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Alexander von Humboldt: „Estracto del prólogo del Señor Humboldt que precede á la Memoria de Dove“, in: ders., Sämtliche Schriften digital, herausgegeben von Oliver Lubrich und Thomas Nehrlich, Universität Bern 2021. URL: <https://humboldt.unibe.ch/text/1830-xxx_Vorwort-3-neu> [abgerufen am 20.04.2024].

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https://humboldt.unibe.ch/text/1830-xxx_Vorwort-3-neu
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Titel Estracto del prólogo del Señor Humboldt que precede á la Memoria de Dove
Jahr 1831
Ort Havanna
Nachweis
in: Revista Bimestre Cubana 2:4 (November–Dezember 1831), S. 102–107.
Sprache Spanisch
Typografischer Befund Antiqua; Auszeichnung: Kursivierung; Fußnoten mit Asterisken; Formelsatz; Besonderes: Handschriftliches.
Identifikation
Textnummer Druckausgabe: V.9
Dateiname: 1830-xxx_Vorwort-3-neu
Statistiken
Seitenanzahl: 6
Zeichenanzahl: 8892

Weitere Fassungen
[Vorwort] (Berlin, 1830, Deutsch)
Correspondirende Beobachtungen über die regelmäßigen stündlichen Veränderungen und über die Perturbationen der magnetischen Abweichung im mittleren und östlichen Europa; gesammelt und verglichen von H. W. Dove, mit einem Vorwort von Alexander von Humboldt (Leipzig, 1830, Deutsch)
Estracto del prólogo del Señor Humboldt que precede á la Memoria de Dove (Havanna, 1831, Spanisch)
|102|

Estracto del prólogo del Señor Humboldt que pre-cede á la Memoria de Dove.

