el hombre muda á su arbitrio la vegetacion de la super-ficie del globo, y reune al rededor de sí las plantas de los climasmas apartados. — Un pedazo de tierra cultivada en las coloniasEuropeas de las dos Indias, presenta reunidos el café de la Ara-bia, la caña dulce de la China, el añil del Africa y muchos otrosvegetales procedentes de ambos hemisferios. — Esta mezcla deproducciones variadas se hace mas interesante porque repre-senta á la imaginacion del observador la sucesion de aconteci-mientos que esparcieron la raza humana sobre el globo de cuyasproducciones se hizo dueña. — Así es que el hombre, inquieto ylaborioso, al recorrer las diferentes comarcas de la tierra, hacompelido á cierto número de vegetales á habitar en todos losclimas y alturas; mas este imperio sobre los seres organizadosno ha podido desnaturalizar su estructura primitiva. — La patatacultivada en Chile á 3,600 metros de altura, tiene la misma florque la que se ha introducido en Siberia, y la cebada con que sealimentaban los caballos de Aquiles, era sin duda la misma quela que hoy sembramos, porque las formas características de losvegetales y de los animales que nos ofrece la superficie actualdel globo parece que no se han mudado desde las épocas masremotas. — El ibis sepultado en las catacumbas de Egipto, avecasi tan antigua como las pirámides, es idéntico con el que seobserva hoy todavía pescando en las orillas del Nilo. — Estaidentidad prueba evidentemente que las reliquias colosales deanimales fósiles que se encuentran en las entrañas de la tierra,no pertenecen á variedades de las especies que hoy viven, sinoá un órden muy diferente del actual y demasiado antiguo paraque de él se ocupen las tradiciones. Cultivando ciertas plantas favoritas con esmero, el hombre lashace dominar sobre las que espontáneamente produce el suelo,mas esta preponderancia tan opuesta á los deseos del botánico,solo se observa en una porcion muy reducida de la tierra endonde la civilizacion (y con ella la poblacion, su consecuencia |260| necesaria) ha crecido y se ha perfeccionado. En los paises inme-diatos al ecuador, el hombre es demasiado débil para domaruna vegetacion que esconde por donde quiera el suelo, sin dejaraparente otra cosa que el océano y los rios, vegetacion que llevaen sí misma cierto sello de majestad agreste, al lado del cualparecen impotentes todos los esfuerzos de la agricultura. El origen y la primera patria de estos vegetales tan útiles alhombre y que le siguen desde las épocas mas remotas, es unsecreto tan impenetrable á las indagaciones del naturalista, co-mo la mansion primera de todos los animales domésticos. — Nosabemos cuál es la patria de las gramíneas que forman el princi-pal alimento de las razas Mongola y Caúcasa, ni qué region pro-dujo espontáneamente las cereales, el trigo, la cebada, la ave-na y el centeno. — Se cree que los Romanos no cultivaron estaúltima gramínea. — Algunos aseguran haberse encontrado ce-bada silvestre en las orillas del Samara en Tartaria, el triticumspelta en Armenia, el centeno en Creta, el trigo en Baschiros en Asia, pero estos hechos no parecen bien averiguados, porque esfácil equivocarse creyendo que son plantas espontáneas las quehuyendo del hombre han recuperado su primitiva independen-cia. — Es sabido que las aves que devoran los granos de las ce-reales las diseminan fácilmente en los bosques. Las plantas queconstituyen la riqueza natural de todos los habitantes de los tró-picos, como el plátano, el carica papaya, el jatropha manihot yel maiz, no se han hallado jamas silvestres. — Algunas he vistodispersas en las márgenes del Casiquiare y del Rio-Negro, masesto depende de que el indígena salvaje de estas regiones, me-lancólico y desconfiado, se complace en desmontar y cultivarcampos reducidos en los lugares mas solitarios, los cuales aban-dona despues con la misma facilidad. El terreno se cubre enton-ces de maleza, y las plantas que habia sembrado, parecen natu-rales del bosque. La patata, planta bienhechora sobre la cual sefunda en mucha parte la subsistencia de la poblacion en los pai-ses mas estériles de la Europa, está en el mismo caso que elplátano, el maiz y el trigo. — De las averiguaciones que hicecuidadosamente en América, resulta que ningun viajero la haencontrado silvestre, ni en las montañas del Perú, ni en el Rei-no de la Nueva Granada, donde esta planta se cultivaba con el |261| chenopodium quinoa 1. La extension de la agricultura, sus ob-jetos diversificados segun el carácter, segun las costumbres, yfrecuentemente segun las imaginaciones supersticiosas de lospueblos, la influencia del alimento mas ó menos estimulante so-bre la energía de las pasiones, la historia de las navegaciones yde las guerras emprendidas para conseguir producciones del rei-no vegetal, son otras tantas consideraciones que ligan la Geogra-fía de las plantas con la historia política y moral del hombre. Estas relaciones bastarian sin duda para probar la importan-cia y extension de la ciencia cuyos vastos limites describo. Peroel hombre, sensible á las obras de la imaginacion, se complace enhermanar la Geografía de las plantas con las producciones de lafantasía. La contemplacion de la naturaleza, la vista de los cam-pos y de los bosques causa una dulce sensacion, muy diferentede la impresion que hace el estudio particular de la estructurade un ente organizado. En este, el pormenor es el que interesay alimenta nuestra curiosidad; y en aquella, son las grandesmasas las que agitan nuestra imaginacion. ¡Qué efecto tan dife-rente produce el verdor fresco de un prado rodeado de algunosgrupos de árboles esparcidos, y el de un espeso bosque de pinosó de encinas! ¡Qué contraste tan visible entre las selvas de laszonas templadas, y las del ecuador, donde los troncos desnudosde las palmas se elevan sobre los del cassubium 2, las cuales estanentretegidas con bejucos floridos, y representan un pórtico sober-bio en los aires! ¿Cuál es la causa psicológica de estas diferentessensaciones? ¿Es acaso la intensidad ó la magia de los coloresvegetales, ó el tamaño de las masas, ó el contorno de las formas,ó el hábito de los vegetales los que las causan? ¿Cómo influyeeste hábito ó aspecto de una naturaleza mas ó menos rica enlas costumbres y principalmente en la sensibilidad de los pue-blos? ¿En qué consiste el carácter de la vegetacion de los trópi-
1 El P. Molina, en su historia natural de Chile, asegura que las patatas seproducen espontáneamente, pero que son entonces mas pequeñas y de saboralgo amargo. — Los Indios llaman á este solanum tuberosum silvestre, maglia. — El Dr. Eloy Valenzuela encontró tambien en la provincia de Pamplona lamisma planta. — Seria de desear que, cultivándola con esmero, se averiguasesi es capaz de perfeccionarse y llegar al estado de las patatas comunes. — A.2 Es el anacardium occidentale de Lineo. Mr. de Jussieu (Antonio Lorenzo) cambió este nombre en el de cassubium de Rumphio. Este es el acajou, el ka-pamaba de la India y nuestro marañon.
|262| cos, y cuál es la diferencia de fisionomía que distingue las plan-tas del Africa de las del Nuevo Continente? ¿Qué analogía deformas une á los vegetales alpinos de los Andes con los de losPirineos? He aquí un cúmulo de cuestiones importantes que de-be resolver la Geografía de las plantas... Entre la gran variedadde vegetales que cubren la corteza petrea de nuestro planeta, sedistinguen con facilidad algunas formas generales, á las cualesse reducen casi todas las demas que presentan un conjunto defamilias ó grupos mas ó ménos análogos entre sí. Tal es la for-ma de las scitamíneas (musa, heliconia, estrelitza), la de las pal-mas, helechos arbóreos (arum, pothos, dracontium), de los aga-ves (yucca, aloe, algunas euphorbias pourretia), de los pinos (taxuspinus) y todas las acetosas, de los tamarindos (mimosa, gledit-zia, porleria), de los bombax (sterculea, hibicsus, ocroma, cavani-llesia), de las opuncias (cactus), de las gramíneas, la de los bejucosy enredaderas (vitis, paullinia), la de las orquideas (epidendrum,scrapia), la de las casuarinas (equisetum), los musgos, los lique-nes. Estas divisiones no tienen relacion alguna con las que haceel botánico clasificador, segun principios muy diferentes. Enaquella no se atiende á otra cosa que á los grandes contornosque determinan la fisionomía de la vegetacion y la analogíade impresion que recibe el contemplador de la naturaleza, mien-tras que la botánica descriptiva reune las plantas segun la afini-dad que presentan las partes mas pequeñas pero las mas esen-ciales, cuales son las de la fructificacion. En la belleza absolutade las formas enunciadas, en la armonía y contrastes que nacende su conjunto, consiste lo que se llama carácter de la natura-leza en tal ó tal region. Algunas formas, á la verdad las mas be-llas (las de las scitamineas, palmas, guaduas), faltan absolutamen-te en las zonas templadas. Otras, por ejemplo la de los árbolesde hojas pinadas, son muy raras y menos elegantes en ellas;las especies arborecentes, mas pequeñas y menos cargadas deflores agradables á la vista; la frecuencia de las plantas socialesde que hemos hablado, y la cultura del hombre, hacen el as-pecto de aquellas regiones mas monótono. Bajo de los trópicos,por el contrario, se ha complacido la naturaleza en reunir todaslas formas, y aunque á primera vista parece que falta la de lospinos, no obstante, en los Andes de Quindío y en las selvas |263| templadas de Loja y de Méjico, hay cipreses y pinos. Las for-mas vegetales, en las inmediaciones del ecuador, son por logeneral mas majestuosas y admirables, sus masas son mayores,el barniz de las hojas mas lustroso, el tejido de la parenquimamas laxo y suculento, los árboles mas elevados estan adornadosconstantemente con flores mas vistosas y mas olorosas que lasde las herbáceas de las zonas templadas. La corteza quemada delos troncos antiguos, forma un hermoso contraste con el tiernoverdor de los pothos y orquideas, cuyas flores imitan la formadel plumaje de los pájaros que chupan su néctar. No obstante,los trópicos no presentan la extension de prados esmaltados deranúnculos 1, germaneas que adornan las riberas de los paisesdel Norte. Allí no se conoce aquella dulce sensacion de una pri-mavera que despierta la vegetacion y rejuvenece á la naturale-za. La mano de Flora, igualmente benéfica para todos los entes,ha reservado para cada region ciertos dones particulares. Un te-jido de fibras mas ó ménos laxo, segun la presion del aire atmos-férico, el grado de calor y de irritabilidad de los órganos, loscolores vegetales mas ó ménos intensos segun la combinacionquímica de los elementos y la fuerza estimulante de los rayossolares, es lo que caracteriza las diferentes zonas de nuestroglobo. La inmensa altura á que se elevan las tierras inmediatasal ecuador, da á los habitadores de los trópicos el espectáculocurioso de vegetales cuyas formas son idénticas con las de laEuropa. —
El plátano hermosea los valles de los Andes; mas arriba cam-pea el árbol benéfico que nos ofrece en su corteza el febrífugomas pronto y mas eficaz. — En esta region templada de las qui-nas, y mas arriba en la de las escalonias, crecen las encinas,los pinos y otros árboles del género berberis, alnus, rubus, y mu-chos otros que se creian peculiares á los paises del Norte. — Asíel habitante de las regiones equinocciales conoce todas las formasvegetales que la naturaleza ha colocado en su pais favorecido,y la tierra ostenta á sus ojos un espectáculo tan variado como el
1 Las praderías de Quito, Cayambe, Turubamba, Ibarra, Guaca, etc., etc.,estan cubiertos de una especie de ranúnculo tan abundante, que en algunaspartes inutiliza los pastos, y es necesario arrancarlo.
|264| que le presenta la bóveda azul del cielo, en la cual no hay cons-telacion que se le oculte.
De tales ventajas no disfrutan los pueblos de la Europa, por-que las plantas lánguidas y enfermizas que el amor de las cien-cias ó los caprichos de un lujo refinado hace que se cultiven enlas estufas, apenas les presentan la sombra de la majestad de lasplantas equinocciales, y aun muchas de sus formas permanecenpara ellos desconocidas; pero la cultura y riqueza de sus idio-mas, la imaginacion y sensibilidad de sus poetas y pintores, lesofrecen un manantial inagotable de compensaciones. — Lasartes de imitacion nos manifiestan el cuadro variado de las re-giones ecuatoriales, y en Europa el hombre situado en una costaárida puede sin embargo gozar con el pensamiento del aspectode las mas distantes comarcas, y si su alma es sensible á las obrasdel arte, si su entendimiento ha sido cultivado para poder ele-varse á la contemplacion de los grandes problemas de físicageneral, desde el fondo de su soledad y sin apartarse de su hogar,se apropia todo lo que el intrépido naturalista ha descubiertorecorriendo los aires y el océano, penetrando en las mas hondascavernas, ó trepando á las cúspides nevadas. — De esta maneraes que las luces influyen principalmente sobre nuestra dichaindividual, haciéndonos vivir á un tiempo en lo presente y enlo pasado, reuniendo en torno de nosotros cuanto ha producidola naturaleza en los climas mas diversos, é iniciando nuestrasrelaciones con todos los pueblos de la tierra. — Fundándonosen los descubrimientos hechos, podemos lanzarnos en el por-venir, y adivinando las consecuencias de los fenómenos observa-dos, fijar para siempre las leyes á que la naturaleza está sujeta.— Estas indagaciones nos preparan un cúmulo de goces inte-lectuales, y, lo que es mas, la libertad moral que nos abroquelacontra los reveses de la fortuna y nos proporciona un abrigoseguro contra toda influencia externa.

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CUADRO FÍSICODE LAS REGIONES ECUATORIALES, Formado sobre las medidas y observaciones hechas en los mismoslugares, desde los 10° de latitud boreal hasta los 10° de latitudaustral, en los años 1799, 1800, 1801, 1802 y 1803.

