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Alexander von Humboldt: „Quadro físico de las regiones equatoriales“, in: ders., Sämtliche Schriften digital, herausgegeben von Oliver Lubrich und Thomas Nehrlich, Universität Bern 2021. URL: <https://humboldt.unibe.ch/text/1810-Quadro_fisico_de-1> [abgerufen am 20.04.2024].

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https://humboldt.unibe.ch/text/1810-Quadro_fisico_de-1
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Titel Quadro físico de las regiones equatoriales
Jahr 1810
Ort Bogotá
Nachweis
übersetzt von Francisco José de Caldas, in: Continuación del Semanario del N. R. de Granada. Memoria 8 (1810), S. 3–23; Memoria 9 (1810), S. 3–32.
Sprache Spanisch
Deutsche Übersetzung dieses Textes
Typografischer Befund Antiqua; Auszeichnung: Kursivierung; Fußnoten mit Asterisken und Buchstaben.
Identifikation
Textnummer Druckausgabe: III.4
Dateiname: 1810-Quadro_fisico_de-1
Statistiken
Seitenanzahl: 64
Zeichenanzahl: 72489

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Prefacion del Editor.

Mr. Peltier en el N. 262 del Ambigú quepublíca en Londres ha insertado un extrac-to del Quadro físico de las regiones equa-toriales del célebre Humboldt. El objeto deesta obra son nuestras cosas, y somos noso-tros mismos. El interez es grande, y tanto ma-yor quanto pasarán muchos años antes que po-damos ver los originales. Esperamos que nues-tros subscriptores leeran con placer los juiciosque formó de nuestros paises, de nuestras pro-ducciones, y de nuestra ilustracion ese Viagero. El extracto de Mr. Peltier es bastan-te largo, y no cabe en la extencion que he-mos dado à las Memorias del Semanario. Por esto lo hemos dividido en dos partes: la pri-mera abraza desde su salida de Francia has-ta Lima: la segunda desde esta Capital delPerú hasta su regreso à Europa. Hemos añadido algunas notas y algu-nas observaciones que son el fruto de nues-tros viages à la Provincia de Quito. En nin-guna parte están mejor situadas que en pa-ralelo con las de Humboldt. Las medidas in-glesas, y grados del Termómetro de Fahren-heit las hemos reducido à la vara de Burgos,y al Termómetro centrígrado que es el quehoy se usa como mas acomodado al cálculo.
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Quadro físico de las regiones equatoriales ( Extracto 1°.)

Ningun nombre hay mas célebre que el de Humboldt entre los sabios que cultiban lasCiencias fisicas y geográficas. Visitando esteViagero ilustrado las regiones del Nuevo Mun-do que estan situadas dentro de los Trópi-cos ha manifestado un valor y una constan-cia à que jamás ha llegado ninguno de los quele han precedido. Pocos han reunido comoél las qualidades propias para empresas tandifíciles. Sabio fisico, profundo químico, pe-netrado del ardiente deseo de los descubri-mientos, y dotado de todos los medios desatisfacer esta noble emulacion, aspirando àhacer, glorioso su nombre por los exfuer-zos mas útiles y mas generosos, ha lle-vado sus indagaciones à todos los ramosdel orden fisico y del orden social. La ma-za de muestras curiosas que ha recogido,y las colecciones magníficas que ha traidopara servir à los progresos de la Ciencia exê-den a todos los resuldados de quantos hanemprendido la misma carrera. Humboldt haderramado nuevas luces sobre la historia denuestra especie, ensanchando los límites de la |5| Geografía matemática, y ha añadido una infini-dad de objetos nuevos á los tesoros de la Botáni-ca, de la Zoología y de la Mineralogía. Estas ad-quisiciones preciosas, clacificadas en los reynosà que pertenecen, se presentarán al público enuna obra que reuna á todo el luxo typográ-fico el del diseño. Pero la impasiencia de aquelantisipa los progresos tardíos del Gravador ydel Impresor. Algunos fracmentos de estagrande composicion han aparecido ya; perosin orden y sin manifestar las relaciones quetienen entre sí. Aun no se ha comenzado laimpresion de la relacion de viage que debeocupar cinco volúmenes en quarto. Tres añosse han gastado en completar lo que tenemosà la vista, y tal vez se necesitarán otros tan-tos para publicar lo que resta. Humboldt nació en Prusia en donde tie-ne vastas propiedades, y cuyas rentas ha des-tinado à los descubrimientos útiles para lasCiencias y para la humanidad. A los 21 añoscomenzó sus viages por Europa, y a los 27habia visitado ya la Alémania, Polonia, Fran-cia, la Suisa, una parte de la Inglaterra, laItalia, la Hungría, y la España. Restituido à Paris en 1784 (a) fué invitado por los Di-
(a) El original dice 1748: en esta época nohabia nacido Humboldt, y creemos sea 1784.
|6|rectores del Museo de Historia Natural àacompañar al Capitan Baudin en su viagealrededor del Mundo. Pero este proyecto seabandonó con motivo de la renovacion de lashostilidades con la Austria.
Humboldt pensó entonces sériamenteen executar el plan que habia formado mu-cho antes de vicitar el Oriente como filóso-fo. Deseaba para esto reunirse à la expedi-cion que habia partido para Egyto, de dondese prometía penetrar en la Arabia y atrave-sando el golfo Pérsico y recorrer los estable-simientos ingléses de la India. Pero la situa-cion de la Francia despues de la batalla delNilo era cada dia mas crítica. Las poten-cias berberiscas le hacian entonces la guer-ra y la navegacion del Mediterraneo era muypeligrosa. Humboldt permaneció dos mesesen Marcella con la esperanza de obtener pa-so à bordo de una fragata sueca que debia con-ducir à Argel à un Consul de aquella nacion.Su pasiencia se agotó, y penso en restituirseà España creyendo encontrar aquí los mediosde pasar prontamente à Berbería. Llevabaconsigo una coleccion conciderable de instru-mentos de Física y de Astronomía que ha-bia comprado en Inglaterra y en Francia. Una perspectiva mas grande se abrió |7| bien pronto à sus ojos. Despues de recidiralgunos meses en Madrid obtubo de esta Cor-te, del modo mas lisongero y liberal, el permi-so de visitar sus colonias del Nuevo Mundo.Al instante Ilamó de Paris à su amigo Bom-pland, infatigable en la carrera de los descu-brimientos, y dotado de conocimientos pro-fundos en la Botánica y en la Zoología. Sinpérdida de tiempo se embarcaron en la Co-ruña, y despues de haber tocado en las IslasCanarias, en donde escalaron el Pico de Teyde (b), para visitar su crater, continuaron suviage y arrivaron por el mes de Julio à Cu-maná en América Meridional. El resto del añolo emplearon en recorrer la costa de Paria,
(b) Humboldt midió este Pico célebre yserá agradable à los lectores ver el resulta-do de esta medida y compararlo con los queobtubieron antes otros Viageros y observadores.
  • Segun el P. Feuillee el Pico tiene .. 5163 vrs.
  • Hernandez ........... 6202
  • Heberdeen ............ 5474
  • Casini ............... 6122
  • Bouguer .............. 4808
  • Verdun primera ...... 4064
  • Verdun segunda ...... 4442
  • Humboldt ........... 4473
|8| las Misiones de los Chaymas, y las Provin-cias de la Nueva Andalucía, nueva Barcelo-na, Venezuela, y la Guayana española. De-xando à Caracas en 1800, Humboldt y Bom-pand internaron en los valles deliciosos deAragua; visitaron el gran lago de Valereya,cuya vista recordó à los Viageros el de Gine-bra; pero con sus orillas hermoseadas con lapomposa vegetacion que embellese los pai-ses situados dentro de los Trópicos. En Cu-ra, una de las pequeñas islas que se hallansobre el lago, hallaron que se cultiva una es-pecie de Solomens (c) que produce un fru-to sano y agradable. Despues atravesaron losfamosos Llanos, ese inmenso número de de-siertos que se succeden unos à otros, en dondese recorren 200 millas sobre un terreno es-teril, enteramente destituido de fuentes, deatroyos, y cubierto de una yerba seca. Mu-chos dias viajaron sobre este pais desolado sinhallar un solo arbusto, ni una sola cabaña,sufriendo un calor de 43,3 à 46,1 gr. del Ter-mómetro centígrado. De San Fernando, si-tuado en las orillas del Apure, entraron en elOrinoco por los 7 gr. de latitud septentrio-nal, y navegando sobre su vasto lecho pasa-
(c) ¿Serà alguna especie de Soulamea?
|9| ron cerca de las cataratas de Marpurés y deAturés, llegaron à la confluencia del Guaviaridesde donde subieron los pequeños rios deAtapo, Jaumine, y Temi. De las Misiones deSarita pasaron por tierra à las fuentes del fa-moso Rio-Negro, en donde encontraron cer-ca de treinta Indios ocupados en trasportarcanoas al traves de la selva y conducirlas alembarcadero de Pemichin. Nuestros Viagerosdescendieron despues al fuerte de San Carlossiguiendo las corrientes del Rio-Negro. Deeste punto regresaron al Orinoco por el Casi-quiari, y de aquí à la Mision de Esmeraldas.Los Guaycos, y las tribus dispersas de Indiosque encontraron les impidieron tocar en lascabeceras del Orinoco. Estos Guaycos tienenla tez clara, estatura pequeña y unas incli-naciones sanguinarias y guerreras. Comen-zaron à baxar este rio, con una navegacionpenosa y desagradable. De dia sufrian lafalta de proviciones y por la noche lostorrentes de lluvia que caian sin interrup-cion. Obligados à buscar abrigo y un ali-mento miserable en las selvas, no hallabanotra cosa que nubes de insectos, sin atreverseà solicitar un alibio baxo de las aguas por quepor todas partes los aguardaban los Crocodilospara devoralos. Despues de haber escapado |10| de tantos peligros, de tantos sufrimientos, ytambien de las exhalaciones mortíferas queproducen los rayos ardientes del Sol, volvie-ron à Cumaná por la llanura de Cari y porla Mision de los Caribes. Esta es una raza dehombres, que puede ser la que mas se acerque àla de los Patagones que es la mas gigantesca yla mas fuerte del Mundo conocido.
