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Alexander von Humboldt: „Noticia acerca de dos tentativas de subida al monte Chimborazo“, in: ders., Sämtliche Schriften digital, herausgegeben von Oliver Lubrich und Thomas Nehrlich, Universität Bern 2021. URL: <https://humboldt.unibe.ch/text/1837-Ueber_zwei_Versuche-14-neu> [abgerufen am 20.04.2024].

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Titel Noticia acerca de dos tentativas de subida al monte Chimborazo
Jahr 1839
Ort Madrid
Nachweis
in: El Correo Nacional 524 (25. Juli 1839), [o. S.]; 527 (28. Juli 1839), [o. S.].
Sprache Spanisch
Typografischer Befund Antiqua; Spaltensatz; Auszeichnung: Kursivierung; Fußnoten mit Ziffern.
Identifikation
Textnummer Druckausgabe: V.66
Dateiname: 1837-Ueber_zwei_Versuche-14-neu
Statistiken
Seitenanzahl: 4
Spaltenanzahl: 16
Zeichenanzahl: 30594

Weitere Fassungen
Ueber zwei Versuche den Chimborazo zu besteigen (Stuttgart; Tübingen, 1837, Deutsch)
Über zwei Versuche den Chimborazo zu besteigen (Berlin, 1836, Deutsch)
On Two Attempts to ascend Chimborazo (Edinburgh, 1837, Englisch)
An account of two attempts to ascend Chimborazo (London, 1837, Englisch)
Mountain Tracks (Birmingham, 1837, Englisch)
[Über zwei Versuche den Chimborazo zu besteigen] (Leipzig, 1837, Deutsch)
An account of two attempts to ascend Chimborazo (New York City, New York, 1838, Englisch)
An account of two attempts to ascend Chimborazo (New York City, New York, 1838, Englisch)
Two attempts to ascend Chimborazo (London, 1838, Englisch)
Két fölmeneteli próba a’ Chimborazóra (Budapest, 1838, Ungarisch)
Ueber zwei Versuche, den Chimborazo zu besteigen (Stuttgart; Tübingen, 1838, Deutsch)
Notice de deux tentatives d’ascension du Chimborazo (Paris, 1838, Französisch)
Notice sur deux tentatives d’Ascension du Chimborazo (Paris, 1838, Französisch)
Noticia acerca de dos tentativas de subida al monte Chimborazo (Madrid, 1839, Spanisch)
Восхожденiе Александра Гумбольдта на Чимборасо [Voschoždenie Aleksandra Gumbolʹdta na Čimboraso] (Sankt Petersburg, 1840, Russisch)
Zwei Versuche, den Chimborazo zu besteigen (Brünn, 1841, Deutsch)
Ueber einen Versuch, den Gipfel des Chimborazo zu ersteigen (Wien, 1854, Deutsch)
Versuch den Gipfel des Chimborazo zu ersteingen (Hildburghausen; New York City, New York, 1855, Deutsch)
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noticia acerca de dos tentativas de subi-da al monte Chimborazo.

POR M. DE HUMBOLDT.

Primer articulo.

