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Alexander von Humboldt: „Los temblores“, in: ders., Sämtliche Schriften digital, herausgegeben von Oliver Lubrich und Thomas Nehrlich, Universität Bern 2021. URL: <https://humboldt.unibe.ch/text/1845-Les_tremblements_de-29-neu> [abgerufen am 25.04.2024].

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https://humboldt.unibe.ch/text/1845-Les_tremblements_de-29-neu
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Titel Los temblores
Jahr 1850
Ort Santiago de Chile
Nachweis
in: Revista de Santiago 7 (Dezember 1850), S. [334]–345.
Sprache Spanisch
Typografischer Befund Antiqua; Auszeichnung: Kursivierung; Schmuck: Trennzeichen.
Identifikation
Textnummer Druckausgabe: VI.58
Dateiname: 1845-Les_tremblements_de-29-neu
Statistiken
Seitenanzahl: 12
Zeichenanzahl: 27447

Weitere Fassungen
Les tremblements de terre (Paris, 1845, Französisch)
Earthquakes (Cupar, 1845, Englisch)
First Impression Made by an Earthquake (Dundee, 1846, Englisch)
First Impression made by an Earthquake (Leeds, 1846, Englisch)
First impression made by an earthquake (Hereford, 1846, Englisch)
First Impression made by an Earthquake (Kalkutta, 1846, Englisch)
Les tremblements de terre (Sankt Petersburg, 1846, Französisch)
Alexander von Humboldt über die Erdbeben (Frankfurt am Main, 1846, Deutsch)
Erdbeben (Wien, 1846, Deutsch)
Alexander von Humboldt über die Erdbeben (Passau, 1846, Deutsch)
Alexander v. Humboldt über die Erdbeben (Leipzig, 1846, Deutsch)
Subterranean Noises (Derby, 1846, Englisch)
Earthquakes (Southampton, 1846, Englisch)
Extraordinary subterranean noises (London, 1846, Englisch)
Subterranean noises (Hereford, 1846, Englisch)
Earthquakes (London, 1846, Englisch)
Extraordinary subterranean noises (London, 1846, Englisch)
Subterranean Noises (Manchester, 1846, Englisch)
The Motion of Earthquakes (London, 1846, Englisch)
The Motion of Earthquakes (Manchester, 1846, Englisch)
Strange Phenomena of Earthquakes (New York City, New York, 1846, Englisch)
The Motion of Earthquakes (Maidstone, 1846, Englisch)
Strange phenomenon of earthquakes (Washington, District of Columbia, 1847, Englisch)
The Motion of Earthquakes (Belfast, 1847, Englisch)
Strange Phenomenon of Earthquakes (Washington, Arkansas, 1847, Englisch)
Earthquakes (London, 1847, Englisch)
De aardbevingen (Amsterdam, 1847, Niederländisch)
Os terremotos (Rio de Janeiro, 1848, Portugiesisch)
Los temblores (Santiago de Chile, 1850, Spanisch)
First impression made by an earthquake (Edinburgh, 1852, Englisch)
A Philosopher’s feelings on occasion of an Earthquake (Shanghai, 1853, Englisch)
Earthquake Under the Tropics (Port Tobacco, Maryland, 1853, Englisch)
Erdbeben (Berlin, 1853, Deutsch)
Erdbeben (Leipzig, 1853, Deutsch)
First Impression of an Earthquake (Leicester, 1854, Englisch)
Erdbeben (Leipzig, 1855, Deutsch)
Aus Humboldt’s ’Kosmos’ (New York City, New York, 1857, Deutsch)
About Earthquakes (London, 1856, Englisch)
Volcanoes are safety-valves (Bolton, 1858, Englisch)
Earth waves of commotion (Nicht ermittelt, 1858, Englisch)
The Lisbon Earthquake (Ashton-under-Lyne, 1858, Englisch)
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LOS TEMBLORES. (traducido para la revista del COSMOS de humboldt.)