El aspecto del suelo y la série de fenómenos físicos que pre-senta la atmósfera, varian gradualmente desde el nivel del marhasta la cima de las mas altas montañas. — A las plantas quecrecen en las llanuras bajas suceden otras de muy diferenteespecie; las leñosas desaparecen poco á poco para dar lugará las herbáceas y alpinas, y últimamente no se encuentran sinogramíneas y criptógamos. — Ya en la region de las nieves per-manentes el reino vegetal está representado solo por algunoslíquenes que cubren las rocas. Las formas de los animales variantambien con el aspecto de la vegetacion, los mamíferos que ha-bitan en los bosques, las aves que animan los aires, y hasta losinsectos que roen las raices de las plantas, todo cambia segunla altura del suelo, y aun la naturaleza de las rocas que lo com-ponen varia tambien para el observador atento que se aleja delnivel del mar. — En algunas partes las formaciones recientesque cubren el granito en los llanos no pasan de cierta altura, yesta roca primitiva que sirve de base á las demas y que consti-tuye el interior de nuestro planeta hasta los lugares mas pro-fundos á que el hombre ha podido penetrar, se deja ver otra vez.— En otros lugares las formaciones modernas ocultan siemprelas rocas cristalinas, y á una altura de mas de cuatro mil metrossobre el nivel actual del Océano, se hallan bancos de conchas yde corales petrificados. — Con frecuencia se advierte la cumbrede las montañas mas elevadas coronada de pequeños conos debasalto, de roca verde (Grünstein) y de esquisito pórfido, |266| fenómeno que da mucho que pensar al geólogo, que ve variar lasapariencias del suelo segun su mayor ó menor altura, como elnaturalista las plantas y los animales. — El aire mismo, estamezcla de flúidos gaseosos que rodea nuestro planeta y cuyaextension nos es desconocida, nos ofrece tambien diferencias noménos notables. Si nos alejamos del nivel del Océano, la tempe-ratura del aire y su presion disminuyen, miéntras que su seque-dad y su tension eléctrica aumentan; el color azul del cielo esmas subido en razon de la mayor altura, y esta influye tambiensobre la diminucion de la gravedad y del grado de calor queadquiere el agua que hierve, como sobre la intensidad de losrayos solares que atraviesan la atmósfera y sobre las refraccionesque estos sufren cuando en ella penetran. El viajero, alejándoseasí del centro de la tierra, en una proporcion mínima en verdadsi se compara con el radio de nuestro globo, se halla con sor-presa grande colocado en un mundo nuevo, y descubre en elaspecto del suelo y en las modificaciones de la atmósfera mayoresalteraciones que si hubiera pasado á otras latitudes. Es ciertoque las mismas variaciones se advierten en todas las regionesen que la naturaleza ha formado cadenas de montañas ó pla-nicies elevadas sobre el nivel del Océano, mas ellas son ménosgrandes en las zonas templadas que en las inmediaciones delecuador, en donde las cordilleras se levantan á cinco y seis milmetros de altura, y en donde cada region disfruta de un templeuniforme y constante. — Contiguos al polo boreal se hallanalgunos grupos de montañas casi tan colosales como las delReino de Quito cuya existencia han explicado algunos por larotacion de la tierra. Citaré entre otros el monte San Elías enla costa de la América opuesta al Asia por los 60° 21′ de latitudboreal, que tiene 5,512 metros de altura, el pico de Buen Tiempo,por los 59° de latitud boreal, con 4,547 metros de altura 1. — Ennuestra latitud media de 45° el Monte Blanco se eleva á 4,754metros. — Mas, en las regiones boreales, en la zona templada, á45°, el límite de las nieves permanentes, que es al propio tiempoel límite de toda organizacion, no pasa de 2533 metros sobre elnivel del mar. De aquí resulta que la naturaleza no tiene para
1 Viaje al Estrecho de Fuca, por D. Dionisio Galeano y D. Cayetano Valdés,pág. 65. — H.
|267| desarrollar la série de los cuerpos organizados, sino la mitaddel espacio de que puede disponer entre los trópicos, en dondela vegetacion no cesa hasta los 4,793 metros de altura vertical.— Fuera de esto se ha de considerar que en nuestras latitudesboreales la oblicuidad de los rayos solares, y la duracion desigualde los dias aumentan en tanto grado el calor del aire en lasmontañas, que muchas veces no puede percibirse diferenciaentre el calor de las llanuras y el que reina á 1,500 metros dealtura; y este es el motivo porque muchas plantas crecen al piéde los Alpes y sobre su cumbre. — Como han soportado los ri-gores del frio en lo llano, así los sufrirán en los meses de otoñoen las montañas. — Por esto es que se ven tambien algunasplantas alpinas de los Pirineos en valles inferiores; nada tienenque extrañar en ellos el calor al cual estan sujetas por algunosmeses en mayores alturas.
No sucede así entre los trópicos, en el vasto espacio de 4,800metros de extension vertical que comienza en la superficie delOcéano y acaba en las nieves permanentes, en donde los climas sesuceden como capas sobrepuestas las unas á las otras, en cada unade las cuales la temperatura es casi constante, y donde la presionatmosférica, el estado higroscópico del aire, su carga eléctrica,siguen leyes inalterables y tanto mas fáciles de descubrir, cuantoque los fenómenos son ménos complicados. — De semejanteórden de cosas resulta que como cada altura entre los trópicosestá sujeta á condiciones particulares, tambien ofrece produc-ciones que varian segun la naturaleza de estas circunstancias; ypor esto es que en los Andes de Quito, en una faja de dos mil me-tros de anchura, se advierte mayor variedad de formas que enuna faja situada del mismo modo en el declivio de los Pirineos. Me he propuesto reunir en un solo cuadro el conjunto de losfenómenos físicos que nos presentan las regiones equinoccialesdesde el nivel del mar del Sur hasta la cima mas elevada de los Andes. — Este cuadro indica. La vegetacion. — Los animales. — Los fenómenos geológicos.— La cultura. — La temperatura del aire. — El límite de lasnieves permanentes. — La constitucion química de la atmósfera.— La tension eléctrica. — La presion barométrica. — La dimi-nucion de la gravedad. — La intensidad del color azul del cielo. |268| — El grado de extincion que padece la luz al atravesar las capasdel aire. — Las refracciones horizontales y el calor del agua quehierve, á diferentes alturas. Para facilitar la comparacion de estos fenómenos con los delas zonas templadas, he añadido muchas alturas medidas endiferentes puntos del globo y las distancias desde donde aquellaspueden divisarse en alta mar, omitiendo, sin embargo, el cál-culo de las refracciones terrestres. — Puede mirarse este cua-dro como el resúmen de todas las cuestiones que he estudiadoen el curso de mis viajes en los trópicos, y él presenta el re-sultado de un extenso trabajo de que me ocupo actualmente,en el cual se hallarán las explicaciones, que apenas he podidoindicar en él. — Me atrevo á pensar que este ensayo no soloserá interesante en sí mismo por los objetos que comprende,sino porque sugerirá en el ánimo de los que se ocupan de físicageneral algunas comparaciones y combinaciones favorables alprogreso de esta ciencia, que constituye uno de los mas hermo-sos ramos del saber humano, y en cuyo estudio no puede ade-lantarse sino examinando primero en detalle y despues enconjunto los diversos fenómenos y las distintas producciones conque nos brinda la superficie del globo, porque, en este grandeencadenamiento de causas y de efectos, ningun hecho es fecundosi se le considera solo y aislado. — El equilibrio general quereina en medio del cúmulo de perturbaciones aparentes, está fun-dado en la concurrencia de innumerables fuerzas mecánicas yde atracciones químicas que se contrapesan las unas á las otras,y por tanto, si es menester considerar cada serie de hechos se-paradamente para averiguar las leyes particulares á que estansujetos, no es ménos importante para el estudio de la natura-leza, que es el gran problema de la física general, el reunir todoslos conocimientos que tratan de las modificaciones de la ma-teria. Llegué ademas á lisonjearme de que este cuadro, no solo harianacer ideas nuevas de comparacion en el entendimiento de laspersonas que se propusieran estudiar todos sus detalles, sinoque seria tambien capaz, hablando á la imaginacion, de procu-rarles algunos de los placeres que produce la contemplacion deuna naturaleza tan majestuosa como benéfica. En efecto, esa |269| multitud de formas vegetales que se ostentan en el declivio deuna de las cordilleras, esa variedad de estructura que se adaptaal clima de cada altura y á su presion barométrica; ese mantode nieve perpetua que establece un dique inexpugnable á la ve-getacion, pero que en el ecuador se encoje, dejando un espaciode 2,300 metros de extension mayor que en nuestros climas; esosfuegos volcánicos que se abren paso, ya por entre colinas bajascomo en el Vesuvio, ó por alturas cinco veces mayores como enel Cotopaxi; esas conchas petrificadas que aparecen en las pun-tas de las montañas mas elevadas como recuerdo de las grandescatástrofes que ha sufrido nuestro planeta; en fin, esas altas re-giones del aire por entre las cuales ha penetrado un físico areo-nauta animado del intrépido valor que inspira el celo mas noblepor las ciencias, he aquí objetos capaces de entretener nuestraimaginacion, y de elevarnos á las mas sublimes contemplacio-nes. — Quise así que un cuadro físico de las regiones equinoc-ciales se dirigiera al entendimiento y á la imaginacion á la vez,á fin de que, no solamente interesara á los que se ocupan delestudio de las ciencias físicas, sino que inspirara gusto por elmismo estudio á los que no saben de cuantos placeres se privanno cultivando sus facultades mentales. — No ignoro que estecuadro es bien imperfecto, y por lo mismo solo lo presento co-mo un ensayo, trabajado en medio de un cúmulo de ocupacio-nes heterogéneas, y halagado por la idea de que el público lorecibirá con la misma indulgencia que mis otros escritos. — Silas empresas nuevas que preparo me dejan tiempo, espero quepodré ir mejorándolo sucesivamente, porque con las cartasbotánicas acontece lo que con las que llamamos exclusiva-mente geográficas, y es que no se consigue que sean exactassino á proporcion que se aumenta el número de buenas observa-ciones. Por la primera vez hice el diseño de este cuadro en el puertode Guayaquil, por febrero de 1803, cuando de regreso de Limapor mar me preparaba á salir para Acapulco. — Envié entoncesuna copia del primer bosquejo á Santa Fé de Bogotá, á M. Mutis,que me honra con su amistad. — Nadie mejor que él podia juz-gar de la exactitud de mis observaciones, y aun darles mayorextension, comprendiendo en ellas las que él mismo ha hecho |270| por espacio de cuarenta años en sus viajes en el territorio Gra-nadino. — Este gran botánico, no obstante la distancia á quese halla de Europa, ha seguido los progresos de la física, yobservado con constancia los vegetales de los trópicos á todaslas alturas; ha herborizado en las tierras bajas de Cartagena, enlas orillas del Magdalena y sobre las colinas de Turbaco cubier-tas de gustavia augusta, de anacardium caracoli y de nectandrasanguinea; ha vivido largo tiempo en la alta planicie de Pamplo-na, en los llanos de Mariquita y en los de Ibagué, cuyo cielo se-reno y clima delicioso me han dejado los mas agradables re-cuerdos; ha subido á las cumbres nevadas de los Andes, encuyas inmediaciones vegetan el escallonia myrtilloides, el winte-ra granatensis y el befaria, que por la continua abundancia de susflores deberia llamarse la rosa alpina de estas comarcas. — Nin-gun botánico ha estado en el caso de reunir mayor número deobservaciones interesantes sobre la Geografía de las plantas, que Mutis, por la multitud de medidas barométricas que ha practi-cado, y que le han permitido apreciar con certeza la altura á quecrecen las diversas plantas de la zona tórrida. — Mr. Haenke,compañero del desgraciado Malaspina en sus navegaciones, debehaber hecho un crecido número de observaciones análogas á lasmias. — Este botánico infatigable vive hace mas de 10 años enla cadena elevada de los Andes de Cochabamba que liga las mon-tañas del Potosí con las del Brasil. MM. Sesse y Mociño que hantraido á Europa las riquezas vegetales de Méjico, no habrán de-jado tampoco de observar la variedad considerable de plantasque viven en el suelo de N. España, desde las costas de Yucatany de Veracruz, hasta la cima nevada de Sitlaltepetl (pico de Oriza-ba) y de Popocatepec. — Mi residencia en Méjico y en los Esta-dos-Unidos y otras circunstancias particulares me privaron desacar el partido que habria deseado de los consejos de estossabios distinguidos. El diseño que hice en Guayaquil ha sido ejecutado en Paris enmayor escala por Mr. Schænberger, que hace muchos años mehonra con su amistad. Pero como sus ocupaciones no le permi-tieron poner este bosquejo en estado de poder grabarse, se en-cargó de darle la última mano Mr. Turpin, que disfruta de unareputacion merecida como botánico y como pintor, y que ha di- |271| bujado esta Geografía de las plantas con el buen gusto que ca-racteriza todas sus obras. — Un dibujo como este, que por su na-turaleza está sujeto á escala, no es susceptible de una ejecucionpintoresca, porque lo que demanda una exactitud geométrica,deja de producir en pintura efectos agradables á la vista. — Aun-que no deberia representarse la vegetacion sino en masas seme-jantes á las que se advierten en una carta militar, he creido, sinembargo, que podria tomarme la libertad de dibujar un bosquede scitamineas y de palmeras ostentando sus elevadas copas.— Adviértese con facilidad en el cuadro el límite de cada re-gion, las palmas se pierden poco á poco entre los demas árbo-les; estos ceden su lugar á las plantas herbáceas, que insensible-mente dejan el campo libre á las gramíneas y criptógamos. —Algunas personas de gusto delicado hubieran preferido quizáque todas las observaciones aparecieran cerca de las escalas quepresenta el márgen del cuadro, mas como en un trabajo de estaespecie es preciso conciliar en lo posible (lo que no es fácil), dosintereses opuestos, que son el efecto agradable y la exactitud,toca al público el decidir si hemos conseguido vencer en partelas dificultades que se encuentran en la ejecucion de obrasemejante. — El cuadro de las regiones ecuatoriales comprendelos fenómenos físicos que presentan la superficie del globo y laatmósfera, desde los 10° de latitud boreal hasta los 10° de latitudaustral. — En razon de la grande diferencia que se nota, no soloen las producciones de la tierra, sino tambien en los fenómenosmeteorológicos, entre los 10° y los 23° de latitud 1, no creí quepodia extender la zona del cuadro mas cerca de los límites delos trópicos. Resulta de mis operaciones geodésicas practicadas en Méji-co, que aun por los 19° de latitud boreal el límite de las nie-ves permanentes no difiere sino de 200 metros del que se obser-va en el ecuador, puesto que alcanza á los 4,600 metros. — Enlas inmediaciones de las zonas templadas, las corrientes que seestablecen en la atmósfera, la direccion que siguen los vientosalisios, segun el hemisferio en que soplan, y otras causas que di-
1 En el curso de esta obra, cuando no se advierte lo contrario, se entien-de hacerse uso del grado del termómetro centígrado y del metro, conservandosolo las antiguas divisiones del tiempo y de los grados de latitud.
|272| manan de la configuracion de los continentes, dan á las regionessituadas por los 20° y 23° de latitud boreal, en su clima y en suvegetacion, un carácter peculiar, y distinto de lo que podria es-perarse entre los trópicos. A una altura de 3,934 metros se ventodavia pinos en la N. España, y à 1000 metros bajo el términode la nieve perpetua, hay todavía árboles gruesos hasta de unmetro de diámetro, en tanto que por los 5° y 6° de latitud los ár-boles altos dejan de verse desde la altura de 3,508 metros. — Enla isla de Cuba el termómetro llega muchas veces al punto de con-gelacion y se mantiene por algunos dias, y aun en la orilla del marbaja hasta los 7°, miéntras que en Veracruz y en Santo Domingo,en latitudes algo mas australes, nunca baja de 17°. — En la ciu-dad de Méjico se ha visto caer nieve, y tambien en la provinciade Mechoacan, en Valladolid mismo, á pesar de que la altura deestas ciudades no excede de 2,264 metros la una y de 1,870 me-tros la otra; miéntras que en el ecuador, hasta el 4° grado de la-titud, no cae nieve sino en los lugares cuya altura pasa de 4,000metros. — Consideradas estas anomalías de la vegetacion y delclima de las regiones que se aproximan á la zona templada, se-ria muy aventurado pretender reunir en un mismo cuadro losfenómenos que se presentan en toda la extension de los trópi-cos. — Luego que se sale fuera del 10° grado de latitud boreal óaustral, ni el suelo ni la atmósfera tienen el carácter de las re-giones ecuatoriales. Estas las he representado en un corte verti-cal que en direccion del este al oeste pasa por la cordillera altade los Andes. — Por un lado se distingue al occidente el niveldel mar del Sur, que en estos parajes merece su nombre de océa-no Pacífico, porque desde el 12° grado de latitud austral hasta el5° de latitud boreal, no turban su tranquilidad los vientos im-petuosos, mas esta circunstancia solo se advierte dentro deaquellos limites. — Desde esta costa occidental hasta el pié dela cordillera, existe una llanura muy extensa de norte á sur,pero cuya anchura no excede de veinte á treinta leguas del oc-cidente al oriente, este es el terreno que forma el valle del Perú,el cual presenta al norte del cuarto grado y medio de latitudaustral una vegetacion tan rica y majestuosa, como árida y des-nuda de plantas al sur de este paralelo. — Allí el suelo cubiertode arenas graníticas, de conchas y de sal gema, manifiesta |273| por donde quiera las señales de haber estado cubierto por lasaguas del océano. — En este valle, desde las colinas de Amo-tape hasta Coquimbo los habitantes no han visto nunca llo-ver ni tronar, miéntras que al norte de estas colinas la llu-via es tan abundante como furiosas y frecuentes las tem-pestades. He hecho pasar el corte de la cordillera de los Andes por la cumbre mas alta, que es el vértice del Chimborazo, situa-do á 1° 27′ de latitud austral y á 0° 19′ al occidente de la ciu-dad de Quito. Los académicos franceses solo midieron aproxi-mativamente esta altura. — M. de la Condamine, que en su viajeha consignado las mas luminosas ideas sobre la geología y la fí-sica general, no da al Chimborazo sino como 6274 metros dealtura; el geómetra español D. Jorge Juan le asigna 6586: ladiferencia entre estos dos cálculos es de 312 metros, y por lomismo demasiado considerable para no hacer alto en ella. —La carta de las costas del Perú de Malaspina, que ha publicadoel Depósito hidrográfico de Madrid, da al Chimborazo 7496 varasó 6352 metros de altura.— Yo practiqué cerca de la villa de Rio-bamba, en la grande llanura volcanizada de Tapia, una medidageodésica segun la cual la altura del Chimborazo, suponiendola refraccion de \( \frac{1}{14} \) del arco, seria de 3640 metros sobre esta lla-nura, la cual está, segun Mr. Gouilly (que ha calculado con lafórmula de Mr. Laplace mis observaciones barométricas), á 2896metros sobre el nivel del mar, de manera que la altura total delChimborazo llegaria á 6536 metros; y si se hace uso de la nuevafórmula de refraccion que Mr. Laplace ha calculado, mis me-didas geodésicas se convierten en 3648 metros, y por tantola altura total del Chimborazo es de 6544 metros, número quese aproxima mas al resultado de D. Jorge Juan que al de Mr. dela Condamine. Pero no hay que olvidar que este geómetra usabaquizás de la fórmula barométrica de Bouguer 1 y no hacia lacorreccion de la temperatura, y en este caso ha debido hallar
1 Las diferencias notables que se advierten entre las alturas que los acadé-micos franceses y españoles asignan á las mismas montañas, y que son supe-riores á las que podrian resultar de la incertidumbre de la altura absoluta dela estacion de Caraburu, hacen creer que el cómputo de la altura del Chimbo-razo se ha modificado á consecuencia de las diversas hipótesis del cálculo ba-rométrico. Si por el contrario, como parece indicarlo un pasaje del tratadosobre la figura de la Tierra de Bouguer, la altura absoluta de todas las mon-tañas depende de la medida geodésica de la pirámide de Ilinisa hecha desde
|274| una altura inferior á la mia de 180 metros. — Ademas de esto,la diferencia de las suposiciones respecto de la altura del baróme-tro al nivel del mar, aumenta la divergencia en el cómputo dela elevacion absoluta, porque las medidas practicadas en la cor-dillera de los Andes son necesariamente mitad geométricas ymitad barométricas, y esta complicacion dificulta la compara-cion de dos operaciones calculadas sobre bases y métodos dife-rentes. Sin embargo las dimensiones considerables de mi base(1702 metros), las precauciones que tomé para nivelarla, y la na-turaleza de mis ángulos, me parece que deben inspirar algunaconfianza en el resultado de mi medida. — La cúspide del Chim-borazo es un gran segmento de círculo que tiene mucha seme-janza con el aspecto del Monte-Blanco. — No me ha sido posiblefigurarlo con exactitud en la lámina que acompaña esta obra,pero estoy preparando una vista pintoresca de esta montañacolosal cuyos contornos he medido con el sextante, y que algundia publicaré.
Detrás del Chimborazo se divisa en el cuadro un cono de5,752 metros de elevacion, que representa la cima del Cotopa-xi. Su volcan y los del Tunguragua y del Sangay son los masactivos de la provincia de Quito. Como llevo dicho, esta mon-taña es cinco veces mas elevada que el Vesuvio, que no tie-ne de altura sino 1,197 metros, pero no por esto debe suponerseque el Cotopaxi es el volcan mas alto del mundo, el Antisana leprecede; en este último nevado se descubren, á la altura de5,832 metros, muchas bocas de las cuales he visto humear unaen el año de 1802. En la realidad el Cotopaxi no se halla tan cer-ca del Chimborazo como aparece en el diseño. Si se hubieranquerido conservar las distancias horizontales exactas, habriadebido figurarse, en lugar del Cotopaxi, el volcan del Carguaira-zo, que se hundió el 19 de julio de 1698, y que está situado enla proximidad del Chimborazo. — Mas, fuera de que el Carguai-razo, que no ofrece sino las ruinas de su antigua grandeza, eshoy poco interesante, tenia por otra parte un motivo poderosopara preferir el Cotopaxi, cuyos bramidos subterráneos oí en
Niguas, entonces todavía hay ménos que extrañar estas diferencias, como lomanifestaré cuando en otro lugar discuta los errores que pueden cometerseen esta operacion complicada.
|275| el puerto de Guayaquil, miéntras que estaba trabajando el pri-mer bosquejo de mi cuadro. Desde aquel puerto al cráter delCotopaxi 1 hay cuarenta y dos leguas marinas de distancia, y sinembargo las esplosiones se oian como si fueran descargas de ar-tilleria. — En el año de 1744, los bramidos de este volcan se oye-ron hasta Honda y Mompox, á mas de doscientas leguas de dis-tancia. En esta proporcion, si el Vesuvio tuviera la mismaintensidad de fuerza volcánica, el estallido de sus erupcionesdeberia alcanzar hasta Dijon ó hasta Praga. — La altura del hu-mo que despide el cráter, no está figurada arbitrariamente enel diseño. — Para calcularlo me he conformado con el cómputohecho por Mr. de la Condamine, que juzgó que las llamas en 1738se elevaron á mas de 900 metros sobre el vértice del volcan. —Entonces fué que el Cotopaxi arrojó, como otros volcanes delReino de Quito, inmensa cantidad de aguas cargadas de hidró-geno sulfurado y de arcilla carburada mezclada con azufre, ypeces muy poco alterados por el calor y que forman una especienueva del género pimelodus (pimelodus cyclopum).
Parece superfluo indicar aquí que la proyeccion de la cordi-llera solo está sujeta á escala en el sentido vertical, y que la mis-ma escala no puede servir para las distancias horizontales, por-que las montañas mas altas aparecerian tan bajas, igualando lasescalas, que al Chimborazo no le tocarian sino dos líneas de al-tura en un pliego en folio en el cual se quisiera figurar un terre-no de doscientas leguas de largo, y la elevacion del Vesuvio seriatotalmente nula en el mismo diseño; y para representar en la es-cala que he adoptado respecto de las alturas, no todo el perfilde la América meridional, sino el espacio solamente compren-dido entre el mar del Sur y el revés oriental de los Andes, seriamenester una tira de papel de muchos metros. — Tal es la razonporque no pueden igualarse, cuando se figura de perfil una por-cion considerable del globo, las escalas de altura y las de dis-tancia; y por tanto no es posible dar una idea exacta de la confi-guracion del terreno, pues todo parece mas escarpado de lo quees realmente.— No me faltarán ocasiones de discutir las ventajasy los inconvenientes de estas proyecciones en mi ensayo sobre la
1 El cráter del Cotopaxi tiene cerca de 930 metros, el de Rucupichincha cer-ca de 1463 metros de diámetro, el del Vesuvio no pasa de 606 metros.
|276| Pasigrafía mineralógica, ó en el Atlas geológico que me propon-go publicar luego que se terminen los cálculos de mis observa-ciones astronómicas y medidas geométricas.
En el cuadro se advierte que es ménos empinado el lado orien-tal de los Andes que el occidental, y asi es en efecto en la por-cion de la cordillera que he figurado en el corte, aunque estoymuy distante de creer que esta circunstancia sea tan general co-mo lo han sostenido diversos físicos célebres, y entre ellos Buffon.En efecto, si consideramos cuan poco conocida es la cordillera delos Andes en su parte oriental, nos persuadiremos fácilmente deque pueden haberse confundido los ramos laterales de la cordi-llera con la alta cumbre que separa las inmensas llanuras del Beni,del Puruz y Ucayale, del valle angosto del Perú, y de que debe-mos ser cautos en decidir de un modo general sobre el decliviomas ó ménos rápido de las pendientes de ambos lados. — Cuan-do atravesé la cordillera de los Andes por el páramo de Guama-ni, en donde existen todavía á la altura de 3,300 metros las rui-nas ciclopeas del palacio de los Incas; y cuando bajé hácia el rio Amazonas, subiendo luego de la provincia de Jaen de Bracamo-ros á Micuipampa, observé que bajo los 3° y 6° grados de latitudaustral las cuestas orientales son mas ásperas que las opuestasque caen al mar del Sur. — Mr. Haenke hizo en la provincia deCochabamba y en las montañas fértiles de Chiquitos la mismaobservacion. — Muchos hechos podrian citarse en el hemisferioboreal que confirmarian el mismo reparo: sábese, por ejemplo,que al oriente de Bogotá, por el páramo de Chingasa, el descen-so á los llanos de Casanare es punto ménos que imposible. Para indicar los valles angostos que sin duda se han formadopor efecto de los terremotos en los Andes, he figurado una quie-bra ó barranca profunda en el declive oriental de la cordillera.— Algunas de estas grietas son tan hondas, que el Vesuvio, elSchneekoppe de Silesia y el Puy de Dome de Auvernia coloca-dos en el fondo, no alcanzarian á igualar con sus cumbres lasmontañas que sirven de muros á estas maravillosas hendeduras.