Suele ser de poco interés para la ciencia el lle-gar á grandes alturas, cuando estas se hallan situa-das en puntos muy superiores al límite de las nie-ves y no pueden visitarse sino durante un tiempomuy limitado; porque las medidas tomadas con elbarómetro tienen la ventaja de dar muy prontos re-sultados, pero pueden producir errores considera-bles en los mismos resultados en razon á las cor-rientes de aire ascendentes y descendentes que sehallan en los costados de la montaña, y de las va-riaciones de temperatura que las mismas ocasionan;la naturaleza de la roca se oculta á las observacionesjeognósticas por la nieve perpétua que la cubre, puessolo rompen la cubierta algunos picos de rocas ais-ladas que suelen presentar capas descompuestas, yen fin la vida orgánica se halla como desterrada deaquellas elevadas soledades de la superficie del glo-bo, pues apenas se vé perderse en las enrarecidascapas de la atmósfera el condor ó algunos insectos,y aun estos son muchas veces arrebatados á ellaspor corrientes de aire. Mas si los sábios apenas |Spaltenumbruch| conceden un sério interés á los esfuerzos de los quetratan de escalar las cimas mas elevadas, la opiniongeneral toma una parte muy viva en las tentativasde esta especie, porque lo que parece inaccesi-ble, tiene por ese mismo hecho cierto atractivo mis-terioso. El estracto que vamos á dar de la subida deM. de Humboldt al Chimborazo, se halla todaviainédito y destinado al cuarto y último tomo del Viaje á las rejiones equinocciales, y su autor seha decidido á publicarle en el Eco del mundo sá-bio, presentándole como complemento del tra-bajo del mismo género que ha dado á luz en los Anales de quimica y de fisica, el sábio viajeroM. Boussingault, del cual haremos tambien unestracto. El autor empezó su escursion el 22 de junio de1802 en la llanura de Tapia, que se halla á 2890metros (10375 pies españoles) sobre el nivel delOccéano. Esta elevada llanura es parte del fondodel valle comprendido entre dos cadenas de los An-des, la del Cotopaxi y del Tungurahua, volcanesgigantescos al este, y la del Illiniza y del Chimbo-razo al oeste. Subieron por una pendiente bastantesuave hasta el pie de esta última montaña, y pasa-ron la noche en un pueblecito indio llamado Calpí.El camino que recorrieron esta cubierto, aunquebastante escasamente, de tallos de cactus y de schi-nus molle, que se asemeja al sauce lloron, y cor-ren por él numerosos rebaños de llamas de diversoscolores, que buscan un alimento mezquino y pocoabundante, pues á una altura tan considerable, elfuerte calor radiante del terreno durante la nochees muy perjudicial á la agricultura, por el enfria-miento que produce. |Spaltenumbruch| Antes de llegar á Calpí visitaron á Lican, queen el dia es una simple aldea, pero que era unaciudad importante, residencia del príncipe de losPurnay, antes que conquistase el pais el undécimoinca Tupac Inpanguy, cuyo cuerpo vió Garcilasode la Vega perfectamente conservado todavía en1559, en el sepulcro de su familia en Cuzco.Cerca de Calpia, al noroeste de Lican, se eleva enuna llanura árida el Yana-Urcu (Monte negro),pequeña colina aislada, cuyo nombre no anotaronlos académices franceses, y que es muy digna deatencion bajo el aspecto geognóstico. Hállase alsud-sudeste, distante del Chimborazo, menos detres leguas geográficas de quince al grado, puessolo le separa de aquel coloso la elevada llanura deLuisa. Si no se quiere reconocer aquel cono comouna erupcion lateral del Chimborazo, por lo menosno puede dejarse de atribuir su orígen á las fuerzassubterráneas que por espacio de millares de añoshan buscado inútilmente una salida por debajo delgigante. El Yana-Urcu es de orígen mas modernoque el levantamiento de la gran montaña campani-forme, y junto con el Naguanguachi, colina algomas septentrional, constituyen una línea de la for-ma de una herradura, cuyo arco es algo mas abier-to que el de un círculo, y su concavidad mira alOriente. El nombre de Yana-Urcu pertenece propiamenteal punto culminante meridional del antiguo bordedel cráter, que apenas se eleva 130 metros (466pies) sobre la llanura de Calpi, y el estremo sep-tentrional, mas bajo, se llama Naguanguachi. Di-cha masa volcánica recuerda por su forma, aunqueno por la naturaleza de su roca, el Javirac ó el Pane-cillo de Quito, colina