Pasados algunos dias, que les fúeron ne-cesarios para recuperar sus fuerzas debilita-das, estos Viageros se dirigieron à la Isla deCuba corriendo todos los peligros y todoslos horrores de un naufragio en esta travesia.Alli permanecieron tres meses. Humboldt de-terminó la longitud de Havana (d), y enseñóà los cultivadores de la Caña de Azucar àconstruir los hornos mas económicos para supreparacion. Humboldt pensaba entonces pa-sar á Vera-Cruz y marchar de aquí por Mé-xico y Acapulco à las islas Filipinas con el finde arrivar, si era posible, por Combay y Alepà Costantipla. Pero un falso rumor, en or-den à la salida del Capitan Baudin, le obligóà mudar de ruta, y para evitar qualqier peli-
(d) Humboldt sitúa à la Havana en los 84° 4′ 45″ al Occidente del Observatoriade Paris.
|11| gro, embió directamente à Europa sus colec-ciones y manuscritos. En Marzo de 1801fletó un Buque pequeño y se hizo à la velapara Cartagena. Las Contínuas cálmas y lascorrientes contrarias lo detubieron demacia-do tiempo en el mar. La estacion estaba muyavansada para permitirle dirigirse à Panamá,y por aquí à Guayaquíl ò Lima en dondese prometia encontrar al navegante frances.Este plan fué abandonado, y por otra partedeseando Humboldt conocer à Mutis célebreNaturalista Americáno, y exâminar su colec-cion sobervia, resolvió encaminarse al lugarde su residencia. Nuestros Viageros se inter-naron en los bosques de Turbaco y nave-gando el hermoso rio de la Magdalena llega-ron à la Villa de Honda, de donde prosigien-do su marcha por entre selvas de Melásto-mas, de Cinchonas entraron en Santafé de Bo-gotá, Capital del N. R. de Granada. EstaCiudad está situada al pie de dos montañasen una bella explanada y à la elevacion de3143 varas castellanas (e) sobre el nivel del mar.
(e) Una série inmensa de observacionesbarométricas hechas con el instrumento masbien montado que ha visto jamas esta Ca-pital, nos ha enseñado que Santafé está à
|12| Estos lugares parecen haber sido formadospara lisongear el gusto, y exâltar la imagina-cion. Las minas de Mariquita y de Sta. Ana,las de Zipaquirá &c. situadas en sus inme-diaciones: el puente natural de Incononso,compuesto de 3 fracmentos de róca que untemblor de tierra presipitó, es un objeto biennotable: y la cascada magnífica de Tequen-dáma que se presipita de una altura de 212varas (f) presenta uno de los espectáculos
3216,6 varas de Burgos sobre el mar. Veaseel Semanario del N. R. de Granada para 1809. N. 47.(f) Tenemos muchas descripciones de la ca-tarata de Tequendama; pero casi todas exâ-geradas. He aquí lo que nosotros hemos es-crito en la Relacion de nuestros viages den-tro del Reyno. „El Bogotá, despues de ha-„ber recorrido con paso lento y perezoso la es-„paciosa llanura de su nombre, vuelve de re-„pente su curso hácia Occidente y comien-„za à atravesar por entre el cordon de mon-„tañas que están al Sudeste de Santafé. Aquí„dexando esa lentitud melancólica accelera„su páso, forma ólas, murmúllo, espumas.„Rodándo sobre un plano inclinado, au-
|13| mas grandes de la Naturaleza.
Aunque la estacion de las lluvias prose-
„menta por momentos su velosidad. Cor-„rientes impetuosas, golpes contra las rócas,„saltos, ruido magestuoso, suceden al si-„lencio, y à la tranquilidad. En la orilla„del pricipicio todo el Bogotá se lanza„en maza sobre un banco de piedra; aquí„se estrella, aquí dá golpes horrorosos, aquí„forma herbores, borbotones, y se arroja en„forma de plumas divergentes, mas blancas„que la nieve, en el abysmo que lo espera.„En su fondo el golpe es terrible, y no se„puede ver sin horror. Estas plumas vis-„tosas que formaban las aguas en el ayre,„se convierten de repente en lluvia, y en„columnas de nuves que se levantan à los„cielos. Parece que el Bogotá, acostumbra-„do recorrer las regiones elevadas de los„Andes, ha descendido à pesar suyo à esta„profundidad, y quiere orgulloso elevarse„otra vez en forma de vapores. Las margenes del Bogotá, desde„que entra en la garganta de Tequenda-„ma, están hermoseadas con arbustos y„tambien con árboles corpulentos. Las vis-„tosas Beffarias resinosa y urens, la Melas-
|14| gia. Humboldt y Bompland salieron para Quito enSetiembre de 1801. Atravesaron los Andes de
„tomas, la Cuphea.... esmaltan esos luga-„res deliciosos que ponen à la sombra el„Roble, las Aralias y otros muchos. El pun-„to mas alto de la catarata, aquel de don-„de se presipitan las aguas, está 312 varas„mas baxo que el nivel de la explanada de„Bogotá y esto basta para comenzar à sen-„tir la mas dulce temperatura. A la de-„recha y à la izquierda se ven grandes ban-„cos horizontáles de piedra tajados á plomo„y coronados de una selva espesa. Quan-„do los dias son cerenos, y el Sol llega„de los 45 à los 60 grados de altura sobre„el horizonte, del lado del Oriente, el ojo del„espectador queda colocado entre este as-„tro y la lluvia que forman las aguas al„caer. Entonces percibe muchos iris con-„centricos baxo de sus pies, que mudan de„lugar conforme se va levantando el astro„del dia. La cascada no se puede ver de„frente, y es preciso contentarse con obser-„varla de arriba à baxo. Por el lado del„Norte ofrece el terreno un acceso mas fácil„y mas cómodo. Aqui hay un peque-
|15| Quindío, que no son otra cosa que una cadena
„ño plano horizontal de piedra al nivel mis-„mo del punto en que presipitan las aguas,„y desde este lugar es que los curiosos y„observadores han visto esta célebre cata-„rata. Quando se mira por la primera vez la„cascàda de Tequendáma hace la mas pro-„funda impresion sobre el espíritu del ob-„servador. Todos quedan sorprendidos y„como atónitos. Los ojos fixos, los párpados„extendidos, arrugado el entre cejo, y una„ligéra sonrríza manifiestan claramente„las sensaciones del alma.„ El placer y elhorror se pintan sin equivocacion sobre to-dos los semblantes. Parece que la Natura-leza se ha complacido en mezclar la ma-gestad y la belleza con el espanto y con elmiedo en esta obra maestra de sus manos. Nosotros no estamos acostumbrados„à ver hácia abajo de alturas eminentes„è incurrimos, sin pensarlo, en una ilucion.„Siempre nos parecen mayores las eleva-„ciones quando vemos para abaxo, que quan-„do las miramos alrevez. Una torre, por„exemplo, nos parece de 30 ò 40 varas quan-„do la miramos desde su base; pero si su-
|16| de montañas cubiertas en parte de nieves, y en
„bimos à su parte. superior nos creemos á „60 ò à 80 varas de altura. Esta ilucion„nace de los mismos principios que el au-„mento aparente del diametro de la Luna„y del Sol quando están inmediatos al ho-„rizonte. El profundo Malebranche ha de-„mostrado las causas, y nosotros creemos„que exîsten las mismas en el caso de la„catarata de Temquendama. Este es elorigen de tantas exâgeraciones sobre su„altura. No ha faltado escritor que le dé „media legua de elevacion; pero, como dice„Bouger, es preciso ser muy circunspecto„en el uso de la palabra legua quando se„trata de alturas. Si se repiten las visi-„tas á Tequendama, si se mira esta pro-„fundidad por intervalos y con un ánimo„cereno la ilucion vá poco à poco de-„sapareciendo, y las leguas se convier-„ten en varas. Las palmas colosales que„se habian visto en el fondo del abysmo ya„no son sino Helechos arboreos (Polipodios) „de 2 brazos de altura. Los clímas con-„fundidos, los frutos de los países ardientes à„la vista de la cebada y de la Papa: el Mono,el Tigre en la base y el Oso y el Ciervo en la
|17| donde se hallan con profucion el Estoraque,
„parte superior no son otra cosa que con-„seqüencias de la primera ilucion. ¿Cómo „200 varas de altura perpendicular habian„de hacer variar la temperatura, la vege-„tacion y los animales? Los rasgos que se„han publicado hasta aquí son hijos de una„imaginacion acalorada, y del deseo de em-„bellecer las descripciones. Algunos han medido la altura de„esta cascada. El primero, que yo sepa,„fue el célebre Mutis. Entre los M. SS.„que se entregaron por el Gobierno al Ob-„servatorio astronómico he hallado las ope-„raciones y los resultados que obtubo este„Botánico. Pocos años despues de su llega-„da à este Reyno hizo un viage de muchos„dias y emprendió subir, rodeado de pe-„ligros, desde la Meza de Juan Diaz has-„ta la base de la catarata. Las corrientes,„y les precipicios lo detubieron en la embo-„cadura de la quebrada de Pobaza que está„poco distante de este punto. Aquí hizo una„observacion del Barómetro, y estimó el„descenso del Bogota en este corto espacio„de 30 varas. Despues se trasportó con sus„instrumentos à la parte superior, è hizo
|18| las flores de la Pasion (Passifloras) el Bam-