— La de Chota en el Reino de Quito tiene de profundidad per-pendicular 1,566 metros, la del rio Cutacu en el Perú tiene masde 1,364, y sin embargo el nivel mas bajo de estos valles, estátodavía elevado de otro tanto sobre el del Océano. Su anchura |277| no excede muchas veces de 1,200 metros, de manera que el geó-logo se imagina ver inmensos filones que la naturaleza dejó dellenar de sustancias metálicas. — Mr. Ramond calculó que lagrieta de Ordesa, cerca del Mont-Perdú, tenia 896 metros deprofundidad media. A la extremidad mas oriental del perfil se ven las costas del océano Atlántico, las llanuras del Pará y del Brasil, y para indi-car que esta parte del diseño deberia ser mucho mas larga queel resto, se ha interrumpido esta inmensa llanura que riegan el Amazonas y el Rio-Negro. Hasta aquí solo he manifestado los fenómenos geológicos quese descubren en la periferia de mi diseño. Pasemos ahora á lointerior, en donde he querido figurar la geografía de la vegeta-cion equinoccial con toda la extension que permiten los límitesde una sola lámina. — Los herbarios que Mr. Bonpland y yo traji-mos como resultado de nuestras herborizaciones en los trópicos,encierran mas de seis mil especies, y como al mismo tiempo nosocupamos de observaciones astronómicas y medidas geodésicasy barométricas, tenemos los datos suficientes para determinarcon exactitud la posicion de todas estas plantas, la extension dela zona que cada especie ocupa, el máximum y el mínimum desu elevacion, la naturaleza de la roca que les sirve de base, y latemperatura en que viven. — Conforme á estas observaciones,he situado en el cuadro, sin dejar el compas de la mano, el nom-bre de las plantas que la naturaleza hace nacer entre dos límitesdeterminados. — Cada nombre está escrito segun la escala enmetros que está al lado del diseño. — Cuando la planta ocupacierta extension en el declive de la cordillera, el nombre de ellaestá escrito oblicuamente. — Solo se indica el nombre del géne-ro si todas las especies que él comprende crecen á la mismaaltura. — Así es que la escallonia, la wintera, el befaria y el brathys, no se hallan en el ecuador sino en alturas considera-bles, miéntras que el avicennia, el coccoloba, la cœsalpinia y bom-bax, aparecen únicamente en lugares poco mas altos que el ni-vel del mar. El espacio reducido en que he tenido que acumular todos es-tos resultados, no me ha permitido nombrar sino algunas espe-cies; mas si el público acoge este ensayo con algun favor, lo |278| ampliaré mas tarde, publicando mapas especiales para los cualestengo preparados abundantes materiales: porque me habria sidocasi imposible indicar sin confusion en un cuadro general 150 es-pecies de melastoma, 58 de psychotria, 38 pasifloras y mas de 400gramíneas que hemos traido de las regiones ecuatoriales, y delas cuales la mayor parte sin embargo vegetan solo á cierta alturaque la naturaleza les ha designado. — Con frecuencia me he vistoen la necesidad de repetir en muchos lugares el nombre de unmismo género cuyas especies ya crecen á 500 ya á 3,000 metrosde altura. No me he atrevido á introducir en este cuadro un nú-mero considerable de géneros nuevos sobre los cuales tenemostodavía alguna incertidumbre que no hemos podido aclarar enel corto tiempo que hace estamos en Europa, y por lo mismosolo designo algunos vegetales curiosos que aparecerán en lá-minas muy en breve en los primero y segundo fascículos denuestras plantas equinocciales, tales son el cusparia febrifuga (ár-bol precioso del que se saca el cortex angosturœ, género nuevo,de hojas ternadas y alternas), el matisia cordata, y la palma decera (ceroxylon andicola), que ha sido descrito por Mr. Bonpland en una memoria particular. A fin de fijar de un punto de vista mas general y mas digno dela física las ideas que deben tenerse de la estacion de los vegeta-les, he dividido esta carta botánica en regiones, conforme á laanalogía de las formas que se observan á diferentes alturas, yhe hecho grabar el nombre de estas regiones en caracteres masgrandes, como se designan las provincias en las cartas ordina-rias. Así es que, partiendo de lo interior del globo ó de la pro-fundidad de las minas hasta las cumbres heladas de los Andes,se ven en primer lugar la region de las plantas subterráneas, quecontiene criptógamos de estructura singular, que Scopoli estu-dió el primero, y sobre los cuales publiqué en 1790 una obra par-ticular con este título: Florœ friberyensis prodromus, plantas cryp-togamicas, prœsertim subterraneas, recensens. — Estos criptóga-mos son especificamente diferentes de los que se hallan en la su-perficie del globo, y parecen ser, como muchos de estos, in-dependientes del clima y de la latitud. Vegetan en una oscu-ridad profunda y perpetua, de sus especies están revestidoslos muros de las cavernas y los maderos que sirven de apoyo á |279| los trabajos de los mineros. — He visto las mismas especies (bo-letus ceratophora, lichen verticillatus, boletus botrytes, gymnoder-mea sinuata, bissus speciosa) en las minas de Alemania, de In-glaterra y de Italia, como en las de la Nueva Granada y de Méjico,y, en el hemisferio austral, en las de Hualgayoc en el Perú. En el fondo del Océano, al mismo nivel que estos criptógamossubterráneos, vegetan en una oscuridad no ménos profunda,algunos fucus y ciertas especies de ulva que salen enredadas enla sonda, y cuyo color verde es difícil expliquen los físicos. Luego que abandonamos esta multitud de vegetales subterrá-neos para subir á la superficie, nos hallamos de repente trasla-dados á una region en donde la naturaleza ha sabido reunir lasformas vegetales mas majestuosas, y se ha complacido en agru-parlas del modo mas agradable, me refiero á la region de laspalmeras y scitamineas, que desde el nivel del Océano se extien-de hasta 1,000 metros mas arriba. — Esta es la patria de las mu-sa, heliconia, alpinia, de las liliaceas las mas odoríferas y de laspalmas. — En estos climas ardientes vegetan el theophrasta, el plumeria, el mussœnda, el cœsalpinia, el cecropia peltata, el hyme-nea, el bálsamo de Tolu, y el cuspare ó quina de Caroni. — Enlas costas áridas del mar, á la sombra de los cocos, del laurus per-sea y del mimosa inga, crecen el allionia, el conocarpus, el rhizo-phora mangle, los convolvulus littoralis y brasiliensis, el talinium, el avicennia, el cactus pereskia y el sesubium portulacastrum. Algunos de los vegetales de esta region presentan anomalíassingulares y excepciones notables á las leyes generales de la ve-getacion. — Las palmeras de la América meridional, como las del Antiguo Continente, no pueden soportar el frio de las montañaselevadas. — Una sola presenta el fenómeno extraordinario devegetar solamente en una altura igual á la del Monte-Cenis,y hasta la del Canigou. — El ceroxylon andicola, única palma al-pina que hasta hoy se conoce, crece en los Andes de Quindíoy de Tolima, bajo 4° 25′ de latitud boreal, desde la altura de1860 hasta la de 2,870 metros, y su tronco revestido de ciertaespecie de cera que Mr. Vauquelin acaba de analizar, suele tenermas de 54 metros de alto. — En la historia de la expedicion delalmirante Córdova, se anuncia haberse encontrado en ciertasbarrancas del estrecho de Magallanes, es decir por los 53° de |280| latitud austral, una palma. — Este hecho es singular, sobre to-do si se reflexiona en que no es posible confundir las palmas conotros vegetales, excepto con los helechos arbóreos, cuya exis-tencia en aquel estrecho no seria ménos curiosa 1. —En Euro-pa el chamœrops y la palma de dátil no pasan de los 43° 40′ delatitud. Las scitamineas, y en particular las especies conocidas de heli-conia, no crecen á una altura superior á 800 metros. — Cerca dela cumbre de la Silla de Caracas hallamos, es cierto, á la altura de2,150 metros sobre el nivel del mar, una especie de scitaminea de3 á 4 metros de altura, y tan abundante, que impedia el paso; perode su aspecto deducimos, por no haber podido ver la flor, que erauna especie nueva de heliconia capaz de resistir á la temperaturafria de estas regiones. — Las plantas que crecen en los estanquessalados me parece que por lo general son ménos sensibles á ladiferencia de temperatura y de presion barométrica; así es, queel sesubium portulacastrum que cubre las costas de Cumaná, ve-geta tambien abundantemente en la llanura de Perote, al orien-te de la ciudad de Méjico, cuya elevacion es de 2,340 metros,pero siempre en terrenos impregnados de carbonatos y muriatosde sosa. — Despues de la region de las palmas y de las scitami-neas, comienza la de los helechos arbóreos y de las cinchona. Esta última es mas extensa que la de los helechos, que no vivensino en los climas templados entre 400 y 1,600 metros de altu-ra, miéntras que las quinas suben hasta 2,900 metros sobre elnivel del mar. — Las especies de cinchona que resisten mejor alfrio, son la cinchona lancifolia y la cinchona cordifolia de Mutis,y las que descienden á un nivel mas bajo, son la cinchona oblon-gifolia y la cinchona longiflora. — He visto árboles bien lozanosde esta última á 740 metros de altura. — La famosa quina deLoja, que crece en los bosques de Cajanuma y de Uritucinga, yque es enteramente diversa de la quina naranjada de Bogotá,vegeta desde los 1,900 á 2,500 metros. — Esta especie tiene cier-ta analogía con la cinchona glandulifera de la flora del Perú, pero
1 Los viajes posteriores no parece que hayan confirmado la narracion delalmirante Córdova. Por lo ménos, en el viaje de Mr. Dumont d’Urville, quetengo á la vista, solo se mencionan en el estrecho de Magallanes ciertas hayas (le hêtre antarctique) en forma de parasol. — No seria extraño que se hubieraconfundido este árbol con una palma. — A.
|281| se diferencia de ella esencialmente. Hasta aquí solo se ha halla-do cerca de Loja, entre el Rio-Zamora y el Rio-Cachiyaco, en laprovincia de Jaen de Bracamoros, en las inmediaciones del pue-blo de Sagique, y en un recinto poco extenso del Perú cerca deHuancabamba.— La roca que le sirve de base es el esquisto mi-caceo, y para que se olvide enteramente el nombre inexacto de cinchona officinalis, la designaremos con el nombre de cinchona condaminea, porque el primero que la dibujó fué el ilustre astró-nomo Mr. de la Condamine. — Algunos viajeros pretenden habervisto quinas á alturas de 4,600 metros ya cerca del límite de lanieve permanente, pero es porque han confundido con la quinael wintera y algunas especies de weinmannia cuyas cortezas con-tienen tanino con abundancia y se usan tambien como febrífu-gos. Nosotros no hemos visto ningun árbol del verdadero género cinchona á una altura superior de 2,900 metros, ni inferior á 700metros sobre el nivel del mar, porque la quina de Filipinas queha descrito Cavanilles, y la que se ha descubierto últimamenteen el valle de Guines en la isla de Cuba, parece que pertenecená un género diferente. — Del mismo modo que muchos vegeta-les poco análogos entre sí dan caucho, como unos ficus, el hevea, un lobelia, el castilloa y algunos euforbios; que el alcanfor lo pro-ducen muchas plantas que no pertenecen al mismo género, porejemplo en Asia un laurel, y en el Perú, en la fértil provincia deCochabamba, un arbusto didinamio muy comun descubierto porMr. Haenke, del cual podrian extraerlo; que la cera vegetal perte-nece, no solamente al fruto de un mirica, sino tambien al troncode una palma: así tambien el principio febrífugo de la quinaexiste en plantas que no pertenecen al mismo género; y nohay razon para creer que productos cuyas propiedades químicasson las mismas, no sean elaborados en vegetales de diferenteestructura. — El cuspare de las llanuras de Caroni cerca deUpatu, es un árbol majestuoso que produce la corteza de angos-tura y cuyo género es bien diverso de las cinchonas, y sin embar-go no seria fácil al mejor químico distinguir la infusion del cus-pa de la de la quina amarilla de Santa Fé. — En las costas delmar del Sur, al occidente de Popayan y cerca de Atacames, ve-geta un árbol que participa de las propiedades del cinchona y del |282| wintera, y que sin duda difiere tambien de ambos géneros. — Elcuspare de la Guayana, el cuspa de la Nueva Andalucía y la cas-carilla de Atacames, vegetan todos tres al nivel del mar, y en susjugos la naturaleza ha preparado un principio análogo al de lasverdaderas quinas que vegetan á 2,800 metros.
Me propongo publicar, en la relacion de mi viaje á los trópicos,una carta botánica del género cinchona, en la cual indicaré los pa-rajes de uno y otro hemisferio en donde crece este árbol intere-sante. Allí se verá que él se prolonga en la cordillera de los Andes en un espacio de mas de setecientas leguas de largo, yserá fácil seguirlo desde los 20° de latitud austral en el Potosí yla Plata hasta la sierra nevada de Santa Marta bajo los 11° de la-titud boreal. — Todo el declive oriental de los Andes, al sur deHuanuco, cerca de las minas de Tepuani en las inmediaciones deApollobamba y de Yuracarces, es una selva no interrumpida dequinas, que Mr. Haenke ha podido recorrer hasta cerca de SantaCruz de la Sierra. — Infiérese que este árbol no se extiende masal oriente, porque hasta hoy no se ha descubierto en las monta-ñas del Brasil, que parecen sin embargo ligadas á los Andes delPerú por la cordillera de Chiquitos. — Partiendo de la Paz, lascinchona se difunden, por las provincias de Gualias y Guamalies,a Huancabamba y Loja.— Descienden por el oriente á la provinciade Jaen de Bracamoros, y aun alcanzan á coronar las colinas ve-cinas del rio Amazonas, cerca del estrecho famoso de Manseri-che. — Desde Loja las quinas se extienden en el Reino de Quitohasta Cuenca y Alausi, crecen y se multiplican al oriente delChimborazo, pero dejan de verse en la planicie elevada de Rio-bamba y Quito, y en la provincia de Pasto hasta Almaguer. —¿Será por ventura que las grandes catástrofes volcánicas que handevastado estos paises, han disminuido tambien las especies ve-getales? — Aquí hemos notado que en general la vegetacion esménos variada que en otras regiones situadas á la misma alturasobre el mar. — Al norte de Almaguer, cuya latitud es de 1° 51′57″ segun mis observaciones, las quinas vuelven á verse conabundancia en la provincia de Popayan, y se continuan sin inter-rupcion por los Andes de Quindío, la vega de Supia, las fértilescolinas de Mariquita, Guaduas y Pamplona, hasta las montañas de |283| Mérida y de Santa Marta, en donde varios manantiales de aguahidrosulfurosa hirviendo se juntan con las aguas heladas de lanieve que se derrite. La Silla de Caracas y algunas montañas de la provincia de Cu-maná (el Tumiriquiri, las inmediaciones del convento de Caripey la garganta de Guanaguana «Naguanagua») tienen de 1,300 á2,500 metros de altura, y por tanto disfrutan de suficiente fres-cura para favorecer la vegetacion de las cinchona; lo mismo su-cede en el Reino de N. España, en donde las planicies altas tienenun clima enteramente semejante al del Alto Perú; y sin embargoni en Cumaná ni en Méjico se han descubierto hasta aquí cincho-nas. — ¿Dependerá acaso esta anomalía de las pocas montañasde que estan rodeadas las sierras de Guamoco y de Santa Marta?— La cordillera de los Andes desaparece casi enteramente entreel golfo de Cupica y las bocas del Atrato, y el istmo de Panamáes mas bajo que el límite inferior de las cinchona. ¿Podrá quizásatribuirse á los obstáculos que ha encontrado esta planta en elclima ardiente de estas comarcas para continuar su propagacional Norte, ó por ventura vendrá un dia en que se descubrantambien las quinas en los hermosos bosques de Jalapa, aloriente de Veracruz, en donde el aspecto del suelo, los hele-chos arbóreos, las melástomas arborescentes, el clima templadoy la humedad del aire, parecen prometer á cada paso al botá-nico el árbol bienhechor que hasta aquí ha burlado sus esperan-zas? En la region templada de las cinchona crecen algunas liliaceas:tales son, por ejemplo, el cypura y el sisyrinchium, las melastoma de flores moradas, las pasifloras arbóreas tan altas como nues-tras encinas del Norte, el bocconia frutescens, el thibaudia, el fuchsia, y ciertas alstrœmeria hermosísimas. — Aquí se levantanmajestuosamente en los aires los macrocnenum, los lysianthus ylos cucularios, miéntras que la tierra se cubre de kœhlreutera,weissia, dicranum, tetraphis y otros musgos siempre verdes. —En los barrancos se esconden el gunnera, el dorstenia, los oxalis y multitud de arum desconocidos. Por los 1,700 metros de altura se hallan el porlieria hygrome-trica descrito por Ruiz y Pavon, los citrosma de hojas y frutosodoríferos, los eroteum, los hypericum baccatum y cayenense y |284| muchas especies de simplocos. Pasando 1,200 metros, ya no seencuentran mas mimosas de hojas irritables que se cierran alcontacto, la frescura de estas altas regiones señala este límite ásu irritabilidad. — Desde los 2,600 metros y principalmente á los3,000 los acœna, dichondra, nierembergia, hidrocotile, nerteria y alchemilla forman un césped espeso. — Esta es la region de las weinmania, de las encinas, del vallea stipularis y de las sperma-coce. La mutisia trepa sobre los mas altos árboles. Las encinas (quercus granatensis) no comienzan en las regionesecuatoriales sino arriba de 1,700 metros. En Méjico bajo los 17°y 22° de latitud, las he visto descender á 800 metros. — Estosson los únicos árboles que bajo el ecuador presentan algunasveces el espectáculo de la primavera, porque pierden á la veztodas sus hojas, y la tierna verdura de los retoños se junta conla de los epidendrum, parasitos que se nutren en sus ramas. El cheirosthemon, género nuevo de las malváceas, cuya mono-grafía interesante se debe á Mr. Cervantes, catedrático de botá-nica en Méjico, se halla tambien en estas elevadas regiones; maseste árbol cuya flor es tan singular, no se ha descubierto todavíaen los Andes del Perú. — Por mucho tiempo no se conoció sinoun solo individuo, en uno de los barrios de la ciudad de Tolucaen Méjico; y como este género vegeta espontáneamente en elReino de Guatemala, es probable que el árbol de Toluca fuéplantado por algunos Mistecas. — Hernandez alcanzó á ver reli-quias de los jardines de Istapalapan que prueban la aficion porel cultivo y por las bellezas del reino vegetal de pueblos á quie-nes estamos acostumbrados á dar el epiteto de bárbaros. Cerca del ecuador, los árboles corpulentos cuyo tronco tienemas de 20 ó 30 metros de altura, no crecen arriba de los 2,700metros. — Desde el nivel de la ciudad de Quito, los árboles sonmas pequeños y su altura es muy inferior á la que llegan lasmismas especies en climas mas templados. — A los 3,500 metrosde altura cesa toda vegetacion arbórea, pero abundan los arbus-tos, tales como los berberis, los duranta Ellisii y Mutisii, y unas barnadesia. — Estas son las plantas que caracterizan la vegeta-cion de las planicies de Pasto y de Quito; la de Bogotá se distin-gue por sus polymnia y los datura arbórea. — Los castilleja inte-grifolia y fissifolia, el columella, el hermoso embothryum emargi- |285| natum y el clusia de cuatro anteras, son comunes en esta region.— El verde césped que cubre la tierra aparece esmaltado conlas corolas doradas de las calceolarias. — Estas tienen su zonaque comienza á 1° de latitud boreal, y en cuanto al límite aus-tral sin duda lo fijarán los SS. Ruiz y Pavon que las han estu-diado hasta en Chile. — Desde 2,800 hasta 3,300 metros, ya enlas cumbres de la cordillera, hallamos la region de las wintera yde las escallonia. — El clima frio y siempre húmedo de estas al-turas que los indígenas llaman páramos, produce arbustos detronco corto y atezado que se divide en multitud de ramas cu-biertas de hojas duras y de un verde lustroso. — Suelen encon-trarse en estas alturas algunos árboles de quina naranjada, al-gunos embotrium, y las melastomas de flores casi purpurinas. —La alstonia, con cuyas hojas desecadas se prepara un té saluda-ble, el wintera granatensis y el escallonia tubar, que extiende susramas en forma de parasol, se hallan en ciertos parajes forman-do grupos. — A su sombra crecen lobelias pequeñas, y swertiasquadricornis. — Las plantas arbóreas cesan enteramente, comohe dicho ya, á la altura de 3,500 metros. — Solamente en la pen-diente del volcan de Pichincha, en un valle angosto que princi-pia en el Guagua-Pichincha, he hallado un grupo de singenesiasarbóreas cuyos troncos suben á 7 ú 8 metros de altura. Laregion de las plantas alpinas se extiende entre los 2,000 ylos 4,100 metros. — Abundan en ella las stœhelina, las gencia-nas y la espeletia frailexon de hojas velludas, con las cuales seabrigan los pobres Indios á quienes la noche sorprende en aque-llas solitarias regiones. — Las lobelia nana, sida pichinchensis,ranonculus gusmani, ribes frigidum, gentiana quitensis, y multitudde otras especies nuevas, que describiremos en el tratado espe-cial de las plantas equinocciales, esmaltan la pelusa. — Los moli-na son los arbolillos que hemos visto crecer á mayores alturasen el volcan de Puracé, cerca de Popayan, y en el de Antisana. Las gramíneas se sustituyen á las plantas alpinas á la altura de4,100 metros, y el término superior de la region que ellas ocu-pan es por los 4,600 metros. — Cubren el suelo las jarava, losstipas, muchas especies nuevas de panicum, de agrostis, de avena y dactylis. Desde léjos parece una alfombra dorada que loshabitantes del pais llaman pajonal. — En esta region cae algunas |286| veces nieve. — Pasando los 4,600 metros, desaparecen entera-mente las fanerogamas bajo el ecuador. — Desde aqui hasta lalínea de la nieve permanente, no hay otras plantas que el liquen,que cubre las rocas y que se esconde bajo la nieve misma. —En el ángulo de una roca, á poca distancia de la cima del Chim-borazo, á 5,554 metros de altura, hallé el umbilicaria pustulata yel verrucaria geografica, últimos seres organizados fijados al sue-lo que vimos á tanta altura. Tales son los fenómenos principales de la vegetacion que pre-senta el cuadro físico de las regiones ecuatoriales; seria conve-niente que poseyésemos uno semejante para la Europa. — Lasobras clásicas de Pallas, Jacquin, Wulfen, Lapeyrouse, Schranck, Villars, Host y tantos otros naturalistas viajeros, encierran mu-chos datos que pudieran aprovecharse. Los célebres botánicosque han recorrido los Alpes de Salzburgo, del Tirol y de la Sty-ria, los que han visitado las cumbres elevadas de la Suiza y de laSaboya, formarán sin duda cartas botánicas mucho mas com-pletas que este breve ensayo que ofrezco al público. — ¿Quiénpuede reunir materiales mas preciosos para un trabajo de estanaturaleza, que el sabio que ha descubierto en el pico helado delos Pirineos aquella inmensa acumulacion de restos de seres or-gánicos, y que, tan instruido en geología como en botánica, reu-ne al arte de observar el don privilegiado de hablar á la imagi-nacion 1? Antes he manifestado las causas que impiden que los fenóme-nos de la geografía de las plantas no sean ni tan variados ni tanconstantes bajo los 45° de latitud como bajo el ecuador. — Sinembargo, á pesar de este inconveniente, el cuadro físico de losclimas templados no dejaria por esto de ser interesante. — Enel centro se veria el Monte-Blanco, en la cadena elevada de los Alpes, con una altura de 4,775 metros. El declive de esta cadenallega por una parte al océano Atlántico y por la otra al Mediter-ráneo, en donde los chamœrops, las palmeras de dátil y muchasotras plantas del Monte-Atlas estan anunciando la proximidaddel Africa. — En este cuadro la nieve perpetua bajaria á 2,550metros de elevacion sobre el mar, es decir á una altura en la
1 Mr. Ramond, autor de las Observaciones hechas en los Pirineos y del Viajeal Mont-Perdú.
|287| cual vegetan bajo el ecuador las palmas que producen la cera,las quinas y los mas robustos árboles. — Así es que la zona quecomprende desde el nivel del mar hasta la nieve permanente, escasi la mitad mas angosta en nuestros climas que en los trópicos;pero el manto de nieve que oculta las montañas mas elevadasen Europa, el Monte-Blanco y el Monte-Rosa, tiene 600 metrosmas de extension que el que cubre el Chimborazo. — Sobre lasrocas escarpadas en que la nieve no puede posarse, vegetan enlos Alpes que rodean al Monte-Blanco á mas de 3,100 metrosde altura, el androsace chamœjasma (Jacq); el silene acaulis, quedesciende hasta 1,500 metros, y que Saussure halló á 3,468 me-tros; el saxifraga androsacea, el cardamine alpina, el arabis cœ-rulea de Jacq., y el draba hirta de Villars, que es el draba stel-lata de Wild. — Tambien se elevan desde la llanura hasta estasaltas regiones, el myosotis perennis, y el androsacea carnea, aun-que disminuyendo su porte á proporcion de la altura. — La últi-ma se convierte en uni-flora y se halla de 1,000 á 3,100 metros.— En los Pirineos, las regiones altas de 2,400 á 3,400 metros,estan adornadas con el cerastium lanatum, Lam., la saxifragagroenlandica, saxifraga androsacea, aretra alpina y artemisia rupes-tris. — El cerastium lanatum no se encuentra abajo de 2,600 me-tros. — En los Alpes vegetan de 2,500 á 3,100 metros, sobre losmontones de piedras y guijarros que rodean las nieves perpetuas,y en los estanques helados, el saxifraga biflora (Allion), el saxi-fraga oppositifolia, el achillea nana, el achillea atrata, el artermi-sia glacialis, gentiana nivalis, ranunculus alpestris, el ranunculusglacialis y el juncus trifidus. — En la cadena alta de los Piri-neos crecen desde los 1,500 hasta 3,000 metros el potentilla lupi-noides (Wild), el silene acaulis, el sibbaldia procumbens, el carexcurvula y carex nigra (Allion), el sempervivum montanum y el sempervivum arachnoideum, el arnica scorpioides, el androsacea vi-llosa y el androsacea carnea. — En los Alpes, entre 2,300 y 2,500metros, línea de las nieves, crecen, no sobre las piedras sino enuna tierra fértil, en praderas humedecidas por el agua de nievederretida y muy oxigenada, y cubiertas de un césped de agros-tis alpina, los vegetales que siguen: saxifraga aspera y bryoides,soldanella alpina, viola biflora, primula farinosa, primula viscosa,alchemilla pentaphyllea, salix herbacea, el cual sube mas que nin- |288| gun otro vegetal leñoso, el salix reticulata, y el salix retusa.El tussilago farfara y el statice armeria se dan tambien desde loslugares mas bajos hasta las alturas de 2,600 metros. — A estaelevacion se encuentran en los Pirineos el scutellaria alpina, se-necio persicifolius, ranunculus alpestris, ranunculus parnassifolius,galium pyrenaicum, y el aretia vitaliana. — Mas arriba del límiteinferior de las nieves perpetuas, entre 1,500 y 2,005 metros dealtura, vegetan en los Alpes de Saboya, el eriophorum scheu-chzeri, eriophorum alpinum, el gentiana purpurea, gentiana gran-diflora, saxifraga stellaris, azalea procumbens y el tussilago al-pina. — A la misma altura en los Pirineos, el passerina gemini-flora, passerina nivalis, merendera bulbocodium, crocus multifidus,fritillaria meleagris y el anthemis montana. — Mas abajo se hallanel genista lusitanica, ranunculus gouani, narcissus bicolor, rubus sa-xatilis, y muchas gencianas.—El rhododendrum ferrugineum, pre-fiere en general las alturas de 1,500 á 2,500 metros, aunque Mr. De-candolle, á quien soy deudor de estas observaciones sobre los Al-pes, lo ha visto tambien en la cadena del Jura, en el fondo del Creux du Vent, á una altura de 970 metros sobre el nivel del Océano.
El linnœa borealis, que se halla al nivel del mar, en Suecia, enlos Estados-Unidos, en Nootka-Sund y tambien en las inmedia-ciones de Berlin, vegeta igualmente en los Alpes de la Suiza á500 y 700 metros de elevacion. — Se encuentra en el Valés, áorillas del torrente que corre bajo la Cabeza-Negra; en el San-Gotardo, donde Haller lo observó el primero; cerca de Ginebra,segun Saussure, en la montaña de Voirons; y en Francia en losalrededores de Montpeller, en la Espinosa. Los árboles cuyo tronco excede cinco metros no se ven en elecuador á una elevacion superior á 3,500 metros. En la Nue-va España por los 20° de latitud se halla un pino análogo al pi-nus strobus á la altura de 3,900 metros, y las encinas abundanhasta los 3,100 metros. — El naturalista que no se haga cargo delos fenómenos de la geografía de las plantas supondrá que estasmontañas cubiertas de elevados pinos no pueden llegar á la al-tura del pico de Tenerife. — Mr. Ramond ha notado en los Piri-neos que los dos árboles que mas se encumbran, son el pinussylvestris y el pinus mugho; los hay entre 2,000 y 2,400 metros.— El abies taxifolia y el taxus communis comienzan á 1,400 me- |289| tros y no desaparecen hasta los 2,000 metros. — El fagus sylvatica ocupa la region mediana de 600 á 1,800 metros; mas el quercusrobur, que habita la llanura, no se extiende sino hasta los1,600 metros, acabando así 200 metros mas arriba que el límiteinferior del pinus mugho. Mr. Ramond 1 me ha comunicado algunas observaciones muyimportantes sobre el máximum y el mínimum de altura á que sehallan las diversas especies de un mismo género. — Tomando co-mo ejemplo los géneros primula, ranunculus, daphne, erica, gen-tiana y saxifraga, voy á presentar la tabla de las alturas en quevegetan las especies de estos géneros en los Pirineos.
1 Véanse sus observaciones botánicas, pág. 21 del Viaje al Mont-Perdu, pu-blicado en 1803, y la memoria sobre las plantas alpinas en los Anales de his-toria natural.
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Metros.
Gentiana... pneumonanthe.. 0 á 800
verna..... 600 á 3,000
acaulis .... 1,000 á 3,000
campestris... 1,000 á 2,400
ciliata..... 1,200 á 1,800
lutea..... 1,200 á 1,600
punctata.... 1,600 á 2,000
Daphne.... laureola.... 300 á 2,000
mezereum.... 1,000 á 2,000
cneorum.... 2,000 á 2,400
Primula.... elatior..... 0 á 2,200
integrifolia... 1,500 á 2,000
villosa..... 1,800 á 2,400
Ranunculus. aquatilis.... 0 á 2,100
gouani..... 500 á 2,000
thora..... 1,400 á 2,000
alpestris.... 1,800 á 2,600
amplexicaulis... 1,800 á 2,400
nivalis..... 2,000 á 2,800
parnassifolius... 2,400 á 2,800
glacialis.... 2,400 á 3,200
Metros.
Saxifraga... tridactilides... 0 á 40
geum..... 400 á 1,600
longifolia.... 800 á 2,400
aizoon..... 800 á 2,400
pyramidalis... 1,200 á 2,000
exarata..... 1,400 á 1,800
cespitosa.... 1,600 á 3,000
oppositifolia... 1,600 á 3,400
umbrosa.... 1,400 á 1,800
granulata.... 1,200 á 1,600
groenlandica... 2,400 á 3,400
androsacea... 2,400 á 3,400
Erica...... vagans..... 0 á 900
vulgaris.... 0 á 2,000
tetralix..... 500 á 2,400
arborea..... 550 á 700
Las saxifragas del Tirol presentan fenómenos análogos á lasde los Pirineos. — El conde de Sternberg, que ha herborizado enestas montañas y á quien debemos una descripcion geológicadel Baldo, me ha comunicado una noticia interesante relativaal rhododendrum y otras plantas alpinas, que me ha parecidoconveniente trascribir aquí literalmente para utilidad de los fí-sicos y botánicos. «La region de los rhododendrum, dice Mr. de Sternberg, áménos que sobrevenga alguna circunstancia local, no comien-za abajo de los 876 á 974 metros. No los he encontrado á unaaltura inferior de 100 metros arriba del Wallerseo, en Baviera, elcual se levanta á 817 metros sobre el nivel del mar. — El rhodo-dendrum chamœcistus no baja tanto como el ferrugineum y el hir-sutum, y vegetan igualmente sobre la caliza primitiva como so-bre la secundaria en las Sette communi y en el Monte-Sumanoque tiene 1277 metros de altura. Estos vegetales me han acom-pañado hasta la altura de 1950 metros. »La region de las saxifragas alpinas me parece la mas dilata-da en los Alpes del Tirol. — He hallado las saxifraga cotyledon y aizoon, en el valle de Eiszach, entre Brixen y Botzen, á 360 me-tros de altura, y he continuado viéndolas hasta la cima de la Grapa, |291| cerca de Bassano, á 1684 metros. — Las saxifraga aspera y andro-sacea se encuentran tambien en la region media; despues co-mienzan las saxifraga autumnalis, mucosa, moschata y petrœa, yúltimamente las saxifraga burseriana y bryoides, que crecen en lacumbre del Baldo á 2225 metros. — Las primulas, particular-mente la farinosa, auricula, marginata y viscosa, no aparecen en los Alpes del Tirol bajo 800 metros, y sin embargo, por una ano-malía singular, la primula farinacea crece en la llanura de Ra-tisbona. — Por lo que hace al ranunculus glacialis y al ranunculusseguierii, no los he visto jamas á una elevacion menor de 1950metros.» Mas, para completar la Geografía de las plantas, seria precisoformar cuadros, no solamente para las regiones vecinas al poloboreal, para los climas templados desde los 40° á los 50° de lati-tud y para las regiones ecuatoriales, sino tambien para el he-misferio austral, porque las plantas de Chiloe y de Buenos-Ayresson muy diferentes de las de España y de Grecia. — Seria menes-ter tambien separar los cuadros de cada continente, el Nuevo y el Antiguo. — Hay comarcas que podrian suministrar preciososmateriales para la formacion de los cuadros de las regionesecuatoriales del Africa y para las Indias orientales, tales son Ma-dagascar cuyas altas cumbres graníticas permanecen siemprenevadas, segun Commerson, y cuyas costas han sido examina-das con tanto esmero por Mr. du Petit-Thouars, el pico de Adamen Ceilan y la empinada montaña de Ophyr en la isla de Suma-tra, á la que Marsden asigna una altura de 3949 metros. El ilus-tre Pallas podria dar á conocer la Geografía de las plantas en losclimas templados de Asia. — La de las regiones templadas de losEstados-Unidos, queda al cuidado de Mr. Barton, tan distinguidozoologista como botánico y filólogo. — Es verdad que las mon-tañas no son muy elevadas en los Estados-Unidos, (la mas altano pasa de 2000 metros 1, pues el cálculo de Cutler y Belknap que atribuye al White Mountain en New-Hampshire 3100 metrosparece exagerado), y que no se advierten allí la variedad de losfenómenos que hemos admirado en los Andes elevados del restodel Nuevo Continente; pero en compensacion ostentan su diver-
1 Véase el viaje de Mr. Volney, que contiene grandes ideas sobre la construc-cion del globo en la parte boreal del Nuevo Continente.
|292| sidad los vegetales arbóreos de las hermosas llanuras de la Ca-rolina, Virginia y Pensilvania. — En solo las encinas, hay, en losEstados-Unidos, un número tres veces mayor de especies dife-rentes, que las que ofrecen todos los géneros de árboles de Eu-ropa juntos. — El aspecto de la vegetacion es mas variado y masagradable á igualdad de latitud en el Nuevo Continente que en el Antiguo. — Los gleditschia, tulipanes y magnolias contrastanagradablemente con la verdura opaca de los pinos y de los thuza. Aquí parece que la naturaleza se ha esmerado en adornar la tier-ra que mas tarde debia habitar un pueblo enérgico, industriosoy digno de gozar en paz de todos los bienes que procura la li-bertad social.
Mas el cuadro físico de las regiones ecuatoriales no ha decomprender solamente lo que dice relacion á la Geografía de lasplantas, sino que puede abrazar todo el conjunto de nuestrosconocimientos sobre las cosas que varian en razon de la alturasobre el nivel del mar; y esta consideracion me ha decidido áreunir en catorce escalas muchos números que son el resultadode las indagaciones multiplicadas que hasta aquí se han hechoen los diferentes ramos de la física general. — Como estas esca-las no necesitan explicacion, diré dos palabras solamente relati-vas á su construccion. Las que indican la temperatura, el estadohigroscópico y la tension eléctrica del aire, el color azul del cielo,la geología, la cultura de la tierra y la diversidad de animalessegun las alturas que habitan, se fundan en las observacioneshechas durante mis viajes, y los detalles se hallarán con todaextension en la Relacion histórica.