un poco mas elevada y situada |Spaltenumbruch| al pie del volcan Pichincha, en la llanura de Tu-rubamba, la cual en la carta de Lacondamine ó masbien de Morainville, se representa equivocadamen-te como un cono perfecto. Segun la tradicion delos indios, y con arreglo á varios manuscritos queposeia el cacique ó Apu de Lican, descendiente delprimer príncipe ó conchocando del pais, la últimaerupcion volcánica del Yana Urcu ocurrió pocotiempo despues de la muerte del inca Tupac-Yu-pangui, y por consiguiente á mediados del siglo xv. La tradicion refiere que cayó del cielo un globo defuego, ó segun otros una estrella, que incendió lamontaña, siendo de observar que estos mytos queenlazan incendios de la tierra con caidas de aeroli-tos son igualmente comunes entre las tribus indíge-nas de Méjico. La roca del Yana-Urcu es una masa de escoriaporosa de un pardo oscuro, y á veces enteramentenegra, que se confunde fácilmente con el basaltoporoso, faltando en ella enteramente la olivina; loscristales blancos que se hallan son generalmentepequeños, y tiene acá y allá inconstadas algunas pi-ritas. Todo esto corresponde al pórfido piroxénico ne-gro, del mismo modo que toda la formacion del Chim-borazo, de que hablaremos despues, y no se le pue-de llamar traquita, porque no contiene absoluta-mente feldespato, como las traquitas de las sietemontañas, que se hallan cerca de Bonn. Las masasporosas, relucientes y escoriformes del Yana-Urcu,alteradas por un fuego muy activo, son estrema-mente ligeras; pero el volcan no ha lanzado verda-dera piedra pomez; la erupcion se ha verificado altraves de una masa de dolerita, de capas irregula-res, que compone la meseta y es semejante á la ro-ca de Penipe al pie del volcan de Tungarahua en |Seitenumbruch| |Spaltenumbruch| que ha atravesado simultáneamente la sienita y unmicasquisto granatífero. En la falda oriental del Yana-Urcu, ó mas bienal pie de la colina, por la parte de Lican, los in-dios condugeron á los viageros á una roca salienteque presenta una abertura semejante á la entradade una galeria hundida. Oyese en ella á la distanciade mas de diez pasos un ruido subterráneo muyfuerte, acompañado de una corriente de aire que sa-le de debajo de tierra, pero que es demasiado débilpara que pueda atribuirse á ella un ruido tan estra-ño; lo mas probable es que el ruido provenga deun arroyo subterráneo que se precipita en algunacabidad profunda, y al caer produce la corriente deaire. Un fraile, cura de Calpi, fundado en esta su-posicion, empezó hace mucho tiempo á construiruna galería, con el fin de proporcionar agua á suparroquia, mas la dureza de la roca negra piroxé-nica le obligó sin duda á que abandonase los traba-jos. El Chimborazo á pesar de la masa enorme denieve que en él se reune, envia á la llanura arro-yos tan insignificantes que se puede suponer, casicon certeza, que la mayor parte de sus aguas caeen simas interiores. En el pueblo de Calpi se oiaen otro tiempo un gran ruido debajo de una casaque no tenia cueva, y antes del famoso terremotode 4 de febrero de 1797 salió de repente un arroyodel punto mas bajo que se halla al sud-oeste delpueblo, el cual se creyó que fuese parte del aguaque corre por debajo del Yana Urcu. Dicho arroyodesapareció por efecto del referido terremoto. Laelevacion de Calpi, segun la medida barométrica denuestros viajeros, es de 3158 metros (11337pies). El 23 por la mañana emprendieron su ascension |Spaltenumbruch| al Chimborazo, y trataron de subir por la parte desud-este, tanto porque les pareció la mas convenien-te, como porque los indios que debian servirles deguias, pero de los cuales muy pocos habian llegadoantes al límite de las nieves perpetuas, daban tam-bien la preferencia á dicho camino. M. de Hum-boldt y sus compañeros reconocieron que el Chim-borazo está rodeado de grandes llanuras, dispues-tas por escalones unas sobre otras. Primero atra-vesaron los llanos de Luisa, hallaron despues unasubida, poco escarpada, y que podria tener de lar-go 1625 metros (5833 pies), y entraron en el lla-no de Sisgun, que consta de dos picos, el prime-ro que se halla á 3313 metros (11893 pies), y elsegundo á 3800 metros (13642 pies) de elevacionsobre el mar. Estas llanuras, cubiertas de cesped,vienen, pues, á ser tan altas, la primera como elpico Nethou, que es la cima mas