„otra observacion semejante. Con estos datos„deduxo que la catarata tenia 255 varas„de altura perpendicular. Es verdad que„Mutis no corrigié las columnas mercuria-„les del efecto del calor, y que no tubo atencion„à la latitud y pesantez. Ya se vé, en esa epoca„no habian escrito todavía, De Luc, Trem-„bley, Saussure, ni la Place. Mutis des-„montaba su Barómetro à cada observa-„cion, y lo volvia à llenar para verificar otra„nueva: no hervia el mercurio, y lo que es mas„notable, se contentaba con cerrar la ex-„tremidad superior del tubo con lacre. To-„do esto reunido debe haber producido erro-„res en los resultados. Pero haciendo jus-„ticia, admiramos como se acercó tanto à„la verdad en medio de tantas inexâctitu-„des. „Por los años de 1790 D. Domingo„Ezquiaqui Comandante de Artilleria hi-„zo medidas mas sérias por orden del Vi-„rey Ezpeleta. Esta medida se publicó en„el número 88 del antiguo Papel periódico„de Santafé de Bogotá. Se dice que fué„hecha con zondaleza, y por consiguiente de„la mayor confianza. La altura perpendi-
|19| buc (Guadua). Trece dias se vieron obliga-
„cular de esta catarata se halló entonces„de 264,5 varas. La profundidad del abys-„mo que las aguas han excabado en la roca„era de 46 varas. Por lo demás, la medi-„da barométrica de este Oficial de Arti-„lleria es de todo punto monstrusa y no me-„rece referirse. En 1801 el Baron de Humboldt,„que visitó estas regiones midió tambien la„cascada de Tequendama. Este Viagero usó„del descenso de los graves, y deduxo que„tenía 212 varas de altura perpendicular.„Este resultado lo hemos visto en los apunta-„mientos manuscritos que dexó Humboldt à„varios curiosos del Reyno. Los 600 pies„ingléses hacen 220 varas castellanas. En 1807 quise yo tambien hacer mis„tentativas con esta célebre catarata.„Usé, como Humboldt, de descenso de los„graves, y hallé constantemente que estos„gastaban 6 instantes de tiempo en baxar.„De aquí deduxe que la cascada tenía „219,9 varas de altura. El método de los graves incluye er-„rores, y es de los mas delicados. Con un„quarto de instante que se dé de mas ò de
|20| dos à marchar sobre fangos sin hallar ninguncamino traficado. Despues de haber tocadoen Cartago, en el hermoso Valle del Cauca,pasaron por las cercanias del Chocó encon-trando en su ruta mazas redondas de basalto,de piedra verde, y de madera focíl. De Bu-ga se dirigieron à Popayan, Ciudad Episco-
„menos, lo que es muy fàcil, la medida re-„sulta monstruosamente errada. A mas„esto, en Tequendama no se puede asegu-„rar el observador del momento preciso en„que el grave toca la parte inferior de la„cascada. La lluvia, las nieblas continuas„que se levantan impiden el que se haga por„este médio una medida exâcta. En con-„cideracion à todo nos atenemos à la de„Esquiaqui por ser hecha con zondaleza, has-„ta que otras la contradigan ò confirmen.
  • „Las medidas reunidas son:
  • „Mutis .......... 255,0 var.
  • „Esquiaqui ....... 264,5
  • „Humboldt. MSS .. 212,0
  • „Humboldt; Ambigú 220,0
  • „Caldas ......... 219,9.“
|21| pal, y cabeza de la Provincia de este nom-bre. Está situada en una posicion agradabley pintoresca al pie de una montaña de pór-fido cerca de los volcanes de Puracé y Zo-tara y en donde se disfrata de una tempera-tura deliciosa. (*) De aquí avansaron al tra-vez de los presipicios de Almaguer para evi-
(*) En Carta dirigida al Sr. Mutis dePopayan con fecha 20 de Noviembre 1801 dice Humboldt lo siguiente. „La situacion„de Popayan es deliciosa. Una campiña„risueña y variada, una bella vegetacion,„un clima templado, el trueno mas mages-„tuoso que jamàs se ha oido, las pro-„ducciones de los Trópicos á la frente„de las címas nevadas de los Andes, y„de bocas que vomitan humo y aguas su-„furosas: esta mezela de grande y de bello,„estos contrastes tan diversificados, que„la mano del Todo Poderoso ha sabido co-„locar en la mas perfecta armonía, llenan„el alma de imagenes las mas grandes y„las mas interesantes. Los habitantes de„esta Ciudad tienen una cultura mu-„cho mayor de lo que se podia esperar;„pero mucho menor de lo que ellos se ima-„ginan. Aquí todos recetan por que han
|22| tar el Valle deletereo de los Patias y lle-
„leido al Tissot, todos saben Física y Quí-„mica por que han visto al Espectáculo de„la Naturaleza. Yo estoy seguro que cono-„ces ...... (*) Por lo demas el amor de„las ciencias, de que tanto se lisongéan es-„tos habitantes, es muy debil. Ninguno ha„querido acompañarnos en nuestras ex-„curciones fíciles, ni nos ha preguntade„el nombre de una planta, ni de una pie-„dra. Ninguno ha exâminado las mara-„villas que tiene alrededor de sí, tales co-„mo las bocas del Volcan, su altura, su„situacion; bien que esta reprencion se le pue-„de hacer à toda la América. A pesar de„esto, yo me lisongéo de ver aquí unas bue-„nas disposiciones, una efervescencia inte-„lectual que no era conocida en 1760, un„deseo de poseer libros y de conocer los„nombres de los hombres célebres, una con-„versacion que rueda sobre objetos mas in-„teresantes que los del nacimiento de qua-„lidad ... Todo esto forma un buen ague-„ro; pero yo temo mucho que no pasen de (*) Suprimimos este lugar por que nos hacehonor.
|23| garon à la Ciudad de Pasto situada en un
„aquí, sinó se muda enteramente el plan„de educacion, sinó se les hace entender„que no se puede aprender todo en 2 dias,„y que vale mas saber poco como se sepa„bien. Nuestro espíritu es como el agua que„pierde de profundidad à proporcion que„se extiende sobre el terreno. Por lo demás,„la Física, las Ciencias que faltan à todos„los Américanos no pueden hechar raices„profundas sinó en una generacion robus-„ta y enérgica. ¿Qué se puede esperar de„unos jovenes rodeados y servidos de escla-„vos, que temen los rayos del Sol, y las gotas„del rosío, que huyen del trabajo, que cuen-„tan siempre con el dia de mañana y que„la mas ligera incomodidad los aterra?„Estos jovenes no pueden dar sinó una„raza afeminada è incapaz de los sacri-„ficios que piden las Ciencias y la Sociedad¡Quantas verdades interesantes en tanpocas lineas! ¡Oxalà mi Patria y la Amé-rica ábra los ojos, y oyga estas reprencio-ciones desinterezadas, y sàbias! En todo estohay un fondo de verdad que nos humilla.No lo podemos negar: nuestra educacion fí-sica y literaria es mala en todos sus pun-tos ¿Quando pensarémos en mejorarla?
|24| bello plan, y en las inmediaciones de unvolcan cubierto algunas veces de nieve.
Solo añado que la reprension que ha-ce Humboldt à los habitantes de Popayanpor no haber exâminado las bocas de suvolcan, altura, situacion &c no es justa. El ig-noraba entonces que D. Antonio Arboleda, D.Juan Josef Hurtado, y yó habiamos esca-lado el año anterior esta montaña, que ha-biamos subido instrumentos, analisado susaguas minerales, y recogido y descrito lo masbello de su vegetacion. Quando él vió nu-estros MSS. se arrepintió de haber hechadoen cara á Popayan su pereza y su debili-dad. Pero à pezar de esto, tres individuosno hacen ley, y nosotros creemos demacia-do justa la censura de Humboldt. ¿Quienha recorrido este bello pais que nos ha to-cado en suerte? ¿Quien ha medido sus mon-tañas? ¿Quien ha levantado su Carta? Pe-ro que!!! no conocemos ni aun el plano de laexplanada preciosa sobre que vivimos! Ver-dades grandes y humilladdores. Antisipé-monos à reprendernos antes que nos reprendaotro Europeo ilustrado, que nos visite. SiHumboldt hubiera conocido nuestro Observa-torio astronomico habría hecho seguramente
|25| Atravesaron despues el Guáytara por en-cima de un puente construido sobre una pro-fundidad que tiene mas de media milla dealtura perpendicular (j) y que ofrece uno de
mas felices agüeros; pero ¿quantas censurashabrían partido de su pluma filosófica con-tra nuestra ignorancia si hubiera sabido quese míra este establesimiento con tédio, quese murmuran los designios de su sábio fun-dador, y que se desea su demolicion? ¿Quan-tas veces se habría burlado de nosotros,de nosotros que no conoscemos ni las fuen-tes dela gloria, ni las de la utilidad? Pero nosconsolamos: no faltan entre nosotros hombresque penetren la importancia de un Obser-vatorio, y todas sus relaciones con la Tàc-tica, Economía, Política, Navegacion, cami-nos &c no faltan quienes, mas elevados queel comun, vean objetos mas sublimes, dig-nos de filósofo y los únicos que conducen à unpueblo al colmo de su gloria. (j) El puente de Guáytara no està sobreuna elevacion de media milla. El córte deGuáytara tendrá esto; pero el puente no es-ta á 10 varas sobre el rio Peltier ha ex-tracctado mal en este lugar à Humboldt.
|26|los sitios mas variados y magníficos de es-tas montañas. Despues viajaron sobre un pla-no fértil en granos de Europa aunque ele-vado à 3395 varas sobre el mar, y llega-ron al Pueblo de Tulcan situado cerca deun Castillo de los Incas y de la roca de Ru-mi-chaca (k). Descendieron de aquí al Vallede Chota que tiene dos millas de longitud yuna de profundidad, y al de Guayllabambaque tiene media milla de profundidad, en losque sufrieron un calor insoportable (m) y lle-garon por fin á la famosa Ciudad de Quitoen Enero de 1802. Aquí pudieron respirardespues de tantas fatigas, y gozar de los pla-ceres de la hospitalidad, y de la confianzaen médio de las mas grandes produccionesde la Naturaleza.
