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Alexander von Humboldt: „Introducción a la pasigrafía geológica del Señor Baron de Humboldt“, in: ders., Sämtliche Schriften digital, herausgegeben von Oliver Lubrich und Thomas Nehrlich, Universität Bern 2021. URL: <https://humboldt.unibe.ch/text/1805-Introduccion_a_la-1> [abgerufen am 20.04.2024].

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Permalink:
https://humboldt.unibe.ch/text/1805-Introduccion_a_la-1
Die Versionsgeschichte zu diesem Text finden Sie auf github.
Titel Introducción a la pasigrafía geológica del Señor Baron de Humboldt
Jahr 1805
Ort Mexico
Nachweis
in: Andrés Manuel del Río, Elementos de Orictognosia, ó del conocimiento de los fósiles, dispuestos, segun los principios de A. G. Wérner, para el uso del Real Seminario de Minería de México, 2 Bände, Mexico: Zúñiga y Ontiveros 1795–1805, Band 2 (1805), S. 160–173, 3 Tafeln.
Postumer Nachdruck
Hanno Beck, „Alexander von Humboldts ‚Essay de Pasigraphie‘, Mexico 1803/04“, in: Forschungen und Fortschritte 32:2 (1958), S. 33–39 [Abdruck des Manuskripts unter dem Titel „Essay de Pasigraphie geologique dressée à l’usage de l’Ecole Royale des Mines du Mexique“, S. 35–39].

[Faksimile-Abdruck der Übersetzung, mit Einleitung], in: Andrés Manuel Del Río, Elementos de Orictognosia. Edición facsimil, Madrid: Editorial de la Universidad Complutense 1985.
Sprache Spanisch
Deutsche Übersetzung dieses Textes
Typografischer Befund Antiqua; Auszeichnung: Kursivierung; Fußnoten mit Asterisken; Schmuck: Initialen.
Identifikation
Textnummer Druckausgabe: II.33
Dateiname: 1805-Introduccion_a_la-1
Statistiken
Seitenanzahl: 14
Zeichenanzahl: 26691

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INTRODUCCIÓNA LA PASIGRAFÍA GEOLÓGICADEL SEÑOR BARON DE HUMBOLDT.

LA estratificacion de las laxas y capas, su antigüe-dad relativa y su identidad en paises distantes, sonhoy dia los principales objetos de la Geognosía,que se ha empezado á estudiar con formalidad desde 1789,ó poco antes. Ya observó Lehmann á mitad del siglo 18que las capas de Turinge alternaban siguiendo una leyconstante: ya entónces se distinguieron dos yesos, uno masantiguo que otro, y que solo aquel tenia manantiales sala-dos; y el grande interes que ofrecia esta indagacion hizoabrir los ojos sobre un fenómeno que se creía local ó pe-culiar de la Saxonia. Whitehurst observó en la provin-cia de Darbi lo mismo que Lehmann en Turinge. Ferber notó que el granito, el gneis y la pizarra alternaban con-forme á épocas determinadas, insistiendo mucho en estaley que otros geognostas habian sospechado antes, aunquela palabra granito no se pronunció hasta el principio delsiglo 18, pues Agrícola lo llamó constantemente sienita. Baltasar Rosler tuvo algunas ideas de la identidad delechado de las laxas y capas en paises remotos, cuyas leyescreo haber demostrado con muchas observaciones que hehecho en los dos hemisferios desde 1793. Dice claramenteque la pizarra está siempre inclinada al oeste, (debiendodecir al norueste,) desde Turinge hasta la Boqueta de Gé-nova, y en toda la costa de la Nueva Andalucía, de Cara-cas y los Andes de Quindiú. A pesar de esto siempre sepuede afirmar que la escuela de Wérner es la que ha fi-xado los principios de la Geognosía tomando por basesfirmes el rumbo, el echado, y la identidad de las laxas y |161| capas, y que llegará á ser ciencia experimental, quandonos dediquemos á observar los hechos mas que á discurrirsobre sus causas. Para que el Público tome mas parte en estas basesde la Geología actual, me ha parecido oportuno inventarsignos, con los quales se puedan formar planos geognósti-cos, que indiquen pasigráficamente ó á primera vista todo loque el geognosta desea saber. Por muy claro que sea qual-quier discurso geognóstico, como por exemplo los de Frei-esleben, Esmark, Escher y Buch, despues de su lecturase acordará con trabajo el observador mas diestro de laserie de las formaciones de tal ó tal cadena de montañas,cómo la caliza alpina envuelve unas veces al yeso antiguo,y otras le sirve de base, cómo la misma roca verde des-cansa en unas partes sobre pórfido y en otras sobre la are-nisca mas nueva, cómo una laxa ó