elevada de los Pi-rineos, y la segunda como el volcan de Tenerife, ysu perfecta horizontalidad da motivo para suponerque han estado por mucho tiempo cubiertas poraguas tranquilas, y que han podido formar el fon-do de un lago. En las laderas de los Alpes suizosse observa este mismo fenómeno de llanuras peque-ñas dispuestas por pisos unos sobre otros, las cualesparecen lagos alpinos desecados, y comunican en-tre sí por aberturas bastante estrechas. Unos prados inmensos que alli llaman los pajo-nales ofrecen sobre el Chimborazo, de la mismamenera que sobre las demas cimas de los Andes,una superficie tan uniforme, que la familia de lasgramineas, que en aquellos parages se componeprincipalmente de especies de los géneros Paspa-lum, Andropagon, Bromus, Dejeuxia y Stipa, rara vez se halla mezclada con plantas dicotiledo- |Spaltenumbruch| nes, y su naturaleza es casi la misma que la de los steppes, que se encuentran en los parages mas ári-dos del Asia septentrional. La flora del Chimbora-zo, parece en general menos rica que la de las otrasmontañas que rodean la ciudad de Quito; un cortonúmero de calceolarias, compuestas, y gencianas,entre las cuales brilla la hermosura gentiana cer-nua, con flores de un encarnado purpúreo, son lasúnicas que crecen en la elevada llanura de Sisgun,entre las gramineas, que se agrupan como plantas sociales. Estas pertenecen la mayor parte á los gé-neros de la Europa septentrional. La temperatura aerea que domina ordinariamen-te en aquella region, á una altura de 5847 metros(20990 pies), varía de dia entre 4 y 16 gradoscentígrados, y de noche entre cero y 10 grados; latemperatura media de todo el año, á la altura de3508 metros (12593 pies), segun las observacio-nes hechas en las inmediaciones del Ecuador, pare-ce que es de 9 grados. En las llanuras de la zonatemplada, esta temperatura es la de la Alemaniaseptentrional, por ejemplo, la de Luneburgo, á los53° de latitud; pero la reparticion del calor en losdiferentes meses, que es la que presenta el carác-ter mas importante para determinar la fisonomía dela vegetacion de un distrito, es tan desigual en lazona templada, que el calor medio de febrero es de1, 8° y el de julio 18°. M. de Humboldt pensaba hacer una operaciontrigonométrica en la hermosa llanura de Sisgun, yya se habia preparado para medir en ella una base;los ángulos de altura hubieran sido bastante consi-derables, pues estaba ya tan cerca de la cumbre delChimborazo, y solo habia que determinar una ele-vacion vertical de menos de 2748 metros (9865 |Spaltenumbruch| pies), que es la altura del Canigou en los Pirineos.La masa de cada montaña de la cadena de los An-des es tan considerable, que toda determinacion dealtura sobre el nivel del mar se compone necesa-riamente de una medida barométrica y otra trigono-métrica; mas en este caso no sirvieron de nada áM. de Humboldt el sestante y los demas instrumen-tos, porque la cima del Chimborazo quedaba ocultaentre una espesa niebla. De la llanura alta de Sisgun se sube bastantebruscamente á la laguna de Yanacoche, lago peque-ño que ni aun merece el nombre de tal, pues no esmas que un estanque circular, que podrá tener 42metros (150 pies), de diámetro. El cielo se oscu-recia cada vez mas, y entre las capas de niebla yencima de ellas se veian esparcidos algunos gruposde nubes aisladas; sin embargo, la cima del Chim-borazo se presentó á la vista por algunos minutos.Como la noche anterior habia caido mucha nieve,nuestros viageros echaron pie á tierra en aquel lí-mite, que no debe confundirse con el de las nievesperpetuas. El barómetro les indicaba que habia lle-gado á la altura de 4288 metros (15393 pies) so-bre otras montañas; por consiguiente nada tenia departicular que hubiese nieve, pues ya en otros pa-sages cerca del ecuador habian visto nevar hastalos 3638 metros (13060 pies), pero nunca masabajo. Los indios que les acompañaban no bajaronde sus mulas hasta el limite de las nieves perpetuas,es decir, hasta la altura del monte Blanco, cuya ci-ma, si se encontrase á aquella latitud de 1° 27″apenas permaneceria constantemente cubierta denieve. A dicha altura dejaron hasta la vuelta suscaballos y mulas. |Seitenumbruch| |Spaltenumbruch|

noticia acerca de dos tentativas de su-bida al monte Chimborazo.

POR M. DE HUMBOLDT.

Segundo articulo (1).