Si por una parte el calor central de nuestro planeta se liga ala produccion de las corrientes electromagnéticas i de la luz te-rrestre que nace de estas corrientes, bajo otro punto de vista sepresenta él como la fuente principal de los fenómenos jeognós-ticos. Nos proponemos ahora considerar estos fenómenos en suencadenamiento i en sus diversas faces desde el estremecimien-to puramente dinámico i elevacion de los continentes i cadenasde montañas, hasta la erupcion de gases i vapores, barros ca-lientes rocas igniferas o lavas en fusion que por el enfriamientose transforman en rocas cristalizadas. I no es un pequeño pro-greso para la jeognosia moderna (la parte mineralójica de la fisi-ca terrestre) haber averiguado este encadenamiento de los fenó-menos. Desde entónces se ha podido renunciar a esas raras hipó-tesis que se imajinaban ántes para explicar una a una las revolu-ciones del antiguo mundo terrestre; ha podido ligarse la produc-cion de materias diversas a los simples cambios de forma o es-tension (ebranlements et soulevements); se han podido acercar i a-grupar fenómenos completamente desemejantes a primera vistacomo las fuentes termales, las emisiones de gas ácido carbónico ide vapores sulfurosos, las salses (pequeños volcanes de barro) ien fin las erupciones de las montañas igneas. En un cuadro jene-ral de la naturaleza todos esos detalles se confunden en una solai misma concepcion; la de la reaccion que el interior de un planetaejerce contra sus capas exteriores. Una sola causa el aumento gra- |335| dual del calor terrestre, desde la superficie hasta el centro, nos da-rá cuenta a la vez de los temblores de tierra, del levantamiento su-cesivo de los continentes i cadenas de montañas, de las erupcionesvolcánicas i de la formacion de las rocas i minerales. Pero esta reac-cion del interior contra el exterior no ha circunscrito su influen-cia a la sola naturaleza orgánica; todo conduce a creer que enel antiguo mundo, poderosas emisiones de gas ácido carbónicose mezclaron con la atmósfera, favorecieron el acto por el cuallos vejetales se asimilan al carbono i formaron de ese modo lasselvas primitivas orijen del inagotable cúmalo de materias com-bustibles (lignitas i ulla) que las revoluciones del globo han es-condido en las capas superficiales. Aun mas; se puede decir quela forma de la costra terrestre, la direccion jeneral de las gran-des cadenas de montañas i de los planos, la configuracion arti-culada de los continentes han ejercido una influencia notable enla suerte de la especie humana. En este encadenamiento de losfenómenos puede el filósofo remontar de término en término has-ta la época, en que la materia aglomerada en esfera pasó del es-tado fluido, al estado liquido o sólido, época en que se desen-volvió tambien el calor central de la tierra independientementede la accion calorifica de los rayos solares.
Para seguir en el cuadro de los fenómenos jeognósticos el ór-den mismo de su filiacion i de su dependencia orijinaria, prin-cipiarémos por aquellos que tienen sobre todo, un carácter di-námico. Los temblores de tierra se manifiestan por oscilacionesverticales, horizontales o circulares que se siguen i repiten a cor-tos intervalos. Las dos primeras especies de sacudimientos sonsimultáneas muchas veces; tal es al ménos el resultado de nume-rosas observaciones hechas por mi mismo en la tierra i en el maren ambos mundos. La accion vertical de abajo para arriba pro-dujo en Riobamba en 1797 el efecto de la explosion de una mi-na; los cadáveres de muchos habitantes fueron lanzados mas alladel arroyo de Lican, hasta la Culca colonia cuya altura es de al-gunas centenas de pies. De ordinario el sacudimiento se propagaen linea recta u ondulada a razon de 4, o 5 miriámetros por mi-nuto; a veces se estiende como el agua i forma circulos de con-mocion en que los sacudimientos se