capa, que se habiaocultado mucho tiempo debaxo de otras, se presenta denuevo á la vista y llega á ser la dominante. Mis planospasigráficos muestran al geognosta las rocas que son domi-nantes ó subordinadas, su rumbo y echado segun es suestratificacion regular ó irregular, su sobreposicion efectode su antigüedad, su grueso, la mayor y menor altura áque se hallan, y la elevacion absoluta de las montañas yvalles que forman, su division en pilares, en bolas con-céntricas y en chapas &c. Me lisongeo que la Geognosíahará progresos rápidos, quando se formen por este plancolecciones de cartas geológicas. ¿Qué analogías geognósti-cas, qué leyes de estratificacion no se descubrirán recor-riendo un Atlas de esta especie? Léanse las mejores des-cripciones sobre la cordillera de los Andes, la de los Al-pes de la Suiza, del Caúcaso y de la cadena de trap su-mergida en la mar del Sur, jamas ocurrirán las ideas quese suscitan viendo las cartas geológicas:
Segnius irritant animos demissa per aurem, Quam quae sunt oculis subjecta fidelibus.
Los progresos del conocimiento del globo se deben á laperfeccion de las cartas, y el único medio de que progre- |162| sase mas la Geognosía sería perfeccionar y generalizar losmodelos del general Pfeiffer, muy costosos á la verdad,pero que indicando el rumbo y la naturaleza de las rocas,presentan como un pequeño mundo, que reune quantopueden desear el mineralogista, el físico y el que se ocu-pe en la geografia de las plantas. La idea de cartas mineralógicas no es nueva: sehan distinguido con colores las diversas rocas, como se veen las de Charpentier, Lasius y Beroldingen, el qual in-vierte el órden natural haciendo vomitar llamas á las cum-bres pacíficas de basalto del Ducado de dos Puentes. Masyo me atrevo á decir que semejantes cartas excitan ideasfalsas, lejos de indicar la estratificacion, el rumbo, elgrueso y la continuacion de las laxas y capas. No son masque proyecciones horizontales y ortográficas que enseñanlo que ménos importa á la Geognosía, como es la casua-lidad de que aquí ó allí asomen á la superficie la arenis-ca, el yeso ó la caliza, efecto de las alteraciones que hanmudado el exterior y destruido las rocas mas nuevas; pe-ro nada enseñan de la construccion del globo, que es elprincipal objeto de la ciencia. La proyeccion mas instructiva para la Geognosíaes la vertical: á principios de 1795 me puse á figurar pai-ses enteros, como se representa una mina; pero Mr. Es-cher publicó por Agosto del mismo año en el Diario demineros de Freyberg un diseño, que se funda en ideasanálogas, aunque sin signos geognósticos y sin medidas:hablo de una pequeña carta que acompaña á la descrip-cion de su viage por la Suiza, la qual está llena de ideasverdaderamente geognósticas. No hago mucho uso de colores que se confundirian,porque hay diez y ocho objetos que distinguir, y exîgenque se iluminen las cartas despues de grabadas, y necesi-tan mucha luz y buenos ojos para distinguir sus gradacio-nes, sino que he buscado signos que se impriman fácil-mente en la memoria por alguna relacion con los objetosrepresentados. Las rocas del trap tienen siempre un color |163| obscuro entre verde y negro; la arenisca es amarillenta,roxiza ú agrisada; la serpentina siempre verde ó verdine-gra; pero ¿quantas formaciones pasan por todos los gra-dos, y quantas ideas falsas se suscitarian si nos empeñáse-mos en fixar los colores? Al cabo no tendriamos mas quesignos arbitrarios. Y así uso solamente tres colores parareunir las rocas de una misma clase baxo un punto devista. Pintaré de verdinegro las formaciones del trap, deblanco amarillento las rocas secundarias, y de roxo las pri-mitivas, con lo qual se distinguirá á primera vista qué cla-se es la que mas abunda en un pais, ú en otro. Fundandose en medidas mis dibuxos, se me haofrecido una grande dificultad. Al formar el perfil de unvasto pais como toda la nueva España, ó el Perú, en elque quiero indicar la altura del suelo, la naturaleza de lasrocas, los límites de la nieve y de la vegetacion, y lo de-mas que interesa al físico, quien para ver bien debe abra-zarlo todo, pues todo está en relacion íntima como causay efecto, pongo las distancias en leguas como