A 150 toesas mas arriba de la laguna de Yana-coche se percibe al fin la roca desnuda. Hastaeste punto la alfombra de cesped habia ocultado elsuelo á las investigaciones geognósticas, mas aquise presentaban grandes murallas de roca en la di-reccion del nordeste el sudoeste, partidas de trechoen trecho y formando como toscas columnas, de unamasa pirroxénica negruzca y brillante. Estas colum-nas que atraviesan la cubierta de nieve perpetuaeran bastante delgadas y tendrian de altura comode 16 á 20 metros (de 58 á 70 pies), poco mas ómenos como las columnas traquíticas de Tabla-Umasobre el volcan de Pichincha. Estas paredes escar-padas conducen por entre la region de las nieves áuna arista estrecha que sube hácia la cima, y queforma una cresta de rocas, único punto por dondese puede avanzar; dicha arista es de una roca muydescompuesta y quebradiza, y muchas veces celu-losa como una amigdaloide basáltica. Como el sendero iba siendo cada vez mas estre-cho y empinado, todos los nidos escepto uno solo,abandonaron á los viageros, á la altura de 4068metros (14604 pies), sin que pudiesen detenerlos niruegos ni amenazas, pues pretestaban que sufrianmucho mas que los otros viageros, y aun de estosno quedaron mas que cuatro, á saber, M. Bomplan,el hijo menor del marqués de Selva-alegre D. Cár-los Montufar que despues fue fusilado por órdendel general Morillo, un mestizo de un pueblecitoinmediato llamado San Juan, y M. de Humboldt. Afuerza de trabajo y paciencia consiguieron llegarmas arriba de lo que habian creido posible, puesademas de todos los otros obstáculos se hallabanrodeados de niebla. La arista de la roca, llamada |Spaltenumbruch| en español cuchilla con mucha propiedad, no teniaá veces mas que de 21 á 27 centímetros (de 9 pulgadas á un pie) de ancho; á la izquierda se formabauna especie de rampa cubierta de nieve helada pre-sentando una superficie lisa y reluciente con unainclinacion de 30 grados, y á la derecha se veiaun precipicio de 325 metros (1166 pies) de profun-didad, del cual se elevaban verticalmente algu-nas masas de rocas que no estaban cubiertas denieve. A pesar de todo, los viageros se inclinabaná este lado, pues la rampa de la izquierza no pre-sentaba la probabilidad de poderse agarrar á ningu-na punta de roca, y la capa de hielo que la cubriano era bastante fuerte para evitar el sumergirseen la nieve, pues solo corrian por encima de susuperficie algunos pedacillos ligeros de dolerita po-rosa, y dicha superficie era tan dilatada que laspiedras se perdian de vista antes de detenerse. Elno haber nieve en la arista ni en las rocas situadasá la derecha, no tanto debe atribuirse á lo escarpa-do de las masas y al efecto de los vientos, como álas muchas hendiduras que hay por alli y exhalanaire caliente de las capas profundas de lo interiorde la tierra. La marcha iba siendo cada vez mas dificil, por-que la roca se iba haciendo sumamente quebradi-za, y muchas veces era menester aplicar manos ypies á la especie de elevados escalones que presen-taba la arista, lo cual sucede con frecuencia tam-bien en las subidas de los Alpes. La poca cohesion de las partículas de la roca enla superficie de la arista exigia un aumento de pru-dencia, pues varias masas que se podia suponerque estuviesen sólidamente fijadas en la roca sehallaban separadas de ella y únicamente cubiertasde arena. Nuestros viajeros caminaban en fila, y contanta mas lentitud, cuanto que tenian que probarlos parajes que parecian poco seguros. Por fortuna,la tentativa de llegar á la cima del Chimborazo erala última de sus viages por las montañas de laAmérica meridional, y la esperiencia que habianadquirido podia guiarles y darles alguna confianzaen sus fuerzas. Es un carácter particular de todaslas escursiones en la cadena de los Andes, que enpasando de la línea de las nieves perpetuas, losblancos se encuentran constantemente sin guias y |Spaltenumbruch| por consiguiente sin conocimiento de las localida-des y en la posicion mas peligrosa. Las mas veces no percibian la cima del Chim-borazo, y esto escitaba la curiosidad que sentiande saber cuánto les quedaba que subir. Abrieron elbarómetro de Cubeta en un sitio en que la anchurade