propagan del centro a lacircunferencia pero disminuyendo de intensidad. A pesar de la |336| asercion del padre de la historia i de Theophilactus Lisiocatta quetenian por desconocidos en Escitia los temblores; yo he averi-guado, durante mi viaje en la Asia Septentrional, que la partemeridional del Altai se encuentra bajo la doble influencia delcentro de estremecimiento del lago Baical i de los volcanes delas montañas celestes (Thian-chan). Cuando los circulos de con-mocion se cortan, cuando un plano está situado por ejemplo en-tre dos volcanes activos pueden resultar muchos sistemas de on-dulaciones que se sobreponen como en los liquidos sin pertur-barse mútuamente. Podria haber alli interferencia, como en elcaso de las ondas sonoras que se cruzan. Segun una lei jeneralde mecánica todo movimiento de vibracion trasmitido al travesde un cuerpo elástico tiende a desprender de él las capas super-ficiales; en virtud de la misma lei la onda de estremecimientodebe crecer, al propagarse en la costra terrestre, segun que ellase acerca a la superficie. Los medios imajinados para estudiar las ondas de estremeci-miento (el péndulo i la tasa sismométrica) indican con bastanteexactitud su direccion i su intensidad total, pero no su alteracionni su intumecencia periódica. La ciudad de Quito está situada alpié de un volcan activo (el Rucu-Pichincha) a 2910 metros sobreel nivel del mar; ella posee hermosas cúpulas, iglesias altas, ca-sas macisas de muchos pisos a pesar de los frecuentes temblores;sin embargo, con gran sorpresa mia, rara vez, vi rasgarse lasmurallas, miéntras que en los llanos del Perú oscilaciones ménosfuertes deterioran cabañas mui poco elevadas. Los indijenas quehan sentido millares de temblores creen que semejante diferen-cia consiste ménos en la duracion corta o larga de los sacudonesen la lentitud o rapidez de la oscilacion horizontal, que en la re-gularidad de los movimientos producidos en sentidos contrarios.Los sacudimientos circulares o jiratorios aunque mui raros sonlos mas peligrosos. Han jirado muros sin ser derribados, hilerasrectilineas de árboles se han encorbado, caminos cubiertos dediversas culturas han resbalado entre ellos por encima en el granterremoto de Riobamba en la provincia de Quito el 4 de Febrerode 1797; tan singulares efectos se habian producido ya en Cala-bria el 4 de Febrero de 1783, i el 27 de Marzo. Esos terrenos queresbalan i esos planos de tierra cultivada que se sobreponenprueban un movimiento jeneral de traslacion, una especie de pe-netracion de las capas superficiales; es seguro que el suelo mo-vible se puso en movimiento como un liquido i que las corrientes |337| se dirijieron desde luego de arriba, abajo, despues horizontal-mente i en fin de abajo para arriba. Cuando levanté el plano delas ruinas de Riobamba me mostraron el lugar adonde, en me-dio de los escombros de una casa, se habian encontrado todoslos muebles de otra habitacion; fue preciso que la audiencia pro-nunciase sobre las demandas relativas a la propiedad de los ob-jetos que habian sido transportados a muchas centenas de me-tros. En los paises donde los temblores son relativamente mas raros(por ejemplo, la Europa meridional) se cree jeneralmente median-te una induccion incompleta, que la calma de la atmósfera, queun calor exesivo, que un horizonte cargado de vapores, son pre-sajios del fenómeno. Es un error contradicho no solo por mi pro-pia esperiencia, sino aun por la de todos los observadores quehan pasado algunos años en lugares, donde como en Cumaná,Quito, Perú i Chile el suelo es con frecuencia ajitado por violen-tos sacudimientos. He sentido temblores con un cielo sereno, conla lluvia, durante las frescas brisas del oriente, como en tiem-po de tormenta. Ademas, estos fenómenos no ejercen segun meparece ninguna influencia en la marcha de la aguja imanada; enun dia de