Ocho meses permanecieron en la Pro-vincia de Quito haciendo excurciones à losVolcanes vesinos y á las cimas mas eleva-
(k) Rumi-chaca, quiere decir Paente depiedra como en efecto lo és. Aquí no hayroca llamada Rumi-chaca. Nos parece quePeltier extracta tambien mal aquí. (m) En varias épocas hemos residido enGuayllabamba, y nuestro Termómetro solonos ha indicado de 20, à 22 del Termómetrocentígrado.
|27| das de los Andes. Despues de tres tentati-vas diferentes, Humboldt llegó dos veces á lacima del Volcan de Pichincha, con peligro desu vida, llevando consigo los instrumentosde fisica necesarios, a una altura de 5718 va-ras sobre el mar. Inmediatamente pasó à vi-sitar la montaña de pórfido de Antisana cuyocrater exîste en medio de nieves eternas à la al-tura de 7117 varas sobre el mar.
En este tiempo fue que nuestros Via-geros acompañados del hijo del Marquez deSelva-Alegre (D. Carlos Montufar), quienpor amor à las ciencias no los habia abando-nado desde su llegada à Quito, se resolvieronà una empresa mas dificil. En la mitad del es-tio partieron para el Volcan de Tunguraguay montaña nevada de Chimborazo. Ellos atra-vesaron las ruinas deplorables de Riobambay de otros pueblos arruinados el 7 de Febre-ro de 1797 por un temblor de tierra que en unmomento se tragó 40 mil personas (n). Des-pues de haber pasado cerca de un grupo mag-nífico de columnas de pórfido, atravesaron elPuela sobre un puente de cuerdas y subieronà lo alto de Chuchilla y de Guandisava, que
(n) Cálculos bien aproxîmados solo dan 22 mil almas tragadas en esa catàstrofe.
|28| es una cadena de rocas calsinadas que antes deaquella convulcion espantosa estaban cubier-tas de una frodosa selva de cedros olorosos.Calcularon desde aquí que el Tunguragua seeleva sobre el mar 5022 varas. A costa de ex-fuerzos increibles subieron por fin sobre lasfaldas orientales del Chimborazo y colocaronsus instrumentos sobre el borde estrecho deuna roca de pórfido que salia fuera del inmen-so espacio cubierto de una nieve inpenetra-ble. Una roca de 500 pies de ancho impidió sus progresos ulteriores. La densidad del ayrese halla reducida à la mitad: sentian un frio pe-netrante: su respiracion era penosa: la sangrecorria de sus ojos, de sus encias y de sus labios.Aquí se hallaban sobre el punto mas alto àque jamas ha llegado ningun mortal. La altu-ra era de 7114 varas, es decír, 1264 varasmas arriva del punto à que llegó la Condami-ne en 1745 (o). Allí descubrieron por una ope-racion geométrica que la cima del Chimborazodistaba aun 780 varas del punto en que se hallaban.
Terminadas estas observaciones impor-tantes nuestros Viageros descendieron a las
(o) Esia célebre observacion se hizo enJulio de 1738 por Bouguer, y de la Con-damine.
|29| regiones de la vegetacion, y recoriendo la ca-dena de los Andes, seguidos de 20 mulas que con-ducian sus bagages y colecciones. Despues dehaber pasado las llanuras de Teocaxas avan-saron hasta Sitzan, y atravesaron el peligrosodesierto del Asuay. En el camino para Cuen-ca vieron las ruinas de los palacios de losIncas, y de otros monumentos de la antigua grandeza peruana. Continuaron su ruta porCumbe cerca del gran páramo de Sarar, en elque la Melastoma y el Embotrium crecen àuna elevacion de 4380 varas. Llegaron à la be-lla cascada de Uduchapa: descendieron mediamilla por un camino casi perpendicular: atrave-saron el valle de Zaraguru que ofrece una delas escenas mas hermosas de los Andes y en-traron en Loxa Ciudad célebre por el comer-cio dè las Quinas. Los árboles que la produ-cen crecen a espaldas de las montañas à 5474varas (p) sobre el mar, y á una temperatura de15 à 21 grados del Termómetro centígrado.
(p) Creemos que Peltier equivóca estaaltura. El pone 15000 pies ingleses, que hacen 2346 toesas y 5474 varas. Humboldt (Geo-gráfia de las plantas) asigna el términosuperior de la Quina á 1500 toesas. Veaseel Semanario para 1809 N. 19 y 22.
|30|Adelantaban en su viage por en medio de unaserie de pueblos habitados por los naturalesdel pais rodeados de bosques de Chyrimoyos,Limoneras silvestres, y al frente de las ruinasde los palacios peruanos esparcidas por todaspartes. Baxáron al lecho de Lutaco en un va-lle estrecho de 1533 varas de profundidad.Pasaron al travez de plantios de caña de Azu-car, y atravesaron la selva de Chusucanas endonde se hallan las ruinas inmensas de los ba-ños de los Incas, y pasaron cerca de la grancalzada que estos Principes habian construido sobre los Andes à 2 millas de elevacion sobreel mar. Llegaron à S. Felipe, salvando con dificultad sus instrumentos y sus coleccio-nes, pues se vieron obligados à pasar à vadotres dias consecutivos el Guacabamba. Des-pues de un descenso rapido y casi perpendi-cular de una milla caminando baxo de una sel-va de Limoneras llegaron à un pueblo de In-dios en donde se embarcaion en el Chayma,y arrivaron à la provincia de Jaen, y a las ca-taratas de Rentema, sobré la orilla izquierdadel Amazonas, à 450 varas solamente sobre elnivel del mar.
Humboldt y sus compañeros se embar-caron sobre este grande rio, y subieron hastala catarata de Tomependa. De aquí varian- |31| do de rumbo al Sudeste, vieron las famosas mi-nas de Chota situadas sobre la Cordillera,y entraron en Caxabamba que està fundadaen una llanura abundante en Cebada, y á laaltura de 996 varas. Baxando despues las fal-das occidentales de la Cordillera, vieron conplacer el Oceáno Pacífico, y costeando enOctubre sus riveras desnudas y estériles, conla temperatura del ayre a 16,1 gr. y la delagua à 21 gr. del Termómetro centígrado,llegaron à Lima Capital del Perú. Aquí permaneció Humboldt algun tiem-po admitando la vivacidad è inteligencia desus moradores. En el Callado tubo la felici-dad de observar la emercion del paso Mer-curio sobre el disco del Sol. (i). (Se con-tinuará)
(i) Yo tambien tube la felicidad de obser-var la salida de Mercurio en el paso del 9 de Noviembre de 1802. Me hallaba enesa época en el Corregimiento de Otabalo co-lectando la vegetacion de ese bello pais, yvisitando sus Volcanes inmediatos. Tambienme ocupaba en la obervacion del Cielo conel fin de mejorar ò corregir la Carta de laProvincia de Quito. Tenia un Péndulo as-tronómico bien reglado por alturas corres-pondientes, un acromático de 2 pies, y unquarto de circulo de J. Bird. Con estos ins-
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trumentos observaba alturas meridianas delSol, y estrellas para las latitudes, las in-mersiones, y emersiones de los Satelites deJúpiter para las longitudes. En este esta-do y justamente la antevíspera del paso deMercurio (el 7, de Noviembre) recibí unaCarta de Humboldt fecha en Truxillo à 30 de Septiembre de 1802, en que me avisa-ba las circunstancias de este paso y me ex-hortaba à observarlo. Poco trabajo tube enlos preparatibos pues estaban hechos y solocontinue en tomar altunas correspondientesel 7, 8, 9, 10, &c. para fixar irrevocable-mente el clemento del tiempo. El dia asignado llego: yo estaba des-de la aurora con mi acromatico prepar ado es-perando que el Sol se presentase sobre el ho-rizonte de Otabalo, que está por todas par-tes herizado de montañas elevadas. El Cie-lo estaba sin una nube y prometía el mejorsuceso en esta observacion interezante. Parano dividir mi atencion contaba los instantesdel Pendulo D. Marcos de Alarcon, ves-no de este asiento, y joven de las mejoresdispositiones para la Astronomía. Tenia unalarga practica en este género, pues él habiaquerido ayudarme en todas las numerosas ob-servaciones que habia practicado en Otabalo.
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Quando el Sol se presentó sobre lasfaldas meridionales de Imbabura, Mercu-rio habia recorrido ya los tres quartos deldisco solar, y estaba próxîmo à su salida.Yo le seguí cuydadosamente, y ví sin ningu-na duda el contacto interior á 18 h. 44′. 44,″76 tiempo verdadero y cuenta astronómica.La salida total de Mercurio à 18 h. 46′ 03,″76. En esta última determinacion puedehaber de 1″ á 2″ de insertidumbre, por lasfreqüentes undulaciones que ocacionaban losvapores del horizonte. Puede interesar mucho à los Astró-nomos la publicacion de esta observacion.Nostros no hemos visto la de Humboldt, nila de ningun otro observador. Consignamosesta en nuestro Semanario y esperamos quesea bien recibida por los Profesores. Otabalo está, por muchas alturas me-ridianas del Sol y estrellas, tomadas con elbello Quarto de círculo de J. Bird, à O. 13′ 33″ de latitud boreal, y à O. 14′ 45″ al Este de Quito. Como ésta Ciudad se halla,segun nuestras observaciones, à 80.° 48′ 31″ al Occidente de Paris, (*) Otabalo estarà á 80 33′ 46″ al Occidente del mismo meridiano. (*) Semanario del N. R. de Granada,Memoria 7a. para 1810.