Escala de temperatura.

Esta escala presenta el máximum y el mínimum de calor queel termómetro centígrado indica, de 500 en 500 metros. — Estosresultados son el fruto de muchos millares de observacioneshechas en cinco años, algunas de hora en hora. — La temperatu-ra media que se indica representa el término medio de todaslas observaciones practicadas á tal ó tal altura, y no el medioentre el máximum y el mínimum. — Me he esforzado ademas áevitar la confusion que resultaria de considerar como efecto deuna ley general lo que puede depender solamente de causas lo- |293| cales. — Así, por ejemplo, el cuadro indica que al nivel del marel termómetro no baja de 18° 5, y sin embargo, en la Habana seha visto á 1° 4 y aun á cero; pero esta anomalía dimana de queesta ciudad está 13° mas distante del ecuador que la zona cuyosfenómenos me he propuesto describir, y de que miéntras losvientos del norte soplan impetuosamente, la proximidad delcontinente produce allí un frio que no podia esperarse en aque-lla latitud. En la isla de Santo Domingo, que es un poco masmeridional, el termómetro se sostiene constantemente en lo lla-no entre 23° y 24°. Parece superfluo advertir que todas las observaciones del ter-mómetro se han hecho á la sombra y lejos del reflejo de los rayossolares.
ALTURASsobre el nivel del maren metros. MAXIMUMdetemperatura. MINIMUMdetemperatura. TEMPERATURAmedia.
De 0 á 1,000 + 38° 4 + 18° 5 + 25° 3
De 1,000 á 2,000 + 30 0 + 12 5 + 21 2
De 2,000 á 3,000 + 23 7 + 1 2 + 18 7
De 3,000 á 4,000 + 20 0 + 0 0 + 9 0
De 4,000 á 5,000 + 18 7 — 7 5 + 3 7
De 5,000 á 6,000 + 16 0 — 10 0 — 2
De 5,000 metros arriba no puede contarse ya con mucha exacti-tud, porque esta alta region ha sido muy poco visitada hasta hoy,y eso por pocas horas, para que pueda juzgarse con certeza desu temperatura media. — El frio que el termómetro indica en lascumbres de los Andes nunca es considerable, y aunque se sufrecon mas incomodidad, esto depende de la menor cantidad deoxígeno que se aspira en una atmósfera dilatada, en la depre-sion del sistema nervioso y en otras causas que son desconoci-das hasta hoy. — Los académicos franceses, en su cabaña de Pi-chincha á 4,735 metros de altura, no vieron el termómetro sino á6° bajo cero, y mi termómetro, en el Chimborazo, á 5,908 metros,no mostró sino 1°8′. — En el gran volcan de Antisana, á la altu-ra enorme de 5,403 metros, este mismo termómetro subió á lasombra á 19°. — Por el contrario en los lugares mas calientesde la tierra, Cumaná, la Guayra, Cartagena de Indias, Guayaquilen las costas del mar del Sur, en las orillas del Magdalena, y so-bre las orillas del Amazonas, el término medio de la temperatu-ra es de 27°, miéntras que en Paris y en Milan es de 11° á 13°. |294| — Sin embargo, en aquellas mismas regiones ecuatoriales, eltermómetro llega pocas veces á los extremos del calor á que su-be en el norte de Europa. — Examinando un registro de mas de21,000 observaciones hechas por el Sr. Orta, oficial de marinaespañol, he visto que en Veracruz, en trece años, el termómetrocentígrado no subió sino tres veces á los 32°, y no pasó nuncade 35° 6, cuando en Paris es comun verlo subir á 36°, y el 14 deagosto de 1773, llegó á 38° 7. — En Veracruz la temperatura me-dia de los meses de mayo, junio, julio, agosto y setiembre, es de27° 5, y yo he hallado que hace sus estragos la cruel fiebre adi-námica, que se conoce con el nombre de vómito prieto, todaslas veces que la temperatura media del mes pasa de 23° 7′. —En las regiones ecuatoriales, los términos extremos del mayory menor calor distan entre sí de 16° á 20°. — En Europa, bajo los5° de latitud, esta misma diferencia es de 62° del termómetrocentígrado. Como la superficie de la tierra se calienta de un modo extraor-dinario en las costas del mar ó en las inmensas llanuras delOrinoco, algunas plantas herbáceas, como los sesuvium, gom-phrena, thalinum, killingia y algunas mimosas, medio sepultadasen la arena, soportan un calor de 52°; y yo he visto plantas, enla planicie de Jorullo en Méjico, que vegetaban en una arena ne-gra que hizo subir el termómetro á 60° en el dia. — Las stœlina, los swertia y otras plantas de la cima de los Andes viven por elcontrario todo el año, si se exceptuan las pocas horas en que lascalienta el sol, á una temperatura de 3° 5. — Estas plantas alpi-nas por una parte, y las palmas por la otra, puede decirse queocupan las dos extremidades del termómetro botánico. Las temperaturas medias del segundo lugar de la escala, esdecir las que corresponden á las alturas de 1,000 á 2,000 me-tros, exhiben la diminucion del calórico bajo el ecuador desdeel nivel del mar hasta la cima de los Andes. Si pues he logradoescoger bien las observaciones en que fundo el cálculo de estastemperaturas medias, la diminucion ó decremento gradual queresulta podrá mirarse como mas exacto que el que pueda dedu-cirse en Europa de las pocas y aisladas observaciones hechas áuna altura superior á 3,000 metros. — Los viajes ejecutados á lacumbre de los Alpes y las ascensiones aerostáticas no seran |295| nunca suficientemente repetidas para hacernos conocer conexactitud la temperatura media de las capas de aire á una alturade 3 á 5,000 metros. — En los trópicos, las observaciones se fa-cilitan por la circunstancia favorable de haber pueblos que sonmuchos centenares de metros mas elevados que el pico de Te-nerife, y en los cuales un físico puede establecer su residenciasin muchas privaciones y con gran provecho para la meteorolo-gía 1. De mis observaciones en la cordillera de los Andes resulta,que el decremento del calórico es como 5 : 3 mas rápido desdela altura de 3,500 metros, que desde el nivel del mar hasta 2,500metros. — La capa de aire que se enfria mas pronto bajo el ecua-dor, parece ser la que está comprendida entre 2,500 y 3,500 me-tros, ó entre las alturas del San-Gotardo y del Etna. — Fácil esimaginar la influencia de la irradiacion del calórico, modificadapor las desigualdades de la superficie de la tierra ó por la for-ma de las montañas, sobre este decremento ó diminucion. — Unfísico que subiera en un globo aerostático desde las llanuras queriega el Amazonas bajo la línea equinoccial, hallaria quizá la tem-peratura de las capas de aire que fuera encontrando muy dife-rentes de lo que yo creo haber observado en el declive de lacordillera, pero es probable que pasando los 4,000 metros, ladiferencia seria nula, porque en los Andes mismos la masa delas montañas, y por consiguiente su influencia sobre el ambien-te á tanta altura, disminuyen infinitamente. En mi excursion al Chimborazo, hallé el decremento del caló-rico de un grado centígrado por cada 196 metros. Este mismodecremento, calculado segun las temperaturas medias de mi es-cala termométrica, desde el nivel del mar hasta la altura de 5,500metros, seria de 189 metros por cada grado. Segun Saussure, eldecremento en Europa es en estío de 156 metros, y en inviernode 233 metros por cada grado centígrado; pero Mr. Gay-Lussac halló en su gran ascension aerostática, en estío, un decrementoidéntico con el que resulta de mis observaciones en el ecuador;
1 Un jóven Quiteño, el Sr. Cárlos Aguirre, sobrino del desgraciado Montufar,que acompañó al baron de Humboldt en su ascension al Chimborazo, acaba deenviar á la Academia de ciencias una série de interesantes observaciones me-teorológicas hechas en la hacienda de Antisana, á mas de 4,000 metros de altu-ra. — A.
|296| este sabio observó á 5,000 metros la temperatura cero, miéntrasque en Paris era de 30°, y á 6,000 metros, de 3° bajo cero, datosque fijan el decremento de la temperatura entre 0 y 5,500 metrosá 183 metros por cada grado; y si se calcula toda la columna deaire que Mr. Gay-Lussac atravesó, el decremento entre 0 y 6,977metros será de 173 metros por grado centígrado. — Ya he ma-nifestado en mi memoria sobre el límite inferior de las nievespermanentes, que arriba de 4,700 metros, la diferencia de lati-tud parece que no influye sobre la temperatura, y Mr. Gay-Lus-sac, el dia de su última ascension, halló sobre este límite, a lalatitud de 48°, capas de aire que tenian exactamente la mismatemperatura que las que hallé en el Chimborazo á una alturaigual. — El fenómeno de la refraccion horizontal, que es menorde 4 á 5 minutos bajo el ecuador que en Europa, parece contra-rio á esta igualdad de temperatura de las regiones elevadas, por-que indica un decremento de calorico mas rápido en el ecuadorque el que resulta de mis observaciones, mas es preciso adver-tir que las refracciones horizontales en Europa, son, segun De-lambre, ménos fuertes que lo que generalmente se cree. — Estefenómeno de las refracciones depende del cúmulo de todas lascapas de aire que los rayos recorren, y por tanto, un decremen-to desigual arriba de 7,000 metros, es decir en regiones que ánadie ha sido dado visitar hasta ahora, puede causar las diferen-cias de refraccion horizontal que Bouguer observó en el ecuador.— Mas en verdad que la incertidumbre respecto del decrementodel calórico en los inviernos de Europa, y el desacuerdo 1 queofrecen las observaciones de le Gentil y Bouguer, nos privan deresultados seguros en esta materia, y por lo mismo debo limi-tarme á consignar aquí los hechos como los he observado en lasregiones ecuatoriales.

Escala barométrica.

