Extracto de la carta que el Baron de Humboldt escribio desde Mexico en 22 de Abril de 1803 a D. Antonio Josef Cavanilles. Muy sennor mio: acabamos de llegar a esta grande y magnifica ciudad de Mexico, y deseando darle a vm. una nueva sennal de que exeistimos, aventuro esta para ver si tendra mejor suerte que mis cartas anteriores. Mi estimado Bompland y yo nos hemos conservado siempre robustos, a pesar del desabrigo y hambres que hemos experimentado en los desiertos; de haber mudado de climas y temperatura; y de haber sufrido sobremanera en los penosos viages, especialmente en el ultimo desde Loxa a Jaen de Bracamoros; en las riberas del rio de las Amazonas, pais cubierto de Bouguainvillea, Andina y Godoya; y en el distrito que atravesamos para llegar a Lima. Han exagerado muchos Europeos la influencia de estos climas en el espiritu, y afirmado que es imposible soportar aqui el trabajo intelectual; pero nosotros debemos publicar lo contrario, y decir por experiencia propia que nunca nos hemos hallado con mas fuerzas que al contemplar las bellezas y magnificencia con que se presenta aqui la naturaleza. Su grandeza, sus infinitas y nuevas producciones nos electrizaban, por decirlo asi, nos llenaban de alegria, y hacian invulnerables. Asi trabajabamos expuestos por tres horas al sol abrasador de Acapulco y de Guayaquil; sin experimentar incomodidad notable; asi pisamos las nieves heladas de los Andes; y asi corrimos con alegria los desiertos, los espesos bosques, la marina y sitios cenagosos. Salimos de Lima el dia 25 de Diciembre de 1802; nos detuvimos un mes en Guayaquil, donde tuvimos la satisfaccion de herborizar en compannia de los Sennores Tafalla y Manzanilla, que trabajan con teson y acierto; y llegamos a Acapulco en 22 de Marzo, despues de haber padecido una tempestad horrible en frente del golfo de Nicoya. El volcan de Cotopaxi, que pise yo con tranquilidad en el anno anterior, hizo en 6 de Enero una grande explosion, y continua con tal fuerza, que navegando a sesenta leguas de distancia oimos el estruendo. Se ha derretido enteramente la nieve de su cima, y han salido de sus entrannas llamas y nubes de ceniza. No se sabe que hasta ahora haya acaecido la menor desgracia; pero el rezelo de que se verifique alguna tiene en sobresalto la provincia de Quito. Vm. conoce el ardor y entusiasmo de mi amigo y compannero Bompland, y en esta inteligencia podra calcular las riquezas que hemos recogido al recorrer paises jamas hollados por Botanicos, paises donde la naturaleza se complace al parecer en derramar sus gracias, en multiplicar vegetales de nuevas formas y de fructificaciones desconocidas. Asi es que nuestra coleccion actual pasa de 4200 plantas, entre las quales hay muchos generos nuevos, multitud de gramas, y un crecido numero de palmas. No tenemos todas las Melastomas de Linneo, y con todo eso pasan de 100 las de nuestro herbario: de todas las 4200 hemos hecho la debida descripcion, y de muchisimas los dibuxos a vista de sus originales vivos. No podemos por ahora fixar el numero de las verdaderamente nuevas, hasta que regresados a Europa las cotejemos todas con las publicadas por los sabios; pero nos lisonjeamos que los materiales acopiados en nuestros viages bastaran para formar una obra digna de la atencion del publico. Porque la Botanica ha sido como una parte accesoria del objeto principal; tambien lo ha sido la Anatomia comparada, para la qual tenemos muchas piezas preparadas por mi Compannero Bompland. He dispuesto varios perfiles o cartas geograficas, y en ellas escalas higrometricas, electrometricas, eudiometricas &c., para indicar las qualidades fisicas que tanto influyen en la fisiologia vegetal, de modo que puedo sennalar en toesas la altura que tiene cada arbol en los tropicos. He sentido sobremanera lo sucedido ahi sobre las quinas, porque las ciencias nada ganan quando se mezcla hiel y personalidades en sus discusiones; y porque me ha llegado al alma el modo con que se ha tratado al venerable Mutis. Son muy falsas las ideas que se han esparcido por la Europa sobre el caracter de este hombre celebre. El nos trato en Santa Fe con aquella franqueza, que parecia el caracter peculiar de Banks; el nos manifesto sin reserva todas sus riquezas en Botanica, Zoologia y Fisica; el comparo sus plantas con las nuestras; y el permitio en fin que tomasemos quantas notas deseabamos tener sobre los generos nuevos de la Flora de Santa Fe de Bogota. Es ya anciano, pero asombran sus trabajos hechos, y los que prepara para la posteridad: admira el que un hombre solo haya sido capaz de concebir y executar tan vasto plan. El Sennor Lopez me comunico su memoria sobre la quina antes de imprimirla, y entonces le dixe que su misma memoria hacia ver con evidencia que el sennor Mutis habia descubierto la quina en los montes de Tena en 1772, y que el (Lopez) la habia visto cerca de Honda en 1774. En quanto al arbol que da la quina fina de Loxa, debemos decir que habiendolo examinado en su lugar nativo, y comparado con la cinchona, que hemos visto en el reyno de Santa Fe, de Popayan, del Peru y de Jaen, creemos que aun no esta descrito: se acerca a la cinchona glandulifera de la Flora del Peru si se atiende a la forma de sus hojas, pero se distingue por su corola. Hemos