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PATRIOTISMO.

El Real Consulado de Cartagena, que miracon particular interez todos los objetos deutilidad pública, me dirigió un oficio con fecha29 de Agosto de 1810 en que, despues devarias reflexîones, propone el prémio siguien-te para la introduccion de las Vicuñas en elReyno. „Este Consulado, dice, ofrece el prémio„de dos mil pesos al que introduzca de su„propia cuenta en todo el año próxîmo de„1811, (y si nó hubiere concurrentes se pror-„rogará al de 1812) el número de 400 Vi-„cuñas, las siete partes hembras, y la octa-„va parte de machos, todas sanas, y nuevas„y las presente en dicho estado y entrege„à sus Diputados: A saver: 100 al de San-„ta Marta: 50 al de Pamplona: 150,„al de Santafé: 50 al de Honda: y 50 al„del Chocó: para que se hagan poner libres„con su conocimiento y autoridad en las mas„elevadas y rígidas montañas de su partido,„señaladamente en aquellas en que hay nievo„permanente, prohiviendose con graves pe-„nas el darles muerte, como con tanta sabidu-„ria lo hicieron los Incas en su Gobierno. „En el cáso que hubiese dos ò mas con- |35|„currentes al prémio, y el número de Vi-„cuñas introducidas por todos excedan de las„400 indicadas, se prorratearà aquel con pro-„porcion al número de cada uno: y sinó„se llegase à completarlo se le pagará al„introductor ò introductores el prémio de 5„pesos por cada una de las que entreguen„en la forma y proporcion antes dicha con„los avisos de sus Diputados respectiva-„mente de su recibo.„ El Sr. Prior del Consulado D. JoséIgnacio Pombo añadió: „Yo el Prior, en ob-„sequio de mi Patria, ofrezco 500 pesos al„que entregue en Popayan à la disposicion„de los SS. Dr. Manuel Maria y D. Antonio„Arboleda el número de 100 Vicuñas con„la proporcion de machos y hembras, y de-„mas calidades expresadas, para que se pon-„gan en libertad, 50 en el monte de Coco-„nuco, y 50 en el Alto del Rey con prohi-„vicion de matarlas. Cartagena, y Agosto„29 de 1810. — José Ignacio Pombo: Teodo-ro Maria Escovar: Joaquin de Lecuna yMárques. El ilustrado y genoroso D. Pedro Aba-dia con fecha de Lima 23 de Agosto de 1810me dice lo signiente: “Hemos leido con el„gusto que siempre la Memoria sobre la trans- |36| „migracion de las Vicuñas. Tal vez faltan„à V. noticias y datos pues sin ir al Potosí ni à„la Paz las hay con abundancia en las in-„mediaciones de Chachapoyas y Lambayeque „y ya V. vé qué diferencia tan notable con,„respecto à su conduccion à Guayaquíl. Cla-„ma ne cesses, decia Ganganeli à Còncina, y„yo repito á V. que sea infatigable en la„vasta carrera que ha emprendido.“ Esta sola noticia de un Peruano tanilustado como Abadia hace subir de puntoel valor del premio del Consulado, pues de-saparecen las tres quartas partes de las difi-cultades. Puede ser que Quito, que respira yala dulce aurora de la libertad, piense en ha-cerlas pasar à sus montañas, y que el ilus-tre Selva-Alegre execute esta empresa dig-na de él y de su patriotismo.
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QUADRO FÍCICOde las regiones equatoriales. ( Extracto 2°.)

Nuestros viageros se embarcaron para Gua-yaquil y de aqui se dirigieron à Acapulcoen la N. España. Hallaron a los habitantes deestas regiones enfermos y desgraciados baxode un clima ardiente y malsano. Diferentes ra-zones los obligaron á permanecer en estaparte de la América el espacio de un año.En Abril de 1803 hicieron una excurcionde Acapulco à Tasco en donde están las fa-mosas minas, en un terreno cubierto de En-cinas, de Pinos de Fresnos, y que producela Cebada, y el Trigo con abundancia áuna altura de 2189 varas castellanas. Po-cos dias despues llegaron á la opulenta Ciu-dad de México, fundada en el lugar queocupó la antigua Tenochticlan, entre loslagos de Texcuco y Xoquemilco. Estos sehan disminuido conciderablemente desde quelos Españoles desecaron el pais y abrieronel canal de Huchuetoca. México estárodeada de alamedas y de Pueblos de In-dios. A poca distancia estan dos monta-ñas volcánicas cubiertas de nieves eternas. |4| Esta Ciudad, situada á 2728 varas (a) sobre elnivel del mar, goza de clima templado, y elTermómetro centígrado solo sube á 16, 6. Nuestros Viageros visitaron las minasde Moran y Oyamel en donde los Mexi-canos preparaban las piedras que debianservir para fabricar los cuchillos y las ha-chas. Prosiguiendo su marcha, vieron el Po-zo de la Virgen que es una caberna de don-de sale el rio Capula. Despues se encami-naron por Quieretaro y Salamanca atravesan-
(a) En la Memoria 1. del Semanario para 1810 pag. 9 hemos dicho „Hasta hoy„ignoramos la altúra del Barómetro en„la Capital de Imperio de Montezuma„apesar de haber estado allí Alzate, Doz,„Medína, y Chappe. Esperamos que el in-„fatigable Humboldt nos disipe estas du-„das y nos fixe sobre la altura de Mé-„xico“ ... Nuestros deseos se han cumpli-do: Peltier extracta 7475 pues Ingleses,que hacen 728 varas castellanas. En losMSS que traxo y me franqueó D. Carlos Mon-tufar veo que Humboldt dà à México 1131 toesas que son 2635 varas. No sa-bemos de donde provenga esta diferenciatan considerable.
|5| do llanuras fértiles hasta la Ciudad de Gua-paxuato, célebre por sus minas que son lasmas ricas del mundo conocido. Solo la Va-lenciana produce anualmente unos 2200000pesos y dá á los propietarios una renta de562 500 pesos. Al regreso de Guanaxuatonuestros viageros atravesaron el valle queconduce de Santiago à Valladolid Capitalde Mechoacán, la provincia mas fértil y masdeliciosa del N. México. De aquí se dirigieronde Puescuara à la llanura de Malpais, inme-diata à las Costas del Océano Pacífico, ytuvieron el valor de descender casi al fondo delvolcán de Jorallo, y de tomar algunos produc-tos volcánicos. Quando volvieron á Méxicopor la llanura de Tolna vieron el tronco delfamoso Chierostemon platanoides, árbol úni-co de esta especie en toda la N España. El esde la antigüedad mas remota, y tiene decircunferencia cerca de 6 y media varas. Su-bieron hasta la címa de la montaña inmediata,y la hallaron de 5532 varas sobre el mar.Su crater se ha transformado en un lagoà una altura de 4380 varas del que sale unrio, cuyas aguas se hállan a la temperatura de9 grados del Termómetro centigrado.
Los trabajos de Humboldt y de suscompañeros comenzaban à acercarse à su fin. |6| En el mes de Enero y de Febrero de 1804,llevaron sus excurciones hasta el Nevado (Montaña de Nieve) cuya címa está 5733varas sobre el mar. De aquí pasaron á Cho-lula, Ciudad situada al pie de su famosa pirà-mide: de Cholula à la llanura de Tetimpa endonde se aseguraron que el crater de la mon-taña que huméa está à 6473 varas de altura.Llegaron à Xalapa en un clima delicioso,y en una situacion verdaderamente roman-sesca. Cerca de esta Ciudad se eleva à 6349varas sobre el mar el pico de Orizaba, lla-mado en México montana de la estrella, por que las llamas que se escapan de su címaparecen una estrella en el horizonte. De aquípartieron para Vera-Cruz, y se embarcaronpara Havana. En Julio se dieron à la velapara Filadelfia. Aquí permanecieron alguntiempo, y atravesando el Atlántico, llega-ron sanos y salvos à Francia, despues deseis años llenos de los trabajos mas útiles, ymas satisfactorios; pero señalados con las fa-tigas, con los peligros y con las inquietudes. Esta relacion antisipada è imperfectade la de Humboldt se ha formado con eldesignio de hacer mas inteligibles los resul-tados de estos viages memorables. He aquílos mas generales sacados de sus obras. 1. El continente de América defiere |7| notablemente en su aspecto general del con-tinente antiguo. Sus rios magestuosos y suscortes naturales parese que le destinan à serel teatro del comercio del Universo. Tal vezvendrá un dia en que este pais cubierto de unapoblacion industriosa y activa se mejore conel poder creador de las artes y que abrala comunicacion entre los Océanos Pacíficoy Atlàntico. Humboldt indica nueve puntos,por donde se puede tentar esta reunion con es-peranza de un suceso felíz (b). Pero¿ quien cre-erá que una comunicacion tan importante ha si-do ya executada, en pequeño en 1788, porsimple religioso, Cura de la Ciudad de Nóvita?Este hombre inteligente y activo hizo abrirpor las manos de sus feligreses un pequeñocanal en el torrente de Rapadura, que uneal rio de S. Juan con el de Quito, que esun ramo del Atrrato? Canoas llenas de Ca-cao, en el tiempo de las lluvias, han atrave-sado el continente americano, y pasadode un mar à otro recorriendo 250 millas. (c)
(b) Vease lo que hemos dicho en el N. 2. del Semanario para 1808, pag. 13 sobre estepunto interesante. (c) Sentimos ignorar el nombre de esteReligioso para presentarlo al reconocimien-to no solo del Reyno, sinó de toda la América.