Esta escala presenta la presion del aire atmosférico á diversaselevaciones sobre el nivel del mar, segun resulta de la alturadel barómetro.
1 Mr. Delambre no cree que haya mucha diferencia entre las refracciones ho-rizontales de las zonas templadas y las de los trópicos. — Calculando de nuevotodas las observaciones hechas por le Gentil en Pondichery, en las cuales Bor-
|297| Estas alturas se han calculado segun la fórmula barométricaque Mr. de la Place ha publicado en su mecánica celeste, y su-poniendo las temperaturas medias que dejamos consignadas enla escala termométrica. — Sea X la altura dada en metros, H laaltura del barómetro al nivel del mar, T la temperatura en elmismo nivel, t la temperatura correspondiente á la altura X, y h la altura del barómetro que se pretende hallar para la elevacionX. — La fórmula será Log. m = x 18393 1 + 2 T + t 1000 y hallado el número m, resultará h = H m 1 + T - t 5412 Esta fórmula da de 500 á 500 metros las alturas barométricassiguientes:
ELEVACIONES TEMPERATURA ALTURAS BAROMÉTRICAS.
sobre el niveldel mar. engrados centigrados. en metros. en lineas del piéde Paris.
0m +25° 3 0,76202 337, 8
500 +24 0 0,71961 319,03
1,000 +22 6 0,67923 301,18
1,500 +21 2 0,64134 284,28
2,000 +20 0 0,60501 268,24
2,500 +18 7 0,57073 253,05
3,000 +14 4 0,53689 238,06
3,500 + 9 0 0,50418 223,50
4,000 + 6 4 0,47417 210,20
4,500 + 3 7 0,44553 197,55
5,000 + 0 4 0,41823 185,40
5,500 — 3 0 0,39206 173,84
6,000 (— 6 0) 0,36747 162,95
6,500 (—10 0) 0,34357 152,38
7,000 (—13 0) 0,32035 142,61
7,500 (—16 0) 0,30068 133,36
Las temperaturas medias desde 6,000 metros, que se ponenentre paréntesis, no son enteramente exactas, y solo se fundanen la ley hipotética del decremento del calórico. — Mr. de Saus-
da habia hallado un error de reduccion, dedujo Mr. Delambre que en Europay en las Indias las refracciones eran las mismas. — Las observaciones de leGentil parecen muy exactas.
|298| sure observó el barómetro en el Monte-Blanco á 0m 43515 (16pulgadas 9 líneas), y Bouguer y la Condamine, en la cima delCorazon, observaron el barómetro á 0m 42670 (15 pulgadas 9, 2líneas) 1. Yo he subido al Chimborazo con mis instrumentos áuna altura en que el mercurio bajó en el barómetro á 0m, 37717(13 pulgadas 11, 2 líneas); y Mr. Gay-Lussac ha resistido en suascension aerostática á una dilatacion del aire correspondienteá 0m 3288 (12 pulgadas 1, 7 líneas).
La altura barométrica al nivel del mar se ha fijado solo á0m 76202 (28 p. 1, 8 l.), suponiendo la temperatura á 25° centí-grados. Así me la han indicado mis observaciones entre los trópi-cos, tanto en las costas del Océano Atlántico como en las del mardel Sur. Bouguer la establece en 0,76022 (28 pulgadas 1 línea), yel geómetra español D. Jorge Juan, en 27 pulgadas 11, 5 líneas.La Condamine dice que «si la altura media del barómetro bajolos trópicos no es menor de 28 pulgadas, la diferencia será muycorta.» — Mis observaciones hechas con barómetros en los cua-les se habia hervido el mercurio y bien privados de aire, compa-rados con los del Observatorio de Paris, parecen probar que lapresion media del aire al nivel del mar en los trópicos es algo me-nor que en las zonas templadas. Esta presion segun Mr. Schuck-burg es de 0m 76,300 (28 pulgadas 2, 24 líneas), de 0,76434 segunMr. Fleuriau Bellevue, siendo la temperatura de 12°. — Estadiferencia de casi dos milímetros no puede explicarse únicamen-te por la diferencia de la temperatura media de la Europa y delas regiones ecuatoriales, sobre todo si recordamos que en lascostas del Perú, en los cinco meses del año en que el sol aparececubierto de niebla densa, el termómetro centígrado no pasa de15° á 16°. — Las oscilaciones horarias del barómetro bajo el ecua-dor son para mí difíciles de explicar, sobre todo desde que hecesado de considerarlas como indicios de mareas del Océanoaéreo, puesto que he llegado á persuadirme que la luna no ejercesobre ellas influencia sensible. La elasticidad del aire de las zonas templadas varía en el mis-
1 Nadie ha visto, dice Mr. de la Condamine, el barómetro tan bajo al aire li-bre, y verisímilmente nadie ha subido á tanta altura. — Estábamos entonces á4815 metros, y podemos responder de la exactitud de esta determinacion, sinque en ella pueda exceder el error de ocho á diez metros (Viaje al ecuador, pág. 58).
|299| mo lugar á veces hasta 0,0450 (ó 20 líneas), que el mercurio fluc-tua en el barómetro. — En los trópicos, donde los vientos ali-sios traen constantemente capas de aire de temperatura igual,desde el 10° lat. norte hasta el 10° lat. sur, esta elasticidad no va-ría, á la orilla del mar, mas allá de 0,0026 metros (1, 4 líneas),y á 3,000 metros de altura, la variacion se reduce á 0,0015(0, 7 líneas). Mas si por una parte la oscilacion es pequeña, porotra es digna de atencion por la ley que en ella sigue el baróme-tro de hora en hora. — Godin fué el primero que dió á conocereste fenómeno, pero no indicó las épocas del máximum y míni-mum de la altura barométrica. — Mr. de la Condamine fija estasépocas á las 9 de la mañana y á las 3 de la tarde. — Mr. Balfour en Calcuta y Mr. Moseley en las Antillas han señalado tambienlos períodos, pero estos no corresponden con los que yo he ob-servado con Mr. Bonpland, velando muchas noches consecutivaspara examinar las mareas nocturnas. — De nuestras observacio-nes resulta que el barómetro está en el máximum á las 9 de lamañana, que varía muy poco en las tres horas siguientes, peroque baja despues sensiblemente desde las 12 á las 4 ó 4 y mediade la tarde, que despues vuelve á subir hasta las 11 de la nocheaunque nunca tanto como á las 9 de la mañana. — Luego bajaotra vez hasta las 4 y media de la mañana aunque no llega alpunto que á las 4 de la tarde, finalmente vuelve á subir hastalas 9 de la mañana. — Las épocas de las variaciones horarias sonlas mismas sobre las costas del mar del Sur, en las llanuras del Amazonas y en los lugares mas elevados, á 4,000 metros de altu-ra. — Parecen ser enteramente independientes de las mudanzasde temperatura y del curso de las estaciones. — La marcha as-cendente y descendente del barómetro es imperturbable tantode dia como de noche: ni las tempestades, ni los temblores detierra, ni las lluvias deshechas, ni los vientos impetuosos, son ca-paces de alterarla, y ella sigue con la mayor constancia el tiem-po verdadero ó la posicion del sol que es lo único que influye enestas oscilaciones. — Hay lugares en los trópicos en que el mo-mento en que el mercurio comienza á bajar es tan manifiesto, quepuede indicar un cuarto de hora mas ó ménos el tiempo verda-dero. — Suponiendo al nivel del mar bajo el ecuador el términomedio del barometro = z, su altura será
|300|
á 21 h = z + 0, 5 á 11 h = z + 0, 1
á 4 h = z — 0, 4 á 16 h = z — 0, 2.
De nuestros registros, que contienen muchos millares de ob-servaciones respecto de las oscilaciones horarias del barómetro,citaré solo un ejemplo que puede servir de tipo de esta regulari-dad. Las flechas indican por su direccion las épocas en que elbarómetro sube ó baja.
Observaciones hechas en el puerto del Callao cerca Lima los dias 8 y 9 de noviembre de 1802: con el auxilio del nonio delbarómetro pudo estimarse fácilmente un quebrado de 0,03 delínea.
horas entiempo verdadero, barómetro enlíneas. termómetro fijo albarómetro. termómetro al aire libre y ála sombra. higrómetro deDelue.
El 8 de noviembre á las 10 1/2 336,92 19 ° 16 ° 3 43 °
[Abbildung] 11 336,98 19 16 2 43 7
13 336,72 19 5 16 2 44
14 336,60 19 5 16 2 42
15 336,65 19 8 16 5 43
15 1/2 336,62 20 0 16 0 42
16 336,55 19 0 16 0 42
[Abbildung] 16 1/2 336,80 20 5 16 3 42 5
17 336,87 22 0 16 4 42
17 1/2 336,95 22 7 17 0 42
20 337,25 23 0 18 0 39
21 337,35 23 0 19 2 37
22 1/2 337,13 24 5 20 4 37 5
(La observacion se hizo á doce metros sobre la superficie delmar del Sur, y como dejó de rectificarse exactamente el niveldel barómetro, las alturas absolutas tienen todas 0,9 de líneade ménos.)
El 9 de noviembre á las 0 1/2 336,90 25° 5 22° 5 34°
[Abbildung] 0 3/4 336,75 25 9 22 7 34
3 1/2 336,60 26 0 23 0 34 5
4 336,45 25
5 335,50 25 5 18 0 37
8 336,85 25 0 16 1 39
9 336,95 22 0 16 5 40
10 336,97 22 4 16 4 42
11 337,15 20 0 16 4 42
11 1/2 336,90 20 5 16 7 42
13 336,84 20 5 17 0 43
|301| El Sr. Mutis, que observó por el espacio de mas de treinta añosestas oscilaciones horarias, parece haberse llegado á persuadirde que las conjunciones y las oposiciones de la luna influyen enlas mareas barométricas. — Yo no he percibido esta influencia,pero no por esto dudo que ella exista. — Mr. Laplace ha calcu-lado el efecto de esta influencia del sol y de la luna sobre elocéano aéreo, pero quizá el fenómeno de las oscilaciones hora-rias la encubre en el ecuador. — En el hemisferio boreal hácialos límites de los trópicos, los vientos frios del norte que soplanimpetuosamente en el golfo de Méjico, hacen subir el barómetrode 5 á 7 líneas, pero este fenómeno extraordinario, que es el pro-nóstico mas importante para la navegacion entre La Habana yVeracruz, es enteramente local entre los 19° y los 23° de latitud.— El juego de las oscilaciones horarias se interrumpe por lacapa de aire frio que sobreviene, pero él continua en Veracruzluego que pasa la borrasca. — Mr. Cotte, computando un númeroconsiderable de observaciones hechas en Europa, dedujo que enesta parte del mundo se efectua el mínimum de la altura baro-métrica dos horas despues de la culminacion del sol, es decir,dos horas antes que en el ecuador. — En nuestros climas templa-dos las variaciones horarias del peso del aire se hacen invisibles,quizá en razon de la multitud de causas locales que hacen subiry bajar irregularmente los barómetros; pero yo creo con Mr. Van-Swinden, que términos medios deducidos de algunos millaresde observaciones hechas de hora en hora, mostrarian, aun ennuestras latitudes, que el barómetro tambien sube y baja á épo-cas determinadas. Antes de terminar esta discusion sobre la presion del aire, voyá añadir una observacion fisiológica. — En la ciudad de Quito elbarómetro se sostiene á 0,m 54366 (20 pulgadas 1 línea). — EnMicuipampa, lo halle à 0,m 49629 (18 pulgadas 4 líneas); la elas-ticidad del aire que respiran los habitantes de la Hacienda de Antisana, solo hace equilibrio á una columna de mercurio cuyaaltura es solamente de 0,m 46927 (17 pulgadas 4 líneas). — Elhombre que en los lugares bajos soporta una presion que le-vanta la columna de mercurio á 0,m 76, vive sin embargo sano yrobusto en alturas en donde la elasticidad del gas que respiray en el cual se mueve, se reduce casi á la mitad. — Es cierto |302| que los recien llegados sufren alguna incomodidad al respirar,sobre todo cuando hablan aceleradamente ó cuando ejecutanfuertes movimientos musculares, mas esta desazon dura poco,y solo se deja sentir de un modo muy desagradable en alturas enque el barómetro baja á 0,m 4060 (15 pulgadas), es decir á 5000metros, porque entonces se debilita el sistema nervioso, y bastael menor esfuerzo para desmayarse. Muchas personas son aco-metidas de nauseas, y pasados los 5800 metros de altura, el mo-vimiento muscular y la falta de presion atmosférica suficienteobran de tal manera sobre los vasos delgados, que la sangre salede los ojos, labios y encías. — Estos fenómenos son variablessegun la constitucion física de los viajeros, y aun hay quienesson enteramente insensibles á la falta de presion. Saussure ob-servó que el hombre resistia mejor que las mulas á la rarefac-cion del aire. — En efecto, yo hice subir al Cofre de Perote hasta3837 metros de altura un caballo que respiraba con el mayortrabajo. — Me ha parecido notar que la raza de hombres blancossufre ménos en alturas que pasan de 5800 metros, que la raza deindígenas bronzeados. La presion del aire atmosférico debe influir considerablementesobre las funciones vitales de los vegetales, y especialmente sobrelas de la respiracion de sus tegumentos. Aunque muchos criptó-gamos y entre los fanerógamos las gramíneas particularmente,son indiferentes á estas modificaciones de la presion baromé-trica, hay otros que no lo son. — El swertia quadricornis, el es-peletia frailexon, los chuquiraga y algunas gencianas exigensegun parece para vegetar de una dilatacion de aire igual á0m, 46 ó 0m, 49, es decir 17 á 18 pulgadas. — Muchas plantasde los Andes, trasportadas á las regiones igualmente frias de Eu-ropa, no vegetarian con la misma perfeccion que en su patriaoriginaria, porque no hallarian aquí el aire dilatado que deman-da su organizacion. — Atribúyense las diferencias notables quese observan en la fisionomía de los vegetales Alpinos trasplan-tados en los lugares bajos, únicamente á las diferencias de tem-peratura, de humedad y de tension eléctrica, mas no sé porqueha de excluirse como causa tambien de este fenómeno la presionbarométrica que influye sin duda de un modo bien enérgicosobre la organizacion de los vegetales. — En la naturaleza ani- |303| mada hay muchas causas que concurren simultáneamente paramodificar las acciones vitales, y no debe omitirse ninguna deellas en la explicacion de los fenómenos de la materia organizada.

Escala higrométrica.

Esta escala muestra el decremento de humedad en el aireatmosférico en razon de la mayor altura sobre el nivel del mar.— Las observaciones que han servido para calcular los términosmedios se han hecho á la sombra y en tiempo sereno, con la bó-veda celeste despejada. — He usado del higrómetro de Saussure unas veces, y otras del de Deluc, segun que el instrumento de-bia ó no absorver con prontitud la humedad del aire, mas todoslos resultados aparecen en grados del higrómetro de Saussure,haciendo la correccion de la temperatura y reduciéndolos á 25° 3del termómetro centigrado. Las experiencias de Saussure y de Dalton prueban que no hay que hacer correcciones barométricas.
ALTURAS HIGROMETROde Saussure sin correccion de temperatura. TERMOMETROdelhigrómetro. HIGROMETROreducido á la temperaturade 25° 3.
De 0 á 1000m 86 +25 3 86°
De 1000 á 2000 80 +21 2 73 4
De 2000 á 3000 74 +18 7 64 5
De 3000 á 4000 65 + 9 0 46 5
De 4000 á 5000 54 + 3 7 36 2
De 5000 á 6000 38 + 3 0 26 7
Estos términos medios dan alguna luz respecto de la diminu-cion de humedad en las regiones ecuatoriales, diminucion queno carece de interes para el estudio de las refracciones. Estadiminucion llega á 90 metros por cada grado del higrómetro de Saussure. No obstante la sequedad extrema del aire en la cima de los Andes, en donde el higrómetro baja hasta 46° á la temperaturade 3° 7 (ó lo que es lo mismo 31° 7 del higrómetro, redu-ciendo el termómetro á 25° 3), en estas regiones elevadas de2,500 á 3,000 metros es donde uno se halla á cada instante en-vuelto en espesas nieblas. — La frescura y el verdor que carac-teriza la vegetacion de los páramos depende de estas precipita-ciones del vapor acuoso que son ó el efecto ó la causa de unafuerte tension eléctrica. Lo que mantiene la vegetacion en las regiones bajas entre los |304| trópicos, es el aire, que á pesar de su perfecta trasparencia y deun cielo sin nubes por cuatro á cinco meses en el año, está car-gado de humedad. Y en efecto si las plantas no tuvieran la pro-piedad de absorber el vapor húmedo del aire, no seria posibleexplicar como se sostiene la hermosa vegetacion de algunas co-marcas en donde, como en Cumaná, no hay ni lluvia, ni nie-bla, ni rocío por ocho ó diez meses en el año. — Las experienciasdel hijo de Mr. Deluc prueban tambien que en Bengala existe ungrado semejante de humedad al que hemos visto en la Américaecuatorial. En el valle de Méjico, cuya elevacion sobre el nivel del mares de 2350 metros, el higrómetro de Saussure baja muy á menu-do de 42° á 43° cuando el termómetro señala 15° á 18° — Con eltermómetro á 15° nunca pude observar en Europa una sequedadsuperior á 46° — ¿Que se hacen pues los vapores que se levantande los cinco lagos que rodean la ciudad de Méjico? No es posible su-poner que sean absorbidos por la inmensa cantidad de muriato yde carbonato de sosa de que está cubierto el suelo de las inme-diaciones. La mas grande sequedad reina en el interior de laN. España. A una altura de 2,000 metros, la vegetacion es ya es-casa, y el aire se siente como si se hubiere desecado artificial-mente. — Esta sequedad tan contraria á la salud como perjudi-cial á la vegetacion, va en aumento de siglo en siglo, porque lamano del hombre desagua los lagos y las lluvias copiosas dismi-nuyen. ¿Cuál no será la sequedad del aire en Persia, entre Tiflisy Tauris, y en la provincia de Kermann, en donde, segun Char-din, se construyen las casas con sal gema, en lugar de piedracomun? El agua vaporizada en el aire, y precipitada, ya sea en vír-tud de un cambio de temperatura, ó por otras causas queno conocemos todavía bien, aparece á nuestra vista en gru-pos de vapores vesiculares que son las nubes, cuya altura,que repetidas veces he medido, me parece siempre la mismapoco mas ó ménos. — Las nubes mas bajas, ó sea la super-ficie inferior de las nubes, tiene segun creo una altura de 1169metros sobre el nivel del mar. — Esta es la altura en que se dejaver en el declive de la cordillera la densa niebla que envuelveuna parte del año los habitantes de Jalapa, al oriente de Méjico, y |305| del valle de Guaduas en la N. Granada. — El límite superior delas nubes espesas está en los 3,300 metros; pero lo que es sin-gular es la existencia de las nubecillas leves denominadas car-neros á la altura de mas de 7,800 metros, — Yo las he vistoarriba de mi estacion en la cumbre del Antisana, y Mr. Gay-Lussac las menciona en la relacion de su segundo viaje aerostático. —¡Cuán leves deben ser estos vapores vesiculares para poder sos-tenerse á tal elevacion en una atmósfera tan rara! Segun lasobservaciones de MM. Biot et Gay-Lussac, el límite inferior pa-rece ser en estío en Europa de 1,200 metros, como en el ecuador.— A 5,267 metros de altura, el higrómetro de Mr. Gay-Lussac señalaba 25° 5, cuando el termómetro indicaba 4° de calor, esdecir que, á la temperatura de 25° 3, que es la del estío en loslugares bajos, el higrómetro habria quedado reducido á 21° 5máximum de sequedad que hasta hoy ha podido observarse alaire libre. La cantidad de lluvia que cae anualmente bajo los trópicos, esde mas de 1m 89, ó de 70 pulgadas.—En Guayaquil, en el valle deCumanacoa, y entre el Casiquiare y el Rio-Negro, esta cantidadme parece que puede computarse á 2m 43, ó 90 pulgadas. — Enlos Estados-Unidos, por los 40° de latitud, es solo de 1m 08, óde 40 pulgadas, y en Europa de 0m 48, ó de 18 pulgadas.

Escala electrométrica.

Cuando se sube desde el nivel del mar hasta la cima de lascordilleras, se observa que la tension eléctrica aumenta gradual-mente, miéntras que el calórico y la humedad del aire dismi-nuyen en la misma proporcion. — Las experiencias mencionadasen mi cuadro fueron hechas á diferentes horas del dia con el elec-trómetro de Saussure, armado de un conductor de 1m 4, ó de 4pies de altura, y atrayendo la electricidad atmosférica por mediodel humo de la yesca, como lo propone Mr. Volta.—En las re-giones bajas ecuatoriales, desde el mar hasta una altura de 2,000metros, los lechos inferiores de aire estan poco cargados de elec-tricidad, de tal suerte que, pasadas las diez de la mañana, cuestatrabajo hallar el menor indicio de este flúido, aun usando del elec-trómetro de Bennet. — Todo el flúido parece que se acumula enlas nubes, lo que ocasiona explosiones eléctricas frecuentes, las |306| cuales se hacen periódicas generalmente dos horas despues de laculminacion del sol, cuando el calor es mayor y la marea baro-métrica está cerca del punto mas bajo. — En los valles de los gran-des rios, tales como el Magdalena, el Rio-Negro y el Casiquiare,las tempestades son constantemente cerca de media noche. — En-tre los 1,800 y los 2,000 metros está la zona en donde las explosio-nes eléctricas son mas fuertes y mas estrepitosas; los valles de Ca-loto y de Popayan son conocidos por la frecuencia de estos fenó-menos. — Pasados los 2,000 metros ya son ménos frecuentes yménos periódicos; pero se forma mucho granizo, principalmentede 3,000 metros arriba, porque allí el aire permanece por muchotiempo cargado de electricidad negativa, cosa que no acontece óque por lo ménos no dura sino pocos instantes abajo de 1,000metros.—A una altura superior á 3,500 metros ya las explosionesson mas raras, el granizo cae sin tronadas, y á veces, desde los3,900 metros, mezclado con nieve y aun en la mitad de la noche.—Las capas de aire inmediatas á las cumbres de los Andes tienenconstantemente una tension eléctrica que puede representarsepor 4 á 5 líneas del electrómetro de Saussure. — La sequedaddel aire y la proximidad de las nubes hacen mas sensible el jue-go de la electricidad. — Cerca de la boca de los volcanes, la elec-tricidad pasa frecuentemente del estado positivo al negativo. En la region superior á la nieve permanente se observan mu-chos fenómenos luminosos que no parecen acompañados detruenos, y la multitud de bolidos ó estrellas errantes que se vencaer en la parte volcánica de los Andes, y su mayor frecuenciaen las tierras calientes, inclinarian á pensar que estos fenómenospertenecen á nuestro globo, si otras razones, especialmente sugrande elevacion, no se opusieran á esta suposicion.

Color azul del cielo.

Una de las cosas que admira el habitante de las costas y lugaresbajos, cuando sube á las alturas que pasan de 3000 á 4000 metros,es el color mas oscuro que advierte en la bóveda celeste. Creceesta intensidad del color azul en razon de la dilatacion del airey de la menor masa de vapores que los rayos del sol atraviesan.— El vapor vesicular esparcido en el aire dispersa la luz y le daun color blanquecino. — Cuanto menor es la masa de aire por la |307| cual nos llegan los rayos del sol, tanto mas subido es el tinte delcielo, y mas se aproxima al color negro que nos presentaria siestuviéramos en el límite superior de la atmósfera. — He usadoen estas observaciones de un cianómetro construido en Ginebrapor Mr. Paul, igual al que sirvió á Saussure en su viaje al Monte-Blanco, y me he ceñido á hacerlas en el cenit. Me parece que puede decirse que en general el cielo es masazul, á alturas iguales, en los trópicos que en Europa.—En Paris,el término medio (con el termómetro á 25°) me ha parecido de16° del cianómetro. — En los trópicos, es de 23° á la mismatemperatura. — Esta diferencia dimana indudablemente de ladisolucion perfecta de los vapores en la atmósfera ecuatorial.Así es que nada iguala á la majestad de las noches en estas regio-nes: las estrellas brillan con una luz tranquila como la de losplanetas, y su vibracion no se echa de ver sino cuando se acer-can al horizonte. — Los anteojos de ménos alcance trasportadosde Europa á las Indias parece que han aumentado su fuerza,tal es allí la grande y constante transparencia del aire. Saussure observó el cianómetro, en la cima del Monte-Blanco,á 4754 metros de altura, en los 39°. — En el Pico de Tenerife mepareció que llegaba á 41°. — Supongo que la grande sequedaddel aire Africano favorecia la intensidad del color azul del cielo,porque el Pico de Tenerife es ménos alto de 1050 metros que elMonte-Blanco. — En los Andes, á 5900 metros de altura, elcianómetro marcaba 46°. — Mr. Gay-Lussac observó esta mismaintensidad de color en sus viajes aerostáticos. — «Un fenómeno,»dice este físico, que llamó mi atencion á esta grande altura de»7016 metros, fué ver todavía nubes mas altas y á una distancia»que me pareció muy considerable. — En nuestra primera as-»cension las nubes se sostenian solamente á 1169 metros, sobre»ellas el cielo parecia enteramente sereno, y su color en el ce-»nit me pareció tan subido como el del azul de Prusia. Mas en mi»último viaje no ví nubes á mis piés, el cielo estaba vaporoso, y»de color opaco.»

Decremento de la luz.

La luz del Sol y de los astros pierde de su intensidad al atra-vesar el aire atmosférico. — Esta extincion de la luz proviene |308| de la densidad de las capas de aire; y por consiguiente es me-nor en las cumbres de las montañas, y mayor al nivel del mar.—En el cálculo de la tabla que sigue no se ha hecho caso de losvapores que se hallan esparcidos accidentalmente en el aire, yhemos considerado el fenómeno de la extincion de la luz como sepresenta en un aire transparente y en el cual el agua está ente-ramente vaporizada. — Sobre esta materia pueden consultarselas ideas que Mr. Laplace ha enunciado en su Exposicion delsistema del Mundo (vol. 1, p. 157). — La grande transparenciadel aire en los trópicos es la causa de que á igual altura la luz esallá mas viva que en Europa. — Así es que la claridad del diafatiga mas, aun en las horas en que no hay reflejo. Seria cu-rioso examinar este fenómeno con el photómetro de Leslie. —La mayor fuerza de la luz en la atmósfera de los trópicos se des-cubre tambien en la luz que la luna totalmente eclipsada re-fleja hacia la tierra, la cual depende de la inflexion de los rayossolares por la atmósfera terrestre. — En las zonas templadasacontece algunas veces que el aire es tan denso y tan cargadode vapores, que el disco de la luna se oculta enteramente enellos, miéntras que yo he visto, por los 10° de latitud boreal, la at-mósfera tan transparente, que el disco de la luna eclipsada,estaba tan visible como la luna llena en Europa, cuando apareceen el horizonte. Sábese que la luz influye eficazmente en las funciones vi-tales de las plantas, particularmente en su respiracion y en laformacion de la parte colorante, que tiene un carácter resinoso,y tambien, segun Mr. Berthollet, en la fijacion del azote en la fé-cula. — Estas consideraciones nos autorizan para pensar que lagrande intensidad de la luz de que disfrutan las plantas quevegetan en la cima de las montañas, debe contribuir á darlesel carácter resinoso y aromático que se encuentra en muchas plan-tas alpinas. — En mi obra sobre los nervios, he mencionadoalgunas experiencias de las cuales resulta que la luz solar pro-duce sobre la fibra nerviosa efectos estimulantes que no puedendimanar solo del calor. La decadencia de fuerzas que siente elhabitante de Quito y de Méjico á una altura de 3 á 4000 metros,cuando el sol le hiere con sus rayos, parece que no depende delmovimiento muscular ó de la transpiracion cutánea, que sin duda |309| es tambien mas abundante en un aire dilatado. — ¿Seria aven-turado acaso atribuirla á una irritacion nerviosa? ó á que la luz,ménos debilitada en la cima de las montañas, es susceptible deexhalar mas calórico, cuando los cuerpos densos la descompo-nen, porque ha perdido ménos cantidad de este flúido al atrave-sar las capas superiores del aire?

Refracciones horizontales.

Como la fuerza refractiva de la atmósfera depende de la densi-dad de sus capas y de la ley de su temperatura, esta fuerza esnecesariamente diversa segun la elevacion del lugar en que sehalle el observador. Mr. La Place ha probado que el cálculo delas refracciones astronómicas es muy diferente segun que el án-gulo observado es superior ó inferior á 12°. — En el primer caso,el estado hygroscópico del aire modifica poco la inflexion de laluz; en el segundo, en que el rayo es casi tangente á la superfi-cie de la tierra, la influencia de los vapores acuosos y de sudisolucion mas ó ménos perfecta constituye una condicion im-portante. — Si solo el decremento del calor modificara las re-fracciones horizontales, no seria entonces posible explicar por-que en estío son estas mucho menores en el Ecuador que en laszonas templadas, puesto que de las experiencias arriba citadascasi puede deducirse que en el verano el decremento del calórico,á lo ménos desde la superficie del mar hasta los 6 ó 7000 metrosde altura, difiere poco en los Andes de Quito y en Europa. Mastodavía puede suceder que las cordilleras que reflejan el caló-rico radiante hácia las regiones elevadas del aire, no nos den re-sultados comparables con los que se deducen de las ascencionesaerostáticas en Europa, ó que la diminucion del calórico sigaotras leyes desde los 7000 metros para arriba.—Por tanto, es dela mayor importancia observar bien estos fenómenos tan intere-santes para la astronomía física, y sobre los cuales los últimostrabajos de Mr. Laplace no pueden dejar de ilustrarnos. — Con-forme á las fórmulas de este gran geómetra se ha calculado laescala de las refracciones que adorna mi cuadro físico de las re-giones ecuatoriales. Los académicos franceses hicieron grabar en una lápida demármol que todavía se conserva en el antiguo colegio de los |310| jesuitas de la ciudad de Quito, que la refraccion astronómica ho-rizontal media es, bajo el ecuador, al nivel del mar, de 27′; á laaltura de Quito, de 22′ 50″; y en el Chimborazo, cerca del límiteinferior de la nieve permanente, de 19′ 51″. Mr. Laplace ha dichoque, como la rarefaccion de la atmósfera lunar es mayor que laque puede verificarse en nuestras mejores máquinas neumáticas,la refraccion horizontal á la superficie de nuestro satélite nopuede exceder 5″. Desde las cumbres elevadas de los Andes se suele ver á medianoche un resplandor pálido pero perceptible que rodea el hori-zonte. — Saussure observó tambien este fenómeno en la Gar-ganta del Gigante, en los Alpes, á los 3435 metros de altura. —Yo tambien he sido testigo del mismo espectáculo en la Ha-cienda de Antisana, á la altura de 4105 metros. — La explicacioningeniosa que Mr. Biot ha dado de este fenómeno, consiste ensuponer que la densa masa de aire que circuye el horizonterefleja la luz solar (Astronomía física, vol. 1° p. 277.)

