ARBOL DE LECHE. He aqui la noticia que da Humboldt de este curioso vejetal, que hasta ahora solo se ha descubierto en las provincias de Venezuela. "Habiamos oido hablar de un arbol cuyo jugo es una leche nutritiva, llamado por esta razon palo de vaca o arbol de leche, y se nos aseguraba que los negros de la plantacion de Barbula (entre Valencia y Puerto-Cabello) que beben copiosamente de esta leche vejetal, la creian alimento saludable. Como todos los jugos lechosos de las plantas son acres, amargos y mas o menos venenosos, nos parecio muy estraordinaria aquella asercion. La esperiencia sin embargo nos demostro, durante nuestra mansion en Barbula, que no se nos habian ecsagerado las virtudes del palo de vaca. Este bello arbol tiene el porte del caimito (chrysophyllum caimito); las hojas oblongas, puntiagudas, coriaceas, alternas y de hasta 10 pulgadas de largo; el fruto poco carnoso, con una o dos nueces dentro: la flor no la vimos. Cuando se hacen incisiones en el tronco, da mucha cantidad de leche untuosa, de bastante cuerpo, y de un suavisimo olor de balsamo; pero sin la mas leve acritud. Nos la daban a beber en tetumas, y tomabamos gran cantidad de ella por la mannana y al acostarnos, sin esperimentar ningun mal efecto. Lo unico que la hace un poco desagradable es su viscosidad. Los negros y jornaleros libres que trabajan en las haciendas la beben mojando en ella el casave y las tortas de maiz llamadas arepas. El mayordomo de la hacienda en que morabamos, nos asegura que los esclavos engordaban visiblemente durante la estacion en que el palo de vaca es mas abundante de leche. Espuesta al aire, se forman en su superficie telillas de una sustancia fuertemente animalizada, amarillenta fibrosa y como de la apariencia del queso. Estas telillas separadas del liquido son casi tan elasticas como el cauchuc (goma elastica), mas esperimentan en breve los mismos fenomenos de putrefaccion que la jelatina de los animales. El pueblo llama queso el cuajo que se separa de este liquido espuesto al aire: agriase en cinco o seis dias. Guardada la leche en un frasco bien tapado, depone un poco de cuajo, sin que por eso adquiera mal olor, antes ecsala constantemente su perfume balsamico... El arbol estraordinario de que tratamos parece propio de la cordillera litoral de Venezuela, y particularmente desde Barbula hasta el lago de Maracaibo. Hallasele tambien cerca de San Mateo (en los valles de Aragua), y segun M. Bredemeyer, cuyos viajes han enriquecido tanto las estufas de Schonbrun y de Viena, le hay en el valle de Caucagua, tres jornadas al oriente de Caracas. Este naturalista encontro, como nosotros, un gusto agradable y un olor aromatico a la leche vejetal del palo de vaca .... Pertenece este arbol, segun Kunth, a la familia de los zapotillos; el primero que dio noticia de el en Europa (despues de los escritores espannoles) fue el holandes Loet. "Yo confieso que entre el gran numero de fenomenos curiosos que se me han presentado en mis viajes, ninguno ha herido tan vivamente mi imaginacion como el aspecto del palo de vaca. Todo lo concerniente a la leche y a las plantas cereales, nos inspira un interes que no es unicamente el del conocimiento fisico de las cosas, sino que se refiere a otro orden de ideas y de sentimientos. Se nos hace duro concebir que la especie humana ecsista sin sustancias harinosas, o sin el licor nutritivo, encerrado en el seno maternal, y apropiado a la larga debilidad del ninno. La materia amilacea de los cereales, objeto de veneracion religiosa entre tantos pueblos antiguos y modernos, esta guardada en las semillas y raices de los vejetales, al paso que miramos la leche alimenticia como producto esclucivo de la organizacion animal. Tales son las impresiones que recibimos desde nuestra infancia, y tal tambien la causa de la admiracion que escito en nosotros el arbol que acabamos de describir. No era ya el sombrio y frondoso follaje de los bosques, ni el curso magestuoso de un rio, ni aquellos montes sobre cuyas cimas reinan yelos eternos, lo que producia semejante sensacion en nuestra alma. En el jugo que destilaba gota a gota de las venas de un vejetal, era donde veiamos todo el poder y la fecundidad de la naturaleza. Sobre un risco arido se levanta un arbol de ojas secas y acartonadas, que durante muchos meses del anno no son humedecidas por un solo aguacero sus gruesas y lennosas raices penetran con dificultad la piedra, sus ramos parecen destituidos de jugo y de vida; y con todo eso, si se punza el tronco, deja correr una leche agradable y sustanciosa. Al amanecer, cuando es mayor su abundancia, se ven llegar de todas partes los negros y los indios provistos de grandes horteras a recibir la leche que ya amarillea y se agolpa a la corteza. Los unos empinan sus horteras al pie del arbol: otros las llevan a sus hijos. La escena es como la de la familia de un pastor que distribuye la leche de su vacada. "Si el arbol de leche nos descubre la inmensa fecundidad y la beneficencia de la naturaleza bajo la zona torrida, tambien nos trae a la memoria la multitud de causas que en aquellos hermosos climas fomentan la descuidada indolencia del hombre. Mungo Park nos dio a conocer el arbol de manteca de Bambarra, que M. Decandolle conjetura ser de la familia de los zapotillos, como nuestro arbol de leche. Los bananos, los sagues, las palmas moriches del Orinoco, son arboles de pan, como el rima de la mar del Sur (artocarpus incisa). Los frutos del totumo y de otros arboles analogos sirven de vasos; la corteza de ciertos vejetales, y la membrana que suele envolver los tiernos racimos de las palmas, subministran tela para gorros y vestidos, en que no hay necesidad de emplear la aguja: los troncos nudosos de las guaduas proporcionan escalas y facilitan de mil modos la construccion de la cabanna, de las sillas, camas y demas muebles en que consiste el ajuar del salvaje. En medio de una vejetacion tan abundante, y de tan varios pruductos, se necesitan motivos muy poderosos para estimular al trabajo, para despertar al hombre de su letargo y desarrollar sus facultades intelectuales."