abscisas, ylas alturas como ordenadas, y me resulta una curva queexpresa la superficie local del globo, cuya naturaleza in-fluye tanto en el clima y en las producciones, en lo físicoy aun en lo moral de los habitantes. Si el pais represen-tado es de mucha extension, la escala de distancia no de-xa distinguir objetos de 200 ó 300 toesas (un décimo delegua) de largo, pues para esto sería menester alargar lafigura, faltando á un tiempo al buen gusto y á la clari-dad, que consiste en producir rápidamente en el espec-tador un cúmulo de ideas, que solo adquiere por gradosel viagero. Tanto interesa al geognosta una capa de yesode quatro toesas de grueso, que le indica haber las dosformaciones en aquel parage, como otra caliza de 1000toesas de grueso, qual exîste en los Andes. ¿Como puesse han de expresar tan pequeñas formaciones en una cartaó perfil geognóstico hecho con escalas de altura y de dis-tancia? Esta dificultad, y otras muchas que se encuentranal formar y dibuxar las cartas, me han obligado á hacer- |164| las de dos especies, una que represente las formacionescon signos pasigráficos sin escalas de altura ni de distan-cia, y otra que figure la elevacion relativa del suelo, qualexîste en la naturaleza y con escalas exâctas: á la primerallamo carta de formaciones ó de la naturaleza de las ro-cas, y á la segunda carta de alturas ó de las desigualda-des del suelo.

CARTAS DE ALTURAS

JAMAS se hacen las medidas en una sola recta, sobretodo en la América, en que la naturaleza del terrenolo imposibilita: de aquí resultará la que yo llamo proyec-cion sobre muchos planos reunidos en uno solo, y las dis-tancias de la carta serán las verdaderas distancias itinera-rias. Si fuere el camino bastante derecho, como por exem-plo, si el rumbo general fuere primero de sudsudueste ánornordeste, y despues del oeste al este, como en el de Acapulco á Veracruz por México, es mejor figurarse dosplanos unidos, y señalar sus distancias por el ayre por ladiferencia de longitudes y latitudes observadas. Entóncesse darán dos aguas ó colores diversos á las dos proyeccio-nes, como lo he hecho en el perfil de Nueva España, yse expresará abaxo la naturaleza y direccion de la proyec-cion. Otra proyeccion de que uso á veces es aquella enque el plano en que se representa no es paralelo al rumbode la cordillera; por exemplo, para expresar la cordillerade los Andes desde el Cabo de Hornos hasta los Colososseptentrionales de Elias se puede figurar el plano en ladireccion de un meridiano en la Mar del Sur al occidentede las costas de América. Entónces las distancias seránlas diferencias de latitudes de las cimas que se represen-tan, y dos parages que tengan mucha diferencia en suslongitudes y poca en sus latitudes, estarán próxîmos unoá otro en las cartas de esta especie. Nada añadiré sobrelas proyecciones análogas que siguen la direccion de unparalelo, quando las cordilleras casi van del este al oeste, |165| de suerte que las distancias que muestra la proyeccion sonlas diferencias de longitudes. El valle de Quito está situa-do entre dos cadenas altas de los Andes, y ciertamenteson curiosas las relaciones de sus alturas respectivas, susvolcanes y otras para cuya expresion imagino el plan de pro-yeccion transparente, y puesto entre las dos cordilleras,y formo las proyecciones de los dos lados. Qualquiéra so-bre Mulalo verá en las nubes las altas cimas de Ilinisa yde Cotopaxî, siendo así que el primero pertenece á la ca-dena occidental y el segundo á la oriental. Distinguién-dolos con colores diversos, se verá que el fuego volcánicose ha abierto paso unas veces por una cordillera y otraspor otra. La eleccion de las proyecciones ha de ser segunla naturaleza de los objetos que se quieran representar, yno pudiendo determinarse por medidas todos los puntosde la superficie del terreno, es menester suplir con com-binaciones fundadas en la temperatura y vegetacion, éimitar en quanto el espacio lo permita la fisionomía de lasmontañas, determinándolas por ángulos tomados con elsextante. Por fortuna he tenido rara vez que apelar á es-tas combinaciones, pues mis cartas aun las mas pequeñasse fundan en muchas medidas tanto barométricas comogeométricas. Otra dificaltad