|8| 2. ° Humboldt ha rectificado por lasoperaciones mas exâtas, los errores cometi-dos en la posicion geogràfica de la mayorparte de los pantos del N. Mundo. 3. ° La alta cadena de los Andes, quecorre à lo largo de la costa Occidental dela América, se extiende á uno y otro ladodel Equador hasta el trigésimo grado de la-titud (d) Es de altura desigual: unas vecesse abate à 220 varas sobre el mar, otrasse lanza en las nuves á una distancia decerca de 4 millas. El colósal Chimborazolevanta su frente cubierta de nieve à unaelevacion que iguala a la del Pic de Teydecolocado sobre el Etna. El grueso de esta cadenaes de 20 leguas en Quito, y de 50, ò 60en México, y en otras partes del Perú. Estacadena prodigiosa está cortada con hendi-duras de una profundidad espantosa. Pero alNorte del istmo de Panamá se suavisa por
(d) Creemos que Peltier extracta mal àHumboldt sobre la extencion de los Andesà uno y à otro lado del Equador. No po-demos persuadirnos que Humboldt haya in-currido en un error tan grocero. Es un he-cho, fuera de toda duda, que la Cadena delos Andes comienza en el cabo de Hornospor los 55 grados de latitud austral, que
|9| grados y forma la llanura elevada de Mé-xico. En las dos primeras (Perú, y N. Gra-nada) grados y forma la llanura elevada de Mé-xico. En las dos primeras (Perú, y N. Gra-nada) los habitantes se ven obligados à via-jar à pié, à caballo, y aun à espaldas de losIndios, quando la N. España se puede atra-vesar por todos sus puntos en ruedas, ytransportarse así de la Capital de ese Impe-rio hasta Santafé (e) en un camino de 1500 mi-llas, ò de 500 leguas.

paralela à las Costas del Pacífico atraviesade Norte á Sur la Patagonia, Chile, Perú,Quito, que cerca de Popayan se ramifica yarroja un ramo al Nordeste, que pasa por San-tafé, Mérida, y va à terminar hàcia Caracas;que el mas occidental divide el Chocó del Vallede Cauca, que atraviesa el istmo de Panamà,recore las provincias de Veraguas, CostarricaNicaragua, Guatemala, Guaxaca, México,N. México, y que se pierde en los países incul-tos y bárbaros del Norte de la Amèrica. Si Pel-tier dixera que por el Sur se extiende hastalos 55 grados y por el Norte hasta los 72 delatitud se habría acercado á la verdad. (e) No es Santafé de Bogotà, sino Santa-tafé del N. México, situada à 36 grados 30 minutos de latitud boreal.
|10| 4. Lo que debe embarazar à los géologos esel hecho singular, notado por Humboldt, deque las formaciones secundarias en el N.Mundo tienen un grueso y una elevacionprodigiosa. En las cercanias de Santafé se ha-llan capas de carbon à 3091 varas sobre elmar, y las del Huanuco en el Perú están à5352 varas de altura. Los fosiles que en elantiguo continente no han sido hallados sinóà una elevacion como la de los Pirineos, esdecir, à 4270 varas, se encuentran en el Perúà 4669, varas, y aun à 5144, mas altos que elnivel del mar. El basalto de Pichincha, cercade Quito, se halla à una elevación de 5648 va-ras, quando la mayor elevacion à que se ha-lla en el antiguo mundo es de 1542 varas.Por otra parte el granito, que en Europa co-rona las montañas mas altas, no se halla en elcontinente americano sinó à 4197 varas. Lascímas glaciales de Chimborazo, de Cayam-be, y de Antisana estàn enteramente com-puestas de pórfido, que en los flancos de losAndes, forma una maza de 3600 à 3800 va-ras. La enorme maza de quarzo que está alOccidente de Caxamarca tiene 3327 varasde altura perpendicular. 5. Los Andes centrales son inmensamentericos en metales de toda especie, á ex- |11| cepcion del plomo. Uno de los mas cu-riosos es el Pacor, que es un compuestode arcilla, de oxîdo de hierro y de mu-riate de plata. Las minas de México y delPerú, lejos de agotarse, ofrecen mayoresproductos baxo la influencia de un sistemaliberal, y perfecto. La naturaleza ha reu-nido aquí los tesoros con los gérmenesmas activos de destruccion. Toda la ca-dena de los Andes está sujeta à terriblesterremotos. Desde Cotopaxî hasta la mardel Sur exîsten 40 Volcanes que ardensin intermicion (f). Los mas baxos arrojanlava, otros muriate de amoniaco, basaltoy pórfido calcinados, cantidades enormesde agua, y mas que todo, Moya ó arcillamezclada con materias sulfurozas, y car-bonadas. Nieves eternas rodean sus flancosy forman una barrera inpenetrable a losreynos animal y vegetal. En los confinesla extincion de los seres vegetantes estáseñalada por desiertos extériles.
(f) Entre Cotopaxî y las costas del Pacífico,no exîste ningun Volcan. Seguramente Hum-bolt cuenta los númerosos que hay à lo largode la Cordillera, desde el Cabo de Hornoshasta el N. México.
|12| 6 En esas vastas soledades es quefixa su triste residencia el Condor (g), avede presa fuerte y valerosa. Su corpulenciase ha exâgerado demasiado. Si creemos áHumboldt, el Condor no es mayor queel Voytre de los Alpes en Europa. Su lon-gitud es de vara y tercia, y la distancia entre las extremidades de las álas extendidas es de tres varas y diez y ocho pulgadas. ElCondor persigue á los pequeños Gamos delos Andes y hace los mayores destrosos en los Corderos y Vecerros. Les arrancalos ojos y la lengua, y dexa después queexpire esta victima desgraciada para saciarsecon sus despojos. El Condor se mantienehoras enteras posado á la altura de quatro
(g) El Condor es el Vuytre de los Andes deN. R. de Granada. No fixa, como diceHumboldt, su residencia entre los extre-mos de la vegetacion y término inferior de lanieve. Esta ave téme el frio, y si sube à esasalturas prodigiosas es por un momento, ésen las horas de calma y de cerenidad.Las cuevas que hacen en las rocas escarpa-das se hallan en los lugares ardientes y tem-plados. No las hemos visto mas arriba de 3500 varas sobre el mar.
|13| millas. La fuerza de sus àlas debe serprodigiosa, y grande la perfeccion de susòrganos, pues en un instante se lanza delas mayores elevaciones sobre las costasdel Océano, en donde vé su presa desdela region de las nubes. Los Indios ca-zan al Condor por medio de un lazo cor-redizo, en el mismo momento en que in-troduce su cuello con placer en las entra-ñas de un Caballo ó de una Vaca, cuyos fragmentos trasporta a los lugares mas re-tirados (h)
7. Lo que mas distingue al continente
(h) En el Reyno hay otros modos decazar al Condor. En unas partes colocanel cadaver de un Caballo, de una Va-ca &c. en las inmediaciones de un bosqueen donde se ocultan cuidadosamente los ca-zadores, observando una quietud perfecta yel mas profundo silencio. El Condor tienesentidos exquisitos, y la mas pequeña im-prudencia frustraría los fines que se habíanpropuesto. A pocas horas comienzan á verseestas aves colosales dar vueltas repetidasen el ayre, y caer sobre su presa. Quandose hallan mas encarnizadas, el cazador apun-ta, y lanza por medio de sarbatanas dar-
|14| americano es la prodigiosa elevacion del ter-
dos agudisimos empapados en Curare. Co-mo esta arma no hace ruido solo un indi-viduo siente el golpe y todos los terriblesefectos de aquel veneno. A pocos instantesse le ve vasilar sobre sus pies, entrar en con-vulciones y expirar. Entre tanto los demassiguen con alegria saciando su innata vora-cidad, para sufrir por su turno la suertedesgraciada del primero De este modo ma-tan quantos quieren sin exfuerzos y sin pe-ligro. Se ha observado que el Curare obracon mayor velocidad sobre los animales car-nivoros que sobre los herbívoros. Quandohace expirar al Tigre, al Lobo, al Perroen un momento, da algunas tréguas al Bueyy á la Oveja. Se dice que sobre el Caballo no hace otros efectos que exîtar convulciones ypromover el sudor mas copioso. Si este método es silencioso y està lleno deardid y de traicion, el que sigue tiene apara-tos, estrépito marsial y cierta franqueza gene-rosa. El cebo se coloca en medio de una llanu-ra despejada y limpia de toda maleza. Se de-xa que los Condores coman hasta el punto deavandonar por sí mismos la presa. Esta avees glotona hasta la voracidad, y traga quan-
|15| reno. En Europa las altas porciones de ter-
to puede recibir la capacidad de su buche.Quando se advierte que ya se separandel cadaver à paso lento y que se ponen enquietud à digerir la gran cantidad de ma-teria que ha engullido, entonces un gran nú-mero de cazadores se presenta sobre el cam-po de batalla. Los unos armados con palos,los otros con lauzas, y otros en fin á Ca-ballo con lazos preparados, atacan por to-das partes a los glotones Condores, que in-capaces de elevarse à los ayres, a penas pue-den arrastrarse pesadamente sobre la tierra.Es preciso no perder un solo momento y obrarcon la mayor velosidad, por que el Condorasi que se ve atacado, introduce en su gar-ganta una de sus garras, exîta el vómito,se descarga de un peso que le lleva a la muer-te, se eleva y salva la vida. De este mo-do se hacen sobre los Condores carnicerias tanterribles, como las que ellos exetan sobrela Oveja, sobre el Vecerro, y sobre la Ca-bra de los Andes. El cazador solo aprobecha la pluma yalguna carne. Se cree casi generalmente enel Reyno que la carne del Condor es un ex-celente remedio para la pluresia, ò do-
|16| reno cultivado apenas se elevan à 730 va-ras sobre el mar, quando en el Perú hay ex-planadas à 3052 varas y las tres quin-tas partes del Reyno de México, conrandocon las provincias interiores solamente, pre-sentan una superficie à 2190 à 2920 varasde elevacion comun. Estas alturas igualan àlos pasos célebres del Monte-Cenizo, de S.Gotard ò del gran San Bernardo. Humboldtha adoptado un médio muy ingenioso, è in-fininitamente superior à toda descripcion, paramostrar baxo de un punto de vista todoslos resultados de sus observaciones topográ-ficas y mineralógicas. El presenta perfiles òcortes verticales de todos los paises que ha
La explanada de Santafé está à 3 200 varas sobre el mar: el Valle en que estanlas Ciudades de Quito y de Riobamba à 3800 y el gran plano sobre que están los lor de costado, principalmente para extin-guir esta enfermedad en aquellos que tie-nen una triste propencion à ella, y que dequando en quando se ven en las orillas delsepulcro. Pero el objeto principal de estas car-nicerías es disminuir el número de estos ene-migos poderosos de los rebaños.
|17| visitado tales como los de Acapulco à Mé-xico, de México à Vera-Cruz, de México àGuanaxuato y Volcan de Jorallo, y en finde Mèxico à Valladolid.