la arista permitia estar de pie á dos personas, unaal lado de otra, y encontraron que se hallaban á5620 metros (20175 pies) es decir, 65 metrosmas arriba del punto á que habian llegado tres me-ses antes, escalando una arista semejante de Anti-sana. En la determinacion de las alturas cuando se su-be á las montañas sucede como en la del calor enmedio de los ardores del verano, que parece siem-pre que el termómetro no está tan alto, ni el baró-metro tan bajo como se habia creido. Como el aireá pesar de la grande elevacion estaba muy saturadode humedad, el termómetro se sostenia á 2,8° sobreel punto de congelacion. Un poco antes habian po-dido los viageros enterrar el instrumento á 81 mi-límetros (unas tres y media pulgadas) de profundi-dad en un sitio algo mas seco, y se habia manteni-do á 5,8° sobre cero. El resultado de estas obser-vaciones, hechas á unos 5575 metros de altura(20014 pies) es muy notable, pues 780 metrosmas abajo (2800 pies) en el límite de las nievesperpétuas, el calor medio de la atmósfera, segunlas observaciones hechas por M. Humboldt y M.Boussingault, no es mas que de 1, 6.° sobre cero.La temperatura de la tierra á 5, 8.°, debe, pues,atribuirse al calor interior de la montaña de Dole-vita, y no precisamente al de su masa total, sinoal que comunican á ciertos puntos las corrientes deaire que salen de las capas inferiores de la costrasólida del globo. Despues de haber trepado con mucha precaucionpor espacio de una hora, la arista se hizo menospendiente, pero por desgracia la niebla permaneciatan espesa como antes. Todos los viajeros empeza-ron á ponerse malos, y á las náuseas acompañabanvértigos aun mas penosos que la dificultad de res-pirar. El mestizo de San Juan, que solo por bon-dad, y no por motivo alguno interesado, no habiaquerido abandonar á los viajeros, y era un aldeanopobre pero muy robusto, sufria mas que ninguno |Spaltenumbruch| de los otros, arrojando sangre por las encías y loslabios. La vena conjuntiva estaba en todos, sin es-cepcion, llena de sangre, mas no les inquietabaesto, como tampoco la estravasacion de sangre enlos ojos y la erupcion sanguínea de las encías y la-bios, pues habian ya conocido un gran número deejemplos de ella, y en Europa misma M. Zums-tein empezó á echar sangre en el monte Rosa, áuna altura mucho menos considerable. En la épocaen que se conquistó la region equinocial de Améri-ca, los guerreros españoles no subieron nunca masallá del límite inferior de las nieves perpetuas, ysin embargo, Acosta en su Historia nutural delas Indias, especie de Geografia fisica que puedemirarse como una de las obras maestras del si-glo XVI, habla muy circunstanciadamente del malestar, y de los calambres en el estómago, como desíntomas dolorosos del mal de las montañas, quedice se puede comparar con el mareo. M. de Hum-boldt refiere que una vez junto al volcan de Pi-chincha, sufrió, sin ninguna salida de sangre, undolor de estómago tan violento acompañado de vér-tigos, que sus compañeros le encontraron tendidoen tierra sin conocimiento, á poco de haberse sepa-rado de ellos, en un pedazo de roca sobre la que-bradura de Verdecuchu, adonde habia ido con elobjeto de hacer algunos esperimentos electromagné-ticos en un punto completamente libre, y la altu-ra á que se hallaba no era muy elevada, pues nopasaba de 4483 metros (16093 pies). Cuando su-bió al Antisana D. Carlos Montufar, arrojó tam-bien bastante sangre de las encias: mas todos estosfenómenos varían mucho segun la edad de los indi-viduos, su constitucion, la finura de su piel, y losesfuerzos musculares que se hayan hecho anterior-mente. Segun las observaciones de M. de Hum-boldt, se manifiestan en los Andes, en los hom-bres blancos, cuando el barómetro se halla entre378 y 430 milímetros (entre 16 y 19 pulgadas).Se sabe que la valuacion de las alturas á que supo-nen haber subido los aeronautas, merece por lo co-mun poco crédito; y si M. Gay-Lussac, observa-dor fidedigno y sumamente exacto, subió el 16 desetiembre de 1804 á la prodigiosa altura de 7016metros (25187 pies) sin arrojar sangre, acaso debe-rá atribuirse á la falta de movimientos musculares
(1) Véase nuestro numero de 25 del actual.
