GEOGRAFIA DE LAS PLANTAS. PROSPECTO. Las indagaciones de los botánicos se han dirigido por lo general hácia objetos que solo abrazan una parte muy pequeña de la botánica. Casi exclusivamente se ocupan en el descubrimiento de nuevas especies de plantas, y en su diagnosis fundada en la estructura externa de los caracteres que las distinguen y de las analogias que las unen en clases ó familias. Si este conocimiento de las formas en que se presentan los entes organizados es en extremo importante para la historia natural descriptiva; si es la base indispensable de todas las ciencias que tratan de la utilidad medical ó técnica de los vegetales; si es susceptible de considerarse bajo puntos de vista muy filosóficos, no es ménos importante el fijar la atencion en la Geografía de las plantas, ciencia sublime, de la cual apénas conocemos hasta ahora el nombre, sin embargo de ser una parte integrante de la física del mundo. Ella es la que considera las plantas bajo la relacion de su asociacion local en todos los climas. Tan vasta como el objeto que abraza, pinta con rasgos majestuosos la inmensa extension que ocupan los vegetales, desde la region de las nieves perpetuas hasta el fondo del Océano y el interior del globo, donde en oscuras grutas vegetan algunos criptógamos, tan poco conocidos como los insectos á quienes sirven de pasto. El límite superior de la vegetacion varía como el de las nieves, segun la elevacion del polo, ó segun la oblicuidad de los rayos del sol, é ignoramos hasta donde se extiende el límite inferior. Pero varias observaciones exactas, hechas sobre la vegetacion subterránea en los dos hemisferios, prueban que lo interior del globo se halla animado donde quiera que los gérmenes orgánicos han hallado vacío para estenderse y un alimento análogo á su organizacion. Las rocas empinadas cubiertas de hielo que distinguimos apénas entre las nubes, no nos ofrecen otras plantas que algunos musgos y otros criptógamos análogos á los que entapizan las bóvedas de las minas y de las cavernas. Así los dos límites opuestos de la vegetacion, presentan seres de estructura semejante y cuya fisiología nos es desconocida. La Geografía de las plantas no se ocupa solamente en clasificar los vegetales segun las zonas y diferentes alturas en que se hallan, no se contenta con considerarlos segun los grados de presion atmosférica, de temperatura, de humedad, y segun las modificaciones de la carga eléctrica bajo las cuales viven; sino que tambien distingue entre ellos, como entre los animales, dos clases, que tienen un modo de vivir, y se puede decir, hábitos muy diferentes. Los unos crecen aislados y esparcidos; tales son, en Europa, el solanum dulcamara, el lychnis dioica, el poligonum bistorta, el anthericum liliago, el cratœgus aria, el weissia paludosa, el polytrichum piliferum, el fucus saccharinus, el clavaria pistillaris, el agaricus procerus; bajo los trópicos, el theophrasta americana, el lysianthus longifolius, las cinchona y hevea. Otras plantas (al modo de las hormigas y de las abejas) reunidas en sociedad, cubren terrenos inmensos, tales son las fresas (fragaria vesca), los myrtos (vaccinium myrtillus), el polygonum aviculare, el cyperus fuscus, el aira canescens, el pinus sylvestris, el sesuvium portulacastrum, el rhizophora mangle, el croton argenteum, el convolvulus brasiliensis, el brathis juniperina, el escallonia myrtilloides, el bromelia karatas, el sphagnum palustre, el polytrichum commune, el fucus natans, el sphœria digitata, el lichen hœmatomma, el cladonia paschalis, el thelefora hirsuta. Las plantas asociadas son mas comunes en las zonas templadas que entre los trópicos, en donde la vegetacion por ser ménos uniforme es mas pintoresca. Desde las márjenes del Orinoco hasta las del Amazonas y del Ucayale, en una extension de mas de quinientas leguas, la tierra se presenta cubierta de selvas tan espesas, que si los rios no las cruzaran por donde quiera, los monos, habitantes casi esclusivos de estas soledades, podrian lanzándose de rama en rama pasar del hemisferio boreal al hemisferio austral. — Mas estos inmensos bosques no presentan el monótono espectáculo que ofrecen las plantas sociales; por el contrario se observan en cada region formas diversas. — En unas partes se ven las mimosas psychotria ó melástomas, en otras laureles, cesalpínias, ficus, carolinea y hevea, que entrelazan sus ramas, y en ninguna se observa el predominio esclusivo de un vegetal sobre los otros. No sucede así en la region tropical vecina del Nuevo Méjico y del Canadá. — Desde el 17° al 22° de latitud, en todo el pais de Anahuac, cuyas planicies varían de mil quinientos á tres mil metros de elevacion sobre el nivel del mar, no se ven sino encinas y una especie de pino semejante al pinus strobus. En los valles de Jalapa, situados en el declivio oriental de la cordillera, se halla una selva considerable de liquidambares. Allí la tierra, el clima y la vegetacion adquieren el carácter de las regiones de la zona templada, circunstancia que no se observa en ninguna region de la América meridional á la misma altura. La anchura del continente Americano cerca del polo boreal y su prolongacion hácia el mismo, mayor que la del continente Europeo, son sin duda las causas de este fenómeno. — Por esto el clima de Méjico es mas frio que lo que deberia suponerse atendiendo solo á su latitud y á su elevacion sobre el nivel del mar. — Las plantas del Canadá y las de las regiones mas setentrionales se han difundido al sur, de modo que las montañas volcánicas de Méjico estan cubiertas de la misma especie de pinos que vegeta en las fuentes del Gila y del Misouri. En Europa, por el contrario, la gran catástrofe que abrió el estrecho de Gibraltar y formó el lecho del Mediterráneo impidió que las plantas de Africa pasaran á la Europa austral, y por lo mismo muy pocas de ellas se observan al norte de los Pirineos; en tanto que las encinas que coronan las alturas del valle de Tenochtitlan son especies idénticas con las que existen por los 45°; y el pintor que, con el fin de estudiar el carácter de la vegetacion, quisiera recorrer estas regiones tropicales, no hallaria ni la hermosura ni la variedad de formas que presentan las plantas equinocciales, y veria en el paralelo de la Jamaica bosques de encinas, de pinos, de cupressus disticha y de arbutus madronno, con el mismo carácter de uniformidad que las plantas sociales del Canadá, de la Europa y del Asia boreal. Muy interesante seria el marcar en un mapa botánico, los terrenos en donde crecen estos grupos de vegetales de la misma especie. — Entonces se veria que ellos se presentan en largas fajas que, extendiéndose de un modo irresistible, disminuyen la poblacion de los Estados, separan las naciones vecinas y oponen á su comercio obstáculos mas insuperables que las montañas y los mares. — Los brezos (bruyères), esta asociacion de la Erica vulgaris, de la Erica tetralix, del liquen icmadophila y hœmatomma, se difunden desde la extremidad mas setentrional de Jutlandia, por el Holstein y el Luneburgo, hasta los 52° de latitud. — De allí se dirigen hácia el occidente, por los arenales graníticos de Munster y de Breda, hasta las costas del Océano. — Hace muchos siglos que estos vegetales esterilizan la tierra y ejercen un imperio absoluto en aquellas regiones; á pesar de todos los esfuerzos del hombre apenas se les han podido cercenar algunos terrenos para la cultura. Pero estos campos cultivados, estas conquistas de la industria, las únicas provechosas para la humanidad, solo forman pequeños islotes en medio de los brezos, y recuerdan al viajero los oasis de la Libia, en los cuales la fresca verdura sirve de contraste á las arenas del desierto. Un musgo comun á los pantános de los trópicos y á los de Europa, el sphagnum palustre, cubria en otro tiempo mucha parte de la Alemania y hacia que muchos terrenos fueran inhabitables para los pueblos nómades cuyas costumbres nos ha trasmitido Tácito. — En apoyo de este fenómeno puede citarse un hecho geológico. — Los depósitos de turba mas antiguos, es decir, en los que se hallan el hidroclorato de sosa y conchas marítimas, provienen de las ulvas y de los fucus, miéntras que por el contrario los mas comunes y mas recientes son restos de sphanum y mnium serpillifolium, y su existencia manifiesta cuan abundantes eran en otro tiempo estos criptógamos . — Destruyendo los bosques, los pueblos agrícolas han disminuido la humedad de los climas; desecados los cenagales, los vegetales útiles se propagaron en las llanuras que ocupaban esclusivamente los criptógamos tan contrarios á la cultura de las tierras. Aunque es cierto que el fenómeno de las plantas sociales se observa principalmente en las zonas templadas, tambien los trópicos nos ofrecen algunos ejemplos. — En las planicies elevadas de los Andes, á tres mil metros de altura sobre el Océano, crecen reunidos el brathis juniperina, el jarava (género de gramíneas inmediato al papporophorum), la escallonia myrtilloides, muchas especies de molina y sobre todo la tourrettia, cuya médula sirve de alimento al Indio indigente, comida que á menudo le disputan los osos. — En los llanos que separan el rio de las Amazonas del Chinchipe, se ven reuniones de croton argenteum, bougainvillea y godoya, y en las sabanas del Orinoco las palmeras mauritia, algunas sensitivas y las kyllingias. — En el reino de la Nueva Granada, las bambusas y heliconias presentan igualmente fajas uniformes que ningun otro vegetal interrumpe mas estas asociaciones de plantas de la misma especie, no son ni tan extensas ni tan comunes como en los climas de la zona templada. La geología examina detenidamente la estructura análoga de las costas, los bajíos del Océano, y la identidad de los animales que habitan dos continentes vecinos para calcular si estuvieron ó no reunidos. La geógrafia de las plantas suministra materiales preciosos para este género de indagaciones, porque puede hacer reconocer hasta cierto punto, las islas que, reunidas en otro tiempo, se han separado despues, y anuncia que la separacion del Africa y de la América meridional se hizo antes del desarrollo de los seres organizados. — Esta misma ciencia manifiesta cuales son las plantas comunes al Asia Oriental y á las costas de Méjico y de la California, y si hay algunas que existen en todas las zonas y á todas las alturas sobre el nivel del mar. Auxiliados por la Geografía de las plantas podemos retroceder con alguna certeza hasta el primer estado físico de la tierra, y decidir si, despues de haberse retirado las aguas, cuya presencia, abundancia y oscilaciones se descubren en las rocas conchíferas, toda la superficie de la tierra se cubrió de vegetales diversos, ó si, conforme á las tradiciones de todos los pueblos, el globo terrestre, restituido á su estado tranquilo, no produjo plantas sino en una sola region, de donde con el trascurso de los siglos y ayudadas por las corrientes del mar, han pasado con marcha progresiva hácia las zonas mas remotas de su comun y primitiva situacion. Ella averigua si en la inmensa variedad de vegetales se halla arbitrio para descubrir algunas formas primitivas, y si su diversidad específica puede ser efecto de la degeneracion del prototipo original, en la cual las variedades casuales se han convertido en constantes. Si yo me atreviera á deducir consecuencias generales de los fenómenos que he observado en los dos hemisferios, diria que los gérmenes de los criptógamos son los únicos que la naturaleza desarrolla espontáneamente en todos los climas. — El dieranum scoparium y el polytrichum commune, la verrucaria sanguinea y la verrucaria limitata de Scopoli, crecen en todas las latitudes, en Europa como en el ecuador, y no solamente sobre las mas altas cadenas de montañas, sino tambien al nivel del mar, siempre que puedan disfrutar de sombra y de humedad. En las márgenes del Magdalena, entre Honda y la Egipciaca, en un terreno llano en donde el termómetro se sostiene casi constantemente en 28° á 30°, al pié de los macrocnemum y de los ochroma, los musgos forman una pelusa tan verde y tan hermosa como la que presentan en Noruega. — Si otros viajeros han asegurado que los criptógamos son muy raros entre los trópicos, puede explicarse el hecho por la circunstancia de no haber visitado sino costas áridas é islotes cultivados, sin penetrar suficientemente en el interior de los continentes. A todas latitudes se encuentran liquenes de la misma especie, su forma parece tan independiente de la influencia de los climas como la naturaleza de las rocas sobre las cuales viven, miéntras que todavía no conocemos ninguna planta fanerogama cuyos órganos sean bastante flexibles para acomodarse á todas las zonas y á todas las alturas, y no es cierto que la alsina media, la fragaria vesca y el solanum nigrum gocen de esta ventaja que hasta aquí solo parece reservada al hombre y á algunos mamíferos que le rodean. — La fresa de los Estados Unidos y la del Canadá, difieren de la de Europa. — Mr. Bonpland y yo creimos haber visto de estas últimas en el paso de Quindio sobre la cordillera central de los Andes entre el Magdalena y el Cauca. — En medio de estas selvas solitarias compuestas de stirax, de pasifloras arbóreas y de las palmeras que producen la cera, no es posible sospechar que la mano del hombre ó las aves hayan podido diseminar alli estas plantas, mas quizá, si hubiéramos logrado ver las flores, habríamos reconocido que eran tan especificamente diferentes del fragaria vesca como el fragaria elatior difiere del fragaria virginiana por caracteres apenas perceptibles. — Una cosa podemos afirmar, y es, que en los cinco años en que hemos herborizado en los dos hemisferios, no hemos recogido ninguna planta europea espontáneamente producida por la tierra en la América meridional. Sin embargo, nuestro conocimiento de lo interior de los continentes es todavía tan imperfecto, que la prudencia nos aconseja abstenernos de toda consecuencia general, de miedo de incurrir en el error de los geólogos que construyen el globo entero tomando por modelo las colinas que de mas cerca los rodean. Para decidir el gran problema de la traslacion de los vegetales, desciende la Geografía de las plantas á lo interior del globo, con el fin de consultar allí los monumentos antiguos que nos presenta la naturaleza en las petrificaciones, en las maderas fósiles, y en las capas de carbon de tierra, que son el sepulcro de la primitiva vegetacion de nuestro planeta. Descubriendo frutos petrificados, palmas, helechos arbóreos, scitamineas y la guadua (bambou) de los trópicos sepultados en las tierras heladas del Norte, considera si estas producciones de las Indias, lo mismo que los huesos de elefante, tapir (danta) y cocodrilo hallados con frecuencia en Europa, pudieron ser trasportados á los climas templados por la fuerza de las corrientes en un mundo anegado, ó si en otro tiempo estos mismos climas alimentaron aquellos habitantes de los trópicos: pero puede admitirse que ha habido grandes variaciones en la temperatura del aire, sin recurrir á mudanzas en el lugar de los astros, ó á movimientos que son poco verosímiles en el eje de la tierra. Si los fenómenos mas patentes de la geología nos indican claramente que toda la corteza de nuestro planeta fué primitivamente líquida; si la estratificacion y la diferencia de las rocas nos manifiestan que la formacion de las montañas y la cristalisacion de las mayores masas en torno de un núcleo comun, no se efectuó al mismo tiempo sobre toda la superficie del globo; no podrá tampoco negarse que la transicion del estado líquido al estado sólido ha debido necesariamente dejar en libertad una inmensa cantidad de calórico y aumentar por cierto tiempo la temperatura de una region sin que en ello haya tenido parte alguna el calor del sol; ¿mas podrá acaso admitirse que este crecimiento local de temperatura ha durado el tiempo suficiente para que puedan haberse verificado los fenómenos que de esta manera se pretenden explicar? La guadua, esta preciosa produccion de los trópicos, que representa con las gramíneas el mismo papel que el elefante respecto de los cuadrúpedos, esta planta colosal y majestuosa, sobre la cual se ha escrito tanto, ha sido hasta hoy absolutamente desconocida de los botánicos. El célebre Mutis, á pesar de haber residido largo tiempo en las selvas ardientes de Mariquita, y á pesar de los esfuerzos que hizo por conocer su fructificacion, no la vió hasta 1805. En esta época, por una feliz casualidad, la hallé florida en el valle de Neiva, á orillas del Magdalena. La describí, la diseñé y formé esqueletos completos de esta grama. Sobre estos materiales se delineó la grandiosa lámina que debe enriquecer la Flora de Bogotá. Este botánico experimentado y sabio, la reconoció por un género nuevo, y la separó del tabaxir, mambú, arundo, etc., á que se creyó pertenecer. La nombró bambusa de la palabra bambou, bajo de cuyo nombre se conocia. En nuestras excursiones botánicas, creemos haber reconocido tres especies diferentes en el nuevo género bambusa, y ahora presentamos el carácter genérico y específico, reservando una amplia descripcion y la historia de esta planta preciosa para el primer fascículo de la Flora de Bogotá. BAMBUSA. Flor. Bogot. Gluma 0. Calix bi-valvis, valvis muticus, inæqualibus persistentibus: exterior carinata, acuta, interiori pauce longior: interior fornicata, seu calceoli formam æmulans. Stamina 6, hypogyna: filamenta capillaria, calice longiora, debiles: antheræ incumbentes, basi et apice bifurcæ. Germen oblongum, basi squamulis tribus conspicuis, germine maioribus cinctum: styli 3, aut stylus profunde 3 fidus: stigmata plumosa, longitudine calicis. Semen unicum, valva calicis intima tectum. Culmus procer, 6-8 policum diametri, 45-60 pedes altus, erectus, cylindricus, fistulosus, articulatus: coma pyramidalis, apice nutans: è quovis articulo stipulam ovatam, culmum cingentem, coriaceam, desciduam profert. Rami, in articulis superioribus, alterni, articulati. Folia alterna, in singulo culmi nodo, simplicia, vaginantia, et vagina fissili. Flores spicati. Spicæ lineares, geminati, terminales. Habitat in N. R. Granatensis humidis, calidioribus, et temperatis. Bambusa inermis: Culmus cylindricus inermis. Bambusa aculeata: Culmus aculearus. Bambusa lineata: Culmus lineis longitudinalibus luteis, viridibusque pulchre variegatus. Las variaciones observadas en la luz de los astros han podido autorizar la sospecha de que el que ocupa el centro de nuestro sistema ha experimentado tambien variaciones análogas, y de que el aumento de intensidad de los rayos solares haya sido suficiente en determinadas épocas para elevar la temperatura de las zonas polares, hasta la que actualmente tiene la zona tórrida. Estas variaciones que harian de la Laponia un pais habitable para las plantas equinocciales, para los elefantes y los tapires, ¿son por ventura periódicas? ó son efecto de causas pasajeras perturbadoras de nuestro sistema planetario? Así es que la Geografía de las plantas lleva su antorcha luminosa hácia la historia del globo primitivo, sirve de base á la geología, y ofrece á la imaginacion del hombre un espectáculo tan interesante como rico. Los vegetales, tan análogos á los animales por la irritabilidad de sus fibras y por los estimulantes que las excitan, se diferencian esencialmente de ellos por su movilidad. La mayor parte de los animales no dejan á su madre hasta que son adultos, miéntras que las plantas, fijadas al suelo desde el momento de su desarrollo, solo pueden viajar cuando estan contenidas en el huevo, cuya estructura favorece estos movimientos. Las corrientes, los vientos y las aves, no son los únicos agentes que sirven para la propagacion de los vegetales en la superficie de nuestro planeta: el hombre es el que principalmente se ocupa en esto. Luego que sale de la vida vagabunda, reune al rededor de sí los animales y las plantas mas útiles para su alimento y para su vestuario. Esta transicion de la vida errante á la agricultura es tardía en los pueblos del norte. En las regiones equinocciales, entre el Orinoco y el Amazonas, lo cerrado de las selvas dificulta la cacería y obliga á los salvajes para subsistir á cultivar algunas plantas de jatropha, de plátano y de solanum. La pesca, los frutos de ciertas palmeras y estos pequeños campos cultivados (si merecen tal nombre las reuniones de un corto número de vegetales), forman la base del alimento de muchos Indios de la América meridional. — En donde quiera la naturaleza del clima y del suelo que pisa modifican los hábitos del hombre, y sin estas modificaciones seria imposible distinguir los primeros habitantes de la Grecia de los Beduinos pastores, y estos de los Indios del Canadá. — Algunas plantas, que son el objeto de la jardinería y agricultura, acompañan al hombre desde un extremo al otro de la tierra. Así, en Europa, ha seguido la viña á los Griegos, el trigo á los Romanos, el algodon á los Arabes; y en América, el maiz acompañó á los Astecas, las patatas á los Peruanos, y la quinoa á los habitantes de la antigua Cundinamarca. Son las papas del Perú, y las turmas del Nuevo Reino de Granada. La traslacion de estas plantas es evidente, pero su primera patria es tan desconocida como la de las diferentes razas de hombres que hallamos ya habitando todas las porciones del globo en las mas remotas épocas de que la tradicion nos conserva la memoria. — Al oriente y al sur del mar Caspio, en las orillas del Oxo, en la antigua Cólchida, y principalmente en la provincia de Curdistan, cuyas altas montañas se mantienen perpetuamente cubiertas de nieve (lo que supone mas de tres mil metros de elevacion), la tierra produce limones, granadas, cerezas, peras y los demas frutos de los árboles frutales que cultivamos en nuestros jardines. — Ignoramos si esta fué su cuna, ó si, cultivados en remotos tiempos, se han hecho silvestres con el trascurso de las edades y su existencia solo prueba en favor de la antigüedad de la agricultura en aquellas regiones. — Estas fértiles comarcas, situadas entre el mar Caspio, el Ponto Euxino y el golfo Pérsico, son las que han dotado á la Europa de productos mas preciosos. — El nogal nos vino de la Persia junto con el durazno; el albaricoque de la Armenia; el Asia menor nos envió la higuera, el peral, el granado, el olivo, el ciruelo y la morera. — Los Romanos del tiempo de Caton no conocian todavía ni las cerezas, ni los duraznos, ni las moras. — Hesíodo y Homero mencionan ya el olivo cultivado en Grecia y en las islas del Archipiélago. — Bajo el reinado de Tarquinio el Viejo, no se conocia sin embargo todavía este árbol ni en Italia, ni en España, ni en Africa. En el consulado de Apio Claudio, el aceite era muy escaso en Roma, y ya en tiempo de Plinio el olivo habia pasado á Francia y á España. — La viña que hoy cultivamos con tanta extension, tampoco es originaria de la Europa: se cria espontáneamente en las riberas del mar Caspio, en Armenia y en Caramania. — Del Asia fué trasplantada á Grecia y de allí á Sicilia. — Los Foceos la llevaron á la Francia meridional, y los Romanos la sembraron en las orillas del Rin. — Las especies de vitis que se hallan silvestres en la América setentrional y que dieron su nombre (winenland) á la primera parte del Nuevo Continente que los Europeos descubrieron, son muy diferentes de nuestra vitis vinifera. En uno de los carros que adornaban el triunfo de Lúculo, se veia un cerezo cargado de fruta, y fué el primero de esta especie que llegó á Italia. — El dictador habia mandado arrancarlo en la provincia del Ponto, despues de su victoria sobre Mitridates. — En ménos de un siglo despues, ya el cerezo se habia propagado en Francia, Alemania é Inglaterra. — De esta manera es que el hombre muda á su arbitrio la vegetacion de la superficie del globo, y reune al rededor de sí las plantas de los climas mas apartados. — Un pedazo de tierra cultivada en las colonias Europeas de las dos Indias, presenta reunidos el café de la Arabia, la caña dulce de la China, el añil del Africa y muchos otros vegetales procedentes de ambos hemisferios. — Esta mezcla de producciones variadas se hace mas interesante porque representa á la imaginacion del observador la sucesion de acontecimientos que esparcieron la raza humana sobre el globo de cuyas producciones se hizo dueña. — Así es que el hombre, inquieto y laborioso, al recorrer las diferentes comarcas de la tierra, ha compelido á cierto número de vegetales á habitar en todos los climas y alturas; mas este imperio sobre los seres organizados no ha podido desnaturalizar su estructura primitiva. — La patata cultivada en Chile á 3,600 metros de altura, tiene la misma flor que la que se ha introducido en Siberia, y la cebada con que se alimentaban los caballos de Aquiles, era sin duda la misma que la que hoy sembramos, porque las formas características de los vegetales y de los animales que nos ofrece la superficie actual del globo parece que no se han mudado desde las épocas mas remotas. — El ibis sepultado en las catacumbas de Egipto, ave casi tan antigua como las pirámides, es idéntico con el que se observa hoy todavía pescando en las orillas del Nilo. — Esta identidad prueba evidentemente que las reliquias colosales de animales fósiles que se encuentran en las entrañas de la tierra, no pertenecen á variedades de las especies que hoy viven, sino á un órden muy diferente del actual y demasiado antiguo para que de él se ocupen las tradiciones. Cultivando ciertas plantas favoritas con esmero, el hombre las hace dominar sobre las que espontáneamente produce el suelo, mas esta preponderancia tan opuesta á los deseos del botánico, solo se observa en una porcion muy reducida de la tierra en donde la