temblor, las variaciones horarias de la declinacion i laaltura del barométro no presentan anomalia alguna entre los tró-picos. Adolfo Erman ha hecho igual observacion en la zona tem-plada con motivo de un temblor que se hizo sentir en Ircutskjunto al lago Baical, el 8 de Marzo de 1829. En el violento sacudondel 4 de Noviembre de 1799 de Cumaná hallé que la declinacioni la intensidad de la fuerza magnética, habian permanecido en suestado normal; pero con grande admiracion observé que la incli-nacion de la aguja imanada habia disminuido de 48 minutos! Notenia motivo para sospechar un error en esta observacion; perodurante los otros sacudimientos que he experimentado en el pla-no de Quito i de Lima, la inclinacion quedó siempre invariable,como los demas elementos del magnetismo terrestre. Si es jene-ralmente cierto que nada, ni el aspecto del cielo o el estado dela atmósfera, anuncia a la superficie del globo lo que va a pasaren sus profundidades, con todo veremos luego que las capasaereas pueden sufrir la influencia de los fuertes sacudones, cuyoefecto no es siempre puramente dinámico. Por eso el estado elec-trico de la atmósfera ha experimentado notables variaciones du-rante los sacudimientos que ajitaron por largo tiempo el suelode los valles piamonteses de Pelis i Clusson. |338| La intensidad de los ruidos sordos que acompañan casi siem-pre a los temblores no crece en la misma relacion que la vio-lencia de los sacudimientos. Puedo asegurar por el atento es-tudio de las diversas faces del temblor de Riobamba el 4 deFebrero de 1797, uno de los mas terribles acontecimientos quemenciona la historia fisica de nuestro globo, que el gran sa-cudon no fué señalado por ningun ruido. La gran detonacionque se oyó bajo el suelo de Quito i de Ibarra, no en Tacungai Hambato, ciudades con todo mas cerça del centro del estre-mecimiento, tuvo efecto 18, o 20 minutos despues de la catás-trofe. Un cuarto de hora despues del célebre temblor que des-truyó a Lima en 28 de Febrero de 1746, se oyó en Trujillo unestruendo subterráneo, pero sin hacer sentir sacudimiento nin-guno. Asi mucho tiempo despues del gran terremoto de NuevaGranada el 16 de Noviembre de 1827 descrito por Boussingault,se oyeron en el valle de Cáuca detonaciones subterráneas, que sesucedian de 30 en 30 segundos i siempre sin sacudimientos. Lanaturaleza del ruido varia mucho; rueda, ruje, resuena comoun frote de cadenas entre chocadas; desigual como las espan-siones de un trueno vecino, a veces rebienta con estrépito. Comosi masas de obsidiana o de rocas vitrificadas se hiciesen trizasen las cavernas subterráneas. Sábese que los cuerpos sólidosson excelentes conductores de sonidos, i que las ondulacionessonoras se propagan en la arcilla cocida diez o doce veces masrápidas que en el aire; tambien los ruidos subterraneos pue-den oirse a una distancia enorme del punto en que se han pro-ducido. En Caracas, en los Hanos de Calabozo o a los bordes delrio Apure, uno de los afluyentes del Orinoco, esto es, en una ex-rencion de 1.3000 miríametros cuadrados, oyóse una espanto-sa detonacion, sin sentirse sacudimiento, mientras un torren-te de lava se desprendia del volcan San Vicente situado en lasAntillas a una distancia de 120 miríametros. Respecto a la dis-tancia es como si se oyese una erupcion del Vesuvio en el nor-te de la Francia. En la erupcion inmensa del Cotopaxi en 1744se oyeron detonaciones subterráneas en Honda a los bordes delMagdalena; sin embargo la distancia de estos dos puntos es de81 miriametros, su diferencia de nivel de 5.500 metros i estanseparados por las masas colosales de las montañas de Quito dePasto i de Popayan, por valles i barrancos sin número. Eviden-temente el sonido no se transmitió por el aire; se propagó enla tierra a mucha profundidad. El dia del violento temblor de |339| Nueva Granada en Febrero de 1835 los