|Seitenumbruch| |Spaltenumbruch| En el estado actual del eudiómetro, el aire pare-ce que es tan rico en oxígeno en las regiones eleva-das como en las inferiores; pero como la presion enel barómetro en aquel aire enrarecido es la mitadde la que ordinariamente se observa en las llanuras,resulta que en cada aspiracion la sangre recibe unacantidad menor de oxígeno, y de aqui la sensaciongeneral de debilidad. No es esta la ocasion de in-vestigar por qué esta astenia escita en las montañasel malestar y las náuseas, ni tampoco de demostrarque la erupcion de sangre por los labios, las encíasy los ojos, que no esperimentan indistintamente to-dos los individuos á tan grandes alturas, no puedeesplicarse satisfactoriamente por la falta progresivade un contrapeso mecánico que comprima el siste-ma vascular; pero sí diremos que convendria mu-cho examinar mas estos fenómenos y estudiar el in-flujo que la presion menor del aire ejerce en el can-sancio que se siente cuando las piernas se muevenen una region en que la atmósfera se halla muy en-rarecida, puesto que, segun el descubrimiento dedos ingeniosos sabios, los señores Guillermo yEduardo Weber, la pierna unida al cuerpo está sos-tenida cuando se mueve únicamente por la presiondel aire atmosférico. Las capas de niebla que impedian ver los obje-tos lejanos se separaron repentinamente á pesar dela completa calma de la atmósfera, acaso por efectode un cambio de tension eléctrica. Los viageros re-conocieron de nuevo y muy cerca de sí, la cimadel Chimborazo en forma de cúpula ó media na-ranja, y la esperanza de llegar á aquel punto, ob-jeto de todos sus deseos, reanimó sus fuerzas. Laarista de peña que empezaba á cubrirse algo de nie-ve, se ensanchaba un poco y empezaban á caminarpor ella con alguna mayor seguridad, cuando derepente un barranco de unos 20 metros de ancho(72 pies) y 130 á lo menos (467 pies) de profun-didad, opuso á su empresa un obstáculo insupera-ble. Al otro lado del abismo vieron que continuabala arista en la misma direccion, aunque no es pro-bable que llegase hasta la cima, pero como quieraque sea, no habia medio de poder salvar el bar-ranco. En el Antisana, habia podido M. Bomplandespues de una noche muy fria atravesar un espa-cio considerable sobre la nieve que le habia soste- |Spaltenumbruch| nido, pero aquí no era posible arriesgarse á unatentativa semejante, en razon de la poca solidezde las masas de nieve, y la forma del abismo im-pedia que se pudiera bajar á él. A la una del diacolocaron el barómetro con grandes precaucionesy marcaba 0, 3771 metros (16 pulgadas y 3 lineas).La temperatura del aire era de 1, 6 grados sobrecero, pero despues de una permanencia de muchosaños en los paises mas cálidos de la zona tórrida,aquel frio les pareció glacial á lo que contribuianno poco el que llevaban las botas penetradas por elagua de nieve que no dejaba de haber mezclada conla arena que cubria la arista por donde caminaban.Segun la fórmula barométrica de Laplace habianllegado á una altura de 5878, 617 metros (21104pies.) Si la determinacion de la altura del Chimbo-razo, tal como se hallaba marcada en una piedraque se conserva en Quito en la iglesia que fué delos jesuitas, es exacta, faltaban todavia hasta lacúspide 377 metros (1353 pies) en línea vertical ósea tres veces la altura de la basílica de San Pedroen Roma. Lacondamine y Bouguer dicen espresa-mente que en el Chimborazo no llegaron á mas al-tura que la de 4677,68 metros (16793 pies), peroen el corazon, uno de los montes nevados maspintorescos de los alrededores de Quito, se alabande haber visto bajar el barómetro á 0, 4285 me-tros (18 pulgadas y 5 lineas) y añaden: “Nadieha visto el barómetro tan bajo, y probablementenadie ha subido á una altura tan elevada. En el punto del Chimborazo á que habian lle-gado M. de Humboldt y sus compañeros, la presiondel aire era bastante menor, y tambien era menorque la que obervó en 1818, es decir, 16 años des-pues, el capitan Gerard, en el punto mas alto á quellegó del Tahirgang, en los montes Himalayas.M. de Humboldt dice que en Inglaterra estuvo es-puesto por espacio de una hora dentro de una cam-pana de buzo, á una presion atmosférica de 1, 218metros (4 pies 4 pulgadas y 6 líneas.) Se vé, pues,que la flexibilidad de la organizacion humana sufreuna diferencia de 0, 84 metros (3 pies y 2 líneas)en las presiones barométricas. ¿Podrá inferirse deaqui que la constitucion física del hombre iria alte-rándose