de las cartas de alturas es la pro-porcion que se debe guardar entre las escalas de altura yde distancia. Es ocioso que me detenga en probar la impo-sibilidad de hacer servir la misma escala para las dos co-sas, excepto quando las cartas hayan de expresar solo pe-queños paises, como la que he formado del volcan de Xo-rullo, cono que salió de tierra en una noche, y que prue-ba una de las mas memorables catástrofes que han despe-dazado el globo. Pero la carta de alturas debe represen-tar terrenos de 50 á 60 leguas, y se deben distinguir á loménos alturas de 20 á 50 toesas. La mas alta cumbre deluniverso el Chimborazo no tiene mucho mas de una leguanaútica de altura; pero ¿de qué tamaño no saldría la car-ta si se igualasen las escalas? Tampoco ofrecería mucha |166| utilidad semejante igualdad, importando mas las alturasque las distancias, para las quales sirven las cartas geo-gráficas comunes. Mas aun adoptando dos escalas, es me-nester disponer bien su proporcion respectiva, pues si seagranda la de las alturas para indicar las mas pequeñasdiferencias de nivel, todas las montañas parecerán dema-siado tajadas. Si por el contrario se achica la de las altu-ras y se aumenta la de distancias, los declives se suavi-zan, pero tambien la diferencia de nivel se hace menossensible, el plan se alarga y parece enano, y el ojo no per-cibe bien todo el conjunto. Hay un cierto medio que des-de luego encontrará el que esté versado en el dibuxo, yen caso de que la carta peque por un extremo, vale masque sea representando los declives muy ásperos. Quandomas embaraza esta dificultad es quando un mismo dibuxoha de representar el nivel del mar, valles de 1000 á 1200toesas de profundidad, y cimas nevadas de 2800 toesasde altura, pues teniendo estos colosos generalmente 4 á5 leguas de base, si se quiere expresarla, forman en la car-ta la figura mas ridícula. Para evitar esto he imaginadodibuxarlos cubiertos de nieve descubriendo solo su cum-bre, porque en efecto así se presentan lo mas del tiempoen los Andes. La dificultad de las escalas se disminuiríaen parte dando por base al diseño un plan horizontal, quepasase por el punto mas baxo de las desigualdades, comopor exemplo si se reduxese el perfil del terreno de Méxi-co hasta Guanaxuato al plan de Salamanca, entónces solohabría que representar 500 ú 600 toesas de altura; y asíla escala perpendicular pudiera ser mayor, quedando los de-clives mas suaves y ménos disformes. Sin embargo yo pre-fiero reducir todos mis planos al nivel del mar, pues enla carta que representase el terreno de México á Duran-go, reducida al plan de Salamanca, saldrian tan peque-ñas las desigualdades del suelo, que parecerian los llanospróxîmos al océano. Tampoco se indicaría el fenómenogeognóstico que mas importa, que es ver tan grandes lla-nuras á 1000 y 1200 toesas de altura, y el espectador se |167| engañaría con el dibuxo, como se engaña el viajante quese olvida de lo que ha subido, quando está en la mesa deuna montaña. La escala de alturas debe tambien mostrarobjetos cuya comparacion sea importante. Así como el ni-vel del mar es el mínimo de las alturas, será bueno, si elespacio lo permitiere, terminar la escala con el máxîmoconocido que es la cima del Chimborazo: al que asombrela altura del Etna, será bueno acordarle que mas cercadel equador ha amontonado la naturaleza materia que lle-ga á casi doble altura. Al modo que se pone en los termó-metros el mayor frio de Paris, de Siberia &c., convendriaindicar en la escala de alturas puesta al lado del dibuxo:altura de la cumbre mas alta del antiguo continente (elMonte blanco), nieve perpetua á 45° de latitud y juntoal equador, conchas petrificadas halladas en los Andes &c. Aunque dixe arriba que la diferencia de formacio-nes era incapaz de representarse en estas cartas de altu-ras, podrá verificarse sin embargo quando ocupe muchaextension una misma formacion, y entónces es una venta-ja mas. Así he indicado las rocas primitivas y secundariasen el perfil del Reyno de Santa Fe, que se ha grabado sinsaberlo yo en los Anales de Historia natural de Madridcon poca exâctitud por lo tocante á las medidas: acasopasó á Europa alguna mala copia de algun borrador mioconfuso.