mismos fenómenos seprodujeron en Popayan, en Bogota, en Santa Marta i en Caracasdonde el ruido duró siete horas enteras sin sacudimientos, co-mo en Haiti en Jamaica i en los bordes del lago de Nicaragua. Aunque no sean acompañados de sacudimiento esos ruidossubterráneos, producen siempre una impresion profunda aunsobre aquellos que han habitado largo tiempo un suelo sujeto afrecuentes temblores; se espera con ansia lo que debe sucedera tamaños rujidos. Tales fueron los bramidos i truenos subterrá-neos de Guanajato, rica i célebre ciudad mejicana situada lejosde todos los volcanes activos. Comenzaron esos ruidos el 9 deEnero de 1784 a media noche i duraron mas de un mes. Yo hehecho una relacion bastante circunstanciada de este notable fe-nómeno segun los documentos que la municipalidad que la ciu-dad puso a mi disposicion i los testimonios de muchos especta-dores. Del 13 al 16 de Enero parecia una tormenta subterrànea;oianse los estampidos secos i breves del rayo alternando conlos largos desenvolvimientos de un trueno lejano. El ruido cesócomo habia principiado, es decir gradualmente. Estaba limita-do a un corto espacio; a algunos miríametros de alli en un terre-no basáltico no se le oia ya. Casi todos los habitantes se sobre-cojieron de espanto; dejaron la ciudad en que se encontrabangrandes cantidades de plata en barras i fué preciso que los masvalerosos volviesen luego despues a disputar esos tesoros a lossalteadores que se habian apoderado de ellos. Durante la per-manencia de este fenómeno no se sintió sacudimiento, ni en lasuperficie ni aun en las minas cercanas, a 500 metros de pro-fundidad. Jamas ántes de entónces habiase escuchado semejan-te ruido en Méjico ni tampoco se ha repetido despues. ¿No sediria que las cavernas se pueden abrir o cerrar súbitamente enlas entrañas de la tierra i dar o rehusar el acceso a las ondassonoras que algunos accidentes han hecho nacer a lo lejos? Por mui terrible que parezca al espectador la erupcion de unvolcan, con todo siempre se circunscribe a mui cortos limites.No sucede asi con los temblores; el ojo distingue con trabajo lasoscilaciones del suelo, i sin embargo sus trastornos cubren mu-chas leguas. En los Alpes sobre las costas de la Suecia, en lasAntillas, el Canada la Turinje i hasta en los pantanos del litoraldel Báltico se han sentido los sacudimientos del temblor que des-truyó a Lisboa el 1 ° de Noviembre de 1755. Lejanos rios cam-biaron de curso; fenómeno ya señalado en la antigüedad por |340| Demetrio de Calacia. Las fuentes termales de Toplitz se secaronde repente, volvieron despues coloreadas por ocres ferrujinosose inundaron la ciudad. En Cadiz las aguas del mar se elevarona 20 metros sobre su nivel ordinario; en las pequeñas Antillas,donde la marea no es mas que de 70 a 74 centimetros, lasaguas subieron negras como tinta a una altura de mas de 7 me-tros. Se calcula que los sacudimientos se hicieron oir sobre unaestension de pais cuatro veces mas grande que la de Europa.Ninguna fuerza destructiva, sin esceptuar nuestra mas mortife-ra invencion, es capaz de hacer perecer tantos hombres a lavez en un espacio de tiempo tan corto: en algunos minutos, talvez en algunos segundos 60.000 hombres perecieron en Siciliael año 1603; 30 o 40.000 en el temblor de Riobamba en 1797.Tal vez cinco veces mas en la Asia menor i en Siria bajo Tibe-rio i Justino el antiguo, por los años 19 i 526. No es raro ver en la cadena de los Andes de la América delSur, prolongarse temblores sin interrupcion durante muchosdias; en cuanto a los que se hacen sentir mas o ménos a ca-da hora, por meses enteros, no hallo ejemplos sino en los lu-gares distantes de todo volcan activo, a saber: en la vertienteoriental del Mont-Cenis, en Finistrela i en Piñerola despues deAbril de 1808; en los Estados Unidos de la América del norteentre New Madrid i Little-Prairie