Los fenómenos del Magnetismo terrestre conside-rados bajo tres puntos de vista, á saber: bajo la re-lacion recíproca de su inclinacion, declinacion é in-tensidad, la de su alteracion, ó lento desarrollo enel mismo lugar durante un período, y finalmente lade su simultaneidad en parages muy distantes, hansido de muchos años acá el obgeto de mis constan-tes observaciones. A mi regreso de Mégico y delPerú, como me hallaba en las Costas del Pacífico, |103| traté de determinar la variacion horaria del iman pormedio de una brújula de 12 pulgadas de largo, col-gada de un hilo de seda, y provista con sus compe-tentes anteojos; y habiendo llegado á Berlin, comodesease continuar en semejantes investigaciones, dis-puse con el mayor esmero un aparato para el mis-mo propósito, en el que observé en consorcio del Sr.Profesor Oltmanns en los años de 1806 y 1807. Alintento nos valimos del anteojo magnético de Prony que da con seguridad ángulos de 7 á 8 segundos:observando principalmente en los solsticios y equinoc-cios, de dia y de noche sin interrupcion, lo mas de½ en ½ hora, durante 4 á 5 dias consecutivos obtu-vimos 1500 resultados sobre las alteraciones de lavariacion horaria; término medio de unas 6000 ob-servaciones, en las cuales eran harto visibles los ves-tigios de un período nocturno, el influjo de la auro-ra boreal en la variacion é intensidad magnética ynotables perturbaciones (tempestad magnética) cuan-do el sol estaba bajo el horizonte, sin poder ya con-trarrestar la tension electromagnética de la superficiede la tierra. Desde esa época habia yo manifesta-do el mas vivo deseo de ver establecidos aparatos se-mejantes al E. y E. de Berlin, á fin de poder dis-tinguir los grandes fenómenos terrestres de las per-turbaciones producidas en lo interior del globo, de-sigualmente calentado en la atmósfera productora denubes; pero mi viage á Paris y los trastornos polí-ticos de la Europa Occidental no me permitiéron rea-lizar por entónces este propósito. Despues de una larga interrupcion se continuóen Francia el trabajo principiado por Cassini conun aparato mucho mas completo, (el de Gambay)bajo un plan enteramente nuevo, muy mas compren-sivo, y con una exactitud que no se habia logradohasta allí. Con Arago principió una época brillan-te para la investigacion del Magnetismo terrestre.Las observaciones hechas regularmente en el Obser- |104| vatorio de Paris, á horas señaladas acerca de lasvariaciones diarias de la declinacion, abrazan un pe-ríodo de años mucho mayor que el que jamas seha consagrado á este ramo de Física dinámica. Laluz que inesperadamente esparciéron los descubri-mientos de Oersted, Arago, Ampére y Seebeck sobreel íntimo enlace de la electricidad y el magnetismo,despertó, despues de un largo sueño, un interes uni-versal por el cambio periódico producido por la car-ga y descarga electro-magnética de la tierra. Ara-go demostró que las auroras boreales interrumpianel curso ordinario de la aguja, aún en puntos don-de no eran visibles. Observaciones simultáneas en-tabladas sin conocimiento de los observadores enParis y Kasan, enseñaron hasta donde alcanzabala accion de estas perturbaciones, haciendo presu-mir mas que todo cuánto se ganaría con estable-cer observaciones correspondientes. Al regresar de Francia á Berlin despues de unaausencia de 18 años, me ocupé desde luego no tansolamente en continuar el trabajo principiado en 1806,sino tambien en aprovechar las relaciones con queme brindaba mi posicion, para establecer dentro yfuera de Europa un curso reglado de observacio-nes correspondientes sobre el Magnetismo terrestre.Uniformidad así en los aparatos como en los méto-dos, discreta eleccion de los lugares de observacion,constante trato y comunicacion entre los observado-res egercitados y seguridad en cuanto á la parte queen los trabajos tomarian las corporaciones sabias,eran otros tantos requisitos indispensables para lapermanencia del Instituto fundado por mí y mis ami-gos colaboradores. Casi podemos ya decir que nues-tra línea de estaciones magnéticas se estiende desdela América meridional, cruzando transversalmente porEuropa, hasta la Capital de la China. A instanciamia observa Boussíngault con un instrumento de Gam-bay en la region tropical de Colombia, donde la de- |105| clinacion es oriental.* El otoño de 1828 hice cons-truir una casa magnética en Berlin en el jardin delRegidor Mendelsohn-Bartholdy, sin emplear el hier-ro absolutamente para las clavazones y cerraduras,que todas se hicieron de laton. En Freiberg, enlas minas de Sajonia, se observa en la llamada de Matusalem, á la profundidad de 35 toesas. El via-ge al Asia setentrional que emprendí el año pasadode 1829 por órden del Emperador de Rusia, meproporcionó mil oportunidades de dar mayor ensan-che al proyecto. A propuesta mia, mandó la Aca-demia Imperial de Ciencias de S. Petersburgo levan-tar una Casa magnética para uso del distinguido Pro-fesor Kupffer. Asímismo se han plantificado semejan-tes establecimientos en Kasan y en Nicolajew; y por loque respecta á Moscou, Irkutzk y Sitka posesiones ru-sas) en las costas nor-occidentales de América, don-de observa el Baron Wrangel, ya estan encargadoslos instrumentos. El astrónomo Fuss el menor, queacompaña la mision de monges griegos á Pekin, sehalla surtido de una escelente aguja de declinacionde Gambay.— “Nuestra línea de estaciones,” segunacaba de escribirme el citado profesor Kupffer,cuya incansable actividad quizás deberémos muy pres-to el conocimiento de la configuracion y progresionde la línea sin variacion) “se estiende ya hasta Arcán-gel, donde, por órden del Ministro de Marina, de-ben determinarse, en la demarcacion del mar Blanco, la variacion absoluta y la horaria, asi como la inten-sidad de la fuerza magnética por un observador muyinstruido. Pero aún no paran aquí los esfuerzos quese han hecho por parte de los cuerpos científicos enobsequio de las observaciones correspondientes. LaAcademia de Ciencias de Paris, en Sesion de 28de Junio de 1830, con motivo de mi Memoria so-
* Véase el estracto de mi disertacion académica: sobre los me-dios de facilitar la investigacion de algunos fenómenos del Magnetis-mo terrestre, en los Anales de Poggendorff, año de 1829.-Pág. 3 y 331.
|106| bre las determinaciones de inclinacion en las mon-tañas del Ural, Altai y el mar Carpio, se sirvió nom-brar una Comision compuesta de los Srs. Gay-Lussac,Arago y Dulong, para discurrir medios de dar masdesarrollo á mi empresa.
En los Estados-Unidos de América, donde el go-bierno aprovecha la estraordinaria estension de ter-ritorio, por un plan tan bien entendido, para la ave-riguacion de los fenómenos meteorológicos; en el he-misferio meridional, en la Nueva-Holanda, en el Ca-bo de Buena-Esperanza, en Chile y en las encum-bradas cordilleras de los Andes; en Quito, Potosí,y Mégico; serian muy de desear estaciones perma-nentes. Con los progresos que se han hecho en lacultura de las ciencias y la activa comunicacion ytráfico de las naciones entre sí, se facilita mucho(cuando se quiere trabajar de veras) la formacion desemejantes establecimientos; sobre todo si nos con-vencémos mas y mas que los grandes fenómenos ter-restres no pueden ser notados sino muy parcialmen-te por los viageros; quedando reservado tan solo álos observatorios físicos permanentes el escudriñar-los completamente por medio de observaciones con-secutivas. Al terminar esta introduccion histórica, debo tam-bien advertir que el digno Editor de los “Anales deFísica y Química” el Profesor Poggendorff, se ha en-cargado de hacer imprimir cuantas observaciones cor-respondientes se dirijan á Berlin, donde se ha situa-do el establecimiento central. Las épocas del añohasta ahora convenidas son:
    • 20 y 21 de Marzo.
    • 4 y 5 de Mayo.
    • 21 y 22 de Junio.
    • 6 y 7 de Agosto.
    • 23 y 24 de Setiembre.
    • 5 y 6 de Noviembre.
    • 21 y 22 de Diciembre.
    Desde las 4 de lamañana del p.er dia hasta la medianoche del seg°.;
|107| por lo ménos de hora en hora, noche y dia. Si elnúmero de épocas que se encarga observar parecie-se escesivo, se ruega á los observadores se limitená los equinoccios y solsticios.
Solo resta ahora advertir al público que en laprimera oportunidad se encargará al mismo Sr. Hum-boldt, por hallarse todavía en Paris, los instrumen-tos mas necesarios, fabricados, como él exige, porMr. Gambay; entre tanto que el Escmo. Sr. gefe delApostadero se ocupa en designar el lugar en quese ha de levantar el sencillo Observatorio magnéti-co, y en disponer desde luego su construccion. Asíofrecemos á la ciencia nuestro contingente, quedancumplidos los votos del ilustre viagero, y mas estre-chadas nuestras relaciones con el mundo científicoeuropeo.