CARTAS DE FORMACIONES

ARRIBA insinué que habia procurado idear signos querecordasen prontamente el objeto expresado, y es-tablecer la misma analogía entre ellos que entre las rocas.Y así mi signo del granito es semejante al de la sienita: elpórfidopizarra tiene las manchas del pórfido, los pilares dela formacion del trap, y la estructura de la pizarra. Laroca verde, que quando es primitiva pasa á veces á sie-nita y á hornblenda apizarrada, tiene los pilares imperfec-tos del basalto, los puntos de la piel del tigre (ó sea ati- |168| grados) de la sienita, y los cruceros de la hornblendaapizarrada. Rocas primitivas. El granito se ha indicado conpartes granudas y no prolongadas como el gneis, el qualtiene ademas el caracter de estar constantemente en laxas.La sienita se expresa con el signo del granito, pero en la-xas y con otra cosa que le falta á este, y es la hornblen-da, que indican las pequeñas manchas atigradas. La pizar-ra primitiva tiene rayas paralelas, que indican sus lámi-nas, inclinadas de 50° á 70°, como lo estan generalmentesus laxas. El signo de la micapizarra es analogo al de lapizarra, pero las láminas estan ondeadas, y se distingueademas otra substancia mezclada en nudos, que es el quar-zo embutido entre las hojas de la mica. La caliza primiti-va blanca, sencilla, se halla dividida en laxas gruesas conun poco de mica las mas veces, la que indican los pe-queños rasgos prolongados. El pórfido es una masa queenvuelve cristales de feldespato, quarzo y hornblenda fi-gurados con circulitos: no lo divido en pilares, porque es-te es carácter de toda la formacion del trap, y hay maspórfidos que no los tienen. La serpentina que contiene ge-neralmente asbesto, está expresada por venillas fibrosas óen forma de barbas de pluma. La hornblenda apizarrada tiene las láminas de la pizarra, á la que se parece muchasveces, con rasgos obliquos que recuerdan su carácter prin-cipal de tener doble crucero obliquángulo de hojas. Montañas de transicion y de trap. No he dado sig-nos particulares á la pizarra ni á la caliza de transicion,porque muchas veces se duda de ellas si son ó no primiti-vas, y no se sabría entónces qué signo darles en las cartas.La vácia gris que alterna generalmente con la que estámezclada con mica, ó vácia gris apizarrada, reune los ca-racteres de la pizarra y de la arenisca á que pertenece to-do el género. Se han añadido circulitos mas grandes paraindicar los guijarros mayores que envuelve esta forma-cion, y para que no parezca pizarra primitiva que alternacon arenisca: suposicion que sería imposible. Las cinco ro- |169| cas de la formacion del trap llevan todas el signo comunde los pilares, pero que solo son perfectos en el basalto;por eso en las demas estan interrumpidas las raxas que losindican, como se verifica en la naturaleza. El basalto ho-mogeneo es sencillo en su signo, y se distingue por su per-fecta divisibilidad en pilares, á que tambien se puede darsombra. La almendrilla figura cavidades irregulares. Loshexâgonos de la vácia recuerdan las tablas hexâgonas demica, que son las que mas caracterizan esta roca, aunquelas hay tambien en el basalto de Bilin. La roca verde mues-tra los pilares imperfectos comunes á toda la formacion,las manchas atigradas de la sienita, y los cruceros de lahornblenda apizarrada, y así recuerda las rocas con quetiene analogía: igualmente el pórfidopizarra de Wérner,tal como se ha descrito ántes, reune los signos del pórfidoy de la pizarra primitiva. Montañas secundarias. Siguiéndose la arenisca enantigüedad á la vácia gris, tiene los pequeños granos con-glutinados con una masa caliza ó arcillosa: el signo repre-senta la arena, y se le dan las capas horizontales ú ondea-das como á toda roca secundaria. La caliza secundarialleva el signo de