enviado al Instituto nacional de Francia una curiosa coleccion de las quinas de la Nueva Granada, que consistia en cortezas bien escogidas, en bellos exemplares en flor y fruto, y en magnificos dibuxos iluminados en gran folio, que nos regalo el generoso Mutis. Annadimos a esto algunos huesos de elefante, fosiles de la cordillera de los Andes, hallados a 1400 toesas de altura. Aunque recibi del Instituto una carta honrosa poco antes de salir de Quito, no se si la mencionada coleccion llego a su destino. Doy a vms. las debidas gracias por los elogios poco merecidos, que me han prodigado en el numo15 de Anales; pero les he de deber que en alguno de los numeros siguientes anuncien que en la estampa grabada en Madrid las alturas tienen casi siempre un exceso de 40 a 70 toesas, cuya diferencia es muy notable en observaciones de esta naturaleza, para que no se rectifique. Mi franqueza en comunicar a todos los de America mis cartas, fundadas sobre observaciones astronomicas, como igualmente los materiales recogidos sobre la geografia de las plantas y medidas geodesicas, antes de darle la ultima mano, que exeige tranquilidad, reflexion y tiempo, ha sido sin duda la causa de haber llegado ahi alguna copia, debida al zelo de los muchos que las multiplicaban por el interes que tomaban en esta parte de la Geologia; pero dicha copia es harto diversa de la que hoy tengo, y que publicare en mi obra sobre la construccion de nuestro globo. Si la franqueza con que he comunicado sin reserva mis plantas, animales, cartas geograficas y observaciones, permitiendo con gusto copiase cada uno lo que deseaba, dio motivo a la mencionada equivocacion, tambien me ha procurado ella el poder rectificar varios puntos importantes de localidad, que me han suministrado los inteligentes. Quisiera que solo se imprimiese lo que yo mismo escribo en mis cartas o memorias, porque nadie ignora que las primeras ideas solo son un bosquejo que debe concluirse, y que los calculos y medidas exeigen un examen ulterior y detenido. Buena prueba nos dieron de esta verdad los sabios Condamine y Bouguer: miraron estos como concluidas y exactas sus operaciones, y por lo mismo al salir de Quito hicieron grabar en una piedra del colegio de los Jesuitas la longitud de aquella ciudad, a pesar de diferenciarse en un grado de la adoptada en Europa. He leido con sumo gusto sus observaciones sobre los Helechos, y he visto que sus ideas son verdaderamente fisiologicas, y las indispensables para establecer generos con solidez. Bien se acordara vm. de aquella substancia silicea parecida al opalo, que el sennor Macie analizo en Inglaterra. Nosotros la hemos descubierto al poniente del volcan de Pichincha en los bambus o cannas gruesas, llamadas Guaduas, en el reyno de Santa Fe. He hecho experiencias quimicas en el xugo de esta graminea colosal antes que se deponga la substancia silicea, y he notado en el fenomenos curiosos, porque es susceptible de una putrefaccion animal, y parece probar cierta combinacion de una tierra simple con el azoe. Hemos visto igualmente que esta planta debe formar un genero nuevo, muy diverso del Arundo de Linneo, y del Bambusa de Schreber. Mucho nos ha costado el encontrar sus flores, porque florece tan pocas veces, que a pesar de observarla algunos Botanicos por espacio de treinta annos, y en los dilatados sitios donde abunda, jamas han podido ver sus flores: hasta los Indios niegan la exeistencia de ellas. Pero mas felices nosotros las hemos visto en el rincon mas escondido del mundo, esto es, en el rio Casiquiare, que forma la comunicacion del Orinoco con el Marannon; y luego despues en el valle de Cauca, que yace en la provincia de Popayan, donde la dibuxe: no lo hice antes en Casiquiare por la infinita e incomoda multitud de mosquitos que alli vive. Hemos destinado algunos exemplares para vm., que llevaremos con seguridad a nuestro regreso, que esperamos se verifique a principios del anno proxeimo; pero entre tanto ruego a vm. encarecidamente publique nuestra gratitud a los innumerables favores que hemos debido a los Espannoles en todos los puntos de la America que hemos visitado, porque faltariamos a nuestra obligacion si no dieramos los mayores elogios a la generosidad de su nacion y del Gobierno, que no ha cesado de honrarnos y protegernos. Soy siempre suyo &c. A esta carta annade el ciudadano Bompland lo siguiente. Viniendo de Acapulco a esta ciudad he tenido el gusto de encontrar la planta con que vm. quiso perpetuar mi nombre, y de verificar la exactitud de su descripcion. La he visto tambien cultivada en este jardin, con otras dos especies, que creo deban reducirse al mismo genero Bomplandia. Debo notar que este se distingue del Hoitzia (Jussieu gen. pl.) porque su caliz es sencillo, y no doble (bracteatus), como en el Hoitzia, y porque sus celdas son siempre monospermas, lo que jamas se verifica en la Hoitzia. Entre el numero de plantas que tenemos destinadas para vm. se hallan varias bien desecadas, y en ellas podra vm. ver las diferencias que reynan entre el Phlox, Hoitzia y Bomplandia. El jardin de Mexico no es muy grande, pero esta bien cuidado, y dispuesto con el acierto propio del Sennor Cervantes. Este profesor tiene mucha instruccion y merito, que es justo se conozca en Europa.