8. ... Los cultivadores de la N. Españadistinguen la parte cultivada del pais en treszonas. (j) 1. Los terrenos càlidos, que nopasan de 360 varas de varas de altura, y que pro-ducen Añil, Azucar, Algodon, Plátano, y Ba-nanas (Batatas) en abundancia. Los terre-nos templados, que estan sobre las faldas dela gran cadena, y que à una altura de 1800varas gozan de una eterna primavera, no va-riando jamás el Termómetro mas allá de10 grados. 3. Los terrenos fríos, que à unaaltura de 2900 varas comprenden las llanu-ras elevadas, ò las plataformas, tales comoáquella en que está México, y cuya tempe-ratura varía entre 17 y 24 del Termómetrocentígrado.
21 pueblos de la Provincia de los Pastos, à 3400 varas, todos cultivados y fértiles engranos, raices y hortalizas, así de Europa como de América. (j) El N. Reyno de Granada se hacela misma distinción de zonas y de tempera-turas que las que hace el Mexicano.
|18| 9 En la Zona Tórrida el firmamen-to es de un azul mas solido. Las nochesson resplandecientes y la bóveda celesteaparece sembrada de estrellas fixas, que,como los Planetas, brillan con una luzviva y fixa(k). El ayre en estos clímas estan transparente que en las montañas deQuito se puede distinguir à ojo desnudola ropa blanca de una persona de à ca-ballo à 17 millas de distancia. 10 Se hallan en América Meridionalllanuras de una extencion inmensa. LosLlanos ó Savánas que se encuentran en lasorillas del Orinoco, vistas à distancia, seasemejan à la superficie tranquila del Ocea-
(k) Jamas subscribirémos à este resul-tado de las observaciones de Humboldt. Lasestrellas fixas brillan en la Zona Tórrida conuna luz centelleante è inquieta como en lasZonas templadas. Basta dirigir una mira-da al cielo en las noches serenas paraasegurarse de esta verdad. Mil veces hasido esta materia objeto de nuestras obser-vaciones. En Lalande habiamos leido queexísten paises en que el centelleo de las fixases malo, y que en Bagdad no pasa de los 45grados de altura sobre el horizonte. Yo he ha-
|19| no cubiertas de una capa ligera de tierra quehumedece el rosío, ò que inundan las lluvias pe-riódicas, aunque sin árboles y sin fuentes pro-ducen en abundancia una yerba alta y esponjo-sa que alimenta tropas inmensas de animalesque desde el tiempo de la conquista de Amé-rica, se han reducido al estado salvaje, y
llado en Quito, en Cuenca, Loxa, Popayan,Santafé, en las altas explanadas de losPastos, y Malvasà, en los valles ardientesdel Cauca y Magdalena que el centelleo delas estrellas es vivo en las cercanias delhorizonte, que disminuye en razon de laaltura, y que es poco sensible, aunque exîs-te, en el zenit. Aquí, no termina como enBagdad, à los 45° de altura. Las fre-qüentes ocasiones de observar à el Sol, y àJúpiter, que nos presenta nuestra profesion,nos ha hecho notar que los Planetas mismoscentellean de un modo particular. En aque-llos dias en que la atmósfera se presentalimpia de toda nube, y que el Sol brilla contoda su fuerza, se vee su disco, no termi-nado por una linea circular, sino por unalinea tortuosa, que ondea con la mayor ve-locidad. Este efecto de los vapores que selevantan es un obstáculo á la precision de
|20| que viven en una entera independenciay libertad. Las Pampas de Buenos-Ayresson de la misma especie y tienen mas ex-tension. Entre la yerba espesa viven ma-nadas de Perros, que han recebrado tam-bien el estado de libertad, en cuevas dedonde se lanzan contra el viagero fatiga-do. Aquí, baxo de estos climas afortuna-dos y dichosos, es que la Naturaleza hamultiplicado las producciones vegetales contanta variedad como explendor. Aquí reynauna primavera eterna, y los frutos se succe-den sin interrupcion sobre àrboles siem-pre verdes. Nada iguala à la belleza ymagnitud de los bosques de la Zona Tórri-
las observaciones. El disminuye, como elcentelleo de las estrellas, en razon de laaltura; pero hay dias en que es bien sen-sible en el zenit mismo. En Júpiter es tanfuerte, en ocasiones, que le hace perder yrecobrar su figura circular à cada instantey fastidia en las observaciones de los Sa-télites. El mismo fenómeno se observa enVenus, Luna, y en todos los Planetas. Deeste modo se puede decir: que en la ZonaTórrida no solo centelléan las estrellas, sinó queondea el limbo de todos los Planetas.
|21| da Estos se extienden à una distancia de1550 millas, sin ninguna otra interrupcionque la de las aguas de los rios, desde lasorillas del Orinoco hasta las del Amazonas.
11. Las regiones elevadas de la Amé-rica, sujetas a todos los grados de tempera-tura posibles, concentran todas las diversasespecies de vegetales. Desde las costas delAtlántico hasta la cima de los Andes todaslas diferentes especies de plantas estancolocadas unas en pos de otras, en unasuccesion regular, y cada especie ocupasu destino separado. La Vid tiene un es-pacio estrecho hacia el Norte en una lati-tud de 30 grados. Los Castaños crecen baxodel mismo paralelo. Viene despues la en-cina que se extiende hasta los 60 gradosde latitud. En esta zona templada es quese cultiva el Trigo y la Cevada. La Ave-na penetra á un clima mas frio; pero raravez prospera mas allá de los 63 grados delatitud (m). Los rios y los lagos de las Provin-cias baxas de Venezuela y de Caracas es-
(m) Parece que Peltier en este resultadogeneral de las observaciones de Humboldtconfunde las ideas. Comienza extractando
|22| tán llenos de Anguilas eléctricas llamadas porlos Españoles Tembladores, y Anguilas quetiemblan por los colonos franceses de Gua-yana. Estas Anguilas tienen la facultad asom-brosa de atacar à su enemigo, ò à su presapor una descarga eléctrica. Se las encuen-
los diversos niveles a que nacen las plantassobre los Andes, y concluye citando los exem-plos tomados de la Vid, Castaño, Encina yAvena, no con relacion à la altura, sino àla latitud. De este modo los términos se-ñalados à esos vegetales no comprueban laasercion: todas las diferentes especies de plan-tas están colocadas unas en pos de otras &c. Nosotros hemos dicho en varios lugares delSemanario: que en la vecindad de la Linea lalatitud no tiene ningun influxo sobre la ve-getacion, y que la distribucion de las plan-tas depende únicamente de la altura, y porconsiguiente de la presion atmosférica, tempe-ratura &c. Esta es una verdad tan notoriaque basta tener ojos para percibirla. No ig-noramos que algunos de nuestros literatos tie-nen dudas; pero nos proponemos aclarareste punto interesante en una Memoria quetiene por título: Nivelacion de las plantas dela vecindad del Equador.
|23| tra tambien en los lagos pequeños que seven dispersos sobre las vastas llanuras quese extienden desde el Orinoco hasta el Apu-re. El antiguo camino de Uriticá se aban-donó por el peligro que se corría al atra-vesar estas aguas estancadas. Era freqüente verà las Mulas de transporte heridas de una con-cusion invisible, paralisarse y perecer. Losmismos pescadores reciben golpes eléctricossirviendoles de conductor la vara de que de-pende el anzuelo.