la primitiva, pero sin los rasgos que in-dicaban la mica: le he añadido las amonitas expresadascon pequeñas espiras para atraer á la memoria su recienteformacion. El yeso mas nuevo, que es fibroso, tiene capasondeadas muy delgadas y rasgos perpendiculares que in-dican las fibras. No he dado signos particulares á la cali-za alpina, ni á la del Jura, al yeso antiguo con manan-tiales salados, ni al mas nuevo arcilloso y fibroso, ni á lasdos areniscas, una que nunca tiene cal, y otra que estácon oolita, tanto por lo que dixe hablando de las rocasde transicion, como por no sobrecargar la memoria contantas figuras: no por ser minucioso es uno mas claro, yfácil es añadir al signo de la caliza una A para expresarque es Alpina, ó una J para indicar que es de la forma-cion del Jura; á la arenisca una a, que signifique anti-gua, ó la que está debaxo de la caliza alpina, ó una n |170| para significar nueva como la que tiene oolita; y al yesoigualmente otra a ú otra n. Restan otros fósiles que constituyen muchas veceslaxas y capas en las rocas expuestas, como la salgemaque al este de los Andes forma una cordillera entre el rioGuallaga y el de las Amazonas, el quarzo y el feldespatoque estan en laxas en gneis y granito, y la marga apizar-rada y con carbon en capas en la caliza alpina. A estosno doy signos particulares, sino que me fixo en 18 carac-teres, que me bastan para un quadro geológico, así co-mo expresamos todos nuestros pensamientos con las vein-te y quatro letras del alfabeto. Enhorabuena que se agre-guen otros quando el uso haya confirmado estos; perohasta entónces expresaré las laxas y capas subordinadas,poniendo en pequeños claros con letras comunes quarzocon titanio, mica con cianita. Con esto solo distingue elgeognosta estas formaciones, que no le importan tanto,pues no son mas que locales, de las otras generales indi-cadas con signos. Las cartas de formaciones pueden construirse condiversas miras, ó para indicar en grande el quadro de laserie geognóstica de rocas en un pais, sin atender á cir-cunstancias locales, como si esta ó la otra formacion serepite en varios parages, ó para responder á las questio-nes de la geografía mineralógica. En el primer caso seránarbitrarias la superficie del suelo y la altura de las mon-tañas que se expresan. Se pondrán las rocas de modo queno desdiga á la vista, y que las que ocupen el lugar masalto en el dibuxo sean tambien las que formen las mas al-tas montañas en el natural, y no atendiendo á las cir-cunstancias locales, nos ceñiremos á la serie geognósticade las formaciones, sin figurar montañas ni valles deter-minados. Así está mi plan de las formaciones de la nuevaAndalucía. Por este método se reune baxo un punto devista lo que se ha observado en un vasto terreno, y asíse bosqueja la naturaleza con grandes rasgos para que es-tos quadros exciten la idea geológica, de que las desigual- |171| dades de la superficie no son mas que pequeños fenóme-nos producidos por las atracciones particulares que influ-yeron en la materia, para que se reuniese en grupos masó ménos colosales. No obstante será bueno poner en estasmismas cartas generales al lado de cada formacion el nom-bre de algun sitio donde se pueda reconocer, y que sirvano mas que de exemplo, sin que la sobreposicion de lasrocas siga ninguna proyeccion geográfica. En las cartasparticulares por el contrario que indican las formacionesde un pequeño distrito, se debe imitar en general la figu-ra del pais que se representa. Para bosquexar el quadrose ha de figurar una proyeccion vertical sobre uno ó mu-chos planos, y sujetarse á ella quanto sea posible, aten-diendo á la claridad, pero sin añadir escala ninguna dealtura ni de distancia, pues es imposible reducir á medi-da todas las partes. Así está mi dibuxo