Composicion química de la atmósfera.

El flúido elástico que envuelve nuestro planeta se dilata hastauna altura cuyos límites no conocemos. La teoría de la extin-cion de la luz, y las experiencias de Bouguer, prueban que la al-tura de la atmósfera, reducida en toda su extension á la densi-dad del aire correspondiente á cero de temperatura y á la presionde una columna de 0m 76 (28 pulgadas) de mercurio, no puedepasar de 7820 metros (Mecánica celeste, tomo 4°). Las observa-ciones del crepúsculo indican que á una altura de 60,000 metrostodavía la densidad de las capas de aire es suficiente para refle-jarnos una luz sensible. Por mucho tiempo se ha creido que la composicion químicade la atmósfera variaba no solamente en un mismo lugar, sinotambien que la pureza del aire disminuia con la altura sobre elnivel del mar, porque se atribuian á modificaciones del aire loserrores que resultaban de la imperfeccion de los análisis eudio-métricos de que se hacia uso, y tengo que confesar que las ex-periencias que hice en otro tiempo valiéndome del gas nitroso,contribuyeron en parte á propagar estos errores. En estos últimos años se ha anunciado que la cantidad de oxí- |311| geno que el aire atmosférico contiene, léjos de llegar á 27 ó 28centésimos, no pasa de 21 á 23. — Mas como estos límites noson bastante precisos, y como los químicos no estan bien deacuerdo respecto de la exactitud de los diversos análisis eudio-métricos, emprendí, asociado con Mr. Gay-Lussac, un trabajocompleto sobre la composicion del aire y sobre las modificacio-nes que pueden afectarlo, para reemplazar un trabajo imperfectode mi primera juventud, con otro fundado sobre bases sólidas. Con la química sucede lo que con la astronomía, que la per-feccion de los métodos y de los instrumentos nos permite esti-mar las cantidades mas pequeñas, y que hoy no es permitidodejar de hacer caso de lo que ántes podia omitirse como de po-ca importancia. — Presentamos los primeros resultados de nues-tro trabajo en una memoria leida en el Instituto el 1° pluviosodel año 13. — Los números eudiométricos que indica el cuadrose fundan en las experiencias que hicimos Mr. Gay-Lussac y yoen uno de los laboratorios de la Escuela politécnica, experienciasque tenemos intencion de completar dándoles mayor extensiony variedad. En el estado actual de la ciencia química, el eudiómetro de Volta es todavía el mejor de los instrumentos de este género queconocemos, porque es el único que permite estimar en el airevariaciones de dos milésimos de oxígeno. — En cuanto á los aná-lisis hechos con súlfuro alcalino, fósforo y gas nitroso (lavandolos resíduos con sulfato de fierro, ó con ácido hidroclórico y ál-cali), estos medios no permiten apreciar la cantidad de oxígenosino con una aproximacion de uno ó dos centésimos. — El súlfu-ro alcalino absorbe el azoe, y por tanto, si se atribuye toda laabsorcion observada al oxígeno de la atmósfera, el error puedeser considerable. — Esta accion de los súlfuros alcalinos disuel-tos en caliente, y la falsa suposicion respecto de la saturacionde una parte del oxígeno por dos á cuatro partes de gas nitro-so, fueron los motivos que influyeron en asignar al aire de 21 á 28 por ciento de oxígeno. Los elementos que constituyen la atmósfera, parece que son0,210 de oxígeno, 0,787 de azoe y 0,003 de gas ácido carbónico.— La proporcion de este último gas no ha podido estimarse contoda exactitud. Quizá es aun menor. Las soluciones alcalinas que |312| se han empleado no absorben solo el ácido carbónico, pues cadavez que un líquido permanece largo tiempo en contacto con elaire, la absorcion del azoe y del oxígeno es capaz de alterar losresultados 1. La composicion química de la atmósfera no varía, segun pa-rece, en ninguna circunstancia, por lo ménos en cuanto á lascantidades de oxígeno y de azoe, y si hay diferencia, esta noexcede de una milésima parte de oxígeno, porque siempre he-mos hallado las mismas proporciones en aire cogido en tiemposereno, ó de lluvia, de niebla, cayendo nieve ó soplando vientode las regiones mas opuestas. A la altura de 7,000 metros,Mr. Gay-Lussac recogió aire que tenia igualmente 0,210 ó 0,211de oxígeno, y puede asegurarse que esta es la única experien-cia que hasta aquí se ha hecho con exactitud, respecto de lacomposicion química de las capas de aire mas elevadas. — Si yoy otros viajeros hemos creido que habia ménos oxígeno en lasaltas regiones que en el nivel del mar, debe juzgarse que esteresultado dimana de la imperfeccion de los medios eudiométri-cos empleados. — Sobre la cima del pico de Tenerife y en algu-nos volcanes de los Andes, la pureza del aire puede ser en efec-to menor, mas la diferencia puede depender de la accion de losvolcanes, y sobre todo de las grandes masas de azufre que ab-sorben el oxígeno del aire que las baña. Se ha suscitado por muchos años la importante cuestion de laexistencia del hidrógeno libre en el aire atmosférico. — El viajeaerostático de Mr. Gay-Lussac demostró que si existe una pe-queña cantidad de hidrógeno en el aire, esta no es mayor á laaltura de 7,000 metros que en las llanuras. — Las experienciasulteriores que hemos hecho nos autorizan para afirmar que nopueden existir en el aire atmosférico mas de dos milésimos dehidrógeno, pues 0,003, anegados en una mezcla artificial de
1 Conforme á las experiencias mas recientes de MM. Dumas y Boussingault,la composicion del aire es la siguiente: 230,2 de oxígeno, 769,8 de azoe. Estos químicos fijaron el oxígeno del aire sobre cobre metálico pesandodespues el óxido producido. — La delicadeza extrema de las balanzas permiteobtener resultados mucho mas exactos hoy que á principios del siglo en queMM. Humboldt y Gay-Lussac hicieron sus experiencias, que no son ménos ad-mirables para el tiempo en que se hicieron. — En cuanto al ácido carbónico, seadmite siempre que el aire contiene cuatro milésimos. — A.
|313| oxígeno y de azoe, han sido indicados por nuestros instrumen-tos. — Si se recuerda que una mezcla de aire con ménos de0,05 de hidrógeno no es susceptible de inflamarse por la cen-tella eléctrica, no puede el ánimo mas preocupado negarse áadmitir que el hidrógeno no tiene nada que hacer con la forma-cion de la lluvia de tempestad, ni con los otros fenómenos igneosque aparecen en el aire. — La constante uniformidad de la com-posicion química del aire, y la no existencia del hidrógeno eneste flúido, son hechos importantísimos para el cálculo de lasrefracciones; porque prueban que los geómetras no tienen mascorrecciones que hacer sino las del barómetro, termómetro éhigrómetro.
Mas independientemente del oxígeno y del azoe, el aire atmos-férico contiene tambien un número considerable de emanacio-nes gaseosas que nuestros instrumentos en su estado actual nopueden acusar, y que sin embargo influyen eficazmente en nues-tra salud. Estas emanaciones se forman principalmente en lasregiones bajas de los trópicos, en los lugares en que la materiaorganizada se desarrolla con mas rapidez, pero en donde al mis-mo tiempo estos mismos restos orgánicos llenan el aire de mias-mas pútridos y deletéreos. — La humedad del aire, su tempera-tura constantemente elevada, y la falta de viento á la sombra delos bosques, favorecen la formacion de estos miasmas. Son masabundantes y comunes en aquellos valles profundos de los An-des, que semejan á hondas grietas de 1,200 á 1,500 metros deprofundidad, y en cuyo fondo el termómetro sube á causa de lareflexion del calórico radiante á 42°. Una hora de mansion esmuchas veces suficiente para causar á los transeuntes las masgraves enfermedades, al paso que los Indios que habitan estosvalles viven largos años sanos y robustos. Tal es la admirableorganizacion del hombre.

Diminucion de la gravedad.

La gravedad terrestre disminuye en razon de la distancia delcentro de la tierra. — Esta diminucion comienza á sentirse ya enlas primeras alturas de las cordilleras, pero como la densidad deestas montañas varía mucho, prefiero determinar teóricamentela ley del decremento de la gravedad, que valerme para ello de |314| las experiencias que verifiqué en circunstancias difíciles de com-parar. — La escala expresa las oscilaciones de un péndulo sim-ple en el vacío. Suponiendo la longitud de un péndulo que señale los segundosen Paris=1,000000, la longitud del mismo péndulo para marcarlos segundos en el ecuador, será=0,99669.—Estas relaciones na-cen de las dimensiones de la tierra: el radio del ecuador=6,375703metros (3271208 toesas); el radio del polo = 6,356671 metros(3261443 toesas); el aplanamiento = 19,032 metros (9765 toesas);la longitud del grado (bajo el ecuador) = 51077,70 toesas, Bouger ; en Francia, lat. 51° 332 = 51316,58 toesas (100,015metros) Mechain y Delambre; en Suecia, lat. 73° 707 = 51473,01toesas (100,320 metros) Melanderhielm. Supongamos que sea N el número de oscilaciones que hace enun tiempo dado un péndulo en el ecuador y á la superficie de latierra; N′ el número de oscilaciones que hará en igual tiempo elmismo péndulo trasportado verticalmente á la altura h: esta al-tura siendo espresada en metros, tendremos. N' = N 1 - 579. h. 576.6375793 ⋅ Mi cuadro no menciona el decremento de las fuerzas magné-ticas á grandes alturas, porque ya está reconocido, gracias á lasexperiencias decisivas de MM. Biot y Gay-Lussac, que este decre-mento es insensible del nivel del mar hasta 6,000 metros deelevacion. Las observaciones hechas en las cordilleras nopueden eximirse del error causado por atracciones locales. EnGuadalupe, montaña cuya altura es de 676 metros sobre el nivelde Bogotá, mi aguja en dos minutos marcaba dos oscilacionesménos que en el llano. — En el cerro de Avila, cerca de Caracas,cuya altura sobre el nivel del mar es de 2,632 metros, esta di-minucion llegaba á cinco oscilaciones en dos minutos, por elcontrario en el volcan de Antisana, á la enorme altura de 4,934metros, el número de oscilaciones, en diez minutos, llegó á 230,miéntras que en la ciudad de Quito no pasaban de 218: lo queindica acrecentamiento de intensidad en vez de diminucion. —Estas anomalías no pueden depender de otra cosa que de cir-cunstancias locales, y sobre esta materia podrá consultarse la |315| memoria sobre las variaciones del magnetismo terrestre que hepublicado hace poco, asociado con Mr. Biot.

Grado de calor de la agua hirviente á diversas alturas.

El grado de calor que adquieren los líquidos antes de hervir,depende del peso de la atmósfera, y como este peso varía comolas alturas sobre el nivel del mar, cada altura tiene su términoó punto de ebullicion correspondiente. — La tabla siguiente re-presenta la ley que sigue este fenómeno.
ELEVACIONen metros. ALTURASbarométricas. GRADOSdel agua hirviente.
Term. centígrado. Term. Reaumur.
0 0°7620 100 ° 0 80 ° 0
1000 0,6792 97 1 77 7
2000 0,6050 94 3 75 4
3000 0,5368 91 3 73 0
4000 0,4741 88 1 70 5
5000 0,4182 84 7 67 7
6000 0,3674 81 0 64 8
7000 0,3203 77 0 61 6
En el curso de mis viajes hice muchas experiencias sobre elhervor del agua en las cimas de los Andes. — Me propongo pu-blicarlas, y con ellas otras ejecutadas por Mr. Caldas, natural dePopayan, físico distinguido, que se ha consagrado con un ardorsin ejemplo, á la astronomía y á muchos ramos de la historia na-tural. — Estas experiencias, poco interesantes para la teoría, ser-virán sin embargo para juzgar del grado de exactitud que po-drian adquirir las medidas de alturas hechas con el termómetro,si se lograran instrumentos que pudieran indicar con exacti-tud pequeñas fracciones de grado — Desde el nivel del marhasta la altura de 7,000 metros, cada grado de diminucionen la temperatura del agua hirviente, representa una altura de304 metros, y desde el nivel del mar hasta 1,000 metros, el gra-do equivale á 357 metros. — Puede decirse que, hasta la alturadel Monte-Blanco, cada grado de ménos en la temperatura delhervor del agua, representa diez líneas de descenso en la colum-na barométrica, ó 340 metros de elevacion 1.

1 Mr. Forbes, distinguido físico inglés, que se ha ocupado muy recientemen-te de este género de experiencias, me ha asegurado que de las que él hizo en los Alpes con mucha prolijidad, resultan 500 pies ingleses de altura por cadagrado del termómetro Farenheit, medidas equivalentes con suficiente aproxi-
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Consideraciones geológicas.