Las Anguilas eléctricas tienen por loordinario dos varas y una tercia de longi-tud. Se ha descrito con cuidado la estructurade su sistema nervioso; pero todo lo quese ha dicho sobre los receptáculos celula-res es puramente imaginario. La sensa-cion que exîtan las Anguilas es extremada-mente dolorosa y las entorpece las partes afec-tas. Se asemeja mas bien a un golpe violentoen la cabeza que á la conmocion que se produceel fluido eléctrico ordinario. Los Indios tementanto à las Anguilas y manifiestan tal repug-nancia, que Humboldt tuvo la mayor dificul-tad para conseguirlas, y executar sus experien-cias. Muchos dias permaneció cerca del Apu-re en la Mision del Calabozo, con objeto deconseguir algunas; pero sabiendo que las habia |24| en las inmediaciones en gran número, resolviópasar à los mismos lugares en que habitanestas Anguilas. Nuestros viageros presencia-ron entonces un espectáculo tan extraordi-nario como nuevo. Cerca de 30 Mulas yCaballos recogidos con velocidad en lassavanas vecinas, en donde viven en un estadocási silvestre, y en tanta abundancia que cadauno de estos animales no vale mas que de 11à 12 reales de nuestra moneda, quando lle-ga à conocerse el propietario. Los Indios exî-tandolos por todas partes, los obligaron à arro-jarse en el agua, impidiendo su retirada conharpones clavados en las extremidades delargas Guaduas, y dando gritos terribles. LasAnguilas (Gymnoti), despertadas con estetumulto y con este ruido, suben de repenteá la superficie del agua nadando como otrastantas serpientes lìvidas, atacan à los Caballosy à las Mulas, y deslisandose baxo del vien-tre de aquellos, les comunican las mas vio-lentas conmociones. Los Caballos horroriza-dos, agonizantes, con la crin herizada, los ojossaltados, por los dolores violentos que su-frían, hacen vanos esfuerzos para escapar. En menos de cinco minutos 2 de ellos sobre-nadan, y se ahogan. La victoria parece quese declara por las Anguillas eléctricas; pero |25| su actividad comienza à debilitarse. Fa-tigadas por los esfuerzos repetidos de su ner-viosa energía, lanzan ya con menos freqüen-cia y con menor efecto el fluido eléctrico.Los Caballos que habian sobrevivido à estecombate, recobraron poco à poco sus fuer-zas, y en un quarto de hora las Anguilasse retiraron en tal estado de debilidad yagotamiento que se las podia conducir a la ori-lla por médio de harpones atados à cordeles. 13. Las observaciones de Humboldt danmucha luz sobre la constitucion y hábitos delos naturales del pais. Los Indios de las re-giones templadas de la N. España son en gene-ral de un color mas subido que los que habitan unclima mas ardiente. Esta raza sin vigor y sobretodo los Mexicanos encorvados baxo de unalarga opresion parecen inferiores en sus qua-lidades morales è intelectuales al Africano mis-mo. (n) La misma apatía de caracter parece
(n) La degradacion del Indio hasta elpunto en que la vemos es obra del Gobier-no opresor que nos ha embrutecido por elespacio de tres siglos consecutivos. El In-dio era hombre en México, en el Perú, y en laCundinamarca: tenia artes, edificios, leyes,vivia en sociedad, conocia el arte de la guer-
|26| pertenecer à los individuos que habitan estasregiones ardientes, en donde el hombre hallasin trabajo quanto necesita para satisfacer susnecesidades. Aunque el capricho lo arrastrealguna vez, el cebo de la ganancia no bastapara sacarlos de su pereza habitual. Quandonuestros Viageros visitaron la Havana vieronla Palma Real cubierta de flores mas blan-cas que la nieve, y desearon vivamente re-conocer su floracion. Para esto, ofrecieron àlos negros de las cercanias 2 pesos fuertespor cada ramo cubierto de flores, que po-dian tomar con la mayor facilidad; pero nin-guno se atrevió a dar un paso.

ra, y conocian tambien su dignidad. Hoyembrutecido no sabe sino temer à sus tiranosy satisfacer groseramente las mas urgentesnecesidades de la vida. Estas escenas ver-gonzosas para la humanidad se han repetidomuchas veces. El Pueblo que produxo a Pla-ton, Archímedes, à Demóstenes y à Homerono puede presentar hoy sino estúpidos y es-clavos baxo la opresion del Turco. Es necesa-sario descender un espacio infinito para lle-gar desde los héroes de Marathon y Salami-na à los imbeciles y voluptuosos Baxaes. ElIndio de México, del Perú y de Cundina-
|27| En las vastas regiones de la Américase hallan varias tribus errantes, de caracter yaspecto bien opuestos. Viven en un estado dedegradacion brutal, y en una independenciaferoz. En las orillas del Meta y del Orinocoviven los Otomacos, raza abominable, quecon una disposicion à la grosura, ofrecen todoslos rasgos groseros y bien caracterizados delos Tártaros. La mayor parte del año vivende pescado que matan con dardos en los rios.En la estacion de las lluvias y quando los rios
marca todavia à médio civilizar pasó ràpi-damente à la opresion que ha sufrido portres siglos ¿Que hay que admirar si lo ha-llamos mas estúpido que el Africano? El gé-nio es como el Elefante, no produce en la escla-vitud. Quiera el Cielo mejorar la suerte des-graciada del Indio baxo de la libertad quenos ha ayudado á conquistar. Quiera el Cieloque se mejore la parte física, intelectual y mo-ral de esta raza envilecida y degradada.Quiera el Cielo que nosotros mismos nos ilus-tremos, y que con buenos establecimientos,con un buen Plan de Educacion, con un amorindefenso al estudio venguemos 300 años detinieblas y de ignorancia. Sin Educacion fí-sica no hay constituciones robustas, ni ener-
|28| inundan las llanuras estos salvages se alimen-tan con una especie de tierra grasa y untuosa,que no es otra cosa que una mezcla de arci-lla y de oxîdo de hierro. Los Otomacos larecogen con cuidado y la distinguen al gusto.Forman bolas de 4 à 5 pulgadas de diametro,las que cocen lentamente. Se halla gran can-tidad de ellas en sus chosas. Estas bolas sedeslien en agua antes de hacer uso, y cada in-dividuo se come cerca de una libra diaria.Lo unico que suelen añadir à este alimentoextraordinario es algun pescado, lagartos óraices desecadas. La gran cantidad de tierraque consumen los Otomacos y la ánsia con quela comen, parece probar, por increíble queparezca, que hace un efecto bien diferente deel de relaxar el estómago, y que el poder de ladigestion asimila à la substancia animal laspartes menos groseras.

gia en las razas diferentes que componenel estado. Sin Educacion literaria no hay Po-líticos que nos ilustren, no hay Magistradosque administren la Justicia a los pueblos, nohay Marinos que hagan respetar nuestro pa-bellon, no hay Matemáticos, Astrónomos,Geografos, Químicos, Físicos, Botanicos....que lleven a todas partes la antorcha del
|29| A medida que el estío se avanza lasllanuras baxas de América comienzan a de-secarse por medio de un calor executivo. Lasyerbas se secan hasta la raiz, y el suelo se en-durece con el calor. Los animales envueltosdurante el dia, en nubes de polvo, huyen de-vorados por la sed. El Mulo mejor guiadopor su instinto, descubre con sus pies las raicesde Zandía y chupa una bebida que lo refres-ca. Bien pronto se oyen los gritos penetran-tes de los Monos mas grandes anunciar la cer-canía de las lluvias. Entonces torrentes deagua inundan las llanuras. El Cocodrilo (Cay-man), y el Buio (tambien Boa), largo tiempoentorpecidos bajo del cieno, levantan sus horri-bles cabezas y dexan sus sepulcros con un rui-do formidable. Bien pronto los rios salen dela madre, é inundan el terreno. Una capa deagua de poca profundidad cubre la super-
càlculo y de la observacion; no hay tam-poco prosperidad ni gloria. Sin Educacionmoral, no hay costumbres, y sin costumbresno hay leyes ¿Quid leges sine moribus? La moral, dice un Político, (o) es la ley fun-damental de los estados. Con ella se ele-van y prosperan: sin ella se corrompen y (o) Moreau. Principes de morale politique.
|30| ficie de todo el Delta del Orinoco. En mé-dio de estas escenas aquaticas vive en pazy en libertad la nacion Guarana que habitasobre la copa de la palma llamada Maricia que tiene las ojas en forma de abanico. EstaNacion hace sus hamacas de las fibras de aque-lla palma, y las reviste de tierra arcillosa.Sobre estos frágiles pavimentos es que lasmugeres hacen fuego y cocen sus alimentos.La palma à la que está suspendida cada fa-milia, le suministra todos los alimentos El meo-llo de la Maricia, que se parece al Sagú, estáen forma de panales, y sus frutos escamososles presentan un alimento sano y agradable
perecen sin recurso. La inmoralidad y la in-justicia es el azote de los que mandan yla ruina de los que obedecen. Yo termino esta nota haciendo al Ser Supremo los mis-mos votos que hizo un filósofo en su testa-mento (p) (p). Suplico, dice, á la Divina Provi-dencia que oyga la súplica que voy a hacerpara la felicidad de mi pais. Que las santasmáxîmas del Evangelio sean generalmente ob-servadas, por que ellas solas pueden hacerla felicidad de la Sociedad.(p) De la Harpe: en el fin de su testamento.
|31| en todos los grados de sazon y de incre-mento. El vino de la palma es una bebidafresca y produce aquel estado de embria-guez que constituye la felicidad suprema delsalvage.
Si los miembros de esta Republica aéreagozan de un reposo inalterable, no es así en-tre las demas tribus salvages de esta partede la América. Estos, agitados por las pa-siones mas abominables siempre están pron-tos a bañarse en la sangre de sus semejan-tes. Estos desgraciados no se complacen sinocon el homicidio y con el robo. Quando unatribu mas débil se atreve à atravesar las lla-nuras del Orinoco, sus individuos toman laprecaucion de borrar las huellas para no sersorprehendidos y asesinados. Las produccionesdel pais parece que favorecen à las incli-naciones feroces de los salvages. Aquí se ha-llan los venenos mas activos baxo de un cli-ma abrasador. Los dardos y las flechas queestàn empapados en él llevan à todas par-tes una muerte inevitable. Quando estas ar-mas faltan à los salvages, su industria ferozhalla médios de suplirlas. El terrible Oto-maco tiene la costumbre de empapar la uñadel pulgar en Curare, veneno activo, y quese extrae de una especie de Phillanthus. La |32| mas pequeña laceracion hecha con esta uñaproduce la muerte sin remedio. El vordade-ro salvage es un animal friamente cruel, tay-mado, sospechoso y astuto. Los hombres noson generosos sino a proporcion que se ci-vilizan. FIN.