del terreno entre Mé-xico y la caverna nombrada la Madre de Dios. A prime-ra vista se descubre que los basaltos de Regla y las for-maciones secundarias de junto á Atotonilco el grande es-tan mas baxas que los pórfidos del Real del Monte; se veel pórfido del valle de México asomar dos veces á la su-perficie al traves de la almendrilla en los antiguos islotesdel Peñol de los Baños y del cerro de Guadalupe; se venfiguradas las montañas de la Cruz del Marqués, de losÓrganos y del Xacal con sus respectivas alturas, desuerteque imitan proxîmamente la figura del terreno, pero sinsujetar las dimensiones de las formaciones á escalas de al-tura ni de distancia, porque no lo permiten. Para supliresta falta de escalas y expresar sin embargo el grueso delas formaciones, objeto tan importante y tan poco exâmi-nado, uso del signo (fig. 1a. lam. 1a.) que significa que laformacion del pórfido de México por exemplo tiene 2124toesas de grueso, habiéndolo visto en Acahuijotla caminode Acapulco á 240 toesas de altura, y en el nevado deToluca á 2364 toesas sobre el nivel del mar. Subiendo desde el mar sobre una cordillera, por ex-caminando de Acapulco á México, se ven sucesivamente |172| varias formaciones que se cubren unas á otras. Mucha parteno se prolonga á grande trecho, y á veces por un ladoestá el granito cubierto inmediatamente de pizarra primi-tiva, quando por otro hay entre los dos gneis y micapi-zarra. Sucede en las cartas geológicas lo que en las geo-gráficas, que con pocas observaciones se forman las deun vasto pais; cada zigzaque de un rio es una falsedad, ypara disminuir su número se usan escalas muy grandes yotros arbitrios análogos. En paises donde no estemos ase-gurados por valles profundos ó por minas de la continua-cion de las laxas ó capas, vale mas dexar en blanco el in-terior de las montañas, indicando solo las laxas ó capasmas cercanas á la superficie. A veces convendrá tambienañadir una d para expresar lo dudoso de la exîstencia dealguna formacion. Ya insinué porqué las cartas con proyecciones ho-rizontales son las ménos instructivas para la Geología,aunque para darles mas perfeccion se debe añadir en toe-sas la altura del suelo, é indicar la direccion de las capasó laxas, para lo qual uso de signos muy simples. (Véasemi carta de las cercanias de Guanaxuato) Suponiendo el norte en lo alto de la carta, la gran-de saeta ab fig. 2. expresa que el rumbo de la laxa es desudueste al nordeste, y la pequeña cd que tiene el echadoal sudeste, y eab el ángulo de inclinacion por exemplode 45°. Quando falta la linea cd es señal de que la laxaes perpendicular, ó que el angulo eab igual á 90° comoen el caso siguiente fig. 3a. que significa, que el rumbo es-tá en la hora 8, 6 de la brújula de Saxonia y el echado esde 90°: á no haber rumbo ni echado que expresar, usola fig. 4a. En las proyecciones perpendiculares ó perfiles laposicion de la saetilla ab no puede indicar el rumbo, por-que estando la proyeccion en un plan que se dirige deleste al oeste, la flechilla puesta de norte á sur se conver-tiría en un punto, por lo que uso en tal caso de las cifrascomunes, poniendo sobre la saetilla horizontal las quemarcan el rumbo, y debaxo de ella las que indican el |173| echado; por exemplo la figura 5a quiere decir que el rum-bo está en la hora 3 del compas de Saxonia, y el echado70° al sudeste. No dudo pues que ocupándose en esta Pa-sigrafía sugetos igualmente instruidos en la Mineralogiay el Dibuxo, lleguen á perfeccionar y simplificar los ca-racteres en lo sucesivo con grandes ventajas de la ciencia. (*)

(*) En las láminas II. y III. representan las figuras de en me-dio la sucesion mas comun de las rocas unas sobre otras, y las la-terales algunas anomalías.

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