La naturaleza de las rocas no tiene dependencia alguna de lasalturas ni de la diferencia de latitudes, ya sea que la tempera-tura del aire y su presion barométrica influyeran poco en el esta-do de agregacion de las moléculas, ó, lo que parece mas proba-ble, que la formacion de la masa sólida del globo haya precedidoel órden de cosas que asignó á cada region un clima particular.— Por otra parte la altura de las montañas es tan pequeña com-parativamente al radio de la tierra, que estas pequeñas diferen-cias de nivel no han podido modificar los grandes fenómenosgeológicos. — Si se considera el globo en grande, casi puede su-ponerse que á cualquiera elevacion se hallan las diversas espe-cies de rocas, mas si atiende solo á una porcion circunscrita dela superficie de la tierra, se descubre entonces que en cada re-gion la direccion y la inclinacion de las diversas capas dependede un sistema particular de fuerzas 1, y que existe cierta ley lo-cal respecto de la altura de las diversas formaciones de rocassobre el nivel del mar. — Se advierte que en ciertas regioneslas montañas secundarias no pasan de una altura de 3,000 me-tros, que las masas calizas no aparecen cubiertas de arenisca(grès) cuando la altura excede de 1,800 metros, que el esquistomicáceo no se eleva tanto como el gneiss, y que las brechas quese encuentran á determinadas alturas, se componen solo de frag-mentos de rocas primitivas. — Sobre un corto terreno se puedeasí descubrir un límite superior de los basaltos, de la caliza se-cundaria y de la arenisca silizósa del mismo modo que se descu-
macion á 299 metros por cada grado centígrado. — El instrumento que Cal-das habia previsto y que el baron de Humboldt deseaba, se ha construido porfin y lleva el nombre de hipsómetro, con el cual y las excelentes tablas calcu-ladas por el acreditado físico Mr. Regnault, puede hoy determinarse, con unerror de diez metros á lo sumo, la altura de las montañas sin necesidad de ba-rómetro. — A.1 En los Andes de la América meridional, en la cordillera litoral de Venezue-la y en la de Pavia, las rocas primitivas, particularmente el gneiss y el esquis-to micáceo, afectan comunmente la direccion hora, 3 4/8 de la brújula del mi-nero, ó en otros términos, la direccion de sus estratos hace de ordinario unángulo de 52°, del norte al este, con el meridiano del lugar. — Su inclinaciones casi constantemente al N. O. — Estas direcciones é inclinaciones de las rocasesquistosas son tambien muy comunes en los Alpes, en el Fichtelgebirge y enlas costas de Génova. — En Méjico, la direccion mas constante de las rocas pri-mitivas es hora 7 — 8 de la brújula de Sajonia.
|317| bre un límite superior á los pinos y á las encinas. — De lo quellevo expuesto se deduce que no es posible formar una escalageológica respecto de las regiones ecuatoriales, á ménos que nose pretenda sujetar la naturaleza á ideas teóricas, es decir, con-siderar como fenómenos generales lo que no se aplica sino á unacorta extension de los Andes. A pesar de esto, me ha parecidoque el cuadro podria comprender algunas indicaciones geológi-cas, las cuales no seran inútiles al mineralogista.
Las regiones ecuatoriales de América ofrecen á la vez las cum-bres mas elevadas y las llanuras mas extensas y mas bajas delmundo, contraste admirable que bastaria por sí solo para de-mostrar que la rotacion del globo no es la causa de la reunionde tantas montañas cerca del ecuador. — La cordillera de los Andes vuelve á levantarse por los 60° de latitud boreal, á unaaltura casi igual á la que se observa en el Reino de Quito. La cadena de los Andes (cuyo nombre en lengua Quichua An-tis parece derivarse de la palabra peruana anta que significa co-bre, y se aplica á todo metal) se aproxima casi igualmente delos dos polos de nuestro globo. — Sus extremidades no se alejande uno y otro polo sino de 29° á 30° de latitud. — Esta cordilleracorre desde los islotes situados al sur de la tierra de Fuego, ydesde el Cabo de Hornos hasta el monte San-Elías en la partenordeste del puerto Mulgrave, es decir, desde los 55° 58′ de lati-tud austral, hasta los 60° 12′ de latitud boreal. — Tiene pues2,500 leguas de largo y 30 á 40 de ancho. La elevacion de la cordillera de los Andes es mucho mas des-igual de lo que generalmente se cree. — Hay parajes en el he-misferio austral, entre el Chimborazo y Loja, cuya altura no essuperior á la del San-Gotardo; y en el hemisferio boreal, en elIstmo de Panamá, cerca de Cupica, los hay que no llegan á200 metros. — Sin embargo hasta cuatro veces la cordillera ad-quiere una masa y una altura colosales.—En el Perú por los 17°de latitud austral, despues bajo el mismo ecuador en el Reino deQuito, la tercera vez en Méjico, por los 19° de latitud boreal, yúltimamente frente al Asia por los 60° de latitud. — En todosaquellos lugares sobrepuja en altura al Monte Blanco y alcanzaá 5,000 ó 6,000 metros. — En general la cadena de los Andes asombra mas nuestra imaginacion por su masa que por su al- |318| tura, aun en los lugares en que es mas elevada, como en las pla-nicies encumbradas de Quito y de Méjico. — En el volcan de Antisana, á 4,105 metros de altura, he visto una llanura de doceleguas de circunferencia. Por término medio, la elevacion de losaltos Andes, cerca del ecuador, sin hacer caso de los picos quedominan la cadena, es de 3,900 á 4,500 metros; y la altura me-dia de la cadena de los Alpes y de los Pirineos, es de 2,500 á2,700 metros. — El ancho de estas últimas cadenas no pasa portérmino medio de diez á doce leguas náuticas, en tanto que elde los Andes en Quito, tiene veinte, y en Méjico y en algunaspartes del Perú, de cuarenta á sesenta leguas. — Estas son lasconsideraciones mas capaces de hacer formar una idea cabal dela grande diferencia de masas de montañas entre los Andes y losAlpes y los Pirineos, la cual no puede ser exacta comparandosolamente las cimas mas empinadas que son de 6,372 metros4,754 y 3,434. La porcion mas elevada de los Andes es la que se halla situa-da entre el ecuador y el 1° 45′ de latitud austral. — Solo en estepequeño espacio del globo se encuentran montañas que exce-den la altura de 5,847 metros 1. — Tales son el Chimborazo, cuyaelevacion es superior á la que resultaria del Etna colocado sobreel Canigou, ó la del San-Gotardo sobre el Pico de Tenerife; y elCayambe y Antisana. — Las tradiciones de los Indios de Licannos enseñan con alguna certeza, que la montaña del Altar, quelos indígenas denominan capa-urcu, era en tiempos remotos masalta que el Chimborazo, pero que á consecuencia de una erup-cion contínua de ocho años, bajo el reinado de Ouaínia-Aboma-tha, este volcan se hundió. — En efecto, su cima presenta laspruebas de la destruccion en sus picos inclinados. El Chimborazo, como el Monte-Blanco, forma la extremidad deun grupo colosal. — Desde aquella elevada montaña hasta unadistancia de ciento veinte leguas al sur, ningun pico llega si-
1 En el tiempo en que el baron de Humboldt escribia esto, no se habia me-dido todavía la altura de los picos del Himalaya en Asia, cuya altura es desde6925 metros hasta 8575, ni la de los dos nevados de Bolivia, el Soratá, que tie-ne 7696 metros, casi equivalente á la montaña mas elevada de la luna, el Ilima-ni, que alcanza á 7315 metros.—De manera que por su elevacion, el grupo delChimborazo hoy no ocupa sino el tercer lugar en el órden de las cumbres maselevadas de nuestro planeta. — El primero pertenece á los picos del Himalayaen el Antiguo Continente, el segundo á los nevados de Bolivia en el Nuevo.—A.
|319| quiera al límite de la nieve permanente. Allí la cadena de los Andes no tiene sino 3,100 á 3,500 metros de altura. — Desde el8° de latitud austral, es decir desde la provincia de Guamachuco,las cumbres nevadas son ya mas comunes, particularmente cer-ca del Cusco y la Paz en donde se ven los picos empinados deIlimani y Cururana. No tenemos todavía medidas de las monta-ñas de Chile; y siguiendo al sur, la cordillera se acerca de talmodo al Océano, que pueden considerarse los islotes escarpadosdel archipiélago de los Huaytecas como una porcion destacadade la cadena de los Andes. — El cono nevado de Cuptana, quees el pico de Teyde de estos parajes, llega á 2,900 metros. —Todavía mas al sur en las inmediaciones del Cabo Pilar, la serra-nía granítica desciende á 400 metros, para confundirse luego conel nivel del mar. — Si en lugar de caminar al sur, tomamos ladireccion al norte, veremos que la elevacion de los Andes par-tiendo desde el Chimborazo, no es ménos desigual. — Desde 1°45′ de latitud austral hasta 2° de latitud boreal, la cordilleramantiene la altura de 5,000 á 5,500 metros. — La provincia delos Pastos es una de las planicies mas elevadas del globo, y pue-de considerarse como el Thibet de la América. — Siguiendo alnorte la cordillera, se divide esta en tres ramos de los cuales elmas oriental no tiene nevados de los 4° á los 10° de latitud, pe-ro en su extremidad boreal, en donde se tuerze al oriente paraformar la cadena litoral de Caracas, se descubre el grupo colosalde Santa-Marta y de Mérida de 4,700 á 5,000 metros de altura.— El ramo mas occidental de la cordillera de los Andes, el úni-co que produce la platina, disminuye en su altura en Cupica yen el Istmo de Panamá hasta descender á 300 y aun á 100 me-tros. — Luego vuelve á levantarse en Guatemala y en Méjico á2,700 y 3,500 de altura mediana desde los 11° y 17° de latitud; ypor los 19°, en las inmediaciones de la ciudad de Méjico, formaun grupo en el cual hay cumbres, como el Popocatepetl y el Ori-zaba, que exceden de 5,300 metros de altura. — Al norte de Ana-huac y en la Nueva-Vizcaya, no pasa la cordillera de la altura delos Pirineos, y aun algunos viajeros ingleses solo le han hallado800 metros bajo los 55° de latitud boreal. — Podria suponerseque los Andes desaparecen enteramente hácia el polo boreal sino supiéramos que no léjos del Asia, por los 60° 21′ de latitud, |320| existe el cuarto grupo casi tan colosal como los otros, en el cualse ven el Pico de San-Elías con 5,512 metros, y la montaña deBuen-Tiempo con 4,547 metros de altura. — En estos parajes esy en Analasca donde los Andes parecen tener correspondenciasubmarina con los volcanes de Kamtschatka. — Las montañasdel Asia oriental no son pues sino una continuacion de la cadenade América; y si es probable que la mayor parte de los habitan-tes del Nuevo Continente son de raza mongola, y si es al nortedel Indostan, en la alta planicie del Thibet, que existe la cuna delas artes, de las fábulas religiosas y quizá tambien de toda civili-zacion humana, ¡cuán interesante no es el considerar esta mismaplanicie como el centro comun de donde parten las cordillerasde uno y otro continente!
Tal es el bosquejo en grande de los contornos de la alta cade-na de los Andes. — Por lo que hace á su estructura y á la natu-raleza de las rocas que la componen, debo limitarme á los resul-tados siguientes. Existen en las regiones ecuatoriales todas las rocas que se handescubierto en las demas regiones del globo terrestre. — Las úni-cas que no pude hallar, fueron la roca esteatitosa llamada rocade topacio por Werner, la mezcla de caliza granujienta y deserpentina que se encuentra en la Asia menor, la oolita ó Rogens-tein de los Alemanes, el grau wake 1 y la creta. — Mas no soloson idénticas las rocas en ambos mundos, sino que tambien exis-te en el órden de sobreposicion y tránsito de unas á otras tal ar-monía, que por ella se manifiesta evidentemente que la natura-leza obra en todas partes en virtud de leyes tan sencillas como
1 Mr. Boussingault halló posteriormente el grau wake entre Caquesa y SanMartin, y yo he traido varias muestras á Europa de esta roca. — A.
|321| universales2.—En la América meridional, el granito forma la basede las demas formaciones. — Esta roca cristalina se descubre alpié de los Andes, sobre las costas del mar del Sur y sobre las del Océano Atlántico, entre las bocas del Orinoco y el Rio de las Ama-zonas; ella sostiene la alta mole de los Andes y las formaciones se-cundarias de los llanos. — El granito en que predomina el cuarzo,que contiene poco mica y gruesos cristales de feldspato, pareceser en los Andes mas antiguo que el granito de menudos cris-tales abundante en hojuelas hexagonales de mica. — El granitodel Perú, unas veces en masas, otras dividido en lechos parale-los é inclinados regularmente, y en ellos embutidas porcionesglobulares de la misma roca con aumento de mica, las cualesson el resultado de atracciones particulares entre sus partesconstituyentes, esta roca, digo, no difiere en América de lade los Alpes superiores y de Madagascar. — En ella sin embar-go el óxido rojo de titanio es mas abundante que la turmalina.Hasta aquí no se han reconocido en ella la esteatita, la lepido-lita y el sulfato de barita. — Sobre ella, y en ocasiones alter-nando con la misma, se encuentra el gneiss ó granito foliáceoque pasa al esquisto micáceo, como este al esquísto primitivo.— Los granates en estas regiones son mas comunes en el gneissque en el esquisto micáceo. Tambien se ven en los bellos pórfi-dos que, reposando sobre el esquisto primitivo, coronan la cimadel cerro argentífero de Potosí. — La caliza granujienta, el es-quisto clorítico y la roca trapeana primitiva, que es una combi-nacion de feldspato y de amfibolio, forman á menudo estratossubordinados en el granito foliáceo, ó gneiss, y en el esquisto mi-cáceo, y este último es allá tan abundante como en la cadena de los Alpes. Contiene con frecuencia capas de grafita, y sirve debase á las formaciones de serpentina y de jado. — Obsérvase, loque tal vez no hemos visto nunca en Europa, la serpentina alter-nando con la sienita. — La alta cumbre de los Andes está pordonde quiera cubierta de formaciones porfiríticas, de basaltos,de fonolitas y de rocas verdes, las que tomando la forma de co-lumnatas aparecen á lo léjos bajo el aspecto fantástico de ruinasde palacios, que es la figura á que generalmente comparan lascordilleras en América los que las contemplan por la primeravez. — Por entre las rocas porfiríticas es que salen las materias
2 En obra posterior dice Mr. de Humboldt: — «Bajo todos los climas, la cor-teza pétrea del globo presenta el mismo aspecto al viajero; en todas partes re-conoce, y no sin cierta emocion y sorpresa, en medio de un mundo nuevo, lasrocas de su pais natal; mas esta sorpresa cesa reflexionando que si el clima in-fluye en la forma de los animales y de las plantas (porque la temperatura dela atmósfera y la que resulta de las diversas combinaciones formadas por laaccion química, modifican el juego de las afinidades que preside al desarrollode los órganos), esta distribucion desigual del calor, efecto de la oblicuidad dela eclíptica, no puede haber tenido influencia alguna sensible en la formacionde las rocas, la cual por el contrario debe haber influido poderosamente en latemperatura del globo y del aire que le rodea, porque cuando pasan grandesmasas de materia del estado líquido al estado sólido, no puede efectuarse estefenómeno sin un desprendimiento enorme de calórico.» — A.
|322| volcánicas, y no es fácil al geólogo decidir si estos pórfidos, ba-saltos, estas rocas amigdaloidas porosas, obsidianas y piedrasaperladas, han sido formadas por el fuego, ó si son rocas preexis-tentes alteradas por la accion destructiva de los volcanes 1.
Todavía es mas notable la identidad de estratificacion que seobserva en toda la superficie de nuestro globo, si se comparanlas formaciones secundarias de la América meridional con lasdel Antiguo Continente. — La naturaleza, constante en sus tipos,parece que ha repetido los mismos fenómenos geológicos en lasllanuras del Orinoco, en las costas del mar del Sur, en Francia,en Polonia, y hasta en los desiertos de Africa. — Al pié de los Andes se descubren dos formaciones muy diferentes de piedraarenisca: la una de basa silizosa, conglomerada de rocas primi-tivas, que en ciertos lugares encierra cinabrio y lechos de hulla;la otra de basa caliza, conglomerada de rocas secundarias; exis-ten tambien dos formaciones de yeso, y tres de caliza secunda-ria. Hay llanuras extensas que comprenden mas de setenta milleguas cuadradas, cubiertas de un conglomerado antiguo, en elcual se hallan maderas fósiles y fierro oxidado negruzco. — So-bre este conglomerado se ve una piedra caliza semejante á la de los Alpes superiores, que contiene petrificaciones de animalesmarítimos á grandes alturas, y la cual se distingue por abundan-tes lechos de esquisto arcilloso, con venas de caliza espática blan-ca. — Esta piedra caliza sirve de base al yeso hojoso penetrado deazufre y á veces muriatífero. — Despues de este yeso sigue otraformacion caliza muy homogénea, blanquecina, en ocasiones ca-vernosa, análoga á la caliza jurásica que es la misma de Monte-Baldo y de Palestina. A esta sucede una arenisca caliza, luego unyeso fibroso sin sosa muriatada, pero mezclado de arcilla, y final-mente la caliza que contiene sílice y piedra cornea. Difícil es reco-nocer en las inmensas llanuras del Orinoco y Rio-Negro, la serie deestas formaciones secundarias, porque todo lo que cubria en otrotiempo el conglomerado antiguo parece haber sido arrebatadoá consecuencia de grandes catástrofes, mas ella se manifiesta en
1 Cuando el baron de Humboldt escribia esto, no habian adoptado todavíalos geólogos la denominacion de traquitas, que Hauy dió en su clasificacion álas rocas que aquí se mencionan, y que siendo porosas, escorificadas, y com-puestas de cristales cruzados de feldspato vitroso, son ásperas al tacto, dedonde les viene su nombre. — A.
|323| la N. Andalucía (sobre todo en la cadena de Tumiriquiri) y en Mé-jico, en donde el profesor Del Rio ha hecho en geología las maspreciosas observaciones. — No obstante esta identidad de for-macion y de estratificacion en los dos continentes, las regionesecuatoriales presentan tambien muchos fenómenos que les sonparticulares. Uno de los mas singulares es sin duda la inmensaaltura á que se elevan las rocas posteriores al granito, y lo ma-cizo de las formaciones. — En Europa, las cumbres de las mon-tañas elevadas son de granito, pues el esquisto micáceo no seobserva mas arriba de 2400 metros. — En el Monte-Blanco, elgranito se descubre á 4754 metros de altura. — En la cordillerade los Andes, esta misma roca se oculta bajo formaciones pos-teriores; de suerte que podria viajarse por muchos años en elReino de Quito y en parte del Perú, sin aprender á conocer el gra-nito. — El punto mas elevado en que he hallado en los Andes el granito, es en el páramo de Quindío á 3500 metros. — Lascumbres heladas del Chimborazo, del Cayambe y del Antisana á6,372 y 5,847 metros de altura son de pórfido (traquita). — Lacaliza secundaria se descubre, cerca de Micuipampa en el Perú, á3,703 metros de elevacion, la arenisca de Huancavelica á 4,500metros, el esquisto micáceo de los Andes de Tolima en N. Granadaá 4,482 metros, el basalto de Pichincha, cerca de Quito, á 4,735metros; mientras que el lugar mas alto en que hasta aquí se hanhallado en Alemania basaltos, es la cúspide del Schneekope en Si-lesia, á 1,285 metros. A los mineralogistas que consideran los pór-fidos del Chimborazo, los basaltos y las rocas verdes, no como ma-sas alteradas, sino como productos de la erupcion de los volcanes,deben tambien interesar estas indagaciones sobre los límites dealtura de estas formaciones; porque se trata aquí, no de su orí-gen ni del estado primitivo de nuestro planeta, sino de las cosascomo existen hoy. En las inmediaciones de Bogotá, se ven le-chos de carbon mineral á las orillas de la hermosa cascada deTequendama, á 2,633 metros, y se asegura haberse hallado car-bon fósil en la caliza compacta de Huanuco en el Perú, á 4,482metros de altura, arriba casi de toda vegetacion actual. — En laIlanura de Bogotá, á una elevacion de 2,700 metros, se hallan elyeso, la arenisca y la caliza conchífera, y aun la sal gema enZipaquirá. — No creo que se haya descubierto todavía en Europa |324| ni carbon mineral ni sal gema á mas de 2,000 metros de altura.— ¿Én qué consiste semejante acumulacion de las mismas ma-terias á tan desiguales alturas bajo el ecuador y en las zonas tem-pladas?—Las petrificaciones de conchas que en el Antiguo Conti-nente se han hallado á mayor altura, son las del Monte-Perdú enlos Pirineos á 3,566 metros 1. En los Andes los restos de cuerposorganizados son por lo general muy escasos, por la falta de pie-dra caliza en las inmediaciones del ecuador, y sin embargo, cer-ca de Micuipampa, latitud austral 6° 45′ 38″, se hallan conchas pe-trificadas (ostras, equinitas, etc.) á 3,900 metros, es decir á unaaltura superior á la del Pico de Tenerife, y en Huancavelicaexisten á 4,300 metros.
Los huesos de elefantes fósiles que traje de Méjico, de Suachacerca de Bogota, de Quito y del Perú, y en los cuales Mr. Cuvier reconoció una especie nueva y muy diferente del Mamouth, nose hallan en la cordillera de los Andes sino á 2,300 y á 2,900 me-tros de altura. No he sabido que se hayan descubierto en masbajas regiones, porque los huesos llamados de gigantes de laPunta de Santa-Helena, no léjos de Guayaquil, son de cetáceos. En Europa, es raro ver capas continuas de la misma rocacuyo grueso llegue á mil metros. — En Méjico y en el Perú, so-bre el declive de la cordillera y en valles profundísimos, se des-cubre fácilmente que las rocas porfiríticas tienen 3,100 á 3,900metros de espesor, y los pórfidos del Chimborazo llegan á 3,700metros.—La arenisca de las inmediaciones de Cuenca tiene 1560metros, y la formacion de quarzo puro que se halla al oeste deCajamarca y que parece privativa á los Andes, tiene 2900 metrosde grueso. — Ninguna de estas formaciones se halla interrum-pida por otras rocas heterogéneas. — Debo mencionar aquí otrofenómeno no ménos interesante, que caracteriza las regionesecuatoriales, y es la abundancia de pórfidos con amfibolio, laescasez de mica en ellos y la falta total de quarzo en los mismos. Las masas considerables de azufre se hallan á menudo léjosde los volcanes, y no en montañas calizas ó acompañando al
1 Mr. Victor Jacquemont halló, en su exploracion al Himalaya en 1830, con-chas petrificadas á una altura de 700 metros superior al Monte-Blanco, y por lomismo á la elevacion absoluta de 5510 metros, que creo que es la mayor enque hasta aquí se han hallado restos fósiles de animales. — A.
|325| yeso, sino en las rocas primitivas. Habria de mencionar la rique-za de los Andes en toda clase de metales (con excepcion delplomo) 1; llamar la atencion de los geólogos hácia el paco, sustancia compuesta de arcilla, de óxido de fierro, de clorurode plata y de plata nativa, mezclados íntimamente, y hácia ladiferencia de alturas en que la naturaleza ha depositado sus ri-quezas en el Perú á 3500 y 4100 metros, y en Méjico á 1,700y 2,500 metros; y finalmente sobre la abundancia de mercurioque existe en cuantiosas venas, aunque no se trabajan con fruto.— Mas todos estos objetos no pueden referirse por menor en uncuadro general, y solo darán motivo á esta consideracion: es talla abundancia de minas de metales preciosos en la cordillerade los Andes, que la América Española, que hoy exporta anual-mente cerca de 38 millones de pesos en oro y plata, podrá tri-plicar este producto á medida que aumente su poblacion. —Méjico, en donde la industria comienza á despertarse, producehoy 22 á 25 millones de pesos, en vez de 5 á 6 millones que sesacaban á principios del siglo 18°. Mas la riqueza de Europa no haaumentado en la misma progresion, pues la sola casa de monedade Méjico ha contribuido desde la conquista con mas de 1,900millones de pesos de los cuales la mayor parte han ido á parará las Indias Orientales y á la China.
Ninguna parte del globo ha sido tan agitada por el fuego sub-terráneo como la Cordillera de los Andes. Desde el Cabo deHornos hasta el Monte San-Elias se cuentan mas de cincuentavolcanes inflamados. — Los mas distantes del mar son el Popo-catepelt, en N. España, á treinta y siete leguas náuticas del golfode Méjico; y el Cotopaxi, en la provincia de Quito, que dista cuaren-ta leguas náuticas del mar del Sur. — La naturaleza de estos volca-nes de los Andes varía mucho. Unos, los ménos altos partícular-mente, arrojan lavas; otros, como los de Quito, lanzan únicamentevapor de agua, rocas escorificadas, y principalmente un lodoarcilloso mezclado de carbon y azufre. Se ha visto, en la nochedel 14 de setiembre del año de 1759, levantarse de un llano, á 29leguas de distancia del mar del Sur, el gran volcan de Jorullo
1 Probablemente no tuvo noticia en aquella época el baron de Humboldt,de los abundantes criaderos de galena que se hallan en diversas provincias dela N. Granada, particularmente en las de Veles, Tunja, Socorro y Bogotá. — A.
|326| rodeado de dos á tres mil conos pequeños todos humeando.Este volcan se elevó en poco tiempo á la altura de 486 metrossobre el nivel llano que le sirve de base 1, el cual tiene una alturaabsoluta sobre el Océano de 717 metros. — Mr. Bonpland y yobajamos al fondo de su cráter, y nos convencimos de que arde to-davía. — Allí recogimos el aire que se exhalaba y que contie-ne 5 p. 100 de ácido carbónico.

Límites de la nieve perpetua.

Cuando tratamos del decremento del calórico en la atmósfera,dijimos que, pasada la altura del Monte-Blanco, esta diminucionsigue segun parece la misma ley en las zonas templadas que bajolos trópicos. Puede suponerse que en estas regiones elevadas, elcalor radiante que refleja la superficie del globo, es casi insensi-ble, y que la temperatura en ellas depende únicamente de ladescomposicion de los rayos del sol en el aire, el cual debilitala luz en razon de su densidad. — No sucede así en las regionesbajas de la atmósfera, puesto que desde el nivel del mar hastala altura de 5000 metros el decremento del calórico, conside-rando el termino medio en todo el año, no guarda la misma leyque en mayores alturas, y aunque las capas de aire en las cualespor su frialdad no se derrite la nieve, se hallan á diverso nivelsegun la distancia del lugar al polo, su temperatura media debeser la misma. — Conociendo por tanto el decremento del caló-rico bajo el ecuador, desde el mar hasta el límite de la nievepermanente, que es de 200 metros por grado centígrado, estahipótesis nos enseña á conocer tambien aproximativamente ellímite de la nieve permanente en las demas latitudes. Bastará asiaveriguar la altura de una capa de aire cuya temperatura mediasea + 0°, 4, que es la que reina bajo el ecuador en los lugares endonde comienza la nieve permanente. — Supongamos que latemperatura media de las regiones bajas por los 45° de latitud,sea de 12°, 5, se hallará 200 × (12°,5 — 0°, 4) = 2,420 metros;y este resultado, á 80 ó 100 metros mas ó ménos, está de acuerdo
1 La altura de este volcan el mas reciente y el mas extraordinario de cuan-tos se conocen, es tres veces mayor que la de la gran pirámide de Cheops enEgipto, la cual no tiene sino 142 metros, y ocho veces mas que la pirámide deCholula, construida por los antiguos Mejicanos.
|327| con lo que se observa en la naturaleza misma. Un lugar de laEuropa boreal que tenga al nivel del mar una temperatura mediade + 4°, tendria su nieve permanente á 720 metros de altura, ypor punto general se dirá que este límite expresado en metros, esigual á doscientas veces la temperatura media de las regiones in-feriores. Una fórmula en que la latitud entrara como funcion seriaménos exacta, porque el clima físico es con frecuencia indepen-diente de la posicion astrónomica de un lugar.—Esta misma con-sideracion nos ofrece recíprocamente la ventaja de poder hallar latemperatura media de un pais, dada la altura del límite inferiorde su nieve permanente, dividiendo por 200 el número de me-tros de altura, el resultado seran los grados de temperaturamedia al nivel del mar, si se tiene cuidado de añadir la tempe-ratura media del límite de las nieves permanentes.
Mas dejemos á un lado estas hipótesis que solo se fundan enun corto número de hechos, y veamos cuales son los resultadosde las observaciones. — Uno de los fenómenos mas constantesque nos presenta la naturaleza, es la altura del límite inferior dela nieve permanente, el cual, segun Bouguer, es de 4,744 metros.Aunque mis medidas le asignan 4795 metros, esta diferenciade 50 metros depende de la diferente altura que Bouguer y yoasignamos á la señal de Caraburu, y al barómetro colocado en elnivel del mar. — Los académicos han observado ademas conrazon que en una region en que la temperatura es constanteen todo el año, la altura de la nieve no varia de 50 ó 60 me-tros, y que ella forma una línea horizontal bien manifiesta, sinprolongarse en los valles. — Bajo los 20° de latitud boreal, nose habia determinado todavía á la época de mi viaje, el límiteinferior de la nieve permanente, y era de suponerse que esteseria mucho mas bajo que en el ecuador. — Resulta sin em-bargo de mis medidas geométricas ejecutadas en el volcan dePopocatepetl, de Itzaccihuatl, en el Pico de Orizaba, en el ne-vado de Toluca y en el Cofre de Perote, que la nieve perpetuacomienza á 4,600 metros, es decir inferior de 200 metros sola-mente al límite ecuatorial. — Nótase sin embargo que cae enocasiones nieve en Méjico bajo los 19° á los 22° de latitud, á unaaltura de 2,100 metros menor que en Quito, lo que prueba quelas variaciones momentáneas de frio y de calor son muy desi- |328| guales en los dos paises, aun cuando su temperatura media espoco diferente: y ademas como el clima de Méjico se semeja yabastante al de las regiones templadas, el límite de la nieve perma-nente oscila mucho mas. — En el mes de julio en el volcan dePopocatepelt, la he visto á 4,523 metros de altura, y en febreroá 3,824 metros. La cordillera de los Andes, carece de estanquesde hielo que hermoseen los declives de sus cumbres nevadas, loatribuyo á que no cae la nieve en abundancia, sino poco á poco,en los climas ecuatoriales, los que disfrutan por otra parte deuna constancia de temperatura contraria á la formacion de losneveros, cuya existencia es como nadie ignora independientede la altura que ocupan. Se encuentran sin embargo en el Chim-borazo, sepultadas bajo la arena, nieves antiquísimas. No sabe-mos todavía cual es la altura de la nieve permanente bajó los 25°y 30° de latitud. — En Europa, bajo los 42° y 46°, este límite es de2,534 metros de elevacion sobre el nivel del mar. — Sobre estamateria puede consultarse la memoria que presenté al institutonacional en el mes de nivoso del año 13 1.

Distancia desde la cual pueden verse las montañas desde el mar.

La distancia desde la cual puede comenzarse á divisar unamontaña desde el mar, depende de su altura, de la línea curvaque forma la superficie de la tierra y de la refraccion. — Comoeste último es elemento muy variable, he calculado la escala sinatender á él, mas no debe perderse de vista que, aun cuando sesupongan los fenómenos de refraccion muy extraordinarios, laincertidumbre sobre el punto, ó la posicion en que se hallaba elbuque, ha hecho creer que se han visto los objetos á distanciasmayores que las que efectivamente habia. Lo mismo sucede con el
1 Puede consultarse hoy con mas fruto, la memoria de Mr. de Humboldt so-bre el límite inferior de las nieves permanentes, inserta en el tomo 14 de losAnales de Física y Química. Los resultados de la obra que acabamos de tradu-cir se hallan algo modificados, particularmente por las observaciones deMr. Pentland en Bolivia, en donde, entre los 14° y 19° de latitud austral (fenó-meno raro), el límite de la nieve se eleva mas que en el ecuador (es decir á5,200 metros); y por las de Mr. Webb, en el Himalaya (declive setentrional), en-tre los 27° á 36° de latitud boreal, en donde este límite sube tambien á 5000 me-tros. — Tales anomalias parece que dependen de la configuracion del suelo,extension de las planicies que circuyen aquellas montañas, y de los vientosdominantes. — A.
|329| efecto de las corrientes, cuya fuerza exagera á menudo el nave-gante, porque, sea por error ó por falta de observacion astronó-mica, se halla en un punto del cual se creia muy distante. Entrelos trópicos, en donde he hallado siempre constantes las refraccio-nes terrestres, pueden ser muy útiles al navegante los ángulosde altura. — El pico de Tenerife, el de las Azores, el volcan deOrizaba en las costas de Méjico, la Silla de Caracas y la sierra ne-vada de Santa-Marta, al oriente de Cartagena, son, por decirloasí, señales colocadas por la naturaleza para guiar á los pilotos. —Conociendo la altura de aquellas montañas y su posicion astronó-mica, la mas sencilla observacion es suficiente para fijar la posi-cion del buque. Mr. Churruca ha calculado tablas para conocerlas distancias del pico de Tenerife segun los ángulos de vision.La escala que presento hace conocer tambien la vasta exten-sion de terreno que la vista puede descubrir desde la alta cima delas cordilleras. — Si las nubes y los vapores no nos hubieran ocul-tado las regiones inferiores, mi vista, desde el Chimborazo, ha-bria abrazado un círculo de ochenta y siete leguas náuticas dediámetro; y Mr. Gay-Lussac, en su ascension aerostática, habriapodido descubrir los objetos en un círculo de ciento y seis leguasde diámetro.

Diversidad de los animales segun la altura del sueloque habitan.

Para completar el cuadro físico de las regiones ecuatoriales,he indicado en la escala 14° la diversidad de los animales que vi-ven en las diferentes alturas de la cordillera de los Andes. — Enel interior de la tierra aparecen los dermestes que roen los hon-gos subterráneos; en el océano, los corifenos, y otros pecesque se alimentan con la parte gelatinosa de los fucus. — Desdeel nivel del mar hasta mil metros, en la region de las palmerasy scitamineas, se comienzan á ver perezosos que viven encara-mados en el cecropia peltata; los boas y los cocodrilos que duer-men al pié de los conocarpus y del anacardium caracoli. Es aquíque el cavia capivara se esconde en los pantanos cubiertos de heliconia y de bambusa, huyendo del jaguar; el erax, el tanayra ylos papagayos se posan sobre el caryocar y el lecythis, y el elaternocticulus, que se alimenta con el dulce de la caña, y el curculio |330| palmarum, que habita dentro de la médula del coco. — Las sel-vas de estas ardientes comarcas resuenan con los ahullidos delos monos y ardillas. — El jaguar, el felis concolon y el tigrenegro del Orinoco, mucho mas sanguinario que el jaguar, persi-guen los cervatos (C. mexicanus), los cavia, y los hormigue-ros, cuya lengua sale del cabo del esternum. — El aire de estasbajas regiones, particularmente en los bosques y en las orillas delos rios, está lleno de innumerable cantidad de mosquitos que ca-si no permiten habitar una parte tan grande y tan hermosa denuestro globo. Con los mosquitos se juntan los œstrus humanus queintroducen sus huevos en la epidérmis humana, produciendo lue-go gusanos é hinchazones dolorosas, los acaríes que recorren elcútis del hombre dejando una huella que escuece, las arañas vene-nosas, las hormigas y los termitas, que con su industria devasta-dora destruyen los trabajos del hombre. — Mas arriba, entre los1,000 y 2,000 metros, en la region de los helechos, ya no se ven el jaguar ni el boa, ni cocodrilos, ni manatis; hay pocos monos,pero abundan las dantas, el sus tajassu y el felis pardalis, y lasniguas atormentan á los hombres, á los monos y á los perros. —De 2,000 á 3,000 metros, en la region superior de la quinas, noviven ya los monos, ni los ciervos pequeños, pero se ven lososos, los ciervos grandes de los Andes y el felis tigrina. En estenivel que es el de la cúspide del Canigou, abundan por desgra-cia los piojos. — Desde 3,000 hasta 4,000 metros habita la es-pecie de leon conocido en lengua quichua con el nombrede puma, y el oso pequeño de frente blanca. — He visto fre-cuentemente con asombro, los colibris á la altura del Pico de Te-nerife. — Bandadas de vicuñas, de guanacos y de alpacas, recor-ren la region de las gramíneas y de la espeletia frailexon, que abra-za un espacio entre los 4,000 y 5,000 metros de altura. — Losllamas viven en rebaños y domesticados; pues los que se hallanen el declive occidental del Chimborazo se hicieron salvajescuando fué destruido el pueblo de Lican por el Inca Tupayupan-gui. — La vicuña habita con preferencia los sitios en que cae nie-ve una ú otra vez, y á pesar de que son perseguidas sin cesar,todavía se hallan tropas de tres á cuatrocientas, particularmenteen las provincias de Pasco, hácia los nacimientos del Amazonas,y en la de Guailas y Cajatambo, cerca de Gorgor. — Abunda tam- |331| bien este cuadrúpedo en las inmediaciones de Huancavelica, cer-ca del Cusco, y en la provincia de Cochabamba, hácia el valledel rio Cocatajes. — Se la encuentra allí donde quiera la cima delos Andes es mas alta que el Monte-Blanco. — Es cosa sin embar-go bien singular en la geografía de estos animales, que los alpa-cas, vicuñas y guanacos existan desde Chile hasta los 9° de lati-tud austral, y no se hallen desde este punto al norte, ni en los altos Andes del reino de Quito, ni en los de la N. Granada.—Lo mismosucede con el avestruz de Buenos-Ayres, y no es fácil averiguar por-que esta ave no se encuentra en las vastas llanuras al norte de lacordillera de Chiquitos, en donde tambien hay selvas espesas ysabanas. El límite inferior de la nieve perpetua es, por decirlo así, ellímite superior de los seres organizados. Todavía vegetan bajo lanieve algunos liquenes, pero entre los animales solo el condor(vultur gryphus) habita estas vastas soledades. — Lo hemos vistovolar á una altura superior á 6,500 metros. — He visto tambien,como antes que yo lo habian observado Mr. Ramond á la orilladel lago del Mont-Perdú, y Saussure en la cima del Monte-Blanco,algunas moscas y esfinges, pero me parecieron haber sido lleva-das accidentalmente por las corrientes ascendientes de aire.—Melisonjeo de que los materiales que contiene mi escala zoológicason los primeros que se han recogido para formar un cuadro de lageografía de los animales, análogo al que he ejecutado para lasplantas. — La obra clásica de Mr. Zimmermann indica la patriade los animales, segun la diferencia de latitudes que habitan.Falta ahora fijar en un perfil las diferentes alturas en que puedenvivir bajo cada latitud.

Cultivo de la tierra.

Despues de haber analizado los fenómenos físicos que nosofrecen las regiones ecuatoriales, las modificaciones de la at-mósfera, las producciones vegetales de la tierra, los animales queviven á diversas alturas, y la naturaleza de las rocas que com-ponen la cordillera, solo nos falta decir algo del hombre y de losefectos de su industria. — Nuestra especie se ha propagado y vi-ve desde el nivel del Océano hasta la inmediacion de la nievepermanente, aun puede decirse que la parte del Perú que los |332| Incas, en la division política de su imperio, llamaban Antisuyu,es todavía mas poblada que la parte baja llamada Cuntisuyu,porque la civilizacion de los pueblos está casi siempre en razoninversa de la fertilidad del pais que habitan. — Miéntras masobstáculos les presenta la naturaleza, mas se desarrollan las fa-cultades morales del hombre. — Así es que los habitantes de Anahuac (ó de Méjico), los de Cundinamarca (ó del Reino de San-ta-Fé) y los del Perú, formaban ya grandes asociaciones políti-cas, y disfrutaban de un principio de civilizacion semejante alde la China y del Japon, en tanto que el hombre vagaba todavíaagreste y desnudo en las selvas de que estan cubiertas las lla-nuras del oriente de los Andes. — Mas si no es difícil concebirporque la civilizacion de nuestra especie hace mas progresos enlas regiones boreales que en medio de la fertilidad de los trópi-cos, y porque comenzó esta en lo alto de la cordillera y no enlas orillas de los grandes y caudalosos rios, sí lo es explicar por-que los pueblos civilizados y agrícolas no descienden á habitaren climas en donde la naturaleza produce espontáneamente loque bajo un cielo ménos propicio no se consigue sino medianteel mas penoso trabajo.—¿Qué es lo que puede obligar á los hom-bres á trabajar un terreno pedregoso y estéril á 3,500 metros dealtura, cuando las llanuras bajas permanecen desiertas? ¿Quévínculo los retiene en las planicies altas en donde cae la nieve entodo tiempo, y en donde bajo un cielo frio y nebuloso la tierraaparece sin vegetacion? El hábito y el amor del pais natal me pa-rece que son los únicos motivos que para ello puedan asignarse. En Europa, las aldeas mas altas estan de 1,600 á 1,900 metrossobre el nivel del Océano; así en los Alpes de la Suiza existen
  • La aldea de Breuil, en el valle de Mont-Cervin, á 2,007m
  • La de Santiago, en el valle de Ayas, á .. 1,631
  • La de San Remi, á ......... 1,614
  • La de Eleva, en la falda del Cramont, á .. 1,308
  • La de Lans le Bourg, á ....... 1,388
  • La de Formaza, á ......... 1,263
  • Y en los Pirineos, segun Mr. Ramond,
  • La aldea de Heas, á ........ 1,465m
  • La de Gavarnie, á ......... 1,444
  • La de Barreges, á ......... 1,290
|333| Mas arriba no se ven en Europa sino chozas que los pastoreshabitan en estío; miéntras que en la cordillera de los Andes, lasciudades de Pasco, de Huancavelica y de Micuipampa estan edi-ficadas á una altura superior á la del Pico de Tenerife. — La ha-cienda de Antisana en el Reino de Quito está situada á 4,107 me-tros, y sin duda es uno de los lugares habitados mas elevadosde la tierra 1. El cultivo de la tierra depende de la variedad de los climas,y esta depende de la altura. Desde el nivel del Océano hasta laaltura de 1,000 metros, los indígenas cultivan, en América, elplátano, el maiz, el jatropha (yuca vulgar) y el cacao. — Esta esla region de las piñas, naranjas, mameyes y de las frutas masdeliciosas. — Los Europeos han aclimatado en esta zona, la cañade azúcar, el algodon, el añil y el café; pero estos nuevos ramosde agricultura, léjos de haber sido ventajosos á la humanidad,han aumentado la inmoralidad y las desgracias de la especie hu-mana: la introduccion de esclavos africanos en América, ha si-do un motivo de devastacion para el antiguo continente, y el orí-gen de discordias sin fin y de sangrientas venganzas en el nuevo. De 1,000 á 2,000 metros comienzan á escasear las cañas, elañil, el plátano y la yuca (jatropha manihot). — El café prefiereun clima ménos ardientey sitios mas elevados y pedregosos; cre-ce tambien allí el algodon, pero no el cacao y el añil que apetecencalor mas fuerte.—La caña dulce, en el reino de Quito, se cultivay con provecho hasta una altura de 2,500 metros, pero en sitiosen que extensos llanos auxilien la reverberacion de los rayos so-lares. — Esta misma region templada es la mas agradable parael colono Europeo, porque en ella disfruta de primavera perpe-tua, y saborea los frutos mas suaves, entre otros el annona chi-rimoya. El cultivo del trigo de Europa comienza desde los 1,000metros. — Es cosa singular que las cereales, estas gramíneasnutritivas que acompañan á los pueblos de raza cáucasa, seansusceptibles de medrar así en los calores tropicales, como espues-
1 Entonces no se sabia que la altura de la ciudad de Potosí es de 4166 metros,y la de Calamarca de 4141 metros; que la ciudad de la Paz tiene 3717 metros,la de Oruro 3792, y la de Puno 3911. — Estas son hoy consideradas como lasciudades situadas á mayor elevacion sobre el nivel del mar. Mr. V. Jacquemont,menciona la aldca de Ghuyoumæul, sobre el Himalaya, á una altura de 5000metros. — A.
|334| tas al frio de las cimas glaciales.—En la isla de Cuba, á los 23° delatitud, el trigo se cultiva abundantemente á 150 metros de al-tura sobre el nivel del mar. — En la provincia de Caracas, á 10°de latitud, á una altura de 500 metros, se encuentran, entre Tur-mero y la Victoria, hermosas sementeras de trigo. — Los vallesde Aragua ofrecen á un tiempo y en la misma llanura, camposen donde se cultiva la caña de azúcar, el añil, el cacao y el trigoeuropeo. — Sin embargo, para que el trigo en los trópicos rindabuenas cosechas á tan poca altura, es necesario un concursoparticular de circunstancias; y la verdadera altura en que estegrano se cultiva en donde quiera con utilidad, es arriba de los1,364 metros. — En Jalapa (reino de Méjico), latitud 19° 30′ 46″,el triticum crece á 1,314 metros, pero, como la espiga no grana,solo se emplea como pasto para el ganado.—En la falda orientalde las montañas de Anahuac, el cultivo del trigo solo comienzaen Perote á 2,333 metros. En la occidental, es decir mirando almar del Sur, desciende hasta 1,292 metros, á cuya altura he vistosementeras en el hermoso valle de Chilpanzingo. — En el restode la América, á saber en el Perú, Quito, Santa Fé y en las otrasregiones de N. España, la mayor abundancia de trigo existe entrelos 1,600 y 1,900 metros de altura, allí produce por términomedio de 25 á 30 por uno.
Los frutos del plátano no maduran bien en alturas que exce-den de 1,750 metros; pero la planta vegeta hasta los 2,500 me-tros, aunque bien mezquina. — La zona del trigo, entre los 1,600y 1,900 metros, es tambien la que abunda en erythroxylum peru-vianum (coca), con la cual se alimenta el Indio Peruano en susmas dilatados viajes, mezclando las hojas de esta planta con calcáustica. — El chenopodium quinoa se cultiva tambien en la re-gion del trigo, de 2,000 á 3,000 metros de altura. — La extensionde las planicies que presenta la cordillera de los Andes, algunasde las cuales tienen 80 y aun 100 leguas cuadradas 1, favorecesingularmente el cultivo de estas plantas. — El suelo de estosparajes, plano y fácil de arar, está anunciando que en un tiempo
1 La llanura de Bogotá, elevada sobre el nivel del mar de 2625 metros, tienealgo mas de cien leguas cuadradas de superficie, comprendiendo en ella losterrenos llanos al nordeste de Zipaquirá, los de Sobachoque, y los del sur deSuacha. — A.
|335| fueron estas planicies lagunas considerables que se han secado.— De 3,100 á 3,300 metros, los hielos y el granizo hacen que lascosechas de trigo se pierdan á menudo. El maiz cesa de culti-varse casi enteramente desde la altura de 2,339 metros. — Entrelos 3 y 4,000 metros, las patatas (solanum tuberosum) son elobjeto principal de la agricultura. — La cebada es la plantacereal que resiste mejor en las grandes alturas de mas de 3,300metros, en donde ya no se dá el trigo, pero aun aquella medrapoco por falta de calor. — Arriba de 3,600 metros cesa entera-mente toda cultura de la tierra. — El hombre vive sin embargoen medio de numerosos rebaños de llamas, de ovejas y de vacadasque penetran algunas veces hasta en las regiones de la nievepermanente. — Esta escala del cultivo de la tierra, que apénasdejo bosquejada, presenta un cuadro de la industria humana des-de el fondo de las minas hasta la mas alta cima de la cordillera.

Alturas medidas en diferentes parajes del globo.

Como todos los resultados físicos que he consignado en esta obraestan conexionados con las diversas alturas, me ha parecido con-veniente añadir cierto número de médidas verificadas en varioslugares de la tierra, para que sirvan de comparacion con las quellevo mencionadas hablando de la cordillera, y las he reunido enel cuadro que comprende uno y otro continente para facilitar deeste modo comparaciones que pueden ser útiles á los que seocupan de estudiar los grandes fenómenos de la naturaleza. —En el diseño se han marcado las mayores alturas á que se hanelevado los hombres sobre el nivel del mar. — Saussure, enMont-Blanc, á 4,756 metros; Bouguer y la Condamine, en el Co-razon, á 4,814 metros; y nosotros, en el Chimborazo, á 5,909 me-tros 1. Ultimamente M. Gay-Lussac, en su ascension aerostática,verificada en Paris el 16 de setiembre de 1804, á 7,016 metros,es decir 600 metros mas arriba del vértice de la mas alta mon-taña de nuestro planeta 2. Este viaje aéreo, que ha sido fecundoen resultados importantes respecto del magnetismo y del cono-cimiento químico de la atmósfera, ofrece tambien un loable ejem-plo de valor y de consagracion á la ciencia.

1 Mr. Boussingault, en su ascension al Chimborazo, alcanzó á una altura de6004 metros, cerca de 100 metros mas que Mr. Humboldt. — A.2 Véase la nota de la pág. 318.
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TABLA DE ALTURAS.

  • Los números que se colocan entre paréntesis manifiestan que hay du-da respecto á la altura. — La letra H indica mis propias obser-vaciones, sobre las cuales tendré que hacer algunas rectifica-ciones luego que mis ocupaciones me permitan verificar todos miscálculos por la fórmula de M. la Place.
AMÉRICA,
LUGARES. ALTURAsobre el nivel del maren metros. NOMBREdelos Observadores.
Chimborazo.......... 6,544 Humboldt.
6,275 Bouguer y la Condamine.
6,587 D. Jorge Juan.
Cayambe........... 5,905 Bouguer y la Condamine.
5,954 H.
Antisana........... 5,833 H.
5,878 Bouguer.
Cotopaxi........... 5,753 Bouguer.
Rucu Pichincha........ 4,868 H. fórmula de la Place.
4,816 D. Jorge Juan.
Guagua Pichincha........ 4,740 La Condamine.
Tunguragua despues de las erupciones de1772 y el terremoto de 1797.... 4,958 H.
Antes de estas catástrofes..... 5,106 La Condamine.
No hay que olvidar que en esta diferencia influye no solamente el hundimientode la montaña, sino la diversidad de métodos empleados en el cálculo baromé-trico.
Ciudad de Quito........ 2,935 H. fórmula de la Place.
Santa-Fé de Bogota....... 2,625 H.
Méjico......... 2,294 H. fórmula de la Place.
Popayan......... 1,756 H.
Cuenca......... 2,514 H.
Loja.......... 1,960 H.
Cajamarca (Perú)...... 2,748 H.
Micuipampa (Perú)...... 3,557 H.
Caracas........... 810 H.
Hacienda de Antisana....... 4,095 H. fórmula de la Place.
Popocatepetl (volcan)....... 5,387 H.
Ytzaccihuatl (Orizaba pico)..... 5,305 H.
Cofre de Perote (Naopautepel).... 4,026 H.
Nevado de Toluca (Méjico)..... 4,607 H.
Volcan de Jorullo........ 1,204 H.
Monte San-Elías......... 5,513 Expedicion de Quadra y Ga-leano.
Montaña de Buentiempo en la América del Norte, por los 60° de lat. boreal.. 4,549
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LUGARES. ALTURAsobre el nivel del maren metros. NOMBREdelos observadores.
Volcan de Arequipa (Perú)..... 2,693 Espinosa.
Pico de Duida (nacimientos del Orinoco), 2,551 H.
Silla de Caracas........ 2,564 H
Tumiriquiri (N. Andalucía)..... 1,902 H.
Cumbre de las montañas Azules de Ja-maica........... 2,218 Edward.
Mowna Roa (Islas Sandwich)..... 5,024 Marchand.
EN ASIA,
El Monte Libano (cumbre)...... 2,906 Labillardière.
Oiyr (en la isla de Sumatra)..... 3,950 Marsden.
EN AFRICA,
Pico de Teyde......... 3,705 Cordier.
3,701 Johnstone.
3,689 Borda (Baron).
4,313 Feuillé (geométricamente).
4,687 Heberden (geom.).
5,180 Manuel Hernandez (geom.).
EN EUROPA,
Alpes. — Monte-Blanco...... 4,775 Sauss. (fórm. de Shukburg).
4,728 Pictet (geométricamente).
4,660 Deluc (geom. y barom).
Mont-Rose.......... 4,736 Saussure.
Ortler, en Tyrol........ 4,699 Dudosc.
Finsterahorn......... 4,362 Tralles.
Iungfrau.......... 4,180 Id.
Monch........... 4,114 Id.
Aguja de Argentiere....... 4,081 Saussure.
Schreckhorn......... 4,079 Tralles.
Eiger........... 3,983 Id.
Breithorn.......... 3,902 Tralles.
Grofsglockner, en Tyrol...... 3,898 Algo dudosa.
Alt-Els........... 3,713 Tralles.
Frau........... 3,699 Id.
Aguja del Dru........ 3,794 Saussure.
Wetterhorn.......... 3,720 Tralles.
Doldenhorn.......... 3,666 Id.
Rothorn........... 2,935 Saussure,
El Cramont.......... 2,732 Id.
Wasserberg, en Tyrol (Salgema).... 1,652 Buch.
San Mauricio en Saboya (Salg.)... 2,188 Saussure,
PASAJES EN LOS ALPES.
En el Mont-Cervin....... 3,410 Saussure.
En la Garganta de Seigne...... 2,461 Id.
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LUGARES. ALTURAsobre el nivel del maren metros. NOMBREdelos Observadores.
En la Garganta de Terret..... 2,321 Saussure.
En el Mont Cenis........ 2,066 Id.
En el Pequeño San Bernardo.... 2,192 Id.
En el San Bernardo....... 2,428 Id.
En el Simplon........ 2,005 Id.
En el San Gotardo........ 2,075 Id.
En el Splügen......... 1,925 Scheuhzer.
Las Toras de Rastadt en el Salzburgo.. 1,559 Moll.
En el Brenner (Tirol)...... 1,420 Buch.
Garganta del Gigante....... 3,426 Saussure.
Grimsel........... 2,134 Tralles.
Scheidek........... 1,964 Id.
Petina, cumbre del San Gotardo... 2,722 Saussure.
Buet............ 3,075 Id.
Dole (en el Jura)........ 1,648 Id.
Montanvert.......... 1,859 Id.
Horca de Beta......... 2,633 Id.
Watsmann.......... 2,941 Beck.
Untersberg.......... 1,800 Schieg.
Hohestaufen.......... 1,793 Id.
Rocas del Paso Lug....... 2,161 Moll.
Schneeberg, cerca de Sterzing.... 2,522 Buch.
Cima del Brenner, en Tyrol..... 2,066 Buch.
EN ITALIA.
Etna ........... 3,338 Saussure (barom).
Monte Erix en Sicilia....... 1,187
Monte Vellino (Apeninos)...... 2,393 Shukburg,
Leñone........... 2,806 Pini.
Vesuvio........... 1,198 Shukburg.
Monte Rotondo (Córcega)...... 2,672 Perney.
Monte de Oro (id.)....... 2,652 Id.
Monte Grosso (id.)........ 2,237 Id.
Monte Cervello (id.)....... 1,826 Id.
Venda (la mas alta cima de los montes Eu-gáneos).......... 555 Conde Sternberg.
Monte Baldo (cima de la Fenestra)... 2,149 Id.
Monte Baldo (la cima Monte mayor)... 2,227 Id.
EN LOS PIRINEOS.
Mont-Perdu. (Pirineos españoles)... 3,436 Ramond.
3,366 Mechain.
Viñamala (mas alta cima de los Pirineosfranceses)......... 3,356 Vidal.
El Cilindro.......... 3,332 Vidal y Reboul.
Maladetta.......... 3,255 Cordier (Dudosa).
El Pico largo......... 3,251 Ramond.
Primera torre de Marboré...... 3,188 Vidal y Reboul.
Neouvielle.......... 3,155 Ramond.
Brecha de Rolando........ 2,943 Id.
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LUGARES. ALTURAsobre el nivel del maren metros NOMBREdelos Observadores.
Pico del Mediodia........ 2,935 Vidal y Reboul (Niv.).
2,865 Mechain (Geod).
Canigou........... 2,808 .
2,781 Mechain.
Pico de Bergons......... 2,112 Ramond.
Pico del Montaigu........ 2,376 Id.
PASAJES DE LOS PIRINEOS ENTRE FRANCIA Y ESPAÑA.
Puerto de Pineda........ 2,516 Ramond.
Puerto de Gavarnie....... 2,331 Id.
Puerto de Cavarera...... 2,259 Id.
Pasaje del Tourmalet....... 2,194 Id.
En Francia. — Mont-d’Or..... 1,886 Delambre.
2,042 Cassini.
Cantal........... 1,857 Delambre.
1,935 Cassini.
Puy de Dome......... 1,477 Delambre.
1,592 Cassini.
Puy Mary.......... 1,658 Delambre.
1,863 Cassini.
Col de Cabre......... 1,689 Delambre.
Montaña de Mezin (Cevennes).... 2,001
El Ballon (Vosges)....... 1,403
Pico de Beguinas........ 1,115 Thuilis y Piston.
Monte San Victor cerca de Aix (Provenza). 970 Thuilis.
En España. — Palacio de S. Ildefonso.. 1,155 Thalacker.
Picacho de la Veleta (en la Sierra Nevada deGranada).......... 2,249 Id.
En Suecia. — Kinekulle...... 306 Bergmann.
En Islandia. — Snœfials Sokull.,.. 1,559 Povelsen.
— Hecla....... 1,013 Id.
En Spitzberg. — Monte-Parnaso... 1,194 Lord Mulgrave.