gradualmente, si obrando sobre el sistemadel mundo causas muy enérgicas, hiciesen perma- |Spaltenumbruch| nente uno de estos estremos de condensacion ó derarefaccion del aire? Los viageros permanecieron poco tiempo enaquel triste desierto, donde se vieron de nuevocompletamente rodeados por una espesa niebla. Elaire húmedo permanecia inmóvil; no se distinguiadireccion alguna determinada en los grupos de va-pores condensados que flotaban por el aire, y porconsiguiente no pudieron observar si á dicha alturael viento poniente soplaba en direccion contraria almonzon. No distinguian la cima del Chimborazo,ni las montañas nevadas de los alrededores, y mu-cho menos la meseta de Quito; en fin, el aisla-miento de los viageros no hubiera podido ser mascompleto en un globo aerostático. Solo algunos lí-quenes se habian presentado á su vista mas allá dellímite de las nieves perpetuas, siendo los últi-mos vegetales criptógamos que encontraron el Lecidea atrovirens (Lichen geographicus, Web.)y una nueva especie de Girófora (Gyrophorarugosa), que se hallaban á unos 5457 metros(19590 pies) de altura. El último musgo (Grim-mia longirostris) crecia 780 metros (2800 pies)mas abajo. M. Bompland cogió una mariposa de lafamilia de las esfinges á 4872 metros (17490 pies),y 530 metros (1903 pies) mas arriba percibieronuna mosca; pero hay un hecho que prueba que di-chos animales no viven alli, sino que son arrebata-dos á las regiones mas elevadas de la atmósferacontra su voluntad, por las corrientes de aire quesuben de las llanuras. Cuando M. Boussingault su-bió á la Silla de Caracas para repetir la medida queM. de Humboldt habia tomado de aquella monta-ña, vió hácia la parte de Mediodia y á 2598 metros(9326 pies) de altura algunos cuerpecillos blan-quizcos que atravesaban de cuando en cuando la at-mósfera, y al pronto creyó que eran pajarillos cu-yas plumas blancas reflejaban la luz del sol. Dichoscuerpos subian del valle de Caracas con una granvelocidad, pasaban de la cima de la Silla y se diri-gian hácia el nordeste, por cuyo lado llegaban pro-bablemente al mar. Algunos de ellos cayeron enla falda meridional de la Silla, y vió el viagero queeran pedazos de paja que brillaban al resplandor delsol; M. Boussingault recogió algunos, y envió va-rios á Paris que todavia tenian parte de la espiga, |Spaltenumbruch| con una carta á M. de Humboldt. M. Kunk, amigoy colaborador de este último, reconoció al momen-to que pertenecian al Wilfa tenacissima, gramineaque crece en el valle de Caracas, y que ha descritoaquel sábio botánico en la obra que ha publicadocon M. de Humboldt bajo el título de: Nova gene-ra et species plantarum Americœ œquinoctialis. Es de notar que nuestros viageros no encontraronen el Chimborazo ningun condor, ave que es tancomun en el Antisana y el Pichincha, y que á lavista del hombre muestra un gran atrevimiento. Estodebe consistir, sin duda, en que el condor busca unaire puro y un cielo sereno, á fin de reconocer fá-cilmente y desde una grande altura la presa ó elcadáver que le ha de servir de pasto, pues prefierelos animales muertos. Como el tiempo se iba poniendo cada vez peor,y la niebla iba en aumento, bajaron los viajerospor la misma arista que habian subido, pero conmayores precauciones todavia que al subir, y sindetenerse mas que el tiempo absolutamente nece-sario para recojer algunos egemplares de las rocas,pues ya conocian que cuando volviesen á Europahabian de ser muchos los que les pidiesen algunfragmento de la cima del Chimborazo. En aquellaépoca ni una sola roca se conocia por su denomina-cion mineralógica en la América meridional, y sedaba el nombre de granito indistintamente á lasrocas de todas las cimas elevadas de los Andes. Cuando se hallaban á unos 5652 metros (20290pies) de elevacion empezó á granizar con fuerza,siendo los granos de un blanco como de leche, opa-cos y formados por capas concéntricas; algunos pa-recia que se habian aplanado mucho por un rápidomovimiento de rotacion. El granizo se convirtió ennieve unos 20 minutos antes de llegar al límite in-ferior de las nieves eternas, y los copos eran tangruesos que en muy pocos momentos se cubrió laarista por donde bajaban con una capa de algunaspulgadas, de manera que si la nevada les hubiesecogido mas arriba, hubieran corrido grandes ries-gos. En fin, á las dos y algunos minutos llegaronal sitio donde habian dejado las mulas y caballos,y donde les esperaban los indios con suma in-quietud.