al norte del Cincinato en Di-ciembre de 1811 i durante el invierno entero de 1812; en finen el bajalato de Alepo ácia el mes de Agosto i Setiembre de1822. En jeneral el pueblo tiene mui pocas ideas sobre los fe-nómenos de la naturaleza; los atribuye siempre a causas loca-les i donde quiera se prolongan los sacudimientos, al instanteteme la formacion de un volcan. Es mui raro que el aconteci-miento justifique el temor; tal fué con todo el caso del volcande Jorulo que despues de 82 sacudimientos i de truenos sub-terráneos, surjió de repente en medio del llano hasta la alturade 510 metros el 29 de Setiembre de 1759. Si se pudiesen tener noticias del estado diario de la super-ficie terrestre toda entera, mui luego se convencerian que estasuperficie está siempre ajitada por sacudimientos en algunos desus puntos i que está incesantemente sometida a la reaccionde la masa interior. Al considerar la frecuencia i universalidadde este fenómeno, provocado sin duda por la alta temperatu-ra i por el estado de fusion de las capas inferiores se compren-de como puede ser independiente de la naturaleza del suelo en |341| que se manifiesta. Hasta en los terrenos de aluvion tan move-dizos de la Holanda ácia Medelburgo i Flezinga se han sentidotemblores. Se producen en el granito como en la micaesquitaen el calcario como en la arenisca, en la traquita como la amig-daloida. No es la constitucion quimica de las rocas, es la es-tructura mecánica lo que influye en la propagacion de los sacu-dimientos o en las ondulaciones de estremecimiento. Cuandoestas ondas siguen una costa o cuando se mueven al pie i enla direccion de una cadena de montaña, parecen algunas ve-ces interrumpirse en ciertos lugares, i esto, despues de mu-chos siglos; el estremecimiento no cesa sin embargo, se pro-paga en el interior de la tierra sin hacerse sentir jamas en es-tos puntos de la superficie. Los peruanos dicen de estas capassuperiores en que no se siente estremecimiento, «que ellas for-man un puente.» Como las cadenas de montañas parecen ha-berse lanzado sobre largos desvios de vetas, es probable quelas paredes de estas hendiduras favorezcan la propagacion delas ondas que se mueven en su direccion. Sin embargo las on-das de estremecimiento se propagan algunas veces en una direc-cion perpendicular a la de muchas cadenas paralelas. Asi escomo las vemos atravesar a la vez la cordillera del litoral deVenezuela i la sierra Parima. En Asia los temblores se han pro-pagado (22 de Enero de 1832) de Lahorra i del pie del Himalayaa traves de la cadena del Indo-kho hasta Badascan, hasta elOxus superior i aun hasta Bocara. Sucede tambien que los cir-culos de estremecimiento ganan terreno; basta para ello un so-lo temblor mas violento que los otros. Despues de la destruc-cion de Cumaná (14 de setiembre de 1797) i solo despues de es-ta época la peninsula de Manicuares, situada en frente de lascolinas calcarias del continente, esperimenta en sus capas demica pizarra todos los sacudimientos de la costa meridional. Lossacudimientos que ajitaron casi sin interrupcion de 1811 a 1813,el suelo de los valles del Misisipi del Arcansas i del Ohio ibanganando ácia el norte de una manera palpable. Se diria queobstáculos subterráneos eran sucesivamente derribados; luegoque la marcha es libre el movimiento ondulatorio se propagatodas las veces que se produce. Si a primera vista los temblores parecen producir efectos pu-ramente dinámicos, estudiando los hechos mejor confirmados, sereconoce luego que no se limitan a levantar mas allá de su an-tiguo nivel, paises enteros, como la costa de Chile en Noviembre |342| de 1822 i Ulla-Band en Junio de 1819 despues del temblor deCutch; hacen nacer tambien erupciones de agua caliente [enCatana en 1813], vapores acuosos (en el valle del Misisipi cercade New Madrid en 1512) exhalaciones mefiticas tan perniciosasa los rebaños que nacen sobre los Andes, de barro, de humonegro i aun de Ilamas (en Mesina en 1783, en Cumana en 1797).Durante el temblor que destruyó a Lisboa el 1.