civilizacion (y con ella la poblacion, su consecuencia necesaria) ha crecido y se ha perfeccionado. En los paises inmediatos al ecuador, el hombre es demasiado débil para domar una vegetacion que esconde por donde quiera el suelo, sin dejar aparente otra cosa que el océano y los rios, vegetacion que lleva en sí misma cierto sello de majestad agreste, al lado del cual parecen impotentes todos los esfuerzos de la agricultura. El origen y la primera patria de estos vegetales tan útiles al hombre y que le siguen desde las épocas mas remotas, es un secreto tan impenetrable á las indagaciones del naturalista, como la mansion primera de todos los animales domésticos. — No sabemos cuál es la patria de las gramíneas que forman el principal alimento de las razas Mongola y Caúcasa, ni qué region produjo espontáneamente las cereales, el trigo, la cebada, la avena y el centeno. — Se cree que los Romanos no cultivaron esta última gramínea. — Algunos aseguran haberse encontrado cebada silvestre en las orillas del Samara en Tartaria, el triticum spelta en Armenia, el centeno en Creta, el trigo en Baschiros en Asia, pero estos hechos no parecen bien averiguados, porque es fácil equivocarse creyendo que son plantas espontáneas las que huyendo del hombre han recuperado su primitiva independencia. — Es sabido que las aves que devoran los granos de las cereales las diseminan fácilmente en los bosques. Las plantas que constituyen la riqueza natural de todos los habitantes de los trópicos, como el plátano, el carica papaya, el jatropha manihot y el maiz, no se han hallado jamas silvestres. — Algunas he visto dispersas en las márgenes del Casiquiare y del Rio-Negro, mas esto depende de que el indígena salvaje de estas regiones, melancólico y desconfiado, se complace en desmontar y cultivar campos reducidos en los lugares mas solitarios, los cuales abandona despues con la misma facilidad. El terreno se cubre entonces de maleza, y las plantas que habia sembrado, parecen naturales del bosque. La patata, planta bienhechora sobre la cual se funda en mucha parte la subsistencia de la poblacion en los paises mas estériles de la Europa, está en el mismo caso que el plátano, el maiz y el trigo. — De las averiguaciones que hice cuidadosamente en América, resulta que ningun viajero la ha encontrado silvestre, ni en las montañas del Perú, ni en el Reino de la Nueva Granada, donde esta planta se cultivaba con el chenopodium quinoa . La extension de la agricultura, sus objetos diversificados segun el carácter, segun las costumbres, y frecuentemente segun las imaginaciones supersticiosas de los pueblos, la influencia del alimento mas ó menos estimulante sobre la energía de las pasiones, la historia de las navegaciones y de las guerras emprendidas para conseguir producciones del reino vegetal, son otras tantas consideraciones que ligan la Geografía de las plantas con la historia política y moral del hombre. El P. Molina, en su historia natural de Chile, asegura que las patatas se producen espontáneamente, pero que son entonces mas pequeñas y de sabor algo amargo. — Los Indios llaman á este solanum tuberosum silvestre, maglia. — El Dr. Eloy Valenzuela encontró tambien en la provincia de Pamplona la misma planta. — Seria de desear que, cultivándola con esmero, se averiguase si es capaz de perfeccionarse y llegar al estado de las patatas comunes. — A. Estas relaciones bastarian sin duda para probar la importancia y extension de la ciencia cuyos vastos limites describo. Pero el hombre, sensible á las obras de la imaginacion, se complace en hermanar la Geografía de las plantas con las producciones de la fantasía. La contemplacion de la naturaleza, la vista de los campos y de los bosques causa una dulce sensacion, muy diferente de la impresion que hace el estudio particular de la estructura de un ente organizado. En este, el pormenor es el que interesa y alimenta nuestra curiosidad; y en aquella, son las grandes masas las que agitan nuestra imaginacion. ¡Qué efecto tan diferente produce el verdor fresco de un prado rodeado de algunos grupos de árboles esparcidos, y el de un espeso bosque de pinos ó de encinas! ¡Qué contraste tan visible entre las selvas de las zonas templadas, y las del ecuador, donde los troncos desnudos de las palmas se elevan sobre los del cassubium , las cuales estan entretegidas con bejucos floridos, y representan un pórtico soberbio en los aires! ¿Cuál es la causa psicológica de estas diferentes sensaciones? ¿Es acaso la intensidad ó la magia de los colores vegetales, ó el tamaño de las masas, ó el contorno de las formas, ó el hábito de los vegetales los que las causan? ¿Cómo influye este hábito ó aspecto de una naturaleza mas ó menos rica en las costumbres y principalmente en la sensibilidad de los pueblos? ¿En qué consiste el carácter de la vegetacion de los trópicos, y cuál es la diferencia de fisionomía que distingue las plantas del Africa de las del Nuevo Continente? ¿Qué analogía de formas une á los vegetales alpinos de los Andes con los de los Pirineos? He aquí un cúmulo de cuestiones importantes que debe resolver la Geografía de las plantas... Entre la gran variedad de vegetales que cubren la corteza petrea de nuestro planeta, se distinguen con facilidad algunas formas generales, á las cuales se reducen casi todas las demas que presentan un conjunto de familias ó grupos mas ó ménos análogos entre sí. Tal es la forma de las scitamíneas (musa, heliconia, estrelitza), la de las palmas, helechos arbóreos (arum, pothos, dracontium), de los agaves (yucca, aloe, algunas euphorbias pourretia), de los pinos (taxus pinus) y todas las acetosas, de los tamarindos (mimosa, gleditzia, porleria), de los bombax (sterculea, hibicsus, ocroma, cavanillesia), de las opuncias (cactus), de las gramíneas, la de los bejucos y enredaderas (vitis, paullinia), la de las orquideas (epidendrum, scrapia), la de las casuarinas (equisetum), los musgos, los liquenes. Estas divisiones no tienen relacion alguna con las que hace el botánico clasificador, segun principios muy diferentes. En aquella no se atiende á otra cosa que á los grandes contornos que determinan la fisionomía de la vegetacion y la analogía de impresion que recibe el contemplador de la naturaleza, mientras que la botánica descriptiva reune las plantas segun la afinidad que presentan las partes mas pequeñas pero las mas esenciales, cuales son las de la fructificacion. En la belleza absoluta de las formas enunciadas, en la armonía y contrastes que nacen de su conjunto, consiste lo que se llama carácter de la naturaleza en tal ó tal region. Algunas formas, á la verdad las mas bellas (las de las scitamineas, palmas, guaduas), faltan absolutamente en las zonas templadas. Otras, por ejemplo la de los árboles de hojas pinadas, son muy raras y menos elegantes en ellas; las especies arborecentes, mas pequeñas y menos cargadas de flores agradables á la vista; la frecuencia de las plantas sociales de que hemos hablado, y la cultura del hombre, hacen el aspecto de aquellas regiones mas monótono. Bajo de los trópicos, por el contrario, se ha complacido la naturaleza en reunir todas las formas, y aunque á primera vista parece que falta la de los pinos, no obstante, en los Andes de Quindío y en las selvas templadas de Loja y de Méjico, hay cipreses y pinos. Las formas vegetales, en las inmediaciones del ecuador, son por lo general mas majestuosas y admirables, sus masas son mayores, el barniz de las hojas mas lustroso, el tejido de la parenquima mas laxo y suculento, los árboles mas elevados estan adornados constantemente con flores mas vistosas y mas olorosas que las de las herbáceas de las zonas templadas. La corteza quemada de los troncos antiguos, forma un hermoso contraste con el tierno verdor de los pothos y orquideas, cuyas flores imitan la forma del plumaje de los pájaros que chupan su néctar. No obstante, los trópicos no presentan la extension de prados esmaltados de ranúnculos , germaneas que adornan las riberas de los paises del Norte. Allí no se conoce aquella dulce sensacion de una primavera que despierta la vegetacion y rejuvenece á la naturaleza . La mano de Flora, igualmente benéfica para todos los entes, ha reservado para cada region ciertos dones particulares. Un tejido de fibras mas ó ménos laxo, segun la presion del aire atmosférico, el grado de calor y de irritabilidad de los órganos, los colores vegetales mas ó ménos intensos segun la combinacion química de los elementos y la fuerza estimulante de los rayos solares, es lo que caracteriza las diferentes zonas de nuestro globo. La inmensa altura á que se elevan las tierras inmediatas al ecuador, da á los habitadores de los trópicos el espectáculo curioso de vegetales cuyas formas son idénticas con las de la Europa. — Es el anacardium occidentale de Lineo. Mr. de Jussieu (Antonio Lorenzo) cambió este nombre en el de cassubium de Rumphio. Este es el acajou, el kapamaba de la India y nuestro marañon. Las praderías de Quito, Cayambe, Turubamba, Ibarra, Guaca, etc., etc., estan cubiertos de una especie de ranúnculo tan abundante, que en algunas partes inutiliza los pastos, y es necesario arrancarlo. El plátano hermosea los valles de los Andes; mas arriba campea el árbol benéfico que nos ofrece en su corteza el febrífugo mas pronto y mas eficaz. — En esta region templada de las quinas, y mas arriba en la de las escalonias, crecen las encinas, los pinos y otros árboles del género berberis, alnus, rubus, y muchos otros que se creian peculiares á los paises del Norte. — Así el habitante de las regiones equinocciales conoce todas las formas vegetales que la naturaleza ha colocado en su pais favorecido, y la tierra ostenta á sus ojos un espectáculo tan variado como el que le presenta la bóveda azul del cielo, en la cual no hay constelacion que se le oculte. De tales ventajas no disfrutan los pueblos de la Europa, porque las plantas lánguidas y enfermizas que el amor de las ciencias ó los caprichos de un lujo refinado hace que se cultiven en las estufas, apenas les presentan la sombra de la majestad de las plantas equinocciales, y aun muchas de sus formas permanecen para ellos desconocidas; pero la cultura y riqueza de sus idiomas, la imaginacion y sensibilidad de sus poetas y pintores, les ofrecen un manantial inagotable de compensaciones. — Las artes de imitacion nos manifiestan el cuadro variado de las regiones ecuatoriales, y en Europa el hombre situado en una costa árida puede sin embargo gozar con el pensamiento del aspecto de las mas distantes comarcas, y si su alma es sensible á las obras del arte, si su entendimiento ha sido cultivado para poder elevarse á la contemplacion de los grandes problemas de física general, desde el fondo de su soledad y sin apartarse de su hogar, se apropia todo lo que el intrépido naturalista ha descubierto recorriendo los aires y el océano, penetrando en las mas hondas cavernas, ó trepando á las cúspides nevadas. — De esta manera es que las luces influyen principalmente sobre nuestra dicha individual, haciéndonos vivir á un tiempo en lo presente y en lo pasado, reuniendo en torno de nosotros cuanto ha producido la naturaleza en los climas mas diversos, é iniciando nuestras relaciones con todos los pueblos de la tierra. — Fundándonos en los descubrimientos hechos, podemos lanzarnos en el porvenir, y adivinando las consecuencias de los fenómenos observados, fijar para siempre las leyes á que la naturaleza está sujeta. — Estas indagaciones nos preparan un cúmulo de goces intelectuales, y, lo que es mas, la libertad moral que nos abroquela contra los reveses de la fortuna y nos proporciona un abrigo seguro contra toda influencia externa. CUADRO FÍSICO DE LAS REGIONES ECUATORIALES, Formado sobre las medidas y observaciones hechas en los mismos lugares, desde los 10° de latitud boreal hasta los 10° de latitud austral, en los años 1799, 1800, 1801, 1802 y 1803. El aspecto del suelo y la série de fenómenos físicos que presenta la atmósfera, varian gradualmente desde el nivel del mar hasta la cima de las mas altas montañas. — A las plantas que crecen en las llanuras bajas suceden otras de muy diferente especie; las leñosas desaparecen poco á poco para dar lugar á las herbáceas y alpinas, y últimamente no se encuentran sino gramíneas y criptógamos. — Ya en la region de las nieves permanentes el reino vegetal está representado solo por algunos líquenes que cubren las rocas. Las formas de los animales varian tambien con el aspecto de la vegetacion, los mamíferos que habitan en los bosques, las aves que animan los aires, y hasta los insectos que roen las raices de las plantas, todo cambia segun la altura del suelo, y aun la naturaleza de las rocas que lo componen varia tambien para el observador atento que se aleja del nivel del mar. — En algunas partes las formaciones recientes que cubren el granito en los llanos no pasan de cierta altura, y esta roca primitiva que sirve de base á las demas y que constituye el interior de nuestro planeta hasta los lugares mas profundos á que el hombre ha podido penetrar, se deja ver otra vez. — En otros lugares las formaciones modernas ocultan siempre las rocas cristalinas, y á una altura de mas de cuatro mil metros sobre el nivel actual del Océano, se hallan bancos de conchas y de corales petrificados. — Con frecuencia se advierte la cumbre de las montañas mas elevadas coronada de pequeños conos de basalto, de roca verde (Grünstein) y de esquisito pórfido, fenómeno que da mucho que pensar al geólogo, que ve variar las apariencias del suelo segun su mayor ó menor altura, como el naturalista las plantas y los animales. — El aire mismo, esta mezcla de flúidos gaseosos que rodea nuestro planeta y cuya extension nos es desconocida, nos ofrece tambien diferencias no ménos notables. Si nos alejamos del nivel del Océano, la temperatura del aire y su presion disminuyen, miéntras que su sequedad y su tension eléctrica aumentan; el color azul del cielo es mas subido en razon de la mayor altura, y esta influye tambien sobre la diminucion de la gravedad y del grado de calor que adquiere el agua que hierve, como sobre la intensidad de los rayos solares que atraviesan la atmósfera y sobre las refracciones que estos sufren cuando en ella penetran. El viajero, alejándose así del centro de la tierra, en una proporcion mínima en verdad si se compara con el radio de nuestro globo, se halla con sorpresa grande colocado en un mundo nuevo, y descubre en el aspecto del suelo y en las modificaciones de la atmósfera mayores alteraciones que si hubiera pasado á otras latitudes. Es cierto que las mismas variaciones se advierten en todas las regiones en que la naturaleza ha formado cadenas de montañas ó planicies elevadas sobre el nivel del Océano, mas ellas son ménos grandes en las zonas templadas que en las inmediaciones del ecuador, en donde las cordilleras se levantan á cinco y seis mil metros de altura, y en donde cada region disfruta de un temple uniforme y constante. — Contiguos al polo boreal se hallan algunos grupos de montañas casi tan colosales como las del Reino de Quito cuya existencia han explicado algunos por la rotacion de la tierra. Citaré entre otros el monte San Elías en la costa de la América opuesta al Asia por los 60° 21′ de latitud boreal, que tiene 5,512 metros de altura, el pico de Buen Tiempo, por los 59° de latitud boreal, con 4,547 metros de altura . — En nuestra latitud media de 45° el Monte Blanco se eleva á 4,754 metros. — Mas, en las regiones boreales, en la zona templada, á 45°, el límite de las nieves permanentes, que es al propio tiempo el límite de toda organizacion, no pasa de 2533 metros sobre el nivel del mar. De aquí resulta que la naturaleza no tiene para desarrollar la série de los cuerpos organizados, sino la mitad del espacio de que puede disponer entre los trópicos, en donde la vegetacion no cesa hasta los 4,793 metros de altura vertical. — Fuera de esto se ha de considerar que en nuestras latitudes boreales la oblicuidad de los rayos solares, y la duracion desigual de los dias aumentan en tanto grado el calor del aire en las montañas, que muchas veces no puede percibirse diferencia entre el calor de las llanuras y el que reina á 1,500 metros de altura; y este es el motivo porque muchas plantas crecen al pié de los Alpes y sobre su cumbre. — Como han soportado los rigores del frio en lo llano, así los sufrirán en los meses de otoño en las montañas. — Por esto es que se ven tambien algunas plantas alpinas de los Pirineos en valles inferiores; nada tienen que extrañar en ellos el calor al cual estan sujetas por algunos meses en mayores alturas. Viaje al Estrecho de Fuca, por D. Dionisio Galeano y D. Cayetano Valdés, pág. 65. — H. No sucede así entre los trópicos, en el vasto espacio de 4,800 metros de extension vertical que comienza en la superficie del Océano y acaba en las nieves permanentes, en donde los climas se suceden como capas sobrepuestas las unas á las otras, en cada una de las cuales la temperatura es casi constante, y donde la presion atmosférica, el estado higroscópico del aire, su carga eléctrica, siguen leyes inalterables y tanto mas fáciles de descubrir, cuanto que los fenómenos son ménos complicados. — De semejante órden de cosas resulta que como cada altura entre los trópicos está sujeta á condiciones particulares, tambien ofrece producciones que varian segun la naturaleza de estas circunstancias; y por esto es que en los Andes de Quito, en una faja de dos mil metros de anchura, se advierte mayor variedad de formas que en una faja situada del mismo modo en el declivio de los Pirineos. Me he propuesto reunir en un solo cuadro el conjunto de los fenómenos físicos que nos presentan las regiones equinocciales desde el nivel del mar del Sur hasta la cima mas elevada de los Andes. — Este cuadro indica. La vegetacion. — Los animales. — Los fenómenos geológicos. — La cultura. — La temperatura del aire. — El límite de las nieves permanentes. — La constitucion química de la atmósfera. — La tension eléctrica. — La presion barométrica. — La diminucion de la gravedad. — La intensidad del color azul del cielo. — El grado de extincion que padece la luz al atravesar las capas del aire. — Las refracciones horizontales y el calor del agua que hierve, á diferentes alturas. Para facilitar la comparacion de estos fenómenos con los de las zonas templadas, he añadido muchas alturas medidas en diferentes puntos del globo y las distancias desde donde aquellas pueden divisarse en alta mar, omitiendo, sin embargo, el cálculo de las refracciones terrestres. — Puede mirarse este cuadro como el resúmen de todas las cuestiones que he estudiado en el curso de mis viajes en los trópicos, y él presenta el resultado de un extenso trabajo de que me ocupo actualmente, en el cual se hallarán las explicaciones, que apenas he podido indicar en él. — Me atrevo á pensar que este ensayo no solo será interesante en sí mismo por los objetos que comprende, sino porque sugerirá en el ánimo de los que se ocupan de física general algunas comparaciones y combinaciones favorables al progreso de esta ciencia, que constituye uno de los mas hermosos ramos del saber humano, y en cuyo estudio no puede adelantarse sino examinando primero en detalle y despues en conjunto los diversos fenómenos y las distintas producciones con que nos brinda la superficie del globo, porque, en este grande encadenamiento de causas y de efectos, ningun hecho es fecundo si se le considera solo y aislado. — El equilibrio general que reina en medio del cúmulo de perturbaciones aparentes, está fundado en la concurrencia de innumerables fuerzas mecánicas y de atracciones químicas que se contrapesan las unas á las otras, y por tanto, si es menester considerar cada serie de hechos separadamente para averiguar las leyes particulares á que estan sujetos, no es ménos importante para el estudio de la naturaleza, que es el gran problema de la física general, el reunir todos los conocimientos que tratan de las modificaciones de la materia. Llegué ademas á lisonjearme de que este cuadro, no solo haria nacer ideas nuevas de comparacion en el entendimiento de las personas que se propusieran estudiar todos sus detalles, sino que seria tambien capaz, hablando á la imaginacion, de procurarles algunos de los placeres que produce la contemplacion de una naturaleza tan majestuosa como benéfica. En efecto, esa multitud de formas vegetales que se ostentan en el declivio de una de las cordilleras, esa variedad de estructura que se adapta al clima de cada altura y á su presion barométrica; ese manto de nieve perpetua que establece un dique inexpugnable á la vegetacion, pero que en el ecuador se encoje, dejando un espacio de 2,300 metros de extension mayor que en nuestros climas; esos fuegos volcánicos que se abren paso, ya por entre colinas bajas como en el Vesuvio, ó por alturas cinco veces mayores como en el Cotopaxi; esas conchas petrificadas que aparecen en las puntas de las montañas mas elevadas como recuerdo de las grandes catástrofes que ha sufrido nuestro planeta; en fin, esas altas regiones del aire por entre las cuales ha penetrado un físico areonauta animado del intrépido valor que inspira el celo mas noble por las ciencias, he aquí objetos capaces de entretener nuestra imaginacion, y de elevarnos á las mas sublimes contemplaciones. — Quise así que un cuadro físico de las regiones equinocciales se dirigiera al entendimiento y á la imaginacion á la vez, á fin de que, no solamente interesara á los que se ocupan del estudio de las ciencias físicas, sino que inspirara gusto por el mismo estudio á los que no saben de cuantos placeres se privan no cultivando sus facultades mentales. — No ignoro que este cuadro es bien imperfecto, y por lo mismo solo lo presento como un ensayo, trabajado en medio de un cúmulo de ocupaciones heterogéneas, y halagado por la idea de que el público lo recibirá con la misma indulgencia que mis otros escritos. — Si las empresas nuevas que preparo me dejan tiempo, espero que podré ir mejorándolo sucesivamente, porque con las cartas botánicas acontece lo que con las que llamamos exclusivamente geográficas, y es que no se consigue que sean exactas sino á proporcion que se aumenta el número de buenas observaciones. Por la primera vez hice el diseño de este cuadro en el puerto de Guayaquil, por febrero de 1803, cuando de regreso de Lima por mar me preparaba á salir para Acapulco. — Envié entonces una copia del primer bosquejo á Santa Fé de Bogotá, á M. Mutis, que me honra con su amistad. — Nadie mejor que él podia juzgar de la exactitud de mis observaciones, y aun darles mayor extension, comprendiendo en ellas las que él mismo ha hecho por espacio de cuarenta años en sus viajes en el territorio Granadino. — Este gran botánico, no obstante la distancia á que se halla de Europa, ha seguido los progresos de la física, y observado con constancia los vegetales de los trópicos á todas las alturas; ha herborizado en las tierras bajas de Cartagena, en las orillas del Magdalena y sobre las colinas de Turbaco cubiertas de gustavia augusta, de anacardium caracoli y de nectandra sanguinea; ha vivido largo tiempo en la alta planicie de Pamplona, en los llanos de Mariquita y en los de Ibagué, cuyo cielo sereno y clima delicioso me han dejado los mas agradables recuerdos; ha subido á las cumbres nevadas de los Andes, en cuyas inmediaciones vegetan el escallonia myrtilloides, el wintera granatensis y el befaria, que por la continua abundancia de sus flores deberia llamarse la rosa alpina de estas comarcas. — Ningun botánico ha estado en el caso de reunir mayor número de observaciones interesantes sobre la Geografía de las plantas, que Mutis, por la multitud de medidas barométricas que ha practicado, y que le han permitido apreciar con certeza la altura á que crecen las diversas plantas de la zona tórrida. — Mr. Haenke, compañero del desgraciado Malaspina en sus navegaciones, debe haber hecho un crecido número de observaciones análogas á las mias. — Este botánico infatigable vive hace mas de 10 años en la cadena elevada de los Andes de Cochabamba que liga las montañas del Potosí con las del Brasil. MM. Sesse y Mociño que han traido á Europa las riquezas vegetales de Méjico, no habrán dejado tampoco de observar la variedad considerable de plantas que viven en el suelo de N. España, desde las costas de Yucatan y de Veracruz, hasta la cima nevada de Sitlaltepetl (pico de Orizaba) y de Popocatepec. — Mi residencia en Méjico y en los Estados-Unidos y otras circunstancias particulares me privaron de sacar el partido que habria deseado de los consejos de estos sabios distinguidos. El diseño que hice en Guayaquil ha sido ejecutado en Paris en mayor escala por Mr. Schænberger, que hace muchos años me honra con su amistad. Pero como sus ocupaciones no le permitieron poner este bosquejo en estado de poder grabarse, se encargó de darle la última mano Mr. Turpin, que disfruta de una reputacion merecida como botánico y como pintor, y que ha dibujado esta Geografía de las plantas con el buen gusto que caracteriza todas sus obras. — Un dibujo como este, que por su naturaleza está sujeto á escala, no es susceptible de una ejecucion pintoresca, porque lo que demanda una exactitud geométrica, deja de producir en pintura efectos agradables á la vista. — Aunque no deberia representarse la vegetacion sino en masas semejantes á las que se advierten en una carta militar, he creido, sin embargo, que podria tomarme la libertad de dibujar un bosque de scitamineas y de palmeras ostentando sus elevadas copas. — Adviértese con facilidad en el cuadro el límite de cada region, las palmas se pierden poco á poco entre los demas árboles; estos ceden su lugar á las plantas herbáceas, que insensiblemente dejan el campo libre á las gramíneas y criptógamos. — Algunas personas de gusto delicado hubieran preferido quizá que todas las observaciones aparecieran cerca de las escalas que presenta el márgen del cuadro, mas como en un trabajo de esta especie es preciso conciliar en lo posible (lo que no es fácil), dos intereses opuestos, que son el efecto agradable y la exactitud, toca al público el decidir si hemos conseguido vencer en parte las dificultades que se encuentran en la ejecucion de obra semejante. — El cuadro de las regiones ecuatoriales comprende los fenómenos físicos que presentan la superficie del globo y la atmósfera, desde los 10° de latitud boreal hasta los 10° de latitud austral. — En razon de la grande diferencia que se nota, no solo en las producciones de la tierra, sino tambien en los fenómenos meteorológicos, entre los 10° y los 23° de latitud , no creí que podia extender la zona del cuadro mas cerca de los límites de los trópicos. En el curso de esta obra, cuando no se advierte lo contrario, se entiende hacerse uso del grado del termómetro centígrado y del metro, conservando solo las antiguas divisiones del tiempo y de los grados de latitud. Resulta de mis operaciones geodésicas practicadas en Méjico, que aun por los 19° de latitud boreal el límite de las nieves permanentes no difiere sino de 200 metros del que se observa en el ecuador, puesto que alcanza á los 4,600 metros. — En las inmediaciones de las zonas templadas, las corrientes que se establecen en la atmósfera, la direccion que siguen los vientos alisios, segun el hemisferio en que soplan, y otras causas que dimanan de la configuracion de los continentes, dan á las regiones situadas por los 20° y 23° de latitud boreal, en su clima y en su vegetacion, un carácter peculiar, y distinto de lo que podria esperarse entre los trópicos. A una altura de 3,934 metros se ven todavia pinos en la N. España, y à 1000 metros bajo el término de la nieve perpetua, hay todavía árboles gruesos hasta de un metro de diámetro, en tanto que por los 5° y 6° de latitud los árboles altos dejan de verse desde la altura de 3,508 metros. — En la isla de Cuba el termómetro llega muchas veces al punto de congelacion y se mantiene por algunos dias, y aun en la orilla del mar baja hasta los 7°, miéntras que en Veracruz y en Santo Domingo, en latitudes algo mas australes, nunca baja de 17°. — En la ciudad de Méjico se ha visto caer nieve, y tambien en la provincia de Mechoacan, en Valladolid mismo, á pesar de que la altura de estas ciudades no excede de 2,264 metros la una y de 1,870 metros la otra; miéntras que en el ecuador, hasta el 4° grado de latitud, no cae nieve sino en los lugares cuya altura pasa de 4,000 metros. — Consideradas estas anomalías de la vegetacion y del clima de las regiones que se aproximan á la zona templada, seria muy aventurado pretender reunir en un mismo cuadro los fenómenos que se presentan en toda la extension de los trópicos. — Luego que se sale fuera del 10° grado de latitud boreal ó austral, ni el suelo ni la atmósfera tienen el carácter de las regiones ecuatoriales. Estas las he representado en un corte vertical que en direccion del este al oeste pasa por la cordillera alta de los Andes. — Por un lado se distingue al occidente el nivel del mar del Sur, que en estos parajes merece su nombre de océano Pacífico, porque desde el 12° grado de latitud austral hasta el 5° de latitud boreal, no turban su tranquilidad los vientos impetuosos, mas esta circunstancia solo se advierte dentro de aquellos limites. — Desde esta costa occidental hasta el pié de la cordillera, existe una llanura muy extensa de norte á sur, pero cuya anchura no excede de veinte á treinta leguas del occidente al oriente, este es el terreno que forma el valle del Perú, el cual presenta al norte del cuarto grado y medio de latitud austral una vegetacion tan rica y majestuosa, como árida y desnuda de plantas al sur de este paralelo. — Allí el suelo cubierto de arenas graníticas, de conchas y de sal gema, manifiesta por donde quiera las señales de haber estado cubierto por las aguas del océano. — En este valle, desde las colinas de Amotape hasta Coquimbo los habitantes no han visto nunca llover ni tronar, miéntras que al norte de estas colinas la lluvia es tan abundante como furiosas y frecuentes las tempestades. He hecho pasar el corte de la cordillera de los Andes por la cumbre mas alta, que es el vértice del Chimborazo, situado á 1° 27′ de latitud austral y á 0° 19′ al occidente de la ciudad de Quito. Los académicos franceses solo midieron aproximativamente esta altura. — M. de la Condamine, que en su viaje ha consignado las mas luminosas ideas sobre la geología y la física general, no da al Chimborazo sino como 6274 metros de altura; el geómetra español D. Jorge Juan le asigna 6586: la diferencia entre estos dos cálculos es de 312 metros, y por lo mismo demasiado considerable para no hacer alto en ella. — La carta de las costas del Perú de Malaspina, que ha publicado el Depósito hidrográfico de Madrid, da al Chimborazo 7496 varas ó 6352 metros de altura.— Yo practiqué cerca de la villa de Riobamba, en la grande llanura volcanizada de Tapia, una medida geodésica segun la cual la altura del Chimborazo, suponiendo la refraccion de [Formel] del arco, seria de 3640 metros sobre esta llanura, la cual está, segun Mr. Gouilly (que ha calculado con la fórmula de Mr. Laplace mis observaciones barométricas), á 2896 metros sobre el nivel del mar, de manera que la altura total del Chimborazo llegaria á 6536 metros; y si se hace uso de la nueva fórmula de refraccion que Mr. Laplace ha calculado, mis medidas geodésicas se convierten en 3648 metros, y por tanto la altura total del Chimborazo es de 6544 metros, número que se aproxima mas al resultado de D. Jorge Juan que al de Mr. de la Condamine. Pero no hay que olvidar que este geómetra usaba quizás de la fórmula barométrica de Bouguer y no hacia la correccion de la temperatura, y en este caso ha debido hallar una altura inferior á la mia de 180 metros. — Ademas de esto, la diferencia de las suposiciones respecto de la altura del barómetro al nivel del mar, aumenta la divergencia en el cómputo de la elevacion absoluta, porque las medidas practicadas en la cordillera de los Andes son necesariamente mitad geométricas y mitad barométricas, y esta complicacion dificulta la comparacion de dos operaciones calculadas sobre bases y métodos diferentes. Sin embargo las dimensiones considerables de mi base (1702 metros), las precauciones que tomé para nivelarla, y la naturaleza de mis ángulos, me parece que deben inspirar alguna confianza en el resultado de mi medida. — La cúspide del Chimborazo es un gran segmento de círculo que tiene mucha semejanza con el aspecto del Monte-Blanco. — No me ha sido posible figurarlo con exactitud en la lámina que acompaña esta obra, pero estoy preparando una vista pintoresca de esta montaña colosal cuyos contornos he medido con el sextante, y que algun dia publicaré. Las diferencias notables que se advierten entre las alturas que los académicos franceses y españoles asignan á las mismas montañas, y que son superiores á las que podrian resultar de la incertidumbre de la altura absoluta de la estacion de Caraburu, hacen creer que el cómputo de la altura del Chimborazo se ha modificado á consecuencia de las diversas hipótesis del cálculo barométrico. Si por el contrario, como parece indicarlo un pasaje del tratado sobre la figura de la Tierra de Bouguer, la altura absoluta de todas las montañas depende de la medida geodésica de la pirámide de Ilinisa hecha desde Niguas, entonces todavía hay ménos que extrañar estas diferencias, como lo manifestaré cuando en otro lugar discuta los errores que pueden cometerse en esta operacion complicada. Detrás del Chimborazo se divisa en el cuadro un cono de 5,752 metros de elevacion, que representa la cima del Cotopaxi. Su volcan y los del Tunguragua y del Sangay son los mas activos de la provincia de Quito. Como llevo dicho, esta montaña es cinco veces mas elevada que el Vesuvio, que no tiene de altura sino 1,197 metros, pero no por esto debe suponerse que el Cotopaxi es el volcan mas alto del mundo, el Antisana le precede; en este último nevado se descubren, á la altura de 5,832 metros, muchas bocas de las cuales he visto humear una en el año de 1802. En la realidad el Cotopaxi no se halla tan cerca del Chimborazo como aparece en el diseño. Si se hubieran querido conservar las distancias horizontales exactas, habria debido figurarse, en lugar del Cotopaxi, el volcan del Carguairazo, que se hundió el 19 de julio de 1698, y que está situado en la proximidad del Chimborazo. — Mas, fuera de que el Carguairazo, que no ofrece sino las ruinas de su antigua grandeza, es hoy poco interesante, tenia por otra parte un motivo poderoso para preferir el Cotopaxi, cuyos bramidos subterráneos oí en el puerto de Guayaquil, miéntras que estaba trabajando el primer bosquejo de mi cuadro. Desde aquel puerto al cráter del Cotopaxi hay cuarenta y dos leguas marinas de distancia, y sin embargo las esplosiones se oian como si fueran descargas de artilleria. — En el año de 1744, los bramidos de este volcan se oyeron hasta Honda y Mompox, á mas de doscientas leguas de distancia. En esta proporcion, si el Vesuvio tuviera la misma intensidad de fuerza volcánica, el estallido de sus erupciones deberia alcanzar hasta Dijon ó hasta Praga. — La altura del humo que despide el cráter, no está figurada arbitrariamente en el diseño. — Para calcularlo me he conformado con el cómputo hecho por Mr. de la Condamine, que juzgó que las llamas en 1738 se elevaron á mas de 900 metros sobre el vértice del volcan. — Entonces fué que el Cotopaxi arrojó, como otros volcanes del Reino de Quito, inmensa cantidad de aguas cargadas de hidrógeno sulfurado y de arcilla carburada mezclada con azufre, y peces muy poco alterados por el calor y que forman una especie nueva del género pimelodus (pimelodus cyclopum). El cráter del Cotopaxi tiene cerca de 930 metros, el de Rucupichincha cerca de 1463 metros de diámetro, el del Vesuvio no pasa de 606 metros. Parece superfluo indicar aquí que la proyeccion de la cordillera solo está sujeta á escala en el sentido vertical, y que la misma escala no puede servir para las distancias horizontales, porque las montañas mas altas aparecerian tan bajas, igualando las escalas, que al Chimborazo no le tocarian sino dos líneas de altura en un pliego en folio en el cual se quisiera figurar un terreno de doscientas leguas de largo, y la elevacion del Vesuvio seria totalmente nula en el mismo diseño; y para representar en la escala que he adoptado respecto de las alturas, no todo el perfil de la América meridional, sino el espacio solamente comprendido entre el mar del Sur y el revés oriental de los Andes, seria menester una tira de papel de muchos metros. — Tal es la razon porque no pueden igualarse, cuando se figura de perfil una porcion considerable del globo, las escalas de altura y las de distancia; y por tanto no es posible dar una idea exacta de la configuracion del terreno, pues todo parece mas escarpado de lo que es realmente.— No me faltarán ocasiones de discutir las ventajas y los inconvenientes de estas proyecciones en mi ensayo sobre la Pasigrafía mineralógica, ó en el Atlas geológico que me propongo publicar luego que se terminen los cálculos de mis observaciones astronómicas y medidas geométricas. En el cuadro se advierte que es ménos empinado el lado oriental de los Andes que el occidental, y asi es en efecto en la porcion de la cordillera que he figurado en el corte, aunque estoy muy distante de creer que esta circunstancia sea tan general como lo han sostenido diversos físicos célebres, y entre ellos Buffon. En efecto, si consideramos cuan poco conocida es la cordillera de los Andes en su parte oriental, nos persuadiremos fácilmente de que pueden haberse confundido los ramos laterales de la cordillera con la alta cumbre que separa las inmensas llanuras del Beni, del Puruz y Ucayale, del valle angosto del Perú, y de que debemos ser cautos en decidir de un modo general sobre el declivio mas ó ménos rápido de las pendientes de ambos lados. — Cuando atravesé la cordillera de los Andes por el páramo de Guamani, en donde existen todavía á la altura de 3,300 metros las ruinas ciclopeas del palacio de los Incas; y cuando bajé hácia el rio Amazonas, subiendo luego de la provincia de Jaen de Bracamoros á Micuipampa, observé que bajo los 3° y 6° grados de latitud austral las cuestas orientales son mas ásperas que las opuestas que caen al mar del Sur. — Mr. Haenke hizo en la provincia de Cochabamba y en las montañas fértiles de Chiquitos la misma observacion. — Muchos hechos podrian citarse en el hemisferio boreal que confirmarian el mismo reparo: sábese, por ejemplo, que al oriente de Bogotá, por el páramo de Chingasa, el descenso á los llanos de Casanare es punto ménos que imposible. Para indicar los valles angostos que sin duda se han formado por efecto de los terremotos en los Andes, he figurado una quiebra ó barranca profunda en el declive oriental de la cordillera. — Algunas de estas grietas son tan hondas, que el Vesuvio, el Schneekoppe de Silesia y el Puy de Dome de Auvernia colocados en el fondo, no alcanzarian á igualar con sus cumbres las montañas que sirven de muros á estas maravillosas hendeduras. — La de Chota en el Reino de Quito tiene de profundidad perpendicular 1,566 metros, la del rio Cutacu en el Perú tiene mas de 1,364, y sin embargo el nivel mas bajo de estos valles, está todavía elevado de otro tanto sobre el del Océano. Su anchura no excede muchas veces de 1,200 metros, de manera que el geólogo se imagina ver inmensos filones que la naturaleza dejó de llenar de sustancias metálicas. — Mr. Ramond calculó que la grieta de Ordesa, cerca del Mont-Perdú, tenia 896 metros de profundidad media. A la extremidad mas oriental del perfil se ven las costas del océano Atlántico, las llanuras del Pará y del Brasil, y para indicar que esta parte del diseño deberia ser mucho mas larga que el resto, se ha interrumpido esta inmensa llanura que riegan el Amazonas y el Rio-Negro. Hasta aquí solo he manifestado los fenómenos geológicos que se descubren en la periferia de mi diseño. Pasemos ahora á lo interior, en donde he querido figurar la geografía de la vegetacion equinoccial con toda la extension que permiten los límites de una sola lámina. — Los herbarios que Mr. Bonpland y yo trajimos como resultado de nuestras herborizaciones en los trópicos, encierran mas de seis mil especies, y como al mismo tiempo nos ocupamos de observaciones astronómicas y medidas geodésicas y barométricas, tenemos los datos suficientes para determinar con exactitud la posicion de todas estas plantas, la extension de la zona que cada especie ocupa, el máximum y el mínimum de su elevacion, la naturaleza de la roca que les sirve de base, y la temperatura en que viven. — Conforme á estas observaciones, he situado en el cuadro, sin dejar el compas de la mano, el nombre de las plantas que la naturaleza hace nacer entre dos límites determinados. — Cada nombre está escrito segun la escala en metros que está al lado del diseño. — Cuando la planta ocupa cierta extension en el declive de la cordillera, el nombre de ella está escrito oblicuamente. — Solo se indica el nombre del género si todas las especies que él comprende crecen á la misma altura. — Así es que la escallonia, la wintera, el befaria y el brathys, no se hallan en el ecuador sino en alturas considerables, miéntras que el avicennia, el coccoloba, la cœsalpinia y bombax, aparecen únicamente en lugares poco mas altos que el nivel del mar. El espacio reducido en que he tenido que acumular todos estos resultados, no me ha permitido nombrar sino algunas especies; mas si el público acoge este ensayo con algun favor, lo ampliaré mas tarde, publicando mapas especiales para los cuales tengo preparados abundantes materiales: porque me habria sido casi imposible indicar sin confusion en un cuadro general 150 especies de melastoma, 58 de psychotria, 38 pasifloras y mas de 400 gramíneas que hemos traido de las regiones ecuatoriales, y de las cuales la mayor parte sin embargo vegetan solo á cierta altura que la naturaleza les ha designado. — Con frecuencia me he visto en la necesidad de repetir en muchos lugares el nombre de un mismo género cuyas especies ya crecen á 500 ya á 3,000 metros de altura. No me he atrevido á introducir en este cuadro un número considerable de géneros nuevos sobre los cuales tenemos todavía alguna incertidumbre que no hemos podido aclarar en el corto tiempo que hace estamos en Europa, y por lo mismo solo designo algunos vegetales curiosos que aparecerán en láminas muy en breve en los primero y segundo fascículos de nuestras plantas equinocciales, tales son el cusparia febrifuga (árbol precioso del que se saca el cortex angosturœ, género nuevo, de hojas ternadas y alternas), el matisia cordata, y la palma de cera (ceroxylon andicola), que ha sido descrito por Mr. Bonpland en una memoria particular. A fin de fijar de un punto de vista mas general y mas digno de la física las ideas que deben tenerse de la estacion de los vegetales, he dividido esta carta botánica en regiones, conforme á la analogía de las formas que se observan á diferentes alturas, y he hecho grabar el nombre de estas regiones en caracteres mas grandes, como se designan las provincias en las cartas ordinarias. Así es que, partiendo de lo interior del globo ó de la profundidad de las minas hasta las cumbres heladas de los Andes, se ven en primer lugar la region de las plantas subterráneas, que contiene criptógamos de estructura singular, que Scopoli estudió el primero, y sobre los cuales publiqué en 1790 una obra particular con este título: Florœ friberyensis prodromus, plantas cryptogamicas, prœsertim subterraneas, recensens. — Estos criptógamos son especificamente diferentes de los que se hallan en la superficie del globo, y parecen ser, como muchos de estos, independientes del clima y de la latitud. Vegetan en una oscuridad profunda y perpetua, de sus especies están revestidos los muros de las cavernas y los maderos que sirven de apoyo á los trabajos de los mineros. — He visto las mismas especies (boletus ceratophora, lichen verticillatus, boletus botrytes, gymnodermea sinuata, bissus speciosa) en las minas de Alemania, de Inglaterra y de Italia, como en las de la Nueva Granada y de Méjico, y, en el hemisferio austral, en las de Hualgayoc en el Perú. En el fondo del Océano, al mismo nivel que estos criptógamos subterráneos, vegetan en una oscuridad no ménos profunda, algunos fucus y ciertas especies de ulva que salen enredadas en la sonda, y cuyo color verde es difícil expliquen los físicos. Luego que abandonamos esta multitud de vegetales subterráneos para subir á la superficie, nos hallamos de repente trasladados á una region en donde la naturaleza ha sabido reunir las formas vegetales mas majestuosas, y se ha complacido en agruparlas del modo mas agradable, me refiero á la region de las palmeras y scitamineas, que desde el nivel del Océano se extiende hasta 1,000 metros mas arriba. — Esta es la patria de las musa, heliconia, alpinia, de las liliaceas las mas odoríferas y de las palmas. — En estos climas ardientes vegetan el theophrasta, el plumeria, el mussœnda, el cœsalpinia, el cecropia peltata, el hymenea, el bálsamo de Tolu, y el cuspare ó quina de Caroni. — En las costas áridas del mar, á la sombra de los cocos, del laurus persea y del mimosa inga, crecen el allionia, el conocarpus, el rhizophora mangle, los convolvulus littoralis y brasiliensis, el talinium, el avicennia, el cactus pereskia y el sesubium portulacastrum. Algunos de los vegetales de esta region presentan anomalías singulares y excepciones notables á las leyes generales de la vegetacion. — Las palmeras de la América meridional, como las del Antiguo Continente, no pueden soportar el frio de las montañas elevadas. — Una sola presenta el fenómeno extraordinario de vegetar solamente en una altura igual á la del Monte-Cenis, y hasta la del Canigou. — El ceroxylon andicola, única palma alpina que hasta hoy se conoce, crece en los Andes de Quindío y de Tolima, bajo 4° 25′ de latitud boreal, desde la altura de 1860 hasta la de 2,870 metros, y su tronco revestido de cierta especie de cera que Mr. Vauquelin acaba de analizar, suele tener mas de 54 metros de alto. — En la historia de la expedicion del almirante Córdova, se anuncia haberse encontrado en ciertas barrancas del estrecho de Magallanes, es decir por los 53° de latitud austral, una palma. — Este hecho es singular, sobre todo si se reflexiona en que no es posible confundir las palmas con otros vegetales, excepto con los helechos arbóreos, cuya existencia en aquel estrecho no seria ménos curiosa . —En Europa el chamœrops y la palma de dátil no pasan de los 43° 40′ de latitud. Los viajes posteriores no parece que hayan confirmado la narracion del almirante Córdova. Por lo ménos, en el viaje de Mr. Dumont d’Urville, que tengo á la vista, solo se mencionan en el estrecho de Magallanes ciertas hayas (le hêtre antarctique) en forma de parasol. — No seria extraño que se hubiera confundido este árbol con una palma. — A. Las scitamineas, y en particular las especies conocidas de heliconia, no crecen á una altura superior á 800 metros. — Cerca de la cumbre de la Silla de Caracas hallamos, es cierto, á la altura de 2,150 metros sobre el nivel del mar, una especie de scitaminea de 3 á 4 metros de altura, y tan abundante, que impedia el paso; pero de su aspecto deducimos, por no haber podido ver la flor, que era una especie nueva de heliconia capaz de resistir á la temperatura fria de estas regiones. — Las plantas que crecen en los estanques salados me parece que por lo general son ménos sensibles á la diferencia de temperatura y de presion barométrica; así es, que el sesubium portulacastrum que cubre las costas de Cumaná, vegeta tambien abundantemente en la llanura de Perote, al oriente de la ciudad de Méjico, cuya elevacion es de 2,340 metros, pero siempre en terrenos impregnados de carbonatos y muriatos de sosa. — Despues de la region de las palmas y de las scitamineas, comienza la de los helechos arbóreos y de las cinchona. Esta última es mas extensa que la de los helechos, que no viven sino en los climas templados entre 400 y 1,600 metros de altura, miéntras que las quinas suben hasta 2,900 metros sobre el nivel del mar. — Las especies de cinchona que resisten mejor al frio, son la cinchona lancifolia y la cinchona cordifolia de Mutis, y las que descienden á un nivel mas bajo, son la cinchona oblongifolia y la cinchona longiflora. — He visto árboles bien lozanos de esta última á 740 metros de altura. — La famosa quina de Loja, que crece en los bosques de Cajanuma y de Uritucinga, y que es enteramente diversa de la quina naranjada de Bogotá, vegeta desde los 1,900 á 2,500 metros. — Esta especie tiene cierta analogía con la cinchona glandulifera de la flora del Perú, pero se diferencia de ella esencialmente. Hasta aquí solo se ha hallado cerca de Loja, entre el Rio-Zamora y el Rio-Cachiyaco, en la provincia de Jaen de Bracamoros, en las inmediaciones del pueblo de Sagique, y en un recinto poco extenso del Perú cerca de Huancabamba.— La roca que le sirve de base es el esquisto micaceo, y para que se olvide enteramente el nombre inexacto de cinchona officinalis, la designaremos con el nombre de cinchona condaminea, porque el primero que la dibujó fué el ilustre astrónomo Mr. de la Condamine. — Algunos viajeros pretenden haber visto quinas á alturas de 4,600 metros ya cerca del límite de la nieve permanente, pero es porque han confundido con la quina el wintera y algunas especies de weinmannia cuyas cortezas contienen tanino con abundancia y se usan tambien como febrífugos. Nosotros no hemos visto ningun árbol del verdadero género cinchona á una altura superior de 2,900 metros, ni inferior á 700 metros sobre el nivel del mar, porque la quina de Filipinas que ha descrito Cavanilles, y la que se ha descubierto últimamente en el valle de Guines en la isla de Cuba, parece que pertenecen á un género diferente. — Del mismo modo que muchos vegetales poco análogos entre sí dan caucho, como unos ficus, el hevea, un lobelia, el castilloa y algunos euforbios; que el alcanfor lo producen muchas plantas que no pertenecen al mismo género, por ejemplo en Asia un laurel, y en el Perú, en la fértil provincia de Cochabamba, un arbusto didinamio muy comun descubierto por Mr. Haenke, del cual podrian extraerlo; que la cera vegetal pertenece, no solamente al fruto de un mirica, sino tambien al tronco de una palma: así tambien el principio febrífugo de la quina existe en plantas que no pertenecen al mismo género; y no hay razon para creer que productos cuyas propiedades químicas son las mismas, no sean elaborados en vegetales de diferente estructura. — El cuspare de las llanuras de Caroni cerca de Upatu, es un árbol majestuoso que produce la corteza de angostura y cuyo género es bien diverso de las cinchonas, y sin embargo no seria fácil al mejor químico distinguir la infusion del cuspa de la de la quina amarilla de Santa Fé. — En las costas del mar del Sur, al occidente de Popayan y cerca de Atacames, vegeta un árbol que participa de las propiedades del cinchona y del wintera, y que sin duda difiere tambien de ambos géneros. — El cuspare de la Guayana, el cuspa de la Nueva Andalucía y la cascarilla de Atacames, vegetan todos tres al nivel del mar, y en sus jugos la naturaleza ha preparado un principio análogo al de las verdaderas quinas que vegetan á 2,800 metros. Me propongo publicar, en la relacion de mi viaje á los trópicos, una carta botánica del género cinchona, en la cual indicaré los parajes de uno y otro hemisferio en donde crece este árbol interesante. Allí se verá que él se prolonga en la cordillera de los Andes en un espacio de mas de setecientas leguas de largo, y será fácil seguirlo desde los 20° de latitud austral en el Potosí y la Plata hasta la sierra nevada de Santa Marta bajo los 11° de latitud boreal. — Todo el declive oriental de los Andes, al sur de Huanuco, cerca de las minas de Tepuani en las inmediaciones de Apollobamba y de Yuracarces, es una selva no interrumpida de quinas, que Mr. Haenke ha podido recorrer hasta cerca de Santa Cruz de la Sierra. — Infiérese que este árbol no se extiende mas al oriente, porque hasta hoy no se ha descubierto en las montañas del Brasil, que parecen sin embargo ligadas á los Andes del Perú por la cordillera de Chiquitos. — Partiendo de la Paz, las cinchona se difunden, por las provincias de Gualias y Guamalies, a Huancabamba y Loja.— Descienden por el oriente á la provincia de Jaen de Bracamoros, y aun alcanzan á coronar las colinas vecinas del rio Amazonas, cerca del estrecho famoso de Manseriche. — Desde Loja las quinas se extienden en el Reino de Quito hasta Cuenca y Alausi, crecen y se multiplican al oriente del Chimborazo, pero dejan de verse en la planicie elevada de Riobamba y Quito, y en la provincia de Pasto hasta Almaguer. — ¿Será por ventura que las grandes catástrofes volcánicas que han devastado estos paises, han disminuido tambien las especies vegetales? — Aquí hemos notado que en general la vegetacion es ménos variada que en otras regiones situadas á la misma altura sobre el mar. — Al norte de Almaguer, cuya latitud es de 1° 51′ 57″ segun mis observaciones, las quinas vuelven á verse con abundancia en la provincia de Popayan, y se continuan sin interrupcion por los Andes de Quindío, la vega de Supia, las fértiles colinas de Mariquita, Guaduas y Pamplona, hasta las montañas de Mérida y de Santa Marta, en donde varios manantiales de agua hidrosulfurosa hirviendo se juntan con las aguas heladas de la nieve que se derrite. La Silla de Caracas y algunas montañas de la provincia de Cumaná (el Tumiriquiri, las inmediaciones del convento de Caripe y la garganta de Guanaguana «Naguanagua») tienen de 1,300 á 2,500 metros de altura, y por tanto disfrutan de suficiente frescura para favorecer la vegetacion de las cinchona; lo mismo sucede en el Reino de N. España, en donde las planicies altas tienen un clima enteramente semejante al del Alto Perú; y sin embargo ni en Cumaná ni en Méjico se han descubierto hasta aquí cinchonas. — ¿Dependerá acaso esta anomalía de las pocas montañas de que estan rodeadas las sierras de Guamoco y de Santa Marta? — La cordillera de los Andes desaparece casi enteramente entre el golfo de Cupica y las bocas del Atrato, y el istmo de Panamá es mas bajo que el límite inferior de las cinchona. ¿Podrá quizás atribuirse á los obstáculos que ha encontrado esta planta en el clima ardiente de estas comarcas para continuar su propagacion al Norte, ó por ventura vendrá un dia en que se descubran tambien las quinas en los hermosos bosques de Jalapa, al oriente de Veracruz, en donde el aspecto del suelo, los helechos arbóreos, las melástomas arborescentes, el clima templado y la humedad del aire, parecen prometer á cada paso al botánico el árbol bienhechor que hasta aquí ha burlado sus esperanzas? En la region templada de las cinchona crecen algunas liliaceas: tales son, por ejemplo, el cypura y el sisyrinchium, las melastoma de flores moradas, las pasifloras arbóreas tan altas como nuestras encinas del Norte, el bocconia frutescens, el thibaudia, el fuchsia, y ciertas alstrœmeria hermosísimas. — Aquí se levantan majestuosamente en los aires los macrocnenum, los lysianthus y los cucularios, miéntras que la tierra se cubre de kœhlreutera, weissia, dicranum, tetraphis y otros musgos siempre verdes. — En los barrancos se esconden el gunnera, el dorstenia, los oxalis y multitud de arum desconocidos. Por los 1,700 metros de altura se hallan el porlieria hygrometrica descrito por Ruiz y Pavon, los citrosma de hojas y frutos odoríferos, los eroteum, los hypericum baccatum y cayenense y muchas especies de simplocos. Pasando 1,200 metros, ya no se encuentran mas mimosas de hojas irritables que se cierran al contacto, la frescura de estas altas regiones señala este límite á su irritabilidad. — Desde los 2,600 metros y principalmente á los 3,000 los acœna, dichondra, nierembergia, hidrocotile, nerteria y alchemilla forman un césped espeso. — Esta es la region de las weinmania, de las encinas, del vallea stipularis y de las spermacoce. La mutisia trepa sobre los mas altos árboles. Las encinas (quercus granatensis) no comienzan en las regiones ecuatoriales sino arriba de 1,700 metros. En Méjico bajo los 17° y 22° de latitud, las he visto descender á 800 metros. — Estos son los únicos árboles que bajo el ecuador presentan algunas veces el espectáculo de la primavera, porque pierden á la vez todas sus hojas, y la tierna verdura de los retoños se junta con la de los epidendrum, parasitos que se nutren en sus ramas. El cheirosthemon, género nuevo de las malváceas, cuya monografía interesante se debe á Mr. Cervantes, catedrático de botánica en Méjico, se halla tambien en estas elevadas regiones; mas este árbol cuya flor es tan singular, no se ha descubierto todavía en los Andes del Perú. — Por mucho tiempo no se conoció sino un solo individuo, en uno de los barrios de la ciudad de Toluca en Méjico; y como este género vegeta espontáneamente en el Reino de Guatemala, es probable que el árbol de Toluca fué plantado por algunos Mistecas. — Hernandez alcanzó á ver reliquias de los jardines de Istapalapan que prueban la aficion por el cultivo y por las bellezas del reino vegetal de pueblos á quienes estamos acostumbrados á dar el epiteto de bárbaros. Cerca del ecuador, los árboles corpulentos cuyo tronco tiene mas de 20 ó 30 metros de altura, no crecen arriba de los 2,700 metros. — Desde el nivel de la ciudad de Quito, los árboles son mas pequeños y su altura es muy inferior á la que llegan las mismas especies en climas mas templados. — A los 3,500 metros de altura cesa toda vegetacion arbórea, pero abundan los arbustos, tales como los berberis, los duranta Ellisii y Mutisii, y unas barnadesia. — Estas son las plantas que caracterizan la vegetacion de las planicies de Pasto y de Quito; la de Bogotá se distingue por sus polymnia y los datura arbórea. — Los castilleja integrifolia y fissifolia, el columella, el hermoso embothryum emarginatum y el clusia de cuatro anteras, son comunes en esta region. — El verde césped que cubre la tierra aparece esmaltado con las corolas doradas de las calceolarias. — Estas tienen su zona que comienza á 1° de latitud boreal, y en cuanto al límite austral sin duda lo fijarán los SS. Ruiz y Pavon que las han estudiado hasta en Chile. — Desde 2,800 hasta 3,300 metros, ya en las cumbres de la cordillera, hallamos la region de las wintera y de las escallonia. — El clima frio y siempre húmedo de estas alturas que los indígenas llaman páramos, produce arbustos de tronco corto y atezado que se divide en multitud de ramas cubiertas de hojas duras y de un verde lustroso. — Suelen encontrarse en estas alturas algunos árboles de quina naranjada, algunos embotrium, y las melastomas de flores casi purpurinas. — La alstonia, con cuyas hojas desecadas se prepara un té saludable, el wintera granatensis y el escallonia tubar, que extiende sus ramas en forma de parasol, se hallan en ciertos parajes formando grupos. — A su sombra crecen lobelias pequeñas, y swertias quadricornis. — Las plantas arbóreas cesan enteramente, como he dicho ya, á la altura de 3,500 metros. — Solamente en la pendiente del volcan de Pichincha, en un valle angosto que principia en el Guagua-Pichincha, he hallado un grupo de singenesias arbóreas cuyos troncos suben á 7 ú 8 metros de altura. La region de las plantas alpinas se extiende entre los 2,000 y los 4,100 metros. — Abundan en ella las stœhelina, las gencianas y la espeletia frailexon de hojas velludas, con las cuales se abrigan los pobres Indios á quienes la noche sorprende en aquellas solitarias regiones. — Las lobelia nana, sida pichinchensis, ranonculus gusmani, ribes frigidum, gentiana quitensis, y multitud de otras especies nuevas, que describiremos en el tratado especial de las plantas equinocciales, esmaltan la pelusa. — Los molina son los arbolillos que hemos visto crecer á mayores alturas en el volcan de Puracé, cerca de Popayan, y en el de Antisana. Las gramíneas se sustituyen á las plantas alpinas á la altura de 4,100 metros, y el término superior de la region que ellas ocupan es por los 4,600 metros. — Cubren el suelo las jarava, los stipas, muchas especies nuevas de panicum, de agrostis, de avena y dactylis. Desde léjos parece una alfombra dorada que los habitantes del pais llaman pajonal. — En esta region cae algunas veces nieve. — Pasando los 4,600 metros, desaparecen enteramente las fanerogamas bajo el ecuador. — Desde aqui hasta la línea de la nieve permanente, no hay otras plantas que el liquen, que cubre las rocas y que se esconde bajo la nieve misma. — En el ángulo de una roca, á poca distancia de la cima del Chimborazo, á 5,554 metros de altura, hallé el umbilicaria pustulata y el verrucaria geografica, últimos seres organizados fijados al suelo que vimos á tanta altura. Tales son los fenómenos principales de la vegetacion que presenta el cuadro físico de las regiones ecuatoriales; seria conveniente que poseyésemos uno semejante para la Europa. — Las obras clásicas de Pallas, Jacquin, Wulfen, Lapeyrouse, Schranck, Villars, Host y tantos otros naturalistas viajeros, encierran muchos datos que pudieran aprovecharse. Los célebres botánicos que han recorrido los Alpes de Salzburgo, del Tirol y de la Styria, los que han visitado las cumbres elevadas de la Suiza y de la Saboya, formarán sin duda cartas botánicas mucho mas completas que este breve ensayo que ofrezco al público. — ¿Quién puede reunir materiales mas preciosos para un trabajo de esta naturaleza, que el sabio que ha descubierto en el pico helado de los Pirineos aquella inmensa acumulacion de restos de seres orgánicos, y que, tan instruido en geología como en botánica, reune al arte de observar el don privilegiado de hablar á la imaginacion ? Mr. Ramond, autor de las Observaciones hechas en los Pirineos y del Viaje al Mont-Perdú. Antes he manifestado las causas que impiden que los fenómenos de la geografía de las plantas no sean ni tan variados ni tan constantes bajo los 45° de latitud como bajo el ecuador. — Sin embargo, á pesar de este inconveniente, el cuadro físico de los climas templados no dejaria por esto de ser interesante. — En el centro se veria el Monte-Blanco, en la cadena elevada de los Alpes, con una altura de 4,775 metros. El declive de esta cadena llega por una parte al océano Atlántico y por la otra al Mediterráneo, en donde los chamœrops, las palmeras de dátil y muchas otras plantas del Monte-Atlas estan anunciando la proximidad del Africa. — En este cuadro la nieve perpetua bajaria á 2,550 metros de elevacion sobre el mar, es decir á una altura en la cual vegetan bajo el ecuador las palmas que producen la cera, las quinas y los mas robustos árboles. — Así es que la zona que comprende desde el nivel del mar hasta la nieve permanente, es casi la mitad mas angosta en nuestros climas que en los trópicos; pero el manto de nieve que oculta las montañas mas elevadas en Europa, el Monte-Blanco y el Monte-Rosa, tiene 600 metros mas de extension que el que cubre el Chimborazo. — Sobre las rocas escarpadas en que la nieve no puede posarse, vegetan en los Alpes que rodean al Monte-Blanco á mas de 3,100 metros de altura, el androsace chamœjasma (Jacq); el silene acaulis, que desciende hasta 1,500 metros, y que Saussure halló á 3,468 metros; el saxifraga androsacea, el cardamine alpina, el arabis cœrulea de Jacq., y el draba hirta de Villars, que es el draba stellata de Wild. — Tambien se elevan desde la llanura hasta estas altas regiones, el myosotis perennis, y el androsacea carnea, aunque disminuyendo su porte á proporcion de la altura. — La última se convierte en uni-flora y se halla de 1,000 á 3,100 metros. — En los Pirineos, las regiones altas de 2,400 á 3,400 metros, estan adornadas con el cerastium lanatum, Lam., la saxifraga groenlandica, saxifraga androsacea, aretra alpina y artemisia rupestris. — El cerastium lanatum no se encuentra abajo de 2,600 metros. — En los Alpes vegetan de 2,500 á 3,100 metros, sobre los montones de piedras y guijarros que rodean las nieves perpetuas, y en los estanques helados, el saxifraga biflora (Allion), el saxifraga oppositifolia, el achillea nana, el achillea atrata, el artermisia glacialis, gentiana nivalis, ranunculus alpestris, el ranunculus glacialis y el juncus trifidus. — En la cadena alta de los Pirineos crecen desde los 1,500 hasta 3,000 metros el potentilla lupinoides (Wild), el silene acaulis, el sibbaldia procumbens, el carex curvula y carex nigra (Allion), el sempervivum montanum y el sempervivum arachnoideum, el arnica scorpioides, el androsacea villosa y el androsacea carnea. — En los Alpes, entre 2,300 y 2,500 metros, línea de las nieves, crecen, no sobre las piedras sino en una tierra fértil, en praderas humedecidas por el agua de nieve derretida y muy oxigenada, y cubiertas de un césped de agrostis alpina, los vegetales que siguen: saxifraga aspera y bryoides, soldanella alpina, viola biflora, primula farinosa, primula viscosa, alchemilla pentaphyllea, salix herbacea, el cual sube mas que ningun otro vegetal leñoso, el salix reticulata, y el salix retusa. — El tussilago farfara y el statice armeria se dan tambien desde los lugares mas bajos hasta las alturas de 2,600 metros. — A esta elevacion se encuentran en los Pirineos el scutellaria alpina, senecio persicifolius, ranunculus alpestris, ranunculus parnassifolius, galium pyrenaicum, y el aretia vitaliana. — Mas arriba del límite inferior de las nieves perpetuas, entre 1,500 y 2,005 metros de altura, vegetan en los Alpes de Saboya, el eriophorum scheuchzeri, eriophorum alpinum, el gentiana purpurea, gentiana grandiflora, saxifraga stellaris, azalea procumbens y el tussilago alpina. — A la misma altura en los Pirineos, el passerina geminiflora, passerina nivalis, merendera bulbocodium, crocus multifidus, fritillaria meleagris y el anthemis montana. — Mas abajo se hallan el genista lusitanica, ranunculus gouani, narcissus bicolor, rubus saxatilis, y muchas gencianas.—El rhododendrum ferrugineum, prefiere en general las alturas de 1,500 á 2,500 metros, aunque Mr. Decandolle, á quien soy deudor de estas observaciones sobre los Alpes, lo ha visto tambien en la cadena del Jura, en el fondo del Creux du Vent, á una altura de 970 metros sobre el nivel del Océano. El linnœa borealis, que se halla al nivel del mar, en Suecia, en los Estados-Unidos, en Nootka-Sund y tambien en las inmediaciones de Berlin, vegeta igualmente en los Alpes de la Suiza á 500 y 700 metros de elevacion. — Se encuentra en el Valés, á orillas del torrente que corre bajo la Cabeza-Negra; en el San- Gotardo, donde Haller lo observó el primero; cerca de Ginebra, segun Saussure, en la montaña de Voirons; y en Francia en los alrededores de Montpeller, en la Espinosa. Los árboles cuyo tronco excede cinco metros no se ven en el ecuador á una elevacion superior á 3,500 metros. En la Nueva España por los 20° de latitud se halla un pino análogo al pinus strobus á la altura de 3,900 metros, y las encinas abundan hasta los 3,100 metros. — El naturalista que no se haga cargo de los fenómenos de la geografía de las plantas supondrá que estas montañas cubiertas de elevados pinos no pueden llegar á la altura del pico de Tenerife. — Mr. Ramond ha notado en los Pirineos que los dos árboles que mas se encumbran, son el pinus sylvestris y el pinus mugho; los hay entre 2,000 y 2,400 metros. — El abies taxifolia y el taxus communis comienzan á 1,400 metros y no desaparecen hasta los 2,000 metros. — El fagus sylvatica ocupa la region mediana de 600 á 1,800 metros; mas el quercus robur, que habita la llanura, no se extiende sino hasta los 1,600 metros, acabando así 200 metros mas arriba que el límite inferior del pinus mugho. Mr. Ramond me ha comunicado algunas observaciones muy importantes sobre el máximum y el mínimum de altura á que se hallan las diversas especies de un mismo género. — Tomando como ejemplo los géneros primula, ranunculus, daphne, erica, gentiana y saxifraga, voy á presentar la tabla de las alturas en que vegetan las especies de estos géneros en los Pirineos. Véanse sus observaciones botánicas, pág. 21 del Viaje al Mont-Perdu, publicado en 1803, y la memoria sobre las plantas alpinas en los Anales de historia natural. Metros. Gentiana... pneumonanthe.. 0 á 800 verna..... 600 á 3,000 acaulis .... 1,000 á 3,000 campestris... 1,000 á 2,400 ciliata..... 1,200 á 1,800 lutea..... 1,200 á 1,600 punctata.... 1,600 á 2,000 Daphne.... laureola.... 300 á 2,000 mezereum.... 1,000 á 2,000 cneorum.... 2,000 á 2,400 Primula.... elatior..... 0 á 2,200 integrifolia... 1,500 á 2,000 villosa..... 1,800 á 2,400 Ranunculus. aquatilis.... 0 á 2,100 gouani..... 500 á 2,000 thora..... 1,400 á 2,000 alpestris.... 1,800 á 2,600 amplexicaulis... 1,800 á 2,400 nivalis..... 2,000 á 2,800 parnassifolius... 2,400 á 2,800 glacialis.... 2,400 á 3,200 Metros. Saxifraga... tridactilides... 0 á 40 geum..... 400 á 1,600 longifolia.... 800 á 2,400 aizoon..... 800 á 2,400 pyramidalis... 1,200 á 2,000 exarata..... 1,400 á 1,800 cespitosa.... 1,600 á 3,000 oppositifolia... 1,600 á 3,400 umbrosa.... 1,400 á 1,800 granulata.... 1,200 á 1,600 groenlandica... 2,400 á 3,400 androsacea... 2,400 á 3,400 Erica...... vagans..... 0 á 900 vulgaris.... 0 á 2,000 tetralix..... 500 á 2,400 arborea..... 550 á 700 Las saxifragas del Tirol presentan fenómenos análogos á las de los Pirineos. — El conde de Sternberg, que ha herborizado en estas montañas y á quien debemos una descripcion geológica del Baldo, me ha comunicado una noticia interesante relativa al rhododendrum y otras plantas alpinas, que me ha parecido conveniente trascribir aquí literalmente para utilidad de los físicos y botánicos. «La region de los rhododendrum, dice Mr. de Sternberg, á ménos que sobrevenga alguna circunstancia local, no comienza abajo de los 876 á 974 metros. No los he encontrado á una altura inferior de 100 metros arriba del Wallerseo, en Baviera, el cual se levanta á 817 metros sobre el nivel del mar. — El rhododendrum chamœcistus no baja tanto como el ferrugineum y el hirsutum, y vegetan igualmente sobre la caliza primitiva como sobre la secundaria en las Sette communi y en el Monte-Sumano que tiene 1277 metros de altura. Estos vegetales me han acompañado hasta la altura de 1950 metros. »La region de las saxifragas alpinas me parece la mas dilatada en los Alpes del Tirol. — He hallado las saxifraga cotyledon y aizoon, en el valle de Eiszach, entre Brixen y Botzen, á 360 metros de altura, y he continuado viéndolas hasta la cima de la Grapa, cerca de Bassano, á 1684 metros. — Las saxifraga aspera y androsacea se encuentran tambien en la region media; despues comienzan las saxifraga autumnalis, mucosa, moschata y petrœa, y últimamente las saxifraga burseriana y bryoides, que crecen en la cumbre del Baldo á 2225 metros. — Las primulas, particularmente la farinosa, auricula, marginata y viscosa, no aparecen en los Alpes del Tirol bajo 800 metros, y sin embargo, por una anomalía singular, la primula farinacea crece en la llanura de Ratisbona. — Por lo que hace al ranunculus glacialis y al ranunculus seguierii, no los he visto jamas á una elevacion menor de 1950 metros.» Mas, para completar la Geografía de las plantas, seria preciso formar cuadros, no solamente para las regiones vecinas al polo boreal, para los climas templados desde los 40° á los 50° de latitud y para las regiones ecuatoriales, sino tambien para el hemisferio austral, porque las plantas de Chiloe y de Buenos-Ayres son muy diferentes de las de España y de Grecia. — Seria menester tambien separar los cuadros de cada continente, el Nuevo y el Antiguo. — Hay comarcas que podrian suministrar preciosos materiales para la formacion de los cuadros de las regiones ecuatoriales del Africa y para las Indias orientales, tales son Madagascar cuyas altas cumbres graníticas permanecen siempre nevadas, segun Commerson, y cuyas costas han sido examinadas con tanto esmero por Mr. du Petit-Thouars, el pico de Adam en Ceilan y la empinada montaña de Ophyr en la isla de Sumatra, á la que Marsden asigna una altura de 3949 metros. El ilustre Pallas podria dar á conocer la Geografía de las plantas en los climas templados de Asia. — La de las regiones templadas de los Estados-Unidos, queda al cuidado de Mr. Barton, tan distinguido zoologista como botánico y filólogo. — Es verdad que las montañas no son muy elevadas en los Estados-Unidos, (la mas alta no pasa de 2000 metros , pues el cálculo de Cutler y Belknap que atribuye al White Mountain en New-Hampshire 3100 metros parece exagerado), y que no se advierten allí la variedad de los fenómenos que hemos admirado en los Andes elevados del resto del Nuevo Continente; pero en compensacion ostentan su diversidad los vegetales arbóreos de las hermosas llanuras de la Carolina, Virginia y Pensilvania. — En solo las encinas, hay, en los Estados-Unidos, un número tres veces mayor de especies diferentes, que las que ofrecen todos los géneros de árboles de Europa juntos. — El aspecto de la vegetacion es mas variado y mas agradable á igualdad de latitud en el Nuevo Continente que en el Antiguo. — Los gleditschia, tulipanes y magnolias contrastan agradablemente con la verdura opaca de los pinos y de los thuza. Aquí parece que la naturaleza se ha esmerado en adornar la tierra que mas tarde debia habitar un pueblo enérgico, industrioso y digno de gozar en paz de todos los bienes que procura la libertad social. Véase el viaje de Mr. Volney, que contiene grandes ideas sobre la construccion del globo en la parte boreal del Nuevo Continente. Mas el cuadro físico de las regiones ecuatoriales no ha de comprender solamente lo que dice relacion á la Geografía de las plantas, sino que puede abrazar todo el conjunto de nuestros conocimientos sobre las cosas que varian en razon de la altura sobre el nivel del mar; y esta consideracion me ha decidido á reunir en catorce escalas muchos números que son el resultado de las indagaciones multiplicadas que hasta aquí se han hecho en los diferentes ramos de la física general. — Como estas escalas no necesitan explicacion, diré dos palabras solamente relativas á su construccion. Las que indican la temperatura, el estado higroscópico y la tension eléctrica del aire, el color azul del cielo, la geología, la cultura de la tierra y la diversidad de animales segun las alturas que habitan, se fundan en las observaciones hechas durante mis viajes, y los detalles se hallarán con toda extension en la Relacion histórica. Escala de temperatura. Esta escala presenta el máximum y el mínimum de calor que el termómetro centígrado indica, de 500 en 500 metros. — Estos resultados son el fruto de muchos millares de observaciones hechas en cinco años, algunas de hora en hora. — La temperatura media que se indica representa el término medio de todas las observaciones practicadas á tal ó tal altura, y no el medio entre el máximum y el mínimum. — Me he esforzado ademas á evitar la confusion que resultaria de considerar como efecto de una ley general lo que puede depender solamente de causas locales. — Así, por ejemplo, el cuadro indica que al nivel del mar el termómetro no baja de 18° 5, y sin embargo, en la Habana se ha visto á 1° 4 y aun á cero; pero esta anomalía dimana de que esta ciudad está 13° mas distante del ecuador que la zona cuyos fenómenos me he propuesto describir, y de que miéntras los vientos del norte soplan impetuosamente, la proximidad del continente produce allí un frio que no podia esperarse en aquella latitud. En la isla de Santo Domingo, que es un poco mas meridional, el termómetro se sostiene constantemente en lo llano entre 23° y 24°. Parece superfluo advertir que todas las observaciones del termómetro se han hecho á la sombra y lejos del reflejo de los rayos solares. ALTURAS sobre el nivel del mar en metros. MAXIMUM de temperatura. MINIMUM de temperatura. TEMPERATURA media. De 0 á 1,000 + 38° 4 + 18° 5 + 25° 3 De 1,000 á 2,000 + 30 0 + 12 5 + 21 2 De 2,000 á 3,000 + 23 7 + 1 2 + 18 7 De 3,000 á 4,000 + 20 0 + 0 0 + 9 0 De 4,000 á 5,000 + 18 7 — 7 5 + 3 7 De 5,000 á 6,000 + 16 0 — 10 0 — 2 De 5,000 metros arriba no puede contarse ya con mucha exactitud, porque esta alta region ha sido muy poco visitada hasta hoy, y eso por pocas horas, para que pueda juzgarse con certeza de su temperatura media. — El frio que el termómetro indica en las cumbres de los Andes nunca es considerable, y aunque se sufre con mas incomodidad, esto depende de la menor cantidad de oxígeno que se aspira en una atmósfera dilatada, en la depresion del sistema nervioso y en otras causas que son desconocidas hasta hoy. — Los académicos franceses, en su cabaña de Pichincha á 4,735 metros de altura, no vieron el termómetro sino á 6° bajo cero, y mi termómetro, en el Chimborazo, á 5,908 metros, no mostró sino 1°8′. — En el gran volcan de Antisana, á la altura enorme de 5,403 metros, este mismo termómetro subió á la sombra á 19°. — Por el contrario en los lugares mas calientes de la tierra, Cumaná, la Guayra, Cartagena de Indias, Guayaquil en las costas del mar del Sur, en las orillas del Magdalena, y sobre las orillas del Amazonas, el término medio de la temperatura es de 27°, miéntras que en Paris y en Milan es de 11° á 13°. — Sin embargo, en aquellas mismas regiones ecuatoriales, el termómetro llega pocas veces á los extremos del calor á que sube en el norte de Europa. — Examinando un registro de mas de 21,000 observaciones hechas por el Sr. Orta, oficial de marina español, he visto que en Veracruz, en trece años, el termómetro centígrado no subió sino tres veces á los 32°, y no pasó nunca de 35° 6, cuando en Paris es comun verlo subir á 36°, y el 14 de agosto de 1773, llegó á 38° 7. — En Veracruz la temperatura media de los meses de mayo, junio, julio, agosto y setiembre, es de 27° 5, y yo he hallado que hace sus estragos la cruel fiebre adinámica, que se conoce con el nombre de vómito prieto, todas las veces que la temperatura media del mes pasa de 23° 7′. — En las regiones ecuatoriales, los términos extremos del mayor y menor calor distan entre sí de 16° á 20°. — En Europa, bajo los 5° de latitud, esta misma diferencia es de 62° del termómetro centígrado. Como la superficie de la tierra se calienta de un modo extraordinario en las costas del mar ó en las inmensas llanuras del Orinoco, algunas plantas herbáceas, como los sesuvium, gomphrena, thalinum, killingia y algunas mimosas, medio sepultadas en la arena, soportan un calor de 52°; y yo he visto plantas, en la planicie de Jorullo en Méjico, que vegetaban en una arena negra que hizo subir el termómetro á 60° en el dia. — Las stœlina, los swertia y otras plantas de la cima de los Andes viven por el contrario todo el año, si se exceptuan las pocas horas en que las calienta el sol, á una temperatura de 3° 5. — Estas plantas alpinas por una parte, y las palmas por la otra, puede decirse que ocupan las dos extremidades del termómetro botánico. Las temperaturas medias del segundo lugar de la escala, es decir las que corresponden á las alturas de 1,000 á 2,000 metros, exhiben la diminucion del calórico bajo el ecuador desde el nivel del mar hasta la cima de los Andes. Si pues he logrado escoger bien las observaciones en que fundo el cálculo de estas temperaturas medias, la diminucion ó decremento gradual que resulta podrá mirarse como mas exacto que el que pueda deducirse en Europa de las pocas y aisladas observaciones hechas á una altura superior á 3,000 metros. — Los viajes ejecutados á la cumbre de los Alpes y las ascensiones aerostáticas no seran nunca suficientemente repetidas para hacernos conocer con exactitud la temperatura media de las capas de aire á una altura de 3 á 5,000 metros. — En los trópicos, las observaciones se facilitan por la circunstancia favorable de haber pueblos que son muchos centenares de metros mas elevados que el pico de Tenerife, y en los cuales un físico puede establecer su residencia sin muchas privaciones y con gran provecho para la meteorología . Un jóven Quiteño, el Sr. Cárlos Aguirre, sobrino del desgraciado Montufar, que acompañó al baron de Humboldt en su ascension al Chimborazo, acaba de enviar á la Academia de ciencias una série de interesantes observaciones meteorológicas hechas en la hacienda de Antisana, á mas de 4,000 metros de altura. — A. De mis observaciones en la cordillera de los Andes resulta, que el decremento del calórico es como 5 : 3 mas rápido desde la altura de 3,500 metros, que desde el nivel del mar hasta 2,500 metros. — La capa de aire que se enfria mas pronto bajo el ecuador, parece ser la que está comprendida entre 2,500 y 3,500 metros, ó entre las alturas del San-Gotardo y del Etna. — Fácil es imaginar la influencia de la irradiacion del calórico, modificada por las desigualdades de la superficie de la tierra ó por la forma de las montañas, sobre este decremento ó diminucion. — Un físico que subiera en un globo aerostático desde las llanuras que riega el Amazonas bajo la línea equinoccial, hallaria quizá la temperatura de las capas de aire que fuera encontrando muy diferentes de lo que yo creo haber observado en el declive de la cordillera, pero es probable que pasando los 4,000 metros, la diferencia seria nula, porque en los Andes mismos la masa de las montañas, y por consiguiente su influencia sobre el ambiente á tanta altura, disminuyen infinitamente. En mi excursion al Chimborazo, hallé el decremento del calórico de un grado centígrado por cada 196 metros. Este mismo decremento, calculado segun las temperaturas medias de mi escala termométrica, desde el nivel del mar hasta la altura de 5,500 metros, seria de 189 metros por cada grado. Segun Saussure, el decremento en Europa es en estío de 156 metros, y en invierno de 233 metros por cada grado centígrado; pero Mr. Gay-Lussac halló en su gran ascension aerostática, en estío, un decremento idéntico con el que resulta de mis observaciones en el ecuador; este sabio observó á 5,000 metros la temperatura cero, miéntras que en Paris era de 30°, y á 6,000 metros, de 3° bajo cero, datos que fijan el decremento de la temperatura entre 0 y 5,500 metros á 183 metros por cada grado; y si se calcula toda la columna de aire que Mr. Gay-Lussac atravesó, el decremento entre 0 y 6,977 metros será de 173 metros por grado centígrado. — Ya he manifestado en mi memoria sobre el límite inferior de las nieves permanentes, que arriba de 4,700 metros, la diferencia de latitud parece que no influye sobre la temperatura, y Mr. Gay-Lussac, el dia de su última ascension, halló sobre este límite, a la latitud de 48°, capas de aire que tenian exactamente la misma temperatura que las que hallé en el Chimborazo á una altura igual. — El fenómeno de la refraccion horizontal, que es menor de 4 á 5 minutos bajo el ecuador que en Europa, parece contrario á esta igualdad de temperatura de las regiones elevadas, porque indica un decremento de calorico mas rápido en el ecuador que el que resulta de mis observaciones, mas es preciso advertir que las refracciones horizontales en Europa, son, segun Delambre, ménos fuertes que lo que generalmente se cree. — Este fenómeno de las refracciones depende del cúmulo de todas las capas de aire que los rayos recorren, y por tanto, un decremento desigual arriba de 7,000 metros, es decir en regiones que á nadie ha sido dado visitar hasta ahora, puede causar las diferencias de refraccion horizontal que Bouguer observó en el ecuador. — Mas en verdad que la incertidumbre respecto del decremento del calórico en los inviernos de Europa, y el desacuerdo que ofrecen las observaciones de le Gentil y Bouguer, nos privan de resultados seguros en esta materia, y por lo mismo debo limitarme á consignar aquí los hechos como los he observado en las regiones ecuatoriales. Mr. Delambre no cree que haya mucha diferencia entre las refracciones horizontales de las zonas templadas y las de los trópicos. — Calculando de nuevo todas las observaciones hechas por le Gentil en Pondichery, en las cuales Borda habia hallado un error de reduccion, dedujo Mr. Delambre que en Europa y en las Indias las refracciones eran las mismas. — Las observaciones de le Gentil parecen muy exactas. Escala barométrica. Esta escala presenta la presion del aire atmosférico á diversas elevaciones sobre el nivel del mar, segun resulta de la altura del barómetro. Estas alturas se han calculado segun la fórmula barométrica que Mr. de la Place ha publicado en su mecánica celeste, y suponiendo las temperaturas medias que dejamos consignadas en la escala termométrica. — Sea X la altura dada en metros, H la altura del barómetro al nivel del mar, T la temperatura en el mismo nivel, t la temperatura correspondiente á la altura X, y h la altura del barómetro que se pretende hallar para la elevacion X. — La fórmula será [Formel] y hallado el número m, resultará [Formel] Esta fórmula da de 500 á 500 metros las alturas barométricas siguientes: ELEVACIONES TEMPERATURA ALTURAS BAROMÉTRICAS. sobre el nivel del mar. en grados centigrados. en metros. en lineas del pié de Paris. 0m +25° 3 0,76202 337, 8 500 +24 0 0,71961 319,03 1,000 +22 6 0,67923 301,18 1,500 +21 2 0,64134 284,28 2,000 +20 0 0,60501 268,24 2,500 +18 7 0,57073 253,05 3,000 +14 4 0,53689 238,06 3,500 + 9 0 0,50418 223,50 4,000 + 6 4 0,47417 210,20 4,500 + 3 7 0,44553 197,55 5,000 + 0 4 0,41823 185,40 5,500 — 3 0 0,39206 173,84 6,000 (— 6 0) 0,36747 162,95 6,500 (—10 0) 0,34357 152,38 7,000 (—13 0) 0,32035 142,61 7,500 (—16 0) 0,30068 133,36 Las temperaturas medias desde 6,000 metros, que se ponen entre paréntesis, no son enteramente exactas, y solo se fundan en la ley hipotética del decremento del calórico. — Mr. de Saussure observó el barómetro en el Monte-Blanco á 0m 43515 (16 pulgadas 9 líneas), y Bouguer y la Condamine, en la cima del Corazon, observaron el barómetro á 0m 42670 (15 pulgadas 9, 2 líneas) . Yo he subido al Chimborazo con mis instrumentos á una altura en que el mercurio bajó en el barómetro á 0m, 37717 (13 pulgadas 11, 2 líneas); y Mr. Gay-Lussac ha resistido en su ascension aerostática á una dilatacion del aire correspondiente á 0m 3288 (12 pulgadas 1, 7 líneas). Nadie ha visto, dice Mr. de la Condamine, el barómetro tan bajo al aire libre, y verisímilmente nadie ha subido á tanta altura. — Estábamos entonces á 4815 metros, y podemos responder de la exactitud de esta determinacion, sin que en ella pueda exceder el error de ocho á diez metros (Viaje al ecuador, pág. 58). La altura barométrica al nivel del mar se ha fijado solo á 0m 76202 (28 p. 1, 8 l.), suponiendo la temperatura á 25° centígrados. Así me la han indicado mis observaciones entre los trópicos, tanto en las costas del Océano Atlántico como en las del mar del Sur. Bouguer la establece en 0,76022 (28 pulgadas 1 línea), y el geómetra español D. Jorge Juan, en 27 pulgadas 11, 5 líneas. —La Condamine dice que «si la altura media del barómetro bajo los trópicos no es menor de 28 pulgadas, la diferencia será muy corta.» — Mis observaciones hechas con barómetros en los cuales se habia hervido el mercurio y bien privados de aire, comparados con los del Observatorio de Paris, parecen probar que la presion media del aire al nivel del mar en los trópicos es algo menor que en las zonas templadas. Esta presion segun Mr. Schuckburg es de 0m 76,300 (28 pulgadas 2, 24 líneas), de 0,76434 segun Mr. Fleuriau Bellevue, siendo la temperatura de 12°. — Esta diferencia de casi dos milímetros no puede explicarse únicamente por la diferencia de la temperatura media de la Europa y de las regiones ecuatoriales, sobre todo si recordamos que en las costas del Perú, en los cinco meses del año en que el sol aparece cubierto de niebla densa, el termómetro centígrado no pasa de 15° á 16°. — Las oscilaciones horarias del barómetro bajo el ecuador son para mí difíciles de explicar, sobre todo desde que he cesado de considerarlas como indicios de mareas del Océano aéreo, puesto que he llegado á persuadirme que la luna no ejerce sobre ellas influencia sensible. La elasticidad del aire de las zonas templadas varía en el mismo lugar á veces hasta 0,0450 (ó 20 líneas), que el mercurio fluctua en el barómetro. — En los trópicos, donde los vientos alisios traen constantemente capas de aire de temperatura igual, desde el 10° lat. norte hasta el 10° lat. sur, esta elasticidad no varía, á la orilla del mar, mas allá de 0,0026 metros (1, 4 líneas), y á 3,000 metros de altura, la variacion se reduce á 0,0015 (0, 7 líneas). Mas si por una parte la oscilacion es pequeña, por otra es digna de atencion por la ley que en ella sigue el barómetro de hora en hora. — Godin fué el primero que dió á conocer este fenómeno, pero no indicó las épocas del máximum y mínimum de la altura barométrica. — Mr. de la Condamine fija estas épocas á las 9 de la mañana y á las 3 de la tarde. — Mr. Balfour en Calcuta y Mr. Moseley en las Antillas han señalado tambien los períodos, pero estos no corresponden con los que yo he observado con Mr. Bonpland, velando muchas noches consecutivas para examinar las mareas nocturnas. — De nuestras observaciones resulta que el barómetro está en el máximum á las 9 de la mañana, que varía muy poco en las tres horas siguientes, pero que baja despues sensiblemente desde las 12 á las 4 ó 4 y media de la tarde, que despues vuelve á subir hasta las 11 de la noche aunque nunca tanto como á las 9 de la mañana. — Luego baja otra vez hasta las 4 y media de la mañana aunque no llega al punto que á las 4 de la tarde, finalmente vuelve á subir hasta las 9 de la mañana. — Las épocas de las variaciones horarias son las mismas sobre las costas del mar del Sur, en las llanuras del Amazonas y en los lugares mas elevados, á 4,000 metros de altura. — Parecen ser enteramente independientes de las mudanzas de temperatura y del curso de las estaciones. — La marcha ascendente y descendente del barómetro es imperturbable tanto de dia como de noche: ni las tempestades, ni los temblores de tierra, ni las lluvias deshechas, ni los vientos impetuosos, son capaces de alterarla, y ella sigue con la mayor constancia el tiempo verdadero ó la posicion del sol que es lo único que influye en estas oscilaciones. — Hay lugares en los trópicos en que el momento en que el mercurio comienza á bajar es tan manifiesto, que puede indicar un cuarto de hora mas ó ménos el tiempo verdadero. — Suponiendo al nivel del mar bajo el ecuador el término medio del barometro = z, su altura será á 21 h = z + 0, 5 á 11 h = z + 0, 1 á 4 h = z — 0, 4 á 16 h = z — 0, 2. De nuestros registros, que contienen muchos millares de observaciones respecto de las oscilaciones horarias del barómetro, citaré solo un ejemplo que puede servir de tipo de esta regularidad. Las flechas indican por su direccion las épocas en que el barómetro sube ó baja. Observaciones hechas en el puerto del Callao cerca Lima los dias 8 y 9 de noviembre de 1802: con el auxilio del nonio del barómetro pudo estimarse fácilmente un quebrado de 0,03 de línea. horas en tiempo verdadero, barómetro en líneas. termómetro fijo al barómetro. termómetro al aire libre y á la sombra. higrómetro de Delue. El 8 de noviembre á las 10 1/2 336,92 19 ° 16 ° 3 43 ° 11 336,98 19 16 2 43 7 13 336,72 19 5 16 2 44 14 336,60 19 5 16 2 42 15 336,65 19 8 16 5 43 15 1/2 336,62 20 0 16 0 42 16 336,55 19 0 16 0 42 16 1/2 336,80 20 5 16 3 42 5 17 336,87 22 0 16 4 42 17 1/2 336,95 22 7 17 0 42 20 337,25 23 0 18 0 39 21 337,35 23 0 19 2 37 22 1/2 337,13 24 5 20 4 37 5 (La observacion se hizo á doce metros sobre la superficie del mar del Sur, y como dejó de rectificarse exactamente el nivel del barómetro, las alturas absolutas tienen todas 0,9 de línea de ménos.) El 9 de noviembre á las 0 1/2 336,90 25° 5 22° 5 34° 0 3/4 336,75 25 9 22 7 34 3 1/2 336,60 26 0 23 0 34 5 4 336,45 25 5 335,50 25 5 18 0 37 8 336,85 25 0 16 1 39 9 336,95 22 0 16 5 40 10 336,97 22 4 16 4 42 11 337,15 20 0 16 4 42 11 1/2 336,90 20 5 16 7 42 13 336,84 20 5 17 0 43 El Sr. Mutis, que observó por el espacio de mas de treinta años estas oscilaciones horarias, parece haberse llegado á persuadir de que las conjunciones y las oposiciones de la luna influyen en las mareas barométricas. — Yo no he percibido esta influencia, pero no por esto dudo que ella exista. — Mr. Laplace ha calculado el efecto de esta influencia del sol y de la luna sobre el océano aéreo, pero quizá el fenómeno de las oscilaciones horarias la encubre en el ecuador. — En el hemisferio boreal hácia los límites de los trópicos, los vientos frios del norte que soplan impetuosamente en el golfo de Méjico, hacen subir el barómetro de 5 á 7 líneas, pero este fenómeno extraordinario, que es el pronóstico mas importante para la navegacion entre La Habana y Veracruz, es enteramente local entre los 19° y los 23° de latitud. — El juego de las oscilaciones horarias se interrumpe por la capa de aire frio que sobreviene, pero él continua en Veracruz luego que pasa la borrasca. — Mr. Cotte, computando un número considerable de observaciones hechas en Europa, dedujo que en esta parte del mundo se efectua el mínimum de la altura barométrica dos horas despues de la culminacion del sol, es decir, dos horas antes que en el ecuador. — En nuestros climas templados las variaciones horarias del peso del aire se hacen invisibles, quizá en razon de la multitud de causas locales que hacen subir y bajar irregularmente los barómetros; pero yo creo con Mr. Van- Swinden, que términos medios deducidos de algunos millares de observaciones hechas de hora en hora, mostrarian, aun en nuestras latitudes, que el barómetro tambien sube y baja á épocas determinadas. Antes de terminar esta discusion sobre la presion del aire, voy á añadir una observacion fisiológica. — En la ciudad de Quito el barómetro se sostiene á 0,m 54366 (20 pulgadas 1 línea). — En Micuipampa, lo halle à 0,m 49629 (18 pulgadas 4 líneas); la elasticidad del aire que respiran los habitantes de la Hacienda de Antisana, solo hace equilibrio á una columna de mercurio cuya altura es solamente de 0,m 46927 (17 pulgadas 4 líneas). — El hombre que en los lugares bajos soporta una presion que levanta la columna de mercurio á 0,m 76, vive sin embargo sano y robusto en alturas en donde la elasticidad del gas que respira y en el cual se mueve, se reduce casi á la mitad. — Es cierto que los recien llegados sufren alguna incomodidad al respirar, sobre todo cuando hablan aceleradamente ó cuando ejecutan fuertes movimientos musculares, mas esta desazon dura poco, y solo se deja sentir de un modo muy desagradable en alturas en que el barómetro baja á 0,m 4060 (15 pulgadas), es decir á 5000 metros, porque entonces se debilita el sistema nervioso, y basta el menor esfuerzo para desmayarse. Muchas personas son acometidas de nauseas, y pasados los 5800 metros de altura, el movimiento muscular y la falta de presion atmosférica suficiente obran de tal manera sobre los vasos delgados, que la sangre sale de los ojos, labios y encías. — Estos fenómenos son variables segun la constitucion física de los viajeros, y aun hay quienes son enteramente insensibles á la falta de presion. Saussure observó que el hombre resistia mejor que las mulas á la rarefaccion del aire. — En efecto, yo hice subir al Cofre de Perote hasta 3837 metros de altura un caballo que respiraba con el mayor trabajo. — Me ha parecido notar que la raza de hombres blancos sufre ménos en alturas que pasan de 5800 metros, que la raza de indígenas bronzeados. La presion del aire atmosférico debe influir considerablemente sobre las funciones vitales de los vegetales, y especialmente sobre las de la respiracion de sus tegumentos. Aunque muchos criptógamos y entre los fanerógamos las gramíneas particularmente, son indiferentes á estas modificaciones de la presion barométrica, hay otros que no lo son. — El swertia quadricornis, el espeletia frailexon, los chuquiraga y algunas gencianas exigen segun parece para vegetar de una dilatacion de aire igual á 0m, 46 ó 0m, 49, es decir 17 á 18 pulgadas. — Muchas plantas de los Andes, trasportadas á las regiones igualmente frias de Europa, no vegetarian con la misma perfeccion que en su patria originaria, porque no hallarian aquí el aire dilatado que demanda su organizacion. — Atribúyense las diferencias notables que se observan en la fisionomía de los vegetales Alpinos trasplantados en los lugares bajos, únicamente á las diferencias de temperatura, de humedad y de tension eléctrica, mas no sé porque ha de excluirse como causa tambien de este fenómeno la presion barométrica que influye sin duda de un modo bien enérgico sobre la organizacion de los vegetales. — En la naturaleza animada hay muchas causas que concurren simultáneamente para modificar las acciones vitales, y no debe omitirse ninguna de ellas en la explicacion de los fenómenos de la materia organizada. Escala higrométrica. Esta escala muestra el decremento de humedad en el aire atmosférico en razon de la mayor altura sobre el nivel del mar. — Las observaciones que han servido para calcular los términos medios se han hecho á la sombra y en tiempo sereno, con la bóveda celeste despejada. — He usado del higrómetro de Saussure unas veces, y otras del de Deluc, segun que el instrumento debia ó no absorver con prontitud la humedad del aire, mas todos los resultados aparecen en grados del higrómetro de Saussure, haciendo la correccion de la temperatura y reduciéndolos á 25° 3 del termómetro centigrado. Las experiencias de Saussure y de Dalton prueban que no hay que hacer correcciones barométricas. ALTURAS HIGROMETRO de Saussure sin correccion de temperatura. TERMOMETRO del higrómetro. HIGROMETRO reducido á la temperatura de 25° 3. De 0 á 1000m 86 +25 3 86° De 1000 á 2000 80 +21 2 73 4 De 2000 á 3000 74 +18 7 64 5 De 3000 á 4000 65 + 9 0 46 5 De 4000 á 5000 54 + 3 7 36 2 De 5000 á 6000 38 + 3 0 26 7 Estos términos medios dan alguna luz respecto de la diminucion de humedad en las regiones ecuatoriales, diminucion que no carece de interes para el estudio de las refracciones. Esta diminucion llega á 90 metros por cada grado del higrómetro de Saussure. No obstante la sequedad extrema del aire en la cima de los Andes, en donde el higrómetro baja hasta 46° á la temperatura de 3° 7 (ó lo que es lo mismo 31° 7 del higrómetro, reduciendo el termómetro á 25° 3), en estas regiones elevadas de 2,500 á 3,000 metros es donde uno se halla á cada instante envuelto en espesas nieblas. — La frescura y el verdor que caracteriza la vegetacion de los páramos depende de estas precipitaciones del vapor acuoso que son ó el efecto ó la causa de una fuerte tension eléctrica. Lo que mantiene la vegetacion en las regiones bajas entre los trópicos, es el aire, que á pesar de su perfecta trasparencia y de un cielo sin nubes por cuatro á cinco meses en el año, está cargado de humedad. Y en efecto si las plantas no tuvieran la propiedad de absorber el vapor húmedo del aire, no seria posible explicar como se sostiene la hermosa vegetacion de algunas comarcas en donde, como en Cumaná, no hay ni lluvia, ni niebla, ni rocío por ocho ó diez meses en el año. — Las experiencias del hijo de Mr. Deluc prueban tambien que en Bengala existe un grado semejante de humedad al que hemos visto en la América ecuatorial. En el valle de Méjico, cuya elevacion sobre el nivel del mar es de 2350 metros, el higrómetro de Saussure baja muy á menudo de 42° á 43° cuando el termómetro señala 15° á 18° — Con el termómetro á 15° nunca pude observar en Europa una sequedad superior á 46° — ¿Que se hacen pues los vapores que se levantan de los cinco lagos que rodean la ciudad de Méjico? No es posible suponer que sean absorbidos por la inmensa cantidad de muriato y de carbonato de sosa de que está cubierto el suelo de las inmediaciones. La mas grande sequedad reina en el interior de la N. España. A una altura de 2,000 metros, la vegetacion es ya escasa, y el aire se siente como si se hubiere desecado artificialmente. — Esta sequedad tan contraria á la salud como perjudicial á la vegetacion, va en aumento de siglo en siglo, porque la mano del hombre desagua los lagos y las lluvias copiosas disminuyen. ¿Cuál no será la sequedad del aire en Persia, entre Tiflis y Tauris, y en la provincia de Kermann, en donde, segun Chardin, se construyen las casas con sal gema, en lugar de piedra comun? El agua vaporizada en el aire, y precipitada, ya sea en vírtud de un cambio de temperatura, ó por otras causas que no conocemos todavía bien, aparece á nuestra vista en grupos de vapores vesiculares que son las nubes, cuya altura, que repetidas veces he medido, me parece siempre la misma poco mas ó ménos. — Las nubes mas bajas, ó sea la superficie inferior de las nubes, tiene segun creo una altura de 1169 metros sobre el nivel del mar. — Esta es la altura en que se deja ver en el declive de la cordillera la densa niebla que envuelve una parte del año los habitantes de Jalapa, al oriente de Méjico, y del valle de Guaduas en la N. Granada. — El límite superior de las nubes espesas está en los 3,300 metros; pero lo que es singular es la existencia de las nubecillas leves denominadas carneros á la altura de mas de 7,800 metros, — Yo las he visto arriba de mi estacion en la cumbre del Antisana, y Mr. Gay-Lussac las menciona en la relacion de su segundo viaje aerostático. — ¡Cuán leves deben ser estos vapores vesiculares para poder sostenerse á tal elevacion en una atmósfera tan rara! Segun las observaciones de MM. Biot et Gay-Lussac, el límite inferior parece ser en estío en Europa de 1,200 metros, como en el ecuador. — A 5,267 metros de altura, el higrómetro de Mr. Gay-Lussac señalaba 25° 5, cuando el termómetro indicaba 4° de calor, es decir que, á la temperatura de 25° 3, que es la del estío en los lugares bajos, el higrómetro habria quedado reducido á 21° 5 máximum de sequedad que hasta hoy ha podido observarse al aire libre. La cantidad de lluvia que cae anualmente bajo los trópicos, es de mas de 1m 89, ó de 70 pulgadas.—En Guayaquil, en el valle de Cumanacoa, y entre el Casiquiare y el Rio-Negro, esta cantidad me parece que puede computarse á 2m 43, ó 90 pulgadas. — En los Estados-Unidos, por los 40° de latitud, es solo de 1m 08, ó de 40 pulgadas, y en Europa de 0m 48, ó de 18 pulgadas. Escala electrométrica. Cuando se sube desde el nivel del mar hasta la cima de las cordilleras, se observa que la tension eléctrica aumenta gradualmente, miéntras que el calórico y la humedad del aire disminuyen en la misma proporcion. — Las experiencias mencionadas en mi cuadro fueron hechas á diferentes horas del dia con el electrómetro de Saussure, armado de un conductor de 1m 4, ó de 4 pies de altura, y atrayendo la electricidad atmosférica por medio del humo de la yesca, como lo propone Mr. Volta.—En las regiones bajas ecuatoriales, desde el mar hasta una altura de 2,000 metros, los lechos inferiores de aire estan poco cargados de electricidad, de tal suerte que, pasadas las diez de la mañana, cuesta trabajo hallar el menor indicio de este flúido, aun usando del electrómetro de Bennet. — Todo el flúido parece que se acumula en las nubes, lo que ocasiona explosiones eléctricas frecuentes, las cuales se hacen periódicas generalmente dos horas despues de la culminacion del sol, cuando el calor es mayor y la marea barométrica está cerca del punto mas bajo. — En los valles de los grandes rios, tales como el Magdalena, el Rio-Negro y el Casiquiare, las tempestades son constantemente cerca de media noche. — Entre los 1,800 y los 2,000 metros está la zona en donde las explosiones eléctricas son mas fuertes y mas estrepitosas; los valles de Caloto y de Popayan son conocidos por la frecuencia de estos fenómenos. — Pasados los 2,000 metros ya son ménos frecuentes y ménos periódicos; pero se forma mucho granizo, principalmente de 3,000 metros arriba, porque allí el aire permanece por mucho tiempo cargado de electricidad negativa, cosa que no acontece ó que por lo ménos no dura sino pocos instantes abajo de 1,000 metros.—A una altura superior á 3,500 metros ya las explosiones son mas raras, el granizo cae sin tronadas, y á veces, desde los 3,900 metros, mezclado con nieve y aun en la mitad de la noche.— Las capas de aire inmediatas á las cumbres de los Andes tienen constantemente una tension eléctrica que puede representarse por 4 á 5 líneas del electrómetro de Saussure. — La sequedad del aire y la proximidad de las nubes hacen mas sensible el juego de la electricidad. — Cerca de la boca de los volcanes, la electricidad pasa frecuentemente del estado positivo al negativo. En la region superior á la nieve permanente se observan muchos fenómenos luminosos que no parecen acompañados de truenos, y la multitud de bolidos ó estrellas errantes que se ven caer en la parte volcánica de los Andes, y su mayor frecuencia en las tierras calientes, inclinarian á pensar que estos fenómenos pertenecen á nuestro globo, si otras razones, especialmente su grande elevacion, no se opusieran á esta suposicion. Color azul del cielo. Una de las cosas que admira el habitante de las costas y lugares bajos, cuando sube á las alturas que pasan de 3000 á 4000 metros, es el color mas oscuro que advierte en la bóveda celeste. Crece esta intensidad del color azul en razon de la dilatacion del aire y de la menor masa de vapores que los rayos del sol atraviesan. — El vapor vesicular esparcido en el aire dispersa la luz y le da un color blanquecino. — Cuanto menor es la masa de aire por la cual nos llegan los rayos del sol, tanto mas subido es el tinte del cielo, y mas se aproxima al color negro que nos presentaria si estuviéramos en el límite superior de la atmósfera. — He usado en estas observaciones de un cianómetro construido en Ginebra por Mr. Paul, igual al que sirvió á Saussure en su viaje al Monte- Blanco, y me he ceñido á hacerlas en el cenit. Me parece que puede decirse que en general el cielo es mas azul, á alturas iguales, en los trópicos que en Europa.—En Paris, el término medio (con el termómetro á 25°) me ha parecido de 16° del cianómetro. — En los trópicos, es de 23° á la misma temperatura. — Esta diferencia dimana indudablemente de la disolucion perfecta de los vapores en la atmósfera ecuatorial. Así es que nada iguala á la majestad de las noches en estas regiones: las estrellas brillan con una luz tranquila como la de los planetas, y su vibracion no se echa de ver sino cuando se acercan al horizonte. — Los anteojos de ménos alcance trasportados de Europa á las Indias parece que han aumentado su fuerza, tal es allí la grande y constante transparencia del aire. Saussure observó el cianómetro, en la cima del Monte-Blanco, á 4754 metros de altura, en los 39°. — En el Pico de Tenerife me pareció que llegaba á 41°. — Supongo que la grande sequedad del aire Africano favorecia la intensidad del color azul del cielo, porque el Pico de Tenerife es ménos alto de 1050 metros que el Monte-Blanco. — En los Andes, á 5900 metros de altura, el cianómetro marcaba 46°. — Mr. Gay-Lussac observó esta misma intensidad de color en sus viajes aerostáticos. — «Un fenómeno, dice este físico, que llamó mi atencion á esta grande altura de 7016 metros, fué ver todavía nubes mas altas y á una distancia que me pareció muy considerable. — En nuestra primera ascension las nubes se sostenian solamente á 1169 metros, sobre ellas el cielo parecia enteramente sereno, y su color en el cenit me pareció tan subido como el del azul de Prusia. Mas en mi último viaje no ví nubes á mis piés, el cielo estaba vaporoso, y de color opaco.» Decremento de la luz. La luz del Sol y de los astros pierde de su intensidad al atravesar el aire atmosférico. — Esta extincion de la luz proviene de la densidad de las capas de aire; y por consiguiente es menor en las cumbres de las montañas, y mayor al nivel del mar.— En el cálculo de la tabla que sigue no se ha hecho caso de los vapores que se hallan esparcidos accidentalmente en el aire, y hemos considerado el fenómeno de la extincion de la luz como se presenta en un aire transparente y en el cual el agua está enteramente vaporizada. — Sobre esta materia pueden consultarse las ideas que Mr. Laplace ha enunciado en su Exposicion del sistema del Mundo (vol. 1, p. 157). — La grande transparencia del aire en los trópicos es la causa de que á igual altura la luz es allá mas viva que en Europa. — Así es que la claridad del dia fatiga mas, aun en las horas en que no hay reflejo. Seria curioso examinar este fenómeno con el photómetro de Leslie. — La mayor fuerza de la luz en la atmósfera de los trópicos se descubre tambien en la luz que la luna totalmente eclipsada refleja hacia la tierra, la cual depende de la inflexion de los rayos solares por la atmósfera terrestre. — En las zonas templadas acontece algunas veces que el aire es tan denso y tan cargado de vapores, que el disco de la luna se oculta enteramente en ellos, miéntras que yo he visto, por los 10° de latitud boreal, la atmósfera tan transparente, que el disco de la luna eclipsada, estaba tan visible como la luna llena en Europa, cuando aparece en el horizonte. Sábese que la luz influye eficazmente en las funciones vitales de las plantas, particularmente en su respiracion y en la formacion de la parte colorante, que tiene un carácter resinoso, y tambien, segun Mr. Berthollet, en la fijacion del azote en la fécula. — Estas consideraciones nos autorizan para pensar que la grande intensidad de la luz de que disfrutan las plantas que vegetan en la cima de las montañas, debe contribuir á darles el carácter resinoso y aromático que se encuentra en muchas plantas alpinas. — En mi obra sobre los nervios, he mencionado algunas experiencias de las cuales resulta que la luz solar produce sobre la fibra nerviosa efectos estimulantes que no pueden dimanar solo del calor. La decadencia de fuerzas que siente el habitante de Quito y de Méjico á una altura de 3 á 4000 metros, cuando el sol le hiere con sus rayos, parece que no depende del movimiento muscular ó de la transpiracion cutánea, que sin duda es tambien mas abundante en un aire dilatado. — ¿Seria aventurado acaso atribuirla á una irritacion nerviosa? ó á que la luz, ménos debilitada en la cima de las montañas, es susceptible de exhalar mas calórico, cuando los cuerpos densos la descomponen, porque ha perdido ménos cantidad de este flúido al atravesar las capas superiores del aire? Refracciones horizontales. Como la fuerza refractiva de la atmósfera depende de la densidad de sus capas y de la ley de su temperatura, esta fuerza es necesariamente diversa segun la elevacion del lugar en que se halle el observador. Mr. La Place ha probado que el cálculo de las refracciones astronómicas es muy diferente segun que el ángulo observado es superior ó inferior á 12°. — En el primer caso, el estado hygroscópico del aire modifica poco la inflexion de la luz; en el segundo, en que el rayo es casi tangente á la superficie de la tierra, la influencia de los vapores acuosos y de su disolucion mas ó ménos perfecta constituye una condicion importante. — Si solo el decremento del calor modificara las refracciones horizontales, no seria entonces posible explicar porque en estío son estas mucho menores en el Ecuador que en las zonas templadas, puesto que de las experiencias arriba citadas casi puede deducirse que en el verano el decremento del calórico, á lo ménos desde la superficie del mar hasta los 6 ó 7000 metros de altura, difiere poco en los Andes de Quito y en Europa. Mas todavía puede suceder que las cordilleras que reflejan el calórico radiante hácia las regiones elevadas del aire, no nos den resultados comparables con los que se deducen de las ascenciones aerostáticas en Europa, ó que la diminucion del calórico siga otras leyes desde los 7000 metros para arriba.—Por tanto, es de la mayor importancia observar bien estos fenómenos tan interesantes para la astronomía física, y sobre los cuales los últimos trabajos de Mr. Laplace no pueden dejar de ilustrarnos. — Conforme á las fórmulas de este gran geómetra se ha calculado la escala de las refracciones que adorna mi cuadro físico de las regiones ecuatoriales. Los académicos franceses hicieron grabar en una lápida de mármol que todavía se conserva en el antiguo colegio de los jesuitas de la ciudad de Quito, que la refraccion astronómica horizontal media es, bajo el ecuador, al nivel del mar, de 27′; á la altura de Quito, de 22′ 50″; y en el Chimborazo, cerca del límite inferior de la nieve permanente, de 19′ 51″. Mr. Laplace ha dicho que, como la rarefaccion de la atmósfera lunar es mayor que la que puede verificarse en nuestras mejores máquinas neumáticas, la refraccion horizontal á la superficie de nuestro satélite no puede exceder 5″. Desde las cumbres elevadas de los Andes se suele ver á media noche un resplandor pálido pero perceptible que rodea el horizonte. — Saussure observó tambien este fenómeno en la Garganta del Gigante, en los Alpes, á los 3435 metros de altura. — Yo tambien he sido testigo del mismo espectáculo en la Hacienda de Antisana, á la altura de 4105 metros. — La explicacion ingeniosa que Mr. Biot ha dado de este fenómeno, consiste en suponer que la densa masa de aire que circuye el horizonte refleja la luz solar (Astronomía física, vol. 1° p. 277.) Composicion química de la atmósfera. El flúido elástico que envuelve nuestro planeta se dilata hasta una altura cuyos límites no conocemos. La teoría de la extincion de la luz, y las experiencias de Bouguer, prueban que la altura de la atmósfera, reducida en toda su extension á la densidad del aire correspondiente á cero de temperatura y á la presion de una columna de 0m 76 (28 pulgadas) de mercurio, no puede pasar de 7820 metros (Mecánica celeste, tomo 4°). Las observaciones del crepúsculo indican que á una altura de 60,000 metros todavía la densidad de las capas de aire es suficiente para reflejarnos una luz sensible. Por mucho tiempo se ha creido que la composicion química de la atmósfera variaba no solamente en un mismo lugar, sino tambien que la pureza del aire disminuia con la altura sobre el nivel del mar, porque se atribuian á modificaciones del aire los errores que resultaban de la imperfeccion de los análisis eudiométricos de que se hacia uso, y tengo que confesar que las experiencias que hice en otro tiempo valiéndome del gas nitroso, contribuyeron en parte á propagar estos errores. En estos últimos años se ha anunciado que la cantidad de oxígeno que el aire atmosférico contiene, léjos de llegar á 27 ó 28 centésimos, no pasa de 21 á 23. — Mas como estos límites no son bastante precisos, y como los químicos no estan bien de acuerdo respecto de la exactitud de los diversos análisis eudiométricos, emprendí, asociado con Mr. Gay-Lussac, un trabajo completo sobre la composicion del aire y sobre las modificaciones que pueden afectarlo, para reemplazar un trabajo imperfecto de mi primera juventud, con otro fundado sobre bases sólidas. Con la química sucede lo que con la astronomía, que la perfeccion de los métodos y de los instrumentos nos permite estimar las cantidades mas pequeñas, y que hoy no es permitido dejar de hacer caso de lo que ántes podia omitirse como de poca importancia. — Presentamos los primeros resultados de nuestro trabajo en una memoria leida en el Instituto el 1° pluvioso del año 13. — Los números eudiométricos que indica el cuadro se fundan en las experiencias que hicimos Mr. Gay-Lussac y yo en uno de los laboratorios de la Escuela politécnica, experiencias que tenemos intencion de completar dándoles mayor extension y variedad. En el estado actual de la ciencia química, el eudiómetro de Volta es todavía el mejor de los instrumentos de este género que conocemos, porque es el único que permite estimar en el aire variaciones de dos milésimos de oxígeno. — En cuanto á los análisis hechos con súlfuro alcalino, fósforo y gas nitroso (lavando los resíduos con sulfato de fierro, ó con ácido hidroclórico y álcali), estos medios no permiten apreciar la cantidad de oxígeno sino con una aproximacion de uno ó dos centésimos. — El súlfuro alcalino absorbe el azoe, y por tanto, si se atribuye toda la absorcion observada al oxígeno de la atmósfera, el error puede ser considerable. — Esta accion de los súlfuros alcalinos disueltos en caliente, y la falsa suposicion respecto de la saturacion de una parte del oxígeno por dos á cuatro partes de gas nitroso, fueron los motivos que influyeron en asignar al aire de 21 á 28 por ciento de oxígeno. Los elementos que constituyen la atmósfera, parece que son 0,210 de oxígeno, 0,787 de azoe y 0,003 de gas ácido carbónico. — La proporcion de este último gas no ha podido estimarse con toda exactitud. Quizá es aun menor. Las soluciones alcalinas que se han empleado no absorben solo el ácido carbónico, pues cada vez que un líquido permanece largo tiempo en contacto con el aire, la absorcion del azoe y del oxígeno es capaz de alterar los resultados . Conforme á las experiencias mas recientes de MM. Dumas y Boussingault, la composicion del aire es la siguiente: 230,2 de oxígeno, 769,8 de azoe. Estos químicos fijaron el oxígeno del aire sobre cobre metálico pesando despues el óxido producido. — La delicadeza extrema de las balanzas permite obtener resultados mucho mas exactos hoy que á principios del siglo en que MM. Humboldt y Gay-Lussac hicieron sus experiencias, que no son ménos admirables para el tiempo en que se hicieron. — En cuanto al ácido carbónico, se admite siempre que el aire contiene cuatro milésimos. — A. La composicion química de la atmósfera no varía, segun parece, en ninguna circunstancia, por lo ménos en cuanto á las cantidades de oxígeno y de azoe, y si hay diferencia, esta no excede de una milésima parte de oxígeno, porque siempre hemos hallado las mismas proporciones en aire cogido en tiempo sereno, ó de lluvia, de niebla, cayendo nieve ó soplando viento de las regiones mas opuestas. A la altura de 7,000 metros, Mr. Gay-Lussac recogió aire que tenia igualmente 0,210 ó 0,211 de oxígeno, y puede asegurarse que esta es la única experiencia que hasta aquí se ha hecho con exactitud, respecto de la composicion química de las capas de aire mas elevadas. — Si yo y otros viajeros hemos creido que habia ménos oxígeno en las altas regiones que en el nivel del mar, debe juzgarse que este resultado dimana de la imperfeccion de los medios eudiométricos empleados. — Sobre la cima del pico de Tenerife y en algunos volcanes de los Andes, la pureza del aire puede ser en efecto menor, mas la diferencia puede depender de la accion de los volcanes, y sobre todo de las grandes masas de azufre que absorben el oxígeno del aire que las baña. Se ha suscitado por muchos años la importante cuestion de la existencia del hidrógeno libre en el aire atmosférico. — El viaje aerostático de Mr. Gay-Lussac demostró que si existe una pequeña cantidad de hidrógeno en el aire, esta no es mayor á la altura de 7,000 metros que en las llanuras. — Las experiencias ulteriores que hemos hecho nos autorizan para afirmar que no pueden existir en el aire atmosférico mas de dos milésimos de hidrógeno, pues 0,003, anegados en una mezcla artificial de oxígeno y de azoe, han sido indicados por nuestros instrumentos. — Si se recuerda que una mezcla de aire con ménos de 0,05 de hidrógeno no es susceptible de inflamarse por la centella eléctrica, no puede el ánimo mas preocupado negarse á admitir que el hidrógeno no tiene nada que hacer con la formacion de la lluvia de tempestad, ni con los otros fenómenos igneos que aparecen en el aire. — La constante uniformidad de la composicion química del aire, y la no existencia del hidrógeno en este flúido, son hechos importantísimos para el cálculo de las refracciones; porque prueban que los geómetras no tienen mas correcciones que hacer sino las del barómetro, termómetro é higrómetro. Mas independientemente del oxígeno y del azoe, el aire atmosférico contiene tambien un número considerable de emanaciones gaseosas que nuestros instrumentos en su estado actual no pueden acusar, y que sin embargo influyen eficazmente en nuestra salud. Estas emanaciones se forman principalmente en las regiones bajas de los trópicos, en los lugares en que la materia organizada se desarrolla con mas rapidez, pero en donde al mismo tiempo estos mismos restos orgánicos llenan el aire de miasmas pútridos y deletéreos. — La humedad del aire, su temperatura constantemente elevada, y la falta de viento á la sombra de los bosques, favorecen la formacion de estos miasmas. Son mas abundantes y comunes en aquellos valles profundos de los Andes, que semejan á hondas grietas de 1,200 á 1,500 metros de profundidad, y en cuyo fondo el termómetro sube á causa de la reflexion del calórico radiante á 42°. Una hora de mansion es muchas veces suficiente para causar á los transeuntes las mas graves enfermedades, al paso que los Indios que habitan estos valles viven largos años sanos y robustos. Tal es la admirable organizacion del hombre. Diminucion de la gravedad. La gravedad terrestre disminuye en razon de la distancia del centro de la tierra. — Esta diminucion comienza á sentirse ya en las primeras alturas de las cordilleras, pero como la densidad de estas montañas varía mucho, prefiero determinar teóricamente la ley del decremento de la gravedad, que valerme para ello de las experiencias que verifiqué en circunstancias difíciles de comparar. — La escala expresa las oscilaciones de un péndulo simple en el vacío. Suponiendo la longitud de un péndulo que señale los segundos en Paris=1,000000, la longitud del mismo péndulo para marcar los segundos en el ecuador, será=0,99669.—Estas relaciones nacen de las dimensiones de la tierra: el radio del ecuador=6,375703 metros (3271208 toesas); el radio del polo = 6,356671 metros (3261443 toesas); el aplanamiento = 19,032 metros (9765 toesas); la longitud del grado (bajo el ecuador) = 51077,70 toesas, Bouger; en Francia, lat. 51° 332 = 51316,58 toesas (100,015 metros) Mechain y Delambre; en Suecia, lat. 73° 707 = 51473,01 toesas (100,320 metros) Melanderhielm. Supongamos que sea N el número de oscilaciones que hace en un tiempo dado un péndulo en el ecuador y á la superficie de la tierra; N′ el número de oscilaciones que hará en igual tiempo el mismo péndulo trasportado verticalmente á la altura h: esta altura siendo espresada en metros, tendremos. [Formel] Mi cuadro no menciona el decremento de las fuerzas magnéticas á grandes alturas, porque ya está reconocido, gracias á las experiencias decisivas de MM. Biot y Gay-Lussac, que este decremento es insensible del nivel del mar hasta 6,000 metros de elevacion. Las observaciones hechas en las cordilleras no pueden eximirse del error causado por atracciones locales. En Guadalupe, montaña cuya altura es de 676 metros sobre el nivel de Bogotá, mi aguja en dos minutos marcaba dos oscilaciones ménos que en el llano. — En el cerro de Avila, cerca de Caracas, cuya altura sobre el nivel del mar es de 2,632 metros, esta diminucion llegaba á cinco oscilaciones en dos minutos, por el contrario en el volcan de Antisana, á la enorme altura de 4,934 metros, el número de oscilaciones, en diez minutos, llegó á 230, miéntras que en la ciudad de Quito no pasaban de 218: lo que indica acrecentamiento de intensidad en vez de diminucion. — Estas anomalías no pueden depender de otra cosa que de circunstancias locales, y sobre esta materia podrá consultarse la memoria sobre las variaciones del magnetismo terrestre que he publicado hace poco, asociado con Mr. Biot. Grado de calor de la agua hirviente á diversas alturas. El grado de calor que adquieren los líquidos antes de hervir, depende del peso de la atmósfera, y como este peso varía como las alturas sobre el nivel del mar, cada altura tiene su término ó punto de ebullicion correspondiente. — La tabla siguiente representa la ley que sigue este fenómeno. ELEVACION en metros. ALTURAS barométricas. GRADOS del agua hirviente. Term. centígrado. Term. Reaumur. 0 0°7620 100 ° 0 80 ° 0 1000 0,6792 97 1 77 7 2000 0,6050 94 3 75 4 3000 0,5368 91 3 73 0 4000 0,4741 88 1 70 5 5000 0,4182 84 7 67 7 6000 0,3674 81 0 64 8 7000 0,3203 77 0 61 6 En el curso de mis viajes hice muchas experiencias sobre el hervor del agua en las cimas de los Andes. — Me propongo publicarlas, y con ellas otras ejecutadas por Mr. Caldas, natural de Popayan, físico distinguido, que se ha consagrado con un ardor sin ejemplo, á la astronomía y á muchos ramos de la historia natural. — Estas experiencias, poco interesantes para la teoría, servirán sin embargo para juzgar del grado de exactitud que podrian adquirir las medidas de alturas hechas con el termómetro, si se lograran instrumentos que pudieran indicar con exactitud pequeñas fracciones de grado — Desde el nivel del mar hasta la altura de 7,000 metros, cada grado de diminucion en la temperatura del agua hirviente, representa una altura de 304 metros, y desde el nivel del mar hasta 1,000 metros, el grado equivale á 357 metros. — Puede decirse que, hasta la altura del Monte-Blanco, cada grado de ménos en la temperatura del hervor del agua, representa diez líneas de descenso en la columna barométrica, ó 340 metros de elevacion . Mr. Forbes, distinguido físico inglés, que se ha ocupado muy recientemente de este género de experiencias, me ha asegurado que de las que él hizo en los Alpes con mucha prolijidad, resultan 500 pies ingleses de altura por cada grado del termómetro Farenheit, medidas equivalentes con suficiente aproximacion á 299 metros por cada grado centígrado. — El instrumento que Caldas habia previsto y que el baron de Humboldt deseaba, se ha construido por fin y lleva el nombre de hipsómetro, con el cual y las excelentes tablas calculadas por el acreditado físico Mr. Regnault, puede hoy determinarse, con un error de diez metros á lo sumo, la altura de las montañas sin necesidad de barómetro. — A. Consideraciones geológicas. La naturaleza de las rocas no tiene dependencia alguna de las alturas ni de la diferencia de latitudes, ya sea que la temperatura del aire y su presion barométrica influyeran poco en el estado de agregacion de las moléculas, ó, lo que parece mas probable, que la formacion de la masa sólida del globo haya precedido el órden de cosas que asignó á cada region un clima particular. — Por otra parte la altura de las montañas es tan pequeña comparativamente al radio de la tierra, que estas pequeñas diferencias de nivel no han podido modificar los grandes fenómenos geológicos. — Si se considera el globo en grande, casi puede suponerse que á cualquiera elevacion se hallan las diversas especies de rocas, mas si atiende solo á una porcion circunscrita de la superficie de la tierra, se descubre entonces que en cada region la direccion y la inclinacion de las diversas capas depende de un sistema particular de fuerzas , y que existe cierta ley local respecto de la altura de las diversas formaciones de rocas sobre el nivel del mar. — Se advierte que en ciertas regiones las montañas secundarias no pasan de una altura de 3,000 metros, que las masas calizas no aparecen cubiertas de arenisca (grès) cuando la altura excede de 1,800 metros, que el esquisto micáceo no se eleva tanto como el gneiss, y que las brechas que se encuentran á determinadas alturas, se componen solo de fragmentos de rocas primitivas. — Sobre un corto terreno se puede así descubrir un límite superior de los basaltos, de la caliza secundaria y de la arenisca silizósa del mismo modo que se descubre un límite superior á los pinos y á las encinas. — De lo que llevo expuesto se deduce que no es posible formar una escala geológica respecto de las regiones ecuatoriales, á ménos que no se pretenda sujetar la naturaleza á ideas teóricas, es decir, considerar como fenómenos generales lo que no se aplica sino á una corta extension de los Andes. A pesar de esto, me ha parecido que el cuadro podria comprender algunas indicaciones geológicas, las cuales no seran inútiles al mineralogista. En los Andes de la América meridional, en la cordillera litoral de Venezuela y en la de Pavia, las rocas primitivas, particularmente el gneiss y el esquisto micáceo, afectan comunmente la direccion hora, 3 4/8 de la brújula del minero, ó en otros términos, la direccion de sus estratos hace de ordinario un ángulo de 52°, del norte al este, con el meridiano del lugar. — Su inclinacion es casi constantemente al N. O. — Estas direcciones é inclinaciones de las rocas esquistosas son tambien muy comunes en los Alpes, en el Fichtelgebirge y en las costas de Génova. — En Méjico, la direccion mas constante de las rocas primitivas es hora 7 — 8 de la brújula de Sajonia. Las regiones ecuatoriales de América ofrecen á la vez las cumbres mas elevadas y las llanuras mas extensas y mas bajas del mundo, contraste admirable que bastaria por sí solo para demostrar que la rotacion del globo no es la causa de la reunion de tantas montañas cerca del ecuador. — La cordillera de los Andes vuelve á levantarse por los 60° de latitud boreal, á una altura casi igual á la que se observa en el Reino de Quito. La cadena de los Andes (cuyo nombre en lengua Quichua Antis parece derivarse de la palabra peruana anta que significa cobre, y se aplica á todo metal) se aproxima casi igualmente de los dos polos de nuestro globo. — Sus extremidades no se alejan de uno y otro polo sino de 29° á 30° de latitud. — Esta cordillera corre desde los islotes situados al sur de la tierra de Fuego, y desde el Cabo de Hornos hasta el monte San-Elías en la parte nordeste del puerto Mulgrave, es decir, desde los 55° 58′ de latitud austral, hasta los 60° 12′ de latitud boreal. — Tiene pues 2,500 leguas de largo y 30 á 40 de ancho. La elevacion de la cordillera de los Andes es mucho mas desigual de lo que generalmente se cree. — Hay parajes en el hemisferio austral, entre el Chimborazo y Loja, cuya altura no es superior á la del San-Gotardo; y en el hemisferio boreal, en el Istmo de Panamá, cerca de Cupica, los hay que no llegan á 200 metros. — Sin embargo hasta cuatro veces la cordillera adquiere una masa y una altura colosales.—En el Perú por los 17° de latitud austral, despues bajo el mismo ecuador en el Reino de Quito, la tercera vez en Méjico, por los 19° de latitud boreal, y últimamente frente al Asia por los 60° de latitud. — En todos aquellos lugares sobrepuja en altura al Monte Blanco y alcanza á 5,000 ó 6,000 metros. — En general la cadena de los Andes asombra mas nuestra imaginacion por su masa que por su altura, aun en los lugares en que es mas elevada, como en las planicies encumbradas de Quito y de Méjico. — En el volcan de Antisana, á 4,105 metros de altura, he visto una llanura de doce leguas de circunferencia. Por término medio, la elevacion de los altos Andes, cerca del ecuador, sin hacer caso de los picos que dominan la cadena, es de 3,900 á 4,500 metros; y la altura media de la cadena de los Alpes y de los Pirineos, es de 2,500 á 2,700 metros. — El ancho de estas últimas cadenas no pasa por término medio de diez á doce leguas náuticas, en tanto que el de los Andes en Quito, tiene veinte, y en Méjico y en algunas partes del Perú, de cuarenta á sesenta leguas. — Estas son las consideraciones mas capaces de hacer formar una idea cabal de la grande diferencia de masas de montañas entre los Andes y los Alpes y los Pirineos, la cual no puede ser exacta comparando solamente las cimas mas empinadas que son de 6,372 metros 4,754 y 3,434. La porcion mas elevada de los Andes es la que se halla situada entre el ecuador y el 1° 45′ de latitud austral. — Solo en este pequeño espacio del globo se encuentran montañas que exceden la altura de 5,847 metros . — Tales son el Chimborazo, cuya elevacion es superior á la que resultaria del Etna colocado sobre el Canigou, ó la del San-Gotardo sobre el Pico de Tenerife; y el Cayambe y Antisana. — Las tradiciones de los Indios de Lican nos enseñan con alguna certeza, que la montaña del Altar, que los indígenas denominan capa-urcu, era en tiempos remotos mas alta que el Chimborazo, pero que á consecuencia de una erupcion contínua de ocho años, bajo el reinado de Ouaínia-Abomatha, este volcan se hundió. — En efecto, su cima presenta las pruebas de la destruccion en sus picos inclinados. En el tiempo en que el baron de Humboldt escribia esto, no se habia medido todavía la altura de los picos del Himalaya en Asia, cuya altura es desde 6925 metros hasta 8575, ni la de los dos nevados de Bolivia, el Soratá, que tiene 7696 metros, casi equivalente á la montaña mas elevada de la luna, el Ilimani, que alcanza á 7315 metros.—De manera que por su elevacion, el grupo del Chimborazo hoy no ocupa sino el tercer lugar en el órden de las cumbres mas elevadas de nuestro planeta. — El primero pertenece á los picos del Himalaya en el Antiguo Continente, el segundo á los nevados de Bolivia en el Nuevo.—A. El Chimborazo, como el Monte-Blanco, forma la extremidad de un grupo colosal. — Desde aquella elevada montaña hasta una distancia de ciento veinte leguas al sur, ningun pico llega siquiera al límite de la nieve permanente. Allí la cadena de los Andes no tiene sino 3,100 á 3,500 metros de altura. — Desde el 8° de latitud austral, es decir desde la provincia de Guamachuco, las cumbres nevadas son ya mas comunes, particularmente cerca del Cusco y la Paz en donde se ven los picos empinados de Ilimani y Cururana. No tenemos todavía medidas de las montañas de Chile; y siguiendo al sur, la cordillera se acerca de tal modo al Océano, que pueden considerarse los islotes escarpados del archipiélago de los Huaytecas como una porcion destacada de la cadena de los Andes. — El cono nevado de Cuptana, que es el pico de Teyde de estos parajes, llega á 2,900 metros. — Todavía mas al sur en las inmediaciones del Cabo Pilar, la serranía granítica desciende á 400 metros, para confundirse luego con el nivel del mar. — Si en lugar de caminar al sur, tomamos la direccion al norte, veremos que la elevacion de los Andes partiendo desde el Chimborazo, no es ménos desigual. — Desde 1° 45′ de latitud austral hasta 2° de latitud boreal, la cordillera mantiene la altura de 5,000 á 5,500 metros. — La provincia de los Pastos es una de las planicies mas elevadas del globo, y puede considerarse como el Thibet de la América. — Siguiendo al norte la cordillera, se divide esta en tres ramos de los cuales el mas oriental no tiene nevados de los 4° á los 10° de latitud, pero en su extremidad boreal, en donde se tuerze al oriente para formar la cadena litoral de Caracas, se descubre el grupo colosal de Santa-Marta y de Mérida de 4,700 á 5,000 metros de altura. — El ramo mas occidental de la cordillera de los Andes, el único que produce la platina, disminuye en su altura en Cupica y en el Istmo de Panamá hasta descender á 300 y aun á 100 metros. — Luego vuelve á levantarse en Guatemala y en Méjico á 2,700 y 3,500 de altura mediana desde los 11° y 17° de latitud; y por los 19°, en las inmediaciones de la ciudad de Méjico, forma un grupo en el cual hay cumbres, como el Popocatepetl y el Orizaba, que exceden de 5,300 metros de altura. — Al norte de Anahuac y en la Nueva-Vizcaya, no pasa la cordillera de la altura de los Pirineos, y aun algunos viajeros ingleses solo le han hallado 800 metros bajo los 55° de latitud boreal. — Podria suponerse que los Andes desaparecen enteramente hácia el polo boreal si no supiéramos que no léjos del Asia, por los 60° 21′ de latitud, existe el cuarto grupo casi tan colosal como los otros, en el cual se ven el Pico de San-Elías con 5,512 metros, y la montaña de Buen-Tiempo con 4,547 metros de altura. — En estos parajes es y en Analasca donde los Andes parecen tener correspondencia submarina con los volcanes de Kamtschatka. — Las montañas del Asia oriental no son pues sino una continuacion de la cadena de América; y si es probable que la mayor parte de los habitantes del Nuevo Continente son de raza mongola, y si es al norte del Indostan, en la alta planicie del Thibet, que existe la cuna de las artes, de las fábulas religiosas y quizá tambien de toda civilizacion humana, ¡cuán interesante no es el considerar esta misma planicie como el centro comun de donde parten las cordilleras de uno y otro continente! Tal es el bosquejo en grande de los contornos de la alta cadena de los Andes. — Por lo que hace á su estructura y á la naturaleza de las rocas que la componen, debo limitarme á los resultados siguientes. Existen en las regiones ecuatoriales todas las rocas que se han descubierto en las demas regiones del globo terrestre. — Las únicas que no pude hallar, fueron la roca esteatitosa llamada roca de topacio por Werner, la mezcla de caliza granujienta y de serpentina que se encuentra en la Asia menor, la oolita ó Rogenstein de los Alemanes, el grau wake y la creta. — Mas no solo son idénticas las rocas en ambos mundos, sino que tambien existe en el órden de sobreposicion y tránsito de unas á otras tal armonía, que por ella se manifiesta evidentemente que la naturaleza obra en todas partes en virtud de leyes tan sencillas como universales.—En la América meridional, el granito forma la base de las demas formaciones. — Esta roca cristalina se descubre al pié de los Andes, sobre las costas del mar del Sur y sobre las del Océano Atlántico, entre las bocas del Orinoco y el Rio de las Amazonas; ella sostiene la alta mole de los Andes y las formaciones secundarias de los llanos. — El granito en que predomina el cuarzo, que contiene poco mica y gruesos cristales de feldspato, parece ser en los Andes mas antiguo que el granito de menudos cristales abundante en hojuelas hexagonales de mica. — El granito del Perú, unas veces en masas, otras dividido en lechos paralelos é inclinados regularmente, y en ellos embutidas porciones globulares de la misma roca con aumento de mica, las cuales son el resultado de atracciones particulares entre sus partes constituyentes, esta roca, digo, no difiere en América de la de los Alpes superiores y de Madagascar. — En ella sin embargo el óxido rojo de titanio es mas abundante que la turmalina. Hasta aquí no se han reconocido en ella la esteatita, la lepidolita y el sulfato de barita. — Sobre ella, y en ocasiones alternando con la misma, se encuentra el gneiss ó granito foliáceo que pasa al esquisto micáceo, como este al esquísto primitivo. — Los granates en estas regiones son mas comunes en el gneiss que en el esquisto micáceo. Tambien se ven en los bellos pórfidos que, reposando sobre el esquisto primitivo, coronan la cima del cerro argentífero de Potosí. — La caliza granujienta, el esquisto clorítico y la roca trapeana primitiva, que es una combinacion de feldspato y de amfibolio, forman á menudo estratos subordinados en el granito foliáceo, ó gneiss, y en el esquisto micáceo, y este último es allá tan abundante como en la cadena de los Alpes. Contiene con frecuencia capas de grafita, y sirve de base á las formaciones de serpentina y de jado. — Obsérvase, lo que tal vez no hemos visto nunca en Europa, la serpentina alternando con la sienita. — La alta cumbre de los Andes está por donde quiera cubierta de formaciones porfiríticas, de basaltos, de fonolitas y de rocas verdes, las que tomando la forma de columnatas aparecen á lo léjos bajo el aspecto fantástico de ruinas de palacios, que es la figura á que generalmente comparan las cordilleras en América los que las contemplan por la primera vez. — Por entre las rocas porfiríticas es que salen las materias volcánicas, y no es fácil al geólogo decidir si estos pórfidos, basaltos, estas rocas amigdaloidas porosas, obsidianas y piedras aperladas, han sido formadas por el fuego, ó si son rocas preexistentes alteradas por la accion destructiva de los volcanes . Mr. Boussingault halló posteriormente el grau wake entre Caquesa y San Martin, y yo he traido varias muestras á Europa de esta roca. — A. En obra posterior dice Mr. de Humboldt: — «Bajo todos los climas, la corteza pétrea del globo presenta el mismo aspecto al viajero; en todas partes reconoce, y no sin cierta emocion y sorpresa, en medio de un mundo nuevo, las rocas de su pais natal; mas esta sorpresa cesa reflexionando que si el clima influye en la forma de los animales y de las plantas (porque la temperatura de la atmósfera y la que resulta de las diversas combinaciones formadas por la accion química, modifican el juego de las afinidades que preside al desarrollo de los órganos), esta distribucion desigual del calor, efecto de la oblicuidad de la eclíptica, no puede haber tenido influencia alguna sensible en la formacion de las rocas, la cual por el contrario debe haber influido poderosamente en la temperatura del globo y del aire que le rodea, porque cuando pasan grandes masas de materia del estado líquido al estado sólido, no puede efectuarse este fenómeno sin un desprendimiento enorme de calórico.» — A. Cuando el baron de Humboldt escribia esto, no habian adoptado todavía los geólogos la denominacion de traquitas, que Hauy dió en su clasificacion á las rocas que aquí se mencionan, y que siendo porosas, escorificadas, y compuestas de cristales cruzados de feldspato vitroso, son ásperas al tacto, de donde les viene su nombre. — A. Todavía es mas notable la identidad de estratificacion que se observa en toda la superficie de nuestro globo, si se comparan las formaciones secundarias de la América meridional con las del Antiguo Continente. — La naturaleza, constante en sus tipos, parece que ha repetido los mismos fenómenos geológicos en las llanuras del Orinoco, en las costas del mar del Sur, en Francia, en Polonia, y hasta en los desiertos de Africa. — Al pié de los Andes se descubren dos formaciones muy diferentes de piedra arenisca: la una de basa silizosa, conglomerada de rocas primitivas, que en ciertos lugares encierra cinabrio y lechos de hulla; la otra de basa caliza, conglomerada de rocas secundarias; existen tambien dos formaciones de yeso, y tres de caliza secundaria. Hay llanuras extensas que comprenden mas de setenta mil leguas cuadradas, cubiertas de un conglomerado antiguo, en el cual se hallan maderas fósiles y fierro oxidado negruzco. — Sobre este conglomerado se ve una piedra caliza semejante á la de los Alpes superiores, que contiene petrificaciones de animales marítimos á grandes alturas, y la cual se distingue por abundantes lechos de esquisto arcilloso, con venas de caliza espática blanca. — Esta piedra caliza sirve de base al yeso hojoso penetrado de azufre y á veces muriatífero. — Despues de este yeso sigue otra formacion caliza muy homogénea, blanquecina, en ocasiones cavernosa, análoga á la caliza jurásica que es la misma de Monte- Baldo y de Palestina. A esta sucede una arenisca caliza, luego un yeso fibroso sin sosa muriatada, pero mezclado de arcilla, y finalmente la caliza que contiene sílice y piedra cornea. Difícil es reconocer en las inmensas llanuras del Orinoco y Rio-Negro, la serie de estas formaciones secundarias, porque todo lo que cubria en otro tiempo el conglomerado antiguo parece haber sido arrebatado á consecuencia de grandes catástrofes, mas ella se manifiesta en la N. Andalucía (sobre todo en la cadena de Tumiriquiri) y en Méjico, en donde el profesor Del Rio ha hecho en geología las mas preciosas observaciones. — No obstante esta identidad de formacion y de estratificacion en los dos continentes, las regiones ecuatoriales presentan tambien muchos fenómenos que les son particulares. Uno de los mas singulares es sin duda la inmensa altura á que se elevan las rocas posteriores al granito, y lo macizo de las formaciones. — En Europa, las cumbres de las montañas elevadas son de granito, pues el esquisto micáceo no se observa mas arriba de 2400 metros. — En el Monte-Blanco, el granito se descubre á 4754 metros de altura. — En la cordillera de los Andes, esta misma roca se oculta bajo formaciones posteriores; de suerte que podria viajarse por muchos años en el Reino de Quito y en parte del Perú, sin aprender á conocer el granito. — El punto mas elevado en que he hallado en los Andes el granito, es en el páramo de Quindío á 3500 metros. — Las cumbres heladas del Chimborazo, del Cayambe y del Antisana á 6,372 y 5,847 metros de altura son de pórfido (traquita). — La caliza secundaria se descubre, cerca de Micuipampa en el Perú, á 3,703 metros de elevacion, la arenisca de Huancavelica á 4,500 metros, el esquisto micáceo de los Andes de Tolima en N. Granada á 4,482 metros, el basalto de Pichincha, cerca de Quito, á 4,735 metros; mientras que el lugar mas alto en que hasta aquí se han hallado en Alemania basaltos, es la cúspide del Schneekope en Silesia, á 1,285 metros. A los mineralogistas que consideran los pórfidos del Chimborazo, los basaltos y las rocas verdes, no como masas alteradas, sino como productos de la erupcion de los volcanes, deben tambien interesar estas indagaciones sobre los límites de altura de estas formaciones; porque se trata aquí, no de su orígen ni del estado primitivo de nuestro planeta, sino de las cosas como existen hoy. En las inmediaciones de Bogotá, se ven lechos de carbon mineral á las orillas de la hermosa cascada de Tequendama, á 2,633 metros, y se asegura haberse hallado carbon fósil en la caliza compacta de Huanuco en el Perú, á 4,482 metros de altura, arriba casi de toda vegetacion actual. — En la Ilanura de Bogotá, á una elevacion de 2,700 metros, se hallan el yeso, la arenisca y la caliza conchífera, y aun la sal gema en Zipaquirá. — No creo que se haya descubierto todavía en Europa ni carbon mineral ni sal gema á mas de 2,000 metros de altura. — ¿Én qué consiste semejante acumulacion de las mismas materias á tan desiguales alturas bajo el ecuador y en las zonas templadas?—Las petrificaciones de conchas que en el Antiguo Continente se han hallado á mayor altura, son las del Monte-Perdú en los Pirineos á 3,566 metros . En los Andes los restos de cuerpos organizados son por lo general muy escasos, por la falta de piedra caliza en las inmediaciones del ecuador, y sin embargo, cerca de Micuipampa, latitud austral 6° 45′ 38″, se hallan conchas petrificadas (ostras, equinitas, etc.) á 3,900 metros, es decir á una altura superior á la del Pico de Tenerife, y en Huancavelica existen á 4,300 metros. Mr. Victor Jacquemont halló, en su exploracion al Himalaya en 1830, conchas petrificadas á una altura de 700 metros superior al Monte-Blanco, y por lo mismo á la elevacion absoluta de 5510 metros, que creo que es la mayor en que hasta aquí se han hallado restos fósiles de animales. — A. Los huesos de elefantes fósiles que traje de Méjico, de Suacha cerca de Bogota, de Quito y del Perú, y en los cuales Mr. Cuvier reconoció una especie nueva y muy diferente del Mamouth, no se hallan en la cordillera de los Andes sino á 2,300 y á 2,900 metros de altura. No he sabido que se hayan descubierto en mas bajas regiones, porque los huesos llamados de gigantes de la Punta de Santa-Helena, no léjos de Guayaquil, son de cetáceos. En Europa, es raro ver capas continuas de la misma roca cuyo grueso llegue á mil metros. — En Méjico y en el Perú, sobre el declive de la cordillera y en valles profundísimos, se descubre fácilmente que las rocas porfiríticas tienen 3,100 á 3,900 metros de espesor, y los pórfidos del Chimborazo llegan á 3,700 metros.—La arenisca de las inmediaciones de Cuenca tiene 1560 metros, y la formacion de quarzo puro que se halla al oeste de Cajamarca y que parece privativa á los Andes, tiene 2900 metros de grueso. — Ninguna de estas formaciones se halla interrumpida por otras rocas heterogéneas. — Debo mencionar aquí otro fenómeno no ménos interesante, que caracteriza las regiones ecuatoriales, y es la abundancia de pórfidos con amfibolio, la escasez de mica en ellos y la falta total de quarzo en los mismos. Las masas considerables de azufre se hallan á menudo léjos de los volcanes, y no en montañas calizas ó acompañando al yeso, sino en las rocas primitivas. Habria de mencionar la riqueza de los Andes en toda clase de metales (con excepcion del plomo); llamar la atencion de los geólogos hácia el paco, sustancia compuesta de arcilla, de óxido de fierro, de cloruro de plata y de plata nativa, mezclados íntimamente, y hácia la diferencia de alturas en que la naturaleza ha depositado sus riquezas en el Perú á 3500 y 4100 metros, y en Méjico á 1,700 y 2,500 metros; y finalmente sobre la abundancia de mercurio que existe en cuantiosas venas, aunque no se trabajan con fruto. — Mas todos estos objetos no pueden referirse por menor en un cuadro general, y solo darán motivo á esta consideracion: es tal la abundancia de minas de metales preciosos en la cordillera de los Andes, que la América Española, que hoy exporta anualmente cerca de 38 millones de pesos en oro y plata, podrá triplicar este producto á medida que aumente su poblacion. — Méjico, en donde la industria comienza á despertarse, produce hoy 22 á 25 millones de pesos, en vez de 5 á 6 millones que se sacaban á principios del siglo 18°. Mas la riqueza de Europa no ha aumentado en la misma progresion, pues la sola casa de moneda de Méjico ha contribuido desde la conquista con mas de 1,900 millones de pesos de los cuales la mayor parte han ido á parar á las Indias Orientales y á la China. Probablemente no tuvo noticia en aquella época el baron de Humboldt, de los abundantes criaderos de galena que se hallan en diversas provincias de la N. Granada, particularmente en las de Veles, Tunja, Socorro y Bogotá. — A. Ninguna parte del globo ha sido tan agitada por el fuego subterráneo como la Cordillera de los Andes. Desde el Cabo de Hornos hasta el Monte San-Elias se cuentan mas de cincuenta volcanes inflamados. — Los mas distantes del mar son el Popocatepelt, en N. España, á treinta y siete leguas náuticas del golfo de Méjico; y el Cotopaxi, en la provincia de Quito, que dista cuarenta leguas náuticas del mar del Sur. — La naturaleza de estos volcanes de los Andes varía mucho. Unos, los ménos altos partícularmente, arrojan lavas; otros, como los de Quito, lanzan únicamente vapor de agua, rocas escorificadas, y principalmente un lodo arcilloso mezclado de carbon y azufre. Se ha visto, en la noche del 14 de setiembre del año de 1759, levantarse de un llano, á 29 leguas de distancia del mar del Sur, el gran volcan de Jorullo rodeado de dos á tres mil conos pequeños todos humeando. Este volcan se elevó en poco tiempo á la altura de 486 metros sobre el nivel llano que le sirve de base , el cual tiene una altura absoluta sobre el Océano de 717 metros. — Mr. Bonpland y yo bajamos al fondo de su cráter, y nos convencimos de que arde todavía. — Allí recogimos el aire que se exhalaba y que contiene 5 p. 100 de ácido carbónico. La altura de este volcan el mas reciente y el mas extraordinario de cuantos se conocen , es tres veces mayor que la de la gran pirámide de Cheops en Egipto, la cual no tiene sino 142 metros, y ocho veces mas que la pirámide de Cholula, construida por los antiguos Mejicanos. Límites de la nieve perpetua. Cuando tratamos del decremento del calórico en la atmósfera, dijimos que, pasada la altura del Monte-Blanco, esta diminucion sigue segun parece la misma ley en las zonas templadas que bajo los trópicos. Puede suponerse que en estas regiones elevadas, el calor radiante que refleja la superficie del globo, es casi insensible, y que la temperatura en ellas depende únicamente de la descomposicion de los rayos del sol en el aire, el cual debilita la luz en razon de su densidad. — No sucede así en las regiones bajas de la atmósfera, puesto que desde el nivel del mar hasta la altura de 5000 metros el decremento del calórico, considerando el termino medio en todo el año, no guarda la misma ley que en mayores alturas, y aunque las capas de aire en las cuales por su frialdad no se derrite la nieve, se hallan á diverso nivel segun la distancia del lugar al polo, su temperatura media debe ser la misma. — Conociendo por tanto el decremento del calórico bajo el ecuador, desde el mar hasta el límite de la nieve permanente, que es de 200 metros por grado centígrado, esta hipótesis nos enseña á conocer tambien aproximativamente el límite de la nieve permanente en las demas latitudes. Bastará asi averiguar la altura de una capa de aire cuya temperatura media sea + 0°, 4, que es la que reina bajo el ecuador en los lugares en donde comienza la nieve permanente. — Supongamos que la temperatura media de las regiones bajas por los 45° de latitud, sea de 12°, 5, se hallará 200 × (12°,5 — 0°, 4) = 2,420 metros; y este resultado, á 80 ó 100 metros mas ó ménos, está de acuerdo con lo que se observa en la naturaleza misma. Un lugar de la Europa boreal que tenga al nivel del mar una temperatura media de + 4°, tendria su nieve permanente á 720 metros de altura, y por punto general se dirá que este límite expresado en metros, es igual á doscientas veces la temperatura media de las regiones inferiores. Una fórmula en que la latitud entrara como funcion seria ménos exacta, porque el clima físico es con frecuencia independiente de la posicion astrónomica de un lugar.—Esta misma consideracion nos ofrece recíprocamente la ventaja de poder hallar la temperatura media de un pais, dada la altura del límite inferior de su nieve permanente, dividiendo por 200 el número de metros de altura, el resultado seran los grados de temperatura media al nivel del mar, si se tiene cuidado de añadir la temperatura media del límite de las nieves permanentes. Mas dejemos á un lado estas hipótesis que solo se fundan en un corto número de hechos, y veamos cuales son los resultados de las observaciones. — Uno de los fenómenos mas constantes que nos presenta la naturaleza, es la altura del límite inferior de la nieve permanente, el cual, segun Bouguer, es de 4,744 metros. Aunque mis medidas le asignan 4795 metros, esta diferencia de 50 metros depende de la diferente altura que Bouguer y yo asignamos á la señal de Caraburu, y al barómetro colocado en el nivel del mar. — Los académicos han observado ademas con razon que en una region en que la temperatura es constante en todo el año, la altura de la nieve no varia de 50 ó 60 metros, y que ella forma una línea horizontal bien manifiesta, sin prolongarse en los valles. — Bajo los 20° de latitud boreal, no se habia determinado todavía á la época de mi viaje, el límite inferior de la nieve permanente, y era de suponerse que este seria mucho mas bajo que en el ecuador. — Resulta sin embargo de mis medidas geométricas ejecutadas en el volcan de Popocatepetl, de Itzaccihuatl, en el Pico de Orizaba, en el nevado de Toluca y en el Cofre de Perote, que la nieve perpetua comienza á 4,600 metros, es decir inferior de 200 metros solamente al límite ecuatorial. — Nótase sin embargo que cae en ocasiones nieve en Méjico bajo los 19° á los 22° de latitud, á una altura de 2,100 metros menor que en Quito, lo que prueba que las variaciones momentáneas de frio y de calor son muy desiguales en los dos paises, aun cuando su temperatura media es poco diferente: y ademas como el clima de Méjico se semeja ya bastante al de las regiones templadas, el límite de la nieve permanente oscila mucho mas. — En el mes de julio en el volcan de Popocatepelt, la he visto á 4,523 metros de altura, y en febrero á 3,824 metros. La cordillera de los Andes, carece de estanques de hielo que hermoseen los declives de sus cumbres nevadas, lo atribuyo á que no cae la nieve en abundancia, sino poco á poco, en los climas ecuatoriales, los que disfrutan por otra parte de una constancia de temperatura contraria á la formacion de los neveros, cuya existencia es como nadie ignora independiente de la altura que ocupan. Se encuentran sin embargo en el Chimborazo, sepultadas bajo la arena, nieves antiquísimas. No sabemos todavía cual es la altura de la nieve permanente bajó los 25° y 30° de latitud. — En Europa, bajo los 42° y 46°, este límite es de 2,534 metros de elevacion sobre el nivel del mar. — Sobre esta materia puede consultarse la memoria que presenté al instituto nacional en el mes de nivoso del año 13 . Puede consultarse hoy con mas fruto, la memoria de Mr. de Humboldt sobre el límite inferior de las nieves permanentes, inserta en el tomo 14 de los Anales de Física y Química. Los resultados de la obra que acabamos de traducir se hallan algo modificados, particularmente por las observaciones de Mr. Pentland en Bolivia, en donde, entre los 14° y 19° de latitud austral (fenómeno raro), el límite de la nieve se eleva mas que en el ecuador (es decir á 5,200 metros); y por las de Mr. Webb, en el Himalaya (declive setentrional), entre los 27° á 36° de latitud boreal, en donde este límite sube tambien á 5000 metros. — Tales anomalias parece que dependen de la configuracion del suelo, extension de las planicies que circuyen aquellas montañas, y de los vientos dominantes. — A. Distancia desde la cual pueden verse las montañas desde el mar. La distancia desde la cual puede comenzarse á divisar una montaña desde el mar, depende de su altura, de la línea curva que forma la superficie de la tierra y de la refraccion. — Como este último es elemento muy variable, he calculado la escala sin atender á él, mas no debe perderse de vista que, aun cuando se supongan los fenómenos de refraccion muy extraordinarios, la incertidumbre sobre el punto, ó la posicion en que se hallaba el buque, ha hecho creer que se han visto los objetos á distancias mayores que las que efectivamente habia. Lo mismo sucede con el efecto de las corrientes, cuya fuerza exagera á menudo el navegante, porque, sea por error ó por falta de observacion astronómica, se halla en un punto del cual se creia muy distante. Entre los trópicos, en donde he hallado siempre constantes las refracciones terrestres, pueden ser muy útiles al navegante los ángulos de altura. — El pico de Tenerife, el de las Azores, el volcan de Orizaba en las costas de Méjico, la Silla de Caracas y la sierra nevada de Santa-Marta, al oriente de Cartagena, son, por decirlo así, señales colocadas por la naturaleza para guiar á los pilotos. — Conociendo la altura de aquellas montañas y su posicion astronómica, la mas sencilla observacion es suficiente para fijar la posicion del buque. Mr. Churruca ha calculado tablas para conocer las distancias del pico de Tenerife segun los ángulos de vision. La escala que presento hace conocer tambien la vasta extension de terreno que la vista puede descubrir desde la alta cima de las cordilleras. — Si las nubes y los vapores no nos hubieran ocultado las regiones inferiores, mi vista, desde el Chimborazo, habria abrazado un círculo de ochenta y siete leguas náuticas de diámetro; y Mr. Gay-Lussac, en su ascension aerostática, habria podido descubrir los objetos en un círculo de ciento y seis leguas de diámetro. Diversidad de los animales segun la altura del suelo que habitan. Para completar el cuadro físico de las regiones ecuatoriales, he indicado en la escala 14° la diversidad de los animales que viven en las diferentes alturas de la cordillera de los Andes. — En el interior de la tierra aparecen los dermestes que roen los hongos subterráneos; en el océano, los corifenos, y otros peces que se alimentan con la parte gelatinosa de los fucus. — Desde el nivel del mar hasta mil metros, en la region de las palmeras y scitamineas, se comienzan á ver perezosos que viven encaramados en el cecropia peltata; los boas y los cocodrilos que duermen al pié de los conocarpus y del anacardium caracoli. Es aquí que el cavia capivara se esconde en los pantanos cubiertos de heliconia y de bambusa, huyendo del jaguar; el erax, el tanayra y los papagayos se posan sobre el caryocar y el lecythis, y el elater nocticulus, que se alimenta con el dulce de la caña, y el curculio palmarum, que habita dentro de la médula del coco. — Las selvas de estas ardientes comarcas resuenan con los ahullidos de los monos y ardillas. — El jaguar, el felis concolon y el tigre negro del Orinoco, mucho mas sanguinario que el jaguar, persiguen los cervatos (C. mexicanus), los cavia, y los hormigueros, cuya lengua sale del cabo del esternum. — El aire de estas bajas regiones, particularmente en los bosques y en las orillas de los rios, está lleno de innumerable cantidad de mosquitos que casi no permiten habitar una parte tan grande y tan hermosa de nuestro globo. Con los mosquitos se juntan los œstrus humanus que introducen sus huevos en la epidérmis humana, produciendo luego gusanos é hinchazones dolorosas, los acaríes que recorren el cútis del hombre dejando una huella que escuece, las arañas venenosas, las hormigas y los termitas, que con su industria devastadora destruyen los trabajos del hombre. — Mas arriba, entre los 1,000 y 2,000 metros, en la region de los helechos, ya no se ven el jaguar ni el boa, ni cocodrilos, ni manatis; hay pocos monos, pero abundan las dantas, el sus tajassu y el felis pardalis, y las niguas atormentan á los hombres, á los monos y á los perros. — De 2,000 á 3,000 metros, en la region superior de la quinas, no viven ya los monos, ni los ciervos pequeños, pero se ven los osos, los ciervos grandes de los Andes y el felis tigrina. En este nivel que es el de la cúspide del Canigou, abundan por desgracia los piojos. — Desde 3,000 hasta 4,000 metros habita la especie de leon conocido en lengua quichua con el nombre de puma, y el oso pequeño de frente blanca. — He visto frecuentemente con asombro, los colibris á la altura del Pico de Tenerife. — Bandadas de vicuñas, de guanacos y de alpacas, recorren la region de las gramíneas y de la espeletia frailexon, que abraza un espacio entre los 4,000 y 5,000 metros de altura. — Los llamas viven en rebaños y domesticados; pues los que se hallan en el declive occidental del Chimborazo se hicieron salvajes cuando fué destruido el pueblo de Lican por el Inca Tupayupangui. — La vicuña habita con preferencia los sitios en que cae nieve una ú otra vez, y á pesar de que son perseguidas sin cesar, todavía se hallan tropas de tres á cuatrocientas, particularmente en las provincias de Pasco, hácia los nacimientos del Amazonas, y en la de Guailas y Cajatambo, cerca de Gorgor. — Abunda tambien este cuadrúpedo en las inmediaciones de Huancavelica, cerca del Cusco, y en la provincia de Cochabamba, hácia el valle del rio Cocatajes. — Se la encuentra allí donde quiera la cima de los Andes es mas alta que el Monte-Blanco. — Es cosa sin embargo bien singular en la geografía de estos animales, que los alpacas, vicuñas y guanacos existan desde Chile hasta los 9° de latitud austral, y no se hallen desde este punto al norte, ni en los altos Andes del reino de Quito, ni en los de la N. Granada.—Lo mismo sucede con el avestruz de Buenos-Ayres, y no es fácil averiguar porque esta ave no se encuentra en las vastas llanuras al norte de la cordillera de Chiquitos, en donde tambien hay selvas espesas y sabanas. El límite inferior de la nieve perpetua es, por decirlo así, el límite superior de los seres organizados. Todavía vegetan bajo la nieve algunos liquenes, pero entre los animales solo el condor (vultur gryphus) habita estas vastas soledades. — Lo hemos visto volar á una altura superior á 6,500 metros. — He visto tambien, como antes que yo lo habian observado Mr. Ramond á la orilla del lago del Mont-Perdú, y Saussure en la cima del Monte-Blanco, algunas moscas y esfinges, pero me parecieron haber sido llevadas accidentalmente por las corrientes ascendientes de aire.—Me lisonjeo de que los materiales que contiene mi escala zoológica son los primeros que se han recogido para formar un cuadro de la geografía de los animales, análogo al que he ejecutado para las plantas. — La obra clásica de Mr. Zimmermann indica la patria de los animales, segun la diferencia de latitudes que habitan. Falta ahora fijar en un perfil las diferentes alturas en que pueden vivir bajo cada latitud. Cultivo de la tierra. Despues de haber analizado los fenómenos físicos que nos ofrecen las regiones ecuatoriales, las modificaciones de la atmósfera, las producciones vegetales de la tierra, los animales que viven á diversas alturas, y la naturaleza de las rocas que componen la cordillera, solo nos falta decir algo del hombre y de los efectos de su industria. — Nuestra especie se ha propagado y vive desde el nivel del Océano hasta la inmediacion de la nieve permanente, aun puede decirse que la parte del Perú que los Incas, en la division política de su imperio, llamaban Antisuyu, es todavía mas poblada que la parte baja llamada Cuntisuyu, porque la civilizacion de los pueblos está casi siempre en razon inversa de la fertilidad del pais que habitan. — Miéntras mas obstáculos les presenta la naturaleza, mas se desarrollan las facultades morales del hombre. — Así es que los habitantes de Anahuac (ó de Méjico), los de Cundinamarca (ó del Reino de Santa-Fé) y los del Perú, formaban ya grandes asociaciones políticas, y disfrutaban de un principio de civilizacion semejante al de la China y del Japon, en tanto que el hombre vagaba todavía agreste y desnudo en las selvas de que estan cubiertas las llanuras del oriente de los Andes. — Mas si no es difícil concebir porque la civilizacion de nuestra especie hace mas progresos en las regiones boreales que en medio de la fertilidad de los trópicos, y porque comenzó esta en lo alto de la cordillera y no en las orillas de los grandes y caudalosos rios, sí lo es explicar porque los pueblos civilizados y agrícolas no descienden á habitar en climas en donde la naturaleza produce espontáneamente lo que bajo un cielo ménos propicio no se consigue sino mediante el mas penoso trabajo.—¿Qué es lo que puede obligar á los hombres á trabajar un terreno pedregoso y estéril á 3,500 metros de altura, cuando las llanuras bajas permanecen desiertas? ¿Qué vínculo los retiene en las planicies altas en donde cae la nieve en todo tiempo, y en donde bajo un cielo frio y nebuloso la tierra aparece sin vegetacion? El hábito y el amor del pais natal me parece que son los únicos motivos que para ello puedan asignarse. En Europa, las aldeas mas altas estan de 1,600 á 1,900 metros sobre el nivel del Océano; así en los Alpes de la Suiza existen La aldea de Breuil, en el valle de Mont-Cervin, á 2,007m La de Santiago, en el valle de Ayas, á .. 1,631 La de San Remi, á ......... 1,614 La de Eleva, en la falda del Cramont, á .. 1,308 La de Lans le Bourg, á ....... 1,388 La de Formaza, á ......... 1,263 Y en los Pirineos, segun Mr. Ramond, La aldea de Heas, á ........ 1,465m La de Gavarnie, á ......... 1,444 La de Barreges, á ......... 1,290 Mas arriba no se ven en Europa sino chozas que los pastores habitan en estío; miéntras que en la cordillera de los Andes, las ciudades de Pasco, de Huancavelica y de Micuipampa estan edificadas á una altura superior á la del Pico de Tenerife. — La hacienda de Antisana en el Reino de Quito está situada á 4,107 metros, y sin duda es uno de los lugares habitados mas elevados de la tierra . Entonces no se sabia que la altura de la ciudad de Potosí es de 4166 metros, y la de Calamarca de 4141 metros; que la ciudad de la Paz tiene 3717 metros, la de Oruro 3792, y la de Puno 3911. — Estas son hoy consideradas como las ciudades situadas á mayor elevacion sobre el nivel del mar. Mr. V. Jacquemont, menciona la aldca de Ghuyoumæul, sobre el Himalaya, á una altura de 5000 metros. — A. El cultivo de la tierra depende de la variedad de los climas, y esta depende de la altura. Desde el nivel del Océano hasta la altura de 1,000 metros, los indígenas cultivan, en América, el plátano, el maiz, el jatropha (yuca vulgar) y el cacao. — Esta es la region de las piñas, naranjas, mameyes y de las frutas mas deliciosas. — Los Europeos han aclimatado en esta zona, la caña de azúcar, el algodon, el añil y el café; pero estos nuevos ramos de agricultura, léjos de haber sido ventajosos á la humanidad, han aumentado la inmoralidad y las desgracias de la especie humana: la introduccion de esclavos africanos en América, ha sido un motivo de devastacion para el antiguo continente, y el orígen de discordias sin fin y de sangrientas venganzas en el nuevo. De 1,000 á 2,000 metros comienzan á escasear las cañas, el añil, el plátano y la yuca (jatropha manihot). — El café prefiere un clima ménos ardientey sitios mas elevados y pedregosos; crece tambien allí el algodon, pero no el cacao y el añil que apetecen calor mas fuerte.—La caña dulce, en el reino de Quito, se cultiva y con provecho hasta una altura de 2,500 metros, pero en sitios en que extensos llanos auxilien la reverberacion de los rayos solares. — Esta misma region templada es la mas agradable para el colono Europeo, porque en ella disfruta de primavera perpetua, y saborea los frutos mas suaves, entre otros el annona chirimoya. El cultivo del trigo de Europa comienza desde los 1,000 metros. — Es cosa singular que las cereales, estas gramíneas nutritivas que acompañan á los pueblos de raza cáucasa, sean susceptibles de medrar así en los calores tropicales, como espuestas al frio de las cimas glaciales.—En la isla de Cuba, á los 23° de latitud, el trigo se cultiva abundantemente á 150 metros de altura sobre el nivel del mar. — En la provincia de Caracas, á 10° de latitud, á una altura de 500 metros, se encuentran, entre Turmero y la Victoria, hermosas sementeras de trigo. — Los valles de Aragua ofrecen á un tiempo y en la misma llanura, campos en donde se cultiva la caña de azúcar, el añil, el cacao y el trigo europeo. — Sin embargo, para que el trigo en los trópicos rinda buenas cosechas á tan poca altura, es necesario un concurso particular de circunstancias; y la verdadera altura en que este grano se cultiva en donde quiera con utilidad, es arriba de los 1,364 metros. — En Jalapa (reino de Méjico), latitud 19° 30′ 46″, el triticum crece á 1,314 metros, pero, como la espiga no grana, solo se emplea como pasto para el ganado.—En la falda oriental de las montañas de Anahuac, el cultivo del trigo solo comienza en Perote á 2,333 metros. En la occidental, es decir mirando al mar del Sur, desciende hasta 1,292 metros, á cuya altura he visto sementeras en el hermoso valle de Chilpanzingo. — En el resto de la América, á saber en el Perú, Quito, Santa Fé y en las otras regiones de N. España, la mayor abundancia de trigo existe entre los 1,600 y 1,900 metros de altura, allí produce por término medio de 25 á 30 por uno. Los frutos del plátano no maduran bien en alturas que exceden de 1,750 metros; pero la planta vegeta hasta los 2,500 metros, aunque bien mezquina. — La zona del trigo, entre los 1,600 y 1,900 metros, es tambien la que abunda en erythroxylum peruvianum (coca), con la cual se alimenta el Indio Peruano en sus mas dilatados viajes, mezclando las hojas de esta planta con cal cáustica. — El chenopodium quinoa se cultiva tambien en la region del trigo, de 2,000 á 3,000 metros de altura. — La extension de las planicies que presenta la cordillera de los Andes, algunas de las cuales tienen 80 y aun 100 leguas cuadradas , favorece singularmente el cultivo de estas plantas. — El suelo de estos parajes, plano y fácil de arar, está anunciando que en un tiempo fueron estas planicies lagunas considerables que se han secado. — De 3,100 á 3,300 metros, los hielos y el granizo hacen que las cosechas de trigo se pierdan á menudo. El maiz cesa de cultivarse casi enteramente desde la altura de 2,339 metros. — Entre los 3 y 4,000 metros, las patatas (solanum tuberosum) son el objeto principal de la agricultura. — La cebada es la planta cereal que resiste mejor en las grandes alturas de mas de 3,300 metros, en donde ya no se dá el trigo, pero aun aquella medra poco por falta de calor. — Arriba de 3,600 metros cesa enteramente toda cultura de la tierra. — El hombre vive sin embargo en medio de numerosos rebaños de llamas, de ovejas y de vacadas que penetran algunas veces hasta en las regiones de la nieve permanente. — Esta escala del cultivo de la tierra, que apénas dejo bosquejada, presenta un cuadro de la industria humana desde el fondo de las minas hasta la mas alta cima de la cordillera. La llanura de Bogotá, elevada sobre el nivel del mar de 2625 metros, tiene algo mas de cien leguas cuadradas de superficie, comprendiendo en ella los terrenos llanos al nordeste de Zipaquirá, los de Sobachoque, y los del sur de Suacha. — A. Alturas medidas en diferentes parajes del globo. Como todos los resultados físicos que he consignado en esta obra estan conexionados con las diversas alturas, me ha parecido conveniente añadir cierto número de médidas verificadas en varios lugares de la tierra, para que sirvan de comparacion con las que llevo mencionadas hablando de la cordillera, y las he reunido en el cuadro que comprende uno y otro continente para facilitar de este modo comparaciones que pueden ser útiles á los que se ocupan de estudiar los grandes fenómenos de la naturaleza. — En el diseño se han marcado las mayores alturas á que se han elevado los hombres sobre el nivel del mar. — Saussure, en Mont-Blanc, á 4,756 metros; Bouguer y la Condamine, en el Corazon, á 4,814 metros; y nosotros, en el Chimborazo, á 5,909 metros . Ultimamente M. Gay-Lussac, en su ascension aerostática, verificada en Paris el 16 de setiembre de 1804, á 7,016 metros, es decir 600 metros mas arriba del vértice de la mas alta montaña de nuestro planeta . Este viaje aéreo, que ha sido fecundo en resultados importantes respecto del magnetismo y del conocimiento químico de la atmósfera, ofrece tambien un loable ejemplo de valor y de consagracion á la ciencia. Mr. Boussingault, en su ascension al Chimborazo, alcanzó á una altura de 6004 metros, cerca de 100 metros mas que Mr. Humboldt. — A. Véase la nota de la pág. 318. TABLA DE ALTURAS. Los números que se colocan entre paréntesis manifiestan que hay duda respecto á la altura. — La letra H indica mis propias observaciones, sobre las cuales tendré que hacer algunas rectificaciones luego que mis ocupaciones me permitan verificar todos mis cálculos por la fórmula de M. la Place. AMÉRICA, LUGARES. ALTURA sobre el nivel del mar en metros. NOMBRE de los Observadores. Chimborazo.......... 6,544 Humboldt. 6,275 Bouguer y la Condamine. 6,587 D. Jorge Juan. Cayambe........... 5,905 Bouguer y la Condamine. 5,954 H. Antisana........... 5,833 H. 5,878 Bouguer. Cotopaxi........... 5,753 Bouguer. Rucu Pichincha........ 4,868 H. fórmula de la Place. 4,816 D. Jorge Juan. Guagua Pichincha........ 4,740 La Condamine. Tunguragua despues de las erupciones de 1772 y el terremoto de 1797.... 4,958 H. Antes de estas catástrofes..... 5,106 La Condamine. No hay que olvidar que en esta diferencia influye no solamente el hundimiento de la montaña, sino la diversidad de métodos empleados en el cálculo barométrico. Ciudad de Quito........ 2,935 H. fórmula de la Place. Santa-Fé de Bogota....... 2,625 H. Méjico......... 2,294 H. fórmula de la Place. Popayan......... 1,756 H. Cuenca......... 2,514 H. Loja.......... 1,960 H. Cajamarca (Perú)...... 2,748 H. Micuipampa (Perú)...... 3,557 H. Caracas........... 810 H. Hacienda de Antisana....... 4,095 H. fórmula de la Place. Popocatepetl (volcan)....... 5,387 H. Ytzaccihuatl (Orizaba pico)..... 5,305 H. Cofre de Perote (Naopautepel).... 4,026 H. Nevado de Toluca (Méjico)..... 4,607 H. Volcan de Jorullo........ 1,204 H. Monte San-Elías......... 5,513 Expedicion de Quadra y Galeano. Montaña de Buentiempo en la América del Norte, por los 60° de lat. boreal.. 4,549 LUGARES. ALTURA sobre el nivel del mar en metros. NOMBRE de los observadores. Volcan de Arequipa (Perú)..... 2,693 Espinosa. Pico de Duida (nacimientos del Orinoco), 2,551 H. Silla de Caracas........ 2,564 H Tumiriquiri (N. Andalucía)..... 1,902 H. Cumbre de las montañas Azules de Jamaica........... 2,218 Edward. Mowna Roa (Islas Sandwich)..... 5,024 Marchand. EN ASIA, El Monte Libano (cumbre)...... 2,906 Labillardière. Oiyr (en la isla de Sumatra)..... 3,950 Marsden. EN AFRICA, Pico de Teyde......... 3,705 Cordier. 3,701 Johnstone. 3,689 Borda (Baron). 4,313 Feuillé (geométricamente). 4,687 Heberden (geom.). 5,180 Manuel Hernandez (geom.). EN EUROPA, Alpes. — Monte-Blanco...... 4,775 Sauss. (fórm. de Shukburg). 4,728 Pictet (geométricamente). 4,660 Deluc (geom. y barom). Mont-Rose.......... 4,736 Saussure. Ortler, en Tyrol........ 4,699 Dudosc. Finsterahorn......... 4,362 Tralles. Iungfrau.......... 4,180 Id. Monch........... 4,114 Id. Aguja de Argentiere....... 4,081 Saussure. Schreckhorn......... 4,079 Tralles. Eiger........... 3,983 Id. Breithorn.......... 3,902 Tralles. Grofsglockner, en Tyrol...... 3,898 Algo dudosa. Alt-Els........... 3,713 Tralles. Frau........... 3,699 Id. Aguja del Dru........ 3,794 Saussure. Wetterhorn.......... 3,720 Tralles. Doldenhorn.......... 3,666 Id. Rothorn........... 2,935 Saussure, El Cramont.......... 2,732 Id. Wasserberg, en Tyrol (Salgema).... 1,652 Buch. San Mauricio en Saboya (Salg.)... 2,188 Saussure, PASAJES EN LOS ALPES. En el Mont-Cervin....... 3,410 Saussure. En la Garganta de Seigne...... 2,461 Id. LUGARES. ALTURA sobre el nivel del mar en metros. NOMBRE de los Observadores. En la Garganta de Terret..... 2,321 Saussure. En el Mont Cenis........ 2,066 Id. En el Pequeño San Bernardo.... 2,192 Id. En el San Bernardo....... 2,428 Id. En el Simplon........ 2,005 Id. En el San Gotardo........ 2,075 Id. En el Splügen......... 1,925 Scheuhzer. Las Toras de Rastadt en el Salzburgo.. 1,559 Moll. En el Brenner (Tirol)...... 1,420 Buch. Garganta del Gigante....... 3,426 Saussure. Grimsel........... 2,134 Tralles. Scheidek........... 1,964 Id. Petina, cumbre del San Gotardo... 2,722 Saussure. Buet............ 3,075 Id. Dole (en el Jura)........ 1,648 Id. Montanvert.......... 1,859 Id. Horca de Beta......... 2,633 Id. Watsmann.......... 2,941 Beck. Untersberg.......... 1,800 Schieg. Hohestaufen.......... 1,793 Id. Rocas del Paso Lug....... 2,161 Moll. Schneeberg, cerca de Sterzing.... 2,522 Buch. Cima del Brenner, en Tyrol..... 2,066 Buch. EN ITALIA. Etna ........... 3,338 Saussure (barom). Monte Erix en Sicilia....... 1,187 Monte Vellino (Apeninos)...... 2,393 Shukburg, Leñone........... 2,806 Pini. Vesuvio........... 1,198 Shukburg. Monte Rotondo (Córcega)...... 2,672 Perney. Monte de Oro (id.)....... 2,652 Id. Monte Grosso (id.)........ 2,237 Id. Monte Cervello (id.)....... 1,826 Id. Venda (la mas alta cima de los montes Eugáneos).......... 555 Conde Sternberg. Monte Baldo (cima de la Fenestra)... 2,149 Id. Monte Baldo (la cima Monte mayor)... 2,227 Id. EN LOS PIRINEOS. Mont-Perdu. (Pirineos españoles)... 3,436 Ramond. 3,366 Mechain. Viñamala (mas alta cima de los Pirineos franceses)......... 3,356 Vidal. El Cilindro.......... 3,332 Vidal y Reboul. Maladetta.......... 3,255 Cordier (Dudosa). El Pico largo......... 3,251 Ramond. Primera torre de Marboré...... 3,188 Vidal y Reboul . Neouvielle.......... 3,155 Ramond. Brecha de Rolando........ 2,943 Id. LUGARES. ALTURA sobre el nivel del mar en metros NOMBRE de los Observadores. Pico del Mediodia........ 2,935 Vidal y Reboul (Niv.). 2,865 Mechain (Geod). Canigou........... 2,808 . 2,781 Mechain. Pico de Bergons......... 2,112 Ramond. Pico del Montaigu........ 2,376 Id. PASAJES DE LOS PIRINEOS ENTRE FRANCIA Y ESPAÑA. Puerto de Pineda........ 2,516 Ramond. Puerto de Gavarnie....... 2,331 Id. Puerto de Cavarera...... 2,259 Id. Pasaje del Tourmalet....... 2,194 Id. En Francia. — Mont-d’Or..... 1,886 Delambre. 2,042 Cassini. Cantal........... 1,857 Delambre. 1,935 Cassini. Puy de Dome......... 1,477 Delambre. 1,592 Cassini. Puy Mary.......... 1,658 Delambre. 1,863 Cassini. Col de Cabre......... 1,689 Delambre. Montaña de Mezin (Cevennes).... 2,001 El Ballon (Vosges)....... 1,403 Pico de Beguinas........ 1,115 Thuilis y Piston. Monte San Victor cerca de Aix (Provenza). 970 Thuilis. En España. — Palacio de S. Ildefonso.. 1,155 Thalacker. Picacho de la Veleta (en la Sierra Nevada de Granada).......... 2,249 Id. En Suecia. — Kinekulle...... 306 Bergmann. En Islandia. — Snœfials Sokull.,.. 1,559 Povelsen. — Hecla....... 1,013 Id. En Spitzberg. — Monte-Parnaso... 1,194 Lord Mulgrave.