° de Noviembrede 1755, vieron salir llamas i una columna de humo cerca de laciudad, de una grieta nuevamente formada en la roca de Alvi-dras; cuanto mas intensas se hacian las detonaciones subterrá-neas mas se espesaba el humo. No hubo erupcion alguna duran-te la catástrofe de Riobamba, a pesar de la vecindad de muchasmontañas volcánicas, pero salia del seno de la tierra gran nú-mero de eminencias cónicas formadas de una materia que los in-dijenas llaman moya; compuesto singular de carbon, de cristalesde aujita i de carapachos silizosos de animales microscópicos (in-fusorios). Una gran cantidad de gas ácido carbónico que salió delas grietas en el temblor de Nueva Granada el 16 de Noviembre de1827 en el valle del Magdalena, asfixió una multitud de serpien-tes de ratones i otros animales que vivian en las cavernas. Enfin violentos sacudimientos han ocasionado en el Perú i en la pro-vincia de Quito cámbios bruscos de temperatura i la invasion sú-bita de las lluvias ántes de la época en que ordinariamente llegabajo los trópicos. No se sabe si pueden atribuirse estos fenóme-nos a los vapores que salieron de las entrañas de la tierra i semezclaron a la atmósfera, o a una perturbacion producida porlos sacudimientos en el estado eléctrico de las capas aereas. Enlas rejiones intertropicales de la América suelen pasarse diezmeses enteros, sin que caiga una gota de agua i los indijenasmiran los temblores que se repiten muchas veces sin perjudicara sus chozas de bambú, como presajios felices de fecundas llu-vias. El orijen comun de los fenómenos que acabamos de describir,está aun rodeado de oscuridad. Sin duda es preciso atribuir ala reaccion de los vapores sometidos a una presion enorme enel interior de la tierra todos los sacudimientos que ajitan su su-perficie desde las mas formidables esplosiones, hasta los mas dé-biles sacudimientos nada peligrosos sentidos durante muchosdias en Scaccia de Sicilia ántes del levantamiento volcánico dela nueva isla de Julia; es evidente que el hogar donde estas fuer-zas nacen i se desarrollan, está situado mas abajo de la costra |343| terrestre; ¿péro a qué profundidad? lo ignoramos, como ignora-mos tambien la naturaleza química de esos vapores tan vio-lentamente comprimidos. Cuando hacia mis observaciones enlos bordes del Vesuvio o en el peñon que se eleva como una tor-re mas arriba del cráter del Pichincha, sentia cesar los sacudi-mientos 20, o 30 segundos ántes de la erupcion de vapores o deescorias escandecentes; cuanto mas tardias eran las esplosio-nes, tanto mas fuertes eran los sacudimientos porque los vapo-res se acumulaban entónces en mayor cantidad. En esta obser-vacion tan simple i tantas veces confirmada por la esperienciade los viajeros se encuentra la esplicacion jeneral del fenóme-no. Los volcanes activos deben considerarse como una válvulade seguridad para los paises vecinos. Si se tapa la abertura delvolcan, si la comunicacion del interior con la atmósfera se en-cuentra interrumpida, el peligro crece i las comarcas limitrofesse ven amenazadas de próximos sacudimientos. Sin embargo losmayores temblores no se producen en jeneral cerca de los vol-canes activos, testigos los que destruyeron a Lisboa, Caracas,Lima, Cachemira i otras ciudades considerables en Calabria, Si-ria i el Asia menor. Si la actividad de los volcanes cuando no encuentra salida,reacciona sobre el suelo i provoca temblores, estos reaccionana la vez sobre los fenómenos volcánicos. Las hendiduras ayu-dan a la formacion de los cráteres de erupcion; ellas favorecenlas reacciones quimicas que el contacto del aire enjendra en es-tos cráteres. Una columna de humo que se veia salir del volcande Pasto en la América del Sur, desapareció de súbito el 4 de Fe-brero de 1797 durante el gran temblor que destrayó a Riobam-ba, 46 miriámetros mas léjos ácia el sur. Temblores que se ha-cian sentir en toda la Siria, en las Cicladas i en Eubea cesaronde repente en el momento mismo en que un torrente de mate-rias igneas surjia de los llanos de Calcis. Al presenciar este he-cho el célebre jeógrafo d’Amasea agrega: Desde que las bo-cas del Etna están abiertas i vomitan fuego, desde que las masasde agua i lava fundida pueden espelerse ácia afuera, el litoralpermanece ménos sujeto a temblores que en el tiempo en queántes de la separacion de la Sicilia i la Italia inferior, todas lassalidas estaban tapadas.» La fuerza volcánica interviene, pues, en los temblores; peroese poder universalmente repartido como el calor central delplaneta, se eleva rara vez i solo en algunos puntos aislados, has- |344| ta producir fenómenos de erupcion. Las masas lidificadas debasalto de piedra melada i grunstein (rocas verdes) que surjendel interior llenan poco a poco las grietas i concluyen por cer-rar las salidas a los vapores. Entónces se acumulan esos vapo-res, su tension aumenta, i la reaccion contra la costra terrestrepuede ejercerse de tres modos diferentes; estremecen el sue-lo, lo levantan bruscamente o hacen variar con lentitud la dife-rencia de nivel entre los continentes i los mares. Esta últimaaccion solo se hace notar a la larga, i solo se ha observado porprimera vez en una considerable estension de la Suecia. Antes de dejar este fenómeno, que hemos considerado ménosen sus detalles que en sus relaciones jenerales con la fisica delglobo debo todavia señalar el orijen de la impresion profunda, delefecto tan particular que un primer temblor produce en noso-tros, aun no siendo acompañado de ruidos subterráneos. Segunmi parecer esa impresion no proviene de las ideas, que seme-jantes catástrofes contadas por la historia despiertan en la ena-jenacion asaltada por el recuerdo. Lo que se apodera de noso-tros es, el perder súbitamente la confianza innata en la estabi-lidad del suelo. Desde nuestra infancia estamos habituados a lamovilidad del agua i a la inmovilidad de la tierra. Los testimo-nios de nuestros sentidos fortalecen nuestra seguridad. Llegaa temblar el suelo i ese momento basta para destruir la espe-riencia de toda la vida. Un poder desconocido se nos revela derepente, la tranquilidad de la naturaleza se convierte en ilusioni nos sentimos arrojados violentamente a un caos de fuerzasdestructoras. Entónces cada ruido, cada soplo de aire excita laatencion; sobre todo se desconfia del suelo que uno pisa, los ani-males principalmente los puercos i los perros sufren igual an-gustia; los cocodrilos del Orinoco ordinariamente tan mudos co-mo nuestros pequeños lagartos, huyen el estremecido lecho delrio i se precipitan rujiendo ácia la selva. Un temblor se presenta al hombre como un peligro indefiniblepero amenazador donde quiera. Puede uno alejarse de un vol-can, evitar un torrente de lava ¿pero cómo huir cuando la tier-ra tiembla? Por todas partes cree uno caminar sobre un hogarde destruccion. Felizmente los resortes de nuestra alma no pue-den permanecer en semejante tension por largo tiempo; por esolos que habitan un pais en que los sacudimientos son débilesaunque continuados en corto tiempo, apenas esperimentan unsentimiento de temor. En las costas del Perú el cielo es siempre |345| sereno; no se conocen alli ni el granizo ni las tormentas ni lasterribles esplociones del rayo; el trueno subterráneo que acom-paña a los sacudimientos del suelo, reemplaza alli al trueno delas nubes. Gracias al largo hábito i a la opinion jeneralmente se-guida de que solo pueden temerse dos o tres sacudimientos de-sastrosos por siglo, puede asegurarse que los temblores no in